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Mensaje por Invitado Miér Ago 17, 2016 7:08 pm

El cielo despejado se reflejaba sobre la nívea precipitación congelada, los pasos de una joven se veían marcados desde a distancia, provenientes de ningún lugar. Una capa blanca ocultaba a la vista de curiosos a la muchacha, casi mimetizándola con el inclemente paisaje. De cerca la tela blanquecina se apreciaba fina, no por lo costosa o particular del material sino por el espesor que un abrigo para el invierno requeriría para calentar al cuerpo humano.

Horas llevaba caminando, horas desde que decidió dejar atrás la entrada al reino mítico al que pertenecía. La soledad del desierto helado la hacía recordar la casa que abandono cuando apenas era una infante, así mismo le golpeaba sin clemencia el resonar de la habilidad con la cual nació… una maldición, una bendición, que la volvió el ser aislado que ahora exhibía, que pocas veces interactuaba con otros.

Si llegaba a fallar, si dejaba caer las defensas que construyo por años todo su mundo se vendría abajo; ella era la mensajera de la muerte, el frio que recorrere el cuerpo antes de morir… su sola existencia, su sola presencia marcaba el último aliento de los demás… ¡No podía permitirlo! ¡No deseaba herir a nadie! La cordura de la ansiedad que la embargaba cuando otros estaban cerca se tambaleaba con peligro, amenazaba con volverla loca y desatar el desastre bajo cero.

No lo dejes salir, no lo dejes salir ― musito la suave voz bajo la capucha, mientras dos manos enguantadas dejaban la calidez de la capa ― Solo es una visita rápida… ― se animó bajando las mano al tiempo que se detenía para observar la entrada a la pequeña aldea boreal ― No debes abrir tu corazón, calma y todo saldrá bien ― se mentalizo franqueando el pórtico de piedra congelada que muy arquitectónicamente los pueblerinos nórdicos habían erigido en la entrada de la villa.

Sin quitar la capucha blanca, sin ver ni hablar con nadie procedió a la tienda dónde compraría lo necesario para soportar unas semanas hasta que Inverna se recuperara…

Hablo // Pienso // Narraciòn
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Mensaje por Invitado Jue Ago 18, 2016 2:16 pm

Un día nefasto en los territorios de Asgard,  abandonada por la voluntad de los dioses solo habia hielo y frio, una región donde los que no tenían fe en su dios, eran desterrados. El clima, como siempre, insuportable. Ya hacía cuatro años, habían sido enviados jóvenes desde todos los lados, en un entrenamiento duro. La prueba más cruda de esa región, era simplemente sobrevivir a las intemperies del tiempo. frio y tormentas, dos cosas que deberían ser conocidos por Abyss, el único entre todos los dioses guerreros que era considerado un dios . La mayoría de ellos, habían entrenado duro pero abyss ya de por si tenía un potencial bastante elevado a cualquier dios guerrero.El pasiaje no pintaba muy bien para el peli azul  que había estado durante cinco largos días, encima de una montaña sin comer ni dormir solo meditando mientras le caia la capa de nieve. Estaba a punto de colisionar y entrar en plena bajada de temperatura. Los trozos de nieve se levantaban en el aire, y el chico tenía que aguantar como podía. La última parte de su larga meditación para después luchar sin duda alguna contra cualquier traidor o invasor

Unos pasos pesados se escucharon sobre la estructura de la montaña. Asomó la cabeza por la boca del misma.

- ¿Sigues vivo, basura? -

preguntó con cierto sarcásmo, para Después mandar a cuatro soldados rasos asgardianos a por el.

- ¡Sacadle de ahí! Es hora de que muestre lo que sabe. -

Dijo uno de ellos. Las condiciones de Abyss no eran las mejores, había pasado una semana en el fondo de aquella montaña nevada. Deshidratado, hambriento, y quizás con un cosmos bastante inferior al que tendría normalmente. Los soldados sacaron al muchacho, cruzando el pedestal donde la caja de su armadura descansaba, y lo tiraron sobre las nevadas piedras del lugar. El frio era insuportable, ¿podría abyss pelear en dichas condiciones? El soldado se estaba preparando, echándose delante del joven un jarrón de agua encima.

