Happy N-Day [Stan]

La nueva academia de Santos era un lugar que no terminaba de gustarle por completo, aunque eso era una cuestión personal porque no tenía buenos recuerdos de esa ciudad-Aún puedo escuchar los aleteos y chillidos cuando tengo pesadillas-. Dejando de lado su prejuicio hacia Rysel y Francia en general, comprendía que los estudiantes necesitaban un lugar seguro para realizar su entrenamiento. Después de los ataques consecutivos de Loki y Eris dos años atrás, el Santuario aún no se recuperaba por la pérdida de esas jóvenes promesas, causando que las estrellas tuvieran que buscar guerreros en mortales fuera de las filas de la Diosa. Ese era el caso de Nate, quien ya había cumplido sus dos años de servicio en el ejército de Athena. La armadura de Capricornio lo había elegido tras superar la prueba del hombre alado, como si esa pelea contra el demonio de la ira hubiera sido una prueba de los Santos para demostrar su valor.

Su labor en la escuela era apoyar a la directora a falta de maestros. Se encontraba en su habitación, revisando las asignaturas de los muchachos. Se había dado varias palmadas en el rostro al ver que la directora quería impartir clases de danza y música que se complementaran con los entrenamientos. Reemplazó esas cosas con teoría del cosmos y práctica de combate, se encargaría de negociarlo con Françoise por la mañana.

Se estiró en su silla y miró el paquete que descansaba a un lado de su escritorio. Julian Solo había enviado un obsequio para él. No sabía lo que era porque el paquete tenía instrucciones muy específicas escritas en la carta adjunta: no abrir hasta el 17 de Enero. Ese día era 16, la víspera de su cumpleaños. El Dios de los Mares era el primero en felicitarlo. Tendría una videollamada con sus padres el día siguiente. Él deseaba festejar junto a ellos, pero tenía que permanecer alejado por su seguridad. Desde que recuperó a Vortigern, los demonios habían vuelto aparecer, y no sólo ellos: con el paso del tiempo, había recuperado la capacidad de invocar a las criaturas que los sirvieron durante su vida pasada. Primero recuperó a Raven, el Rey de las Arpías, después apareció la Ninfa de Rocaluz -que se había refugiado en el Río Styx de Ciudad Kaus hasta que ésta fue destruida-, y por último regresó Abyss Retrace.

Se balanceó sobre las patas traseras de su silla, pensando que era la primera vez que festejaba un cumpleaños número 18. -Tengo que tomar mis precauciones- Nate se colocó un abrigo largo de color negro sobre su camisa verde oscuro y sus pantalones grises. Tomó una cajita que tenía cristales de cuarzo en su interior, el sistema de seguridad más efectivo que Nate conocía. Era la misma protección de barrera que utilizaba en Talasa, que resultaba ser bastante practica: colocaba los cristales alrededor de la isla, y si una entidad maligna aparecía éstos formaban una barrera alrededor que le avisaba de los intrusos y los mantenía afuera hasta que él llegará. También podía colocar algunos alrededor de un demonio para atraparlo en una prisión energética.

Se iba a tomar todo el día colocandolos, pero valía la pena si con eso lograba sobrevivir hasta el amanecer. Primero iba a dirigirse al comedor, esperando que éste no estuviera muy concurrido para instalar los cristales. Aunque era bastante temprano el cocinero del castillo ya se encontraba en su puesto de trabajo. Era un tipo inofensivo, pero no le gustaba que lo estuviera acosando cada vez que le pedía comida. Hacía lo mismo con cada chico joven de cara linda. La directora no aprobaba ese comportamiento, pero estaban faltos de personal y no podía permitirse despedir a alguien que hacía un buen trabajo sólo por sus extrañas "maneras"

Se cubió a una escaleras y colocó el cuarzo en una de las arañas de cristal que colgaban del techo. El cocinero se acercó a él, lavándose las manos con un trapo húmedo.-Pequeño Nathan, mañana es tu cumpleaños. ¿Qué quieres que te prepare? ¡Podría hacerte una hermosa torta de cumpleaños~! Y de postre esos panecillos de naranja que tanto te gustan- el estómago de Nate rugió al escuchar lo de los panecillos, manteniendo la compostura como siempre. -Quiero una docena. Te lo agradecería mucho- bajó de la escalera de un salto y continuó con sus labores, disimulando su felicidad porque mañana tendría panecillos de naranja.

