Un paseo por la Academia [Diana]

**Las personas siempre afirman que "la vida da muchas vueltas" sobretodo cuando se trata de conseguirse con alguien en particular, era algo complicado todo ello sobretodo para un joven que llegaba de la inhóspita región de Jamir a la Academia Palladion, nunca había sido de salir de su región más que para visitar esporádicas veces el Santuario, siempre portando el traje de aspirante a Santo, en lo que arribó al lugar mira a todos lados algo perdido, los jóvenes le miran con mucha curiosidad pues no portaba la vestimenta escolar y se nota algo confundido, su espigado tamaño junto a su azulada cabellera y orbes, eran símbolo claro que llamaría la atención de las féminas del lugar, su energía cósmica se mantenía en un nivel tan bajo que era prácticamente imperceptible a todos, su caminar era suave y ligero como quien deja de casi pisar el suelo, en ello unas féminas aspirantes se encuentran en la plaza central del lugar y lo llaman con curiosidad, en ello una de ellas le cuestiona -¿Eres nuevo aquí?- a lo que éste le responde con una grata sonrisa le responde -Si, así es... me pidieron venir aquí- como quien aún se encuentra lleno de dudas mientras mueve su mano derecha y se rasca un poco la nuca con las dudas que posee, como la fémina portaba la máscara como amazona, no se puede ver su expresiones por lo que al hablar se nota un poco de picardía al decirle -Ohhh... ¿enserio guapo?... y ¿Cómo te llamas?- en lo que el joven escucha sus palabras muestra mucha calma y le afirma con su rostro al moverlo de forma vertical que era enserio lo que decía y le responde a su segundo cuestionamiento -Mi nombre es Vasant, mucho gusto... ¿Y el tuyo?- mientras extiende su mano derecha para darle su mano con total educación y es cuando se escuchó con sorpresa las palabras de la fémina -Va...Va...Va...¿Vasant?- extendió su mano para estrechar la misma con algo de temor, mientras se escucha a su compañera decir con bastante duda -¿Lo conoces Kate?-  en ese momento ella le asiente con lentitud, mientras el de cabellera azulada toma su mano y le dice -Mucho gusto, Kate- en ello puede ver a quien se supone debía ir a buscar por lo que luego de hacer una reverencia, se retira de la plaza en pos de la persona que debería ir a buscar.

Momentos después aun conmocionada la jovencita llamada Kate se quitó la máscara,  al ver eso su amiga se la quita y le pregunta -¿Qué sucede Kate?¿Qué tiene de especial ese chico llamado Vasant?- en eso ella luego de inhalar y exhalar en par de ocasiones le responde a la misma -¿Judith, Recuerdas cuando Nathanael-sama nos contó sobre el lugar llamado "la tumba de la armadura"?-  en eso la muchacha asiente -Si, la región entre el Himalaya y el Tíbet, que se llama Jamir ¿Eso que tiene que ver?- en eso la muchacha se mostraba mucho más calmada y le cuenta lo que sabe -Ese día le pregunté a Nathanael-sama quien cuida esa región y se encarga de reparar las armaduras...- en eso las chicas le ven y asienten a sus palabras como quienes les llama la atención su historia -...El me dijo que desde tiempos inmemoriales han sido los Lemurianos quienes han cumplido con esa labor, siempre guiados por un ser en particular que suele ser un antiguo Santo de Athena o un Santo de Athena...- las chicas parecen emocionarse con la historia y se queda expectantes a lo que cuenta -...en eso le pregunté ¿Quién guía esa región en lo actualidad? la respuesta fue que ahora la lleva un joven que no necesitó de este Instituto para poder desatar su cosmo y convertirse en uno de los Doce Santos de Oro, su nombre es Vasant, el Santo de Aries-  en lo que finalizó sus palabras ellas se sorprenden mucho y es cuando Judith le responde -Entonces... ¿Acabas de saludar y coquetear a un Santo Dorado?- ella misma se sorprende un poco pues también desconocía que dicho joven fuese uno de los Santos Dorados, mientras ello sucedía el seguía caminando sin problema alguno, como si fuese otro ser más de aquel lugar**