Por estar pensando tanto en los preparativos para su cumpleaños se había olvidado del desayuno.-Yo quiero una taza de café, huevos revueltos y pan tostado. Por favor Jerry- añadió al final, provocando que el cocinero se retirara feliz a la cocina. -Nathanaël, un gusto- dijo, estrechando la mano de Stan. -Sí, soy el profesor de historia y combate especial- Nate señaló la caja que tenía en las manos.-Tranquilo, la araña está bien.Estaba instalando una barrera protectora. La escuela es muy segura, pero estoy esperando visitantes indeseados, no está de más ser precavido- por el modo en el que lo había dicho y la expresión desinteresada que gobernaba su rostro, cualquiera podría pensar que lo iban a visitar parientes o conocidos no gratos.

Nate suspiró, recordando que la directora se disgustaba cada vez que no le daba una introducción adecuada a cada método alternativo que le presentaba para mejorar la seguridad de la academia.-Antes solía ser un Marina de Poseidón. Durante ese tiempo fui el encargado de la seguridad de su isla, y éste recurso siempre fue muy útil. Observa- Nate colocó tres cristales de cuarzo alrededor de un salero, enciendiendolos con una chispa de cosmos en su dedo, activando una diminuta celda piramidal alrededor. -Es esto, pero más grande- el profesor tomó asiento en la mesa, guardando los cristales que usó para la demostración.

Después del desayuno pensaba colocar algunos en los dormitorios, baños y aulas.Sólo pensar en todo lo que tenía que hacer lo dejaba exhausto. -¿También eres un profesor?- preguntó con su barbilla apoyada en el dorso de la mano, intentando no pensar en el largo día que tenía por delante.

Stan había conseguido sorprender a Nate al ofrecerse a ayudarlo. Las personas solían considerar sus métodos como algo aburrido, incomprensible o poco ortodoxos, pero él se había mostrado interesado en escuchar su explicación sobre el funcionamiento de la barrera de cristal. -A mis oídos llegó lo que pasó con los Dríades que merodeaban en los alrededores de la academia. La directora parecía consternada al hablar al respecto- Lo que había sucedido con los Dríades había sido uno de los motivos para la transferencia de Nate a Francia. Saori sabía que él tenía experiencia tratando con ese tipo de seres.

-Nombré a la asignatura combate especial para preparar a los chicos. Deben saber lidiar con oponentes que se salen del modelo de humanos que portan armaduras- se colgó del tema de la conversación para hablar un poco sobre una de sus clases. El castaño sacó un marcador rojo de su bolsillo trasero.-Basta con un círculo en el caso de una isla: es la forma perfecta para que la energía fluya, pero el castillo es más pequeño, solo tendremos que colocarlos en los sitios más vulnerables para que sea efectiva al no tener la interferencia de varios kilométros de distancia. Elegí el comedor porque las ventanas pueden ser usadas como acceso por enemigos con alas- Nate sacó un mapa de la academia facilitado por Françoise y marcó el cristal que estaba en el comedor con un punto.

El profesor sonrió al ver el mapa de la academia.-Me sería de gran ayuda contar con la colaboración del hombre que montó los mecanismos de este lugar. Es un trabajo impresionante, lo puedo ver por la seguridad que tiene. No quisiera ser un invasor- podía apreciarlo con las anotaciones en los planos que sostenía.

-Solía portar las Escamas de Tritón, después de probar mi fuerza recibí una de las doce armaduras de oro- dibujó un círculo en el aire que se iluminó con un brilló color rojo, abriendo un pequeño portal del que salió una espada de empuñadura negra y con una funda dorada. -Así luce la armadura de Capricornio en su forma sellada. Siempre me gustaron las cabras- dejó que Stan viera la espada colocandola sobre la mesa.

Nate asintió cuando Stan le sugirió comer antes de que el cocinero descargara su ira sobre ambos por ignorar la comida caliente. -Puedes unirte a la clase cuando quieras. Buen provecho Stan- terminó con el desayuno casi de inmediato; comer era lo único que hacía sin pereza. Dejó la taza de café para el final. Necesitaría la cafeína para soportar el ritmo del día que les esperaba. -Es una buena idea, colocar los cristales en los cuatro puntos cardinales dará como resultado una barrera poderosa- mencionó Nate tras beber de su taza humeante.


Jerry se alejó complacido cuando se terminaron el desayuno, y fue ese momento cuando Nate tuvo la oportunidad de hablar más sobre su espada. Si ese hombre sabía de hadas y espirítus conocer de lo que estaba hecha su arma no le parecería del todo raro. Asbeel aún estaba vivo en el hueso vegetal, de él era el aura que Vortigern desprendía. Un brillo rojizo apareció por un instante en los ojos verdes de Capricornio-Se podría decir que es mi propio estilo. Sirena Alada tiene una flauta, Crysaor posee una lanza, y yo tengo una espada fabricada con los huesos de un demonio- el castaño acarició la funda dorada de la espada, haciendo que ésta se desvaneciera con el paso de su dedo sobre la superficie, dejando completamente visibles los surcos rojos que formaban círculos en la hoja.