Diana caminaba tranquilamente por los pasillos de la academia para santos. Estaba por demás alegre de que no tenía que cocinar nada en ese lugar, solamente tenía que presentarse en la cafetería y le darían comida de verdad, y si no le gustaba pues Diana simplemente les decia que venia del santuario y por lo general solían cocinarle cualquier cosa que se le antojara. Así que, Diana realmente estaba abusando de su poder sin remordimientos. Bueno, tal vez un poquito, la vez que terminaron yendo hasta el otro lado de la ciudad para traerle los ingredientes de un platillo de comida China, Diana les dijo que a la proxima solo hiciesen cosas que pudieran hacer con lo que tenían. También puede que se haya disculpado. Puede.

En fin, Diana suponía que seguiría disfrutando de comidas no enlatadas o deshidratadas. Al menos hasta que Diana tuviese que regresar al Santuario, tras haber hecho lo que hubiese venido a la academia a hacer. “Tambien seria bueno que averiguara qué era lo que venía a hacer aquí. Eventualmente aparecerá.” Diana se había detenido por unos momentos para contemplar aquel pensamiento, para simplemente encogerse de hombros y esperar que las cosas se resolvieran. Lo hiciesen o no, eso era un problema para después.

Caminando por las instalaciones del Instituto, Diana observo como la gran mayoría de las aspirantes de amazona parecían estar mirando algo en particular. Al menos eso creía. Varias de ellas todavía seguian la tradición de ocultar sus rostros tras máscaras de metal, lo cual para Diana seguía siendo algo muy estupido. “Esconder nuestra feminidad mis ovarios, Athena es una DIOSA. Osease tiene vagina. Si nuestra DIOSA no usa mascara no veo porque nosotras deberíamos. Estupidos Patriarcas. ” En fin, no juzgaria. Diana creía que cada quien tenía el derecho de hacer de su culo un papalote y echarlo a volar.

Diana se dio cuenta que se había distraído, y finalmente volteo hacia donde las hembras en celo había estado observando. Al parecer todas estaban viendo al mozo de pelo azulado, ojos sonadores, rostro de estrella de telenovela y buen porte atlético. Nada exagerado, ni muy flaco, ni muy musculoso como otros que había visto. Que lastima entonces que traia esos ropajes tan holgados, que no dejaban a Diana apreciar mas a fondo dichos atributos. Aun asi, se veia era también un forastero en ese lugar. Una sonrisa picara se puso en los labios de Diana. Con confianza se puso justo frente al sujeto, observandole detenidamente. - Dime muñecote quieres pasarla bien? -

**El joven seguía tranquilamente su transitar luego de haber conversado con las amazonas, lo que le sorprendería es lo que sucedió momentos después, una fémina sin portar careta, lo que le hace creer que es una Sainthya, más las palabras con las que se expresó ante el Ariano lo confundirían un poco a lo que responde elevando su mano derecha y señalándose a si mismo con su dedo índice -¿Muñecote?- realmente estaba claro de que para muchas damas resultaba bastante llamativo, pero era la primera ocasión que le daban un calificativo de dicho estilo, en ese momento le mira fijamente a los ojos y le sonríe -Disculpa, mi nombre no es Muñecote... es Vasant- con aquel tono de inocencia en aquellos aspectos de la vida por parte del mismo, al crecer en una región tan aislada del resto del Mundo.

El había llegado a dicho lugar por insistencia de Stan que debía conocer la Academia y a su regente, el Santo de Capricornio, Nathanael, más al parecer las féminas le darían una lección de vida antes de poder llegar a conocer a dicho sujeto, bajando su mano, detalla a la dama mientras el viento hace una sútil danza revoloteando parte de su longeva cabellera, para llevar la misma hacia su caja torácica y luego hacer una pequeña reverencia a esta con todo el respeto que ella puede merecer, en dicho momento las chicas que previamente habían conversado con él, se quedan estupefactas al ver lo que éste realizó pues si era un Santo de Oro no tenía que reverenciar a una Sainthya de Plata, más ese tipo de protocolos del nivel de la armadura para Vasant no era muy relevante pues siempre se le enseñó que no importaba el nivel de su armadura, sino el de su Cosmos.

-¿Cómo puedo ayudarte? y... ¿Cómo te llamas?- le cuestiona a la fémina, de la cual desconoce absolutamente todo pues recién la está conociendo y por lo expresiva que fue siente que podría llevarse bastante bien con la misma y aprender muchas cosas que no llegaría a conocer en una Biblioteca leyendo gran parte del día, como suele hacer el joven de azulada cabellera, con el firme propósito de enarbolar un gran espíritu lleno de conocimientos de diversas culturas, tanto de está era que transita, como la de los ancestros suyos**

-Que- fue lo unico que salio de la boca de Diana tras escuchar la respuesta del sujeto peliazul. Por un momento Diana se preguntó si acaso estaba bromeando con ella, si era posible que simplemente el tipo fuera un tremendo Troll y decidia decirle de esa manera que no estaba interesado. Sin embargo, aquel rostro tranquilo, la forma en que decía las palabras, y simplemente la sinceridad detrás de cada palabra le hacían saber a Diana que no era asi. No, aquel hombre había dicho cada palabra de forma sincera y sin intenciones ocultas. Si, Diana había descubierto un hombre verdaderamente inocente.

“Tan inocente que no es capaz de entender que le estoy lanzando los perros...WO-W.” En verdad que Diana estaba sorprendida. Aquí había una mente pura, una mente inocente y libre de perversión, libre de ignominia, vicio, inmoralidad, degeneración o depravación. En otras palabras, “ Una mente completamente corruptible.” Diana no pudo evitar sonreír ante aquella revelación. Diana podia ser quien guiara a esa mente inocente a un mundo de deseo, pasion y placer. Ser su maestra en el hedonismo, en el arte divino de la satisfacción y el deleite total. Diana podía tomar esa mente inocente, y transformarle en lo que ella quisiese.

Diana tuvo que abrazarse fuertemente para controlarse ante aquel fruto tentador. Sin embargo terminó aquello con un fuerte suspiro. No, no podía hacerlo. Si bien Diana creía que se debía de experimentar enteramente en el arte del placer, tambien creia que la primera vez de una persona debía de ser algo mágico, especial, y que debía de unir el alma de dos personas por el momento en que durase el encuentro. Diana no podía otorgarle eso al inocente santo.

“Ademas si es tan inexperto va a ser mas trabajo que otra cosa, y por su caballerosidad resultaría...aburrido.” Diana sonrió ante la forma en que el caballero se inclinaba frente a ella, - Mas bien creo que yo soy quien podria ayudarte a ti… - dijo Diana coquetamente, mas negando inmediatamente con la cabeza, - Pero no seria justo. Cuida esa inocencia esta bien lindo? - Diana aprovecho la posición del santo para darle dos leves y cariñosas palmadas en la cabeza. “Que lastima la verdad, esta de muy buen ver.”

**Posterior a escuchar. su respuesta puede notar que la fémina se encuentra bastante confundida, las razones eran por como se expresó el ante ella, pues nunca le habían dado un calificativo de tal envergadura, más por el tiempo en silencio observó bien su reacción y puede percatarse que sus palabras anteriores sólo fueron un calificativo en pos de coquetear un poco con él, si bien el joven de azulada cabellera tenía un pleno conocimiento por sus diversos viajes que suele ser muy llamativo a la vista de las damas, lo dicho por ella le sorprendió en demasía, en el momento que recibió aquellas palmadas mientras este hace su reverencia, empieza a indagar en su energía y puede ver que es una Sainthya, por su nivel de energía cósmica quizás una portadora de una Cloth de Plata, debería cuidar muy bien la armadura pues no recuerda haberla visto en Jamir, así que sin problema alguno eleva su mirada y le dice -Al parecer es alguien bastante espontánea, un placer conocerte- detallando mejor a la fémina, parecía ser del agrado de varios caballeros cercanos, el nunca había intentado tener una relación con nadie de sexo opuesto, lo más cercano a ello que tenía era la amistad que posee con Rin, quien le decían que era como una Idol en el Instituto.