Nate había extrañado mucho a Vortigern, tanto que sin importar el número de veces que la viera él iba a estar asombrado. Tenerla de vuelta le hacía sentir que el tiempo no había transcurrido, era como reencontrarse con un viejo amigo.

-Acompañarte es lo menos que puedo hacer. Puedes llamarme simplemente Nate, no es necesario que seas tan formal- todos preferían llamarlo Nate o Nathan, rara vez era llamado por su nombre completo. Mientras caminaban rumbo a la habitación de Stan, el profesor hizo una pregunta que llevaba un rato rondando en su cabeza.-Si tienes tienes la capacidad de sentir el cosmos asumo que también posees una armadura ¿Cuál es?- preguntó con una sonrisa, sintiendo algo curiosidad por la respuesta. Athena poseía 88 constelaciones a su servicio y armaduras que no figuraban de manera oficial, como Coma Berenice por ejemplo.

-Si pudiste enfrentar a los dríades no tengo duda de que mereces la cloth- según la directora esa cosas salvajes fueron un problema, y ese incidente le ayudaba sacar una aproximación del poder de Tauro. -Toma tiempo acostumbrarse a algo nuevo. Yo aún no lo hago del todo- al principio él tampoco se acostumbraba a ser llamado Santo de Capricornio. Cuando pensaba en ese título no se imaginaba a sí mismo en el puesto, sólo podía ver la silueta de un hombre de espaldas que no era él.

Nate dio un vistazo al mapa, señalando el salón de conciertos como el primer punto para instalar los cristales. Al ingresar al lugar de inmediato se puso a pensar en cuál sería la mejor ubicación. Podían esconder el cristal en las butacas, en los ductos de ventilación o detrás del escenario, las opciones eran muchas.

Mientras pensaba pudo sentir un escalofrío detrás de la nuca. La atmosfera del lugar cambió de repente. Podía percibir una presencia desagradable cerca, pero no lograba identificarlo por completo. No era un demonio o una amenaza de clase superior, sólo un presentimiento raro. Escuchó el sonido de la puerta cerrarse, poniéndose alerta.-Esta es la razón para reforzar la seguridad- dijo mientras señalaba una nube de oscuridad que flotaba sobre el escenario. Parecía una mancha negra en el techo. Cuando ésta aumentó de tamaño las luces se fueron, como si estuviera absorviendo la luz de la habitación.

-Bogeyman ¿Por quién me están tomando? No soy un niño pequeño- dijo el cazador de demonios, más para él que para su acompañante. Era insultante que enviaran a ese demonio básico que podía vencer con una sola mano. La parte buena de su aparición era que podía darle una clase breve sobre demonios menores a Stan, una probadita de lo que verían durante el semestre en la clase de combate especial -¿Tu papá te contó la historia del coco cuando eras niño? Su verdadera identidad es un demonio que toma la forma de oscuridad, el miedo más común de los infantes. No es muy fuerte, todo lo que tiene es su apariencia- Ni siquiera quería pelear contra él, lo consideraba una perdida de tiempo.

Nathan dio una patada al aire con la que disparó un rayo de energía desde su pie, haciendo que la nube negra se reventara como un globo. La luz regresó a los pocos segundos, permitiéndoles continuar con su misión. Nathan seguía con su cara de pocos amigos tras lo ocurrido.-Es un demonio temible... ¿No crees?- dijo con tono sarcástico.  Recordó la primera vez que se enfrentó a él. Fue una de las primeras criaturas que quiso llevarse a Vortigern sin éxito. -Vamos a ver muchas de estas cosas en las siguientes horas. Los primeros en llegar son los demonios débiles porque ellos tardan poco tiempo en cruzar los portales. Cuanto más fuerte es un demonio más difícil es para él moverse entre los planos existenciales, es por eso que Bogeyman llegó temprano- el chico tomó uno de los cristales, poniendo mejor cara para no incomodar.- ¿Dónde podríamos colocar el cristal? Mi mayor problema es escoger un lugar- comentó con mejor humor. Se sentía algo más tranquilo al tener a un par dorado cuidando su espalda, más a uno que ya tenía experiencia luchando contra enemigos no-humanos.Confiar en otros no era algo que se le daba bien al ser un tipo de naturaleza solitaria, pero de verdad estaba intentando acoplarse al ejército que tenía el compañerismo por estandarte.