En ese momento extiende su mano derecha y le reafirma lo dicho previamente, pero ahora presentándose de manera más formal -Mucho gusto, soy Vasant y vengo de Jamir- para poder despejar todas las dudas posibles sobre su persona, más cuando la región nombrada por él, siempre está ligada a la vida del Santuario Ateniense, ya que los nativos de esa región, son los descendientes directos de los primeros creadores de las armaduras para la Diosa Athena, y siempre en pos de ayudar a su causa como es la protección de la Tierra, dejaban que jóvenes descendientes que aprendían las técnicas de reparación y creación de armaduras, entrenarán para convertirse en parte del Ejército Ateniense -y... ¿Cómo te llamas?- le cuestiona con mucha calma para comenzar a saber más de la fémina e ir aprendiendo un poco más sobre el ambiente que rodea a Palladion, pues según lo que supo del lugar, estaba siendo llevado por el Santo de Oro de Capricornio, cuyo nombre es Nathanael, o Nate como lo mencionó el Santo de Taurus**

Diana aparto la mirada por unos momentos mientras procesaba las palabras dichas por el sujeto de cabellos largos y azules, “Definitivamente, Espontanea es el tipo de palabra que una persona llena de inocencia e ingenuidad utilizaría para describirme. Realmente debo de aguantar la tentación con este. ” Al regresar la mirada, Diana mostró una gran sonrisa similar a la cual había utilizado al saludarlo segundos atras. - Por supuesto que es un todo un placer, y todo un placer mio tambien el conocerte eh… - Fue entonces que Diana se dio cuenta que no sabia aún el nombre de aquel sujeto. Acaso lo había dicho ya y no se había dado cuenta?

Para la buena fortuna de Diana, el tipo soñador de cabellos azules y ojos pispiretos se introdujo de manera correcta. Tal parecia que Diana no había ignorado el momento en que le había dado su nombre, pues de haber sido así, el muchacho de ropaje un poco extraño para el área no se hubiese introducido. Eso o se dio cuenta que Diana no había captado su nombre y había decidido volver a hacerlo sin traer atención a su mal paso. - Ah Claro, Vasant de Jamir, hmm, si. Un placer conocerte Vasant de Jamir - Diana actuaba como si hubiese entendido aquello, mas sin embargo no había captado nada. Que era un Jamir? Porque el tipo decía su nombre como si eso explicase todo sobre el? Que pasaba alli? No lo sabia la verdad.

-Bien, Supongo es descortés el no presentarme yo tambien, asi que permiteme - Diana se aclaró la garganta, mientras llevaba una de sus manos sobre su pecho, - Mi nombre es Diana, y vengo del santuario. Ando aqui por asuntos muy importantes. - Al menos creía que eran asuntos importantes. Diana aun no recordaba porque era que estaba en ese lugar, pero el cabello largo no tenia porque saber eso. Extendiendo la mano, tomo la suya completando el ritual de introduccion entre personas. - Tu no pareces de por aqui, asi que asumire no eres un estudiante. Andas aqui tambien por algun asunto del santuario? - Inquirio Diana.

**El joven escucha con. atención las palabras que ella enuncia en su respuesta y como volteó para observar al mismo, hizo que le diese una grata sonrisa, luego de haberse presentado ambos formalmente y conocer que el nombre de la fémina era Diana, escucha su cuestionamiento y es cuando eleva su mirada un poco hacia la cúpula celestial que mostraba aquel agradable dia y es cuando extiende su dedo índice de su mano derecha para posar el mismo en su mentón antes de contestar para luego bajar su rostro y mirar a la fémina para contestarle con una grata sonrisa en sus labios -Me mandaron desde Jamir para hablar con los regentes de los institutos para Santos Atenienses, para anunciar que seré yo el nuevo encargado de la región, como de la tumba de la armadura al convertirme en uno de los doce guardianes de las casas de la Diosa Athena- estaba buscando ser lo más claro posible y aunque mencionó que era un Santo de Oro, no parece haber nada de egolatría en sus palabras, como quien realmente está sorprendido de haber logrado tal proeza.

En eso deja el dedo índice su mentón y lo mueve un poco hacia su derecha manteniendo el mismo firmemente recto y es cuando señaló -Así que vienes del Santuario, que raro estuve allá previo a venir para Alfea y no te vi por allá- en aquellos días se había encontrado con el Santo dorado de Taurus, Stanley o Stan como preferiría ser llamado, y también el altercado que tuvo con la nueva portadora de la armadura de Géminis, Calliope que terminó en un encuentro que fue bastante interesante para él, en deja de mantener su dedo índice y puede determinar que por su nivel de agilidad mental como de su energía cósmica, debería tratarse de una de las Sainthya que portan una armadura de Plata, de manera contraria no podría ir al Santuario a pesar de que el mismo se encuentra en ruinas luego del último altercado, por lo que le comentó algo bastante interesante -Puede que no conozca tanto las formas de expresarse de una persona porque mi región es muy aislada, pero puedo ver la fuerza de cada alma y lo que realmente siente- como buen Santo de la primera Casa, era alguien con unas capacidades psíquicas extraordinarias, más cuando se trataba de usar la kinesis, lo cual era algo muy llamativo de su ascendencia Lemuriana**

Diana sonrio levemente ante las palabras dichas por el ahora denominado Santo de Oro. Aquella revelación capaz merecia una reacción más fuerte por parte de Diana, pero siendo que fue entrenada por ex Caballero de Oro, que tenía que lidiar con los deseos y actuaciones de otro Caballero de Oro, y que estaba entrenando más arduamente para poder borrar el rostro petulante y por demás molesto de una tercera guerrera de Oro, no le daba gran importancia a volver a encontrarse con otro de los doce elite. “Uno creería que pasarian mas tiempo PROTEGIENDO sus casas, pero muestra mi ignorancia el creer que seria asi. ”

Finalmente, Diana solto una leve risa. Simplemente no podía evitar no estar segura en creer las palabras del sujeto de cabellos azules, pero Diana estaba dispuesta a entretener la idea, -Asi que tu seras el jefe de jefes a partir de ahora? Pues mira, es un gusto conocerlo señor.- dijo Diana haciendo una reverencia muy parecida a la que acababa de hacer el caballero de Oro, sonriendo abiertamente a cada momento, -Encargado de toda Francia, supongo que en jerarquía eso te haria solo debajo del Kyoko, que es como un Papa. Eso te hace un Cardinal. Como Richelieu!- Diana rio nuevamente ante aquella declaracion, mientras cambio el rostro a algo de confusión, -Sabes, no sabia que Francoise estuviera renunciando a su puesto aqui, despues de todo es tan joven para ser suplantada. Aunque tiene sentido que la diosa baje de su puesto de directora en Palladion. Alguien como ella seguramente tiene cosas mucho mejores que hacer que jugar a la escuelita, pero yo pensara dejaría a alguno de sus guardaespaldas…- Diana se rasco su cabeza, para luego encogerse de hombros por completo. Al fin toda esa politica a ella le daba igual.

- Supongo que simplemente nos perdimos mutuamente, llevo algo de tiempo visitando este lugar. Los asuntos que me asignaron llevan tiempo. - Diana sonrio, mientras se preguntaba que tan convincente sonaba. Después de todo, aun no recordaba a ciencia cierta que era lo que debía de estar haciendo allí. Era por eso que Diana había estado evitando a la directora del lugar. No quería hablar con ella hasta recordase porque era que había sido enviada a ese instituto. Aunque capaz solo era para evitar que matase a Ex Grulla.

**Al escuchar las afirmaciones de la fémina se sorprende un poco pues se percata fácilmente de que ella ha confundido los términos que dijo previamente el joven de cabellera azulada por lo que eleva sus brazos a la altura de la caja torácica y los oscila para negar el hecho, mientras muestra una leve sonrisa para afirmar con mucha calma -Creo que confundiste mis palabras...- posteriormente a sus palabras deja de oscilar sus brazos cuales péndulos, para bajar los mismos y mirándole a los ojos prosigue el enunciado -...a la región que me refiero es Jamir, por lo mismo te hablé de la tumba de la armadura- el claramente se muestra que no tiene el más mínimo interés en ser regente de alguno de los institutos de Athena, ya tenía una función muy importante reparando las armaduras que se suelen dañar mientras los Santos cumplen sus funciones al servicio de la Diosa.

Ya luego de unos segundos el joven de azulada cabellera se muestra un poco más tranquilo y es cuando eleva su mirada hacia la cúpula celestial, dejando la escasez de nubes del momento y el hermoso brillo del astro rey, en ello puede sentir el compás eólico que se muestra sutilmente y hace danzar su longeva cabellera, cuando baja nuevamente la mirada y detalla a la rubia le afirma con mucho gusto -No pretendo quitarle la labor a Françoise, Nathanael, o cualquier regente de los institutos- aunque si bien, era de los que le encanta leer y enseñar, también es de los que respeta la labor ajena y para el eso era primordial, si en algún futuro la misma Diosa le encomienda dicha labor, la ejecutará con sumo placer y en ese momento camina con mucha serenidad hacia un asiento cercano, en el cual se sienta sin problema alguno.

Empieza a meditar sobre los eventos que se pueden venir, ha escuchado que su Diosa y el Dios Abel, están pensando en organizar un torneo de ellos para enfrentar de manera amistosa a los Santos contra los Paladines, ya había escuchado que debería poner a tono las armaduras de todos los miembros que confirman asistencia por parte del ejército Ateniense y es cuando mira a la dama y le cuestiona -¿Conoces otros Santos Dorados además de Françoise y Nathanael?... Yo conozco a cuatro más, es complicado llegar a conocerlos todos- recordando que recientemente conoció a Stanley, el nuevo portador de la armadura de Taurus, Calliope la excéntrica mujer de pésimo vocabulario y portadora de la armadura de Gemini, además de que ya conocía a la Sainthya de Virgo, Aria y a la portadora del manto de Libra, Rin, por lo que quería conocer mejor acerca de los demás guardianes de las casas que protegen el camino al templo de la Diosa**

- Ahhhhhh - Diana llevo su puño a su mano abierta, mientras finalmente caía en cuenta a lo que el santo de Oro enfrente de ella había intentado decirle. - Si, realmente no había entendido eso. Pense que eso de “la tumba de la armadura” era una forma lujosa de decirle a la caja de pandora de tu armadura. Mis disculpas, no entendi y asumi que era algo enteramente diferente. - En verdad que Diana se había equivocado, sobre todo porque realmente creyó que el chico de cabellos azules que se había identificado como un caballero de Oro terminaria siendo el encargado de las academias. - Pero como quiera te llamare Cardenal, te parece bien Guapeton? - Diana guiñó su ojo, mientras sus palabras daban a entender que realmente no había opción sobre lo dicho.

Cuando el sujeto de ojos pispiretos y buena figura tomaba asiento, Diana lo vio como una invitación para hacer lo mismo, sentándose frente a el e ignorando las miradas celosas que varios miembros de su propio sexo le estaban dando en aquel momento. “ Y si no estoy malinterpretando las cosas, hay varios hombres tambien que me están odiando en este momento. Si tan solo supieran ” Diana sonrió suavemente, mientras escuchaba las palabras del chico de cabello azul cuya ingenuidad e inocencia eran realmente preocupantes.

Al mencionar sobre otros caballeros de Oro, Diana no pudo evitar el terminar rascándose la cabeza. Se preguntaba de donde había sacado aquel sujeto esa conclusión, pero de seguro era un hombre muy bien informado. - De esos que dijiste solo conozco a Francoise, - y conocer era una palabra muy fuerte. Mas bien Diana sabia de la existencia de la directora, y le sacaba la vuelta cada vez que estuviese a punto de confrontarse con ella. Sobre todo porque Diana todavia no sabia que hacia alli. - Conozco a Mercym quien fue el caballero de Escorpio en la antiguedad, asi como a la espantapajaros carente de tetas que es una dorada, y a Stan que es un dolor en el culo. Quien es Nathanael? -