Fue lo peor que pudo hacer ya que este en un arrebato al abrir los ojos creo una explosión de llamas tan grande que podia verse desde cualquier punto de asgard demostrando que aun asi tenia un potente cosmos muy parecido al de un dios,las llamas derritieron completamente el hielo en la montaña y incinero a los soldados rasos,Abyss se levanto y cogío la comida y bebida de un unico superviviente de ese infierno llameante que creo,lo dejo vivir asi que le dijo que se marchara,a los pocos minutos guardo su armadura y bajo la montaña a la velocidad de la luz presentandose justo en el pie de dicha montaña ahora descongelada completamente.
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Mensaje por Invitado Sáb Ago 20, 2016 8:18 pm

La ansiedad de estar en una villa la carcomía, la ansiedad de verse rodeada de personas inocentes que no sabían que en cualquier momento ella podría estallar y dañarlos. Marìa detestaba estar en lugares dónde cualquier paso en falso causaría pérdidas humanas. Ella se definía como una bomba de tiempo helada, cualquier pequeño detonante la haría explotar y volver un gran radio un desierto gélido, sin embargo, y pese al pesimismo sobre el control de sus habilidades, la joven no estaba al borde de ningún colapso mental… ella solo temía, y el miedo era su enemigo.

Por fuera, Marìa se percibía como una mujer fría, distante y seca, como una Reina Inalcanzable. A muchos le desagradaba, lo cual siempre resultaba ser el objetivo número uno de la atlante, ya que las barreras invisibles de la fingida indiferente personalidad espantaban a las personas trayendo como conclusión que estarían a salvo de los congelante poderes descontrolados de la dama.

En la tienda, mientras fue acosada por las miradas curiosas de los pocos compradores, se dedicó a seleccionar los artículos que necesitaba para sobrevivir una semana sin la Sirena que se encargaba de abastecer el pilar nórdico para ella. Algunas frutas, algunos productos deshidratados, una pequeña variedad de dulces, productos de higiene personal, sobre todo ese delicioso jabón con olor a jazmín y algo de pan recién hecho.

Al salir de la tienda, se dirigió a la salida pero justo en ese instante, con la canasta de las compras en la diestra, sintió la explosión de un cosmos poderoso y luego vio la llamarada. A lo lejos algo o alguien había hecho arder el invierno… ¿Un enemigo? ¿Un guerrero de otro reino? ¿Qué, quien, por qué? Multitud de preguntas, ninguna respuesta. Los aldeanos murmuraban, algunos se refugiaron en sus casas diciendo: "No debían molestarse a los Dioses, no ir contra su voluntad”

No pertenece a la doctrina de Mi Señor Poseidón ― medito la joven, apretando el aza de la canasta ― … podría estar alguien herido… yo no sería de ayuda… yo…― se debatió por unos minutos hasta que decidió ir a investigar lo sucedido… quizás encontraría algo interesante, tal vez solo no quería volver a la soledad del Pilar.
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Mensaje por Invitado Dom Sep 11, 2016 4:51 pm

Abyss una vez descendido la montaña comenzo a caminar,por cada paso que daba la nieve se evaporaba por el calor producido por su cuerpo era normal el era el mas cercano a un dios su poder era casi divino,pero tenia un cuerpo con limites por lo que al llegar a el pueblo de Asgard,se apoyo contra una pared mirando a los habitantes de reojo mientras se escondían en sus casas perfectamente sabia que abyss era uno de los dioses guerreros mas peligrosos,continuó caminando hasta encontrarse con una extraña chica que portaba una cesta,le pareció raro ya que no se escondía de el,Abyss se aproximo hasta la chica mirandola de arriba a abajo,podia sentir el cosmos que la chica poseia asi que dedujo que era una guerrera pero de asgard? quien sabe jamas la vió por aquellos lugares,mas su mirada fria se interrumpio por la llegada de un soldado el cual dijo que lo escoltaría hacia palacio para que curaran las heridas y el cansancio que en ese momento tenía el dios guerrero y para apresarlo en las mazmorras por el echo de haber estado ausente y sin responder al representante de odin,mientras se marchaba a palacio el guardia le puso unas esposas para evitar que Abyss lo golpease volteo se cara hacia la chica mirandola de reojo,mientras el dios guerrero camina hacia palacio con una mirada perdida de el cansanció y pronunciaba unas palabras.

-esa chica.....es peligrosa si se la deja suelta por Asgard-

al decir eso varios soldados la rodearon para interrogarla mientras Abyss esposado contemplaba la esccena
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Mensaje por Invitado Mar Sep 13, 2016 7:56 pm

… no es normal, pueden necesitar ayuda ― debatía la joven de cabellos rubios, había visto la magnitud de la explosión, había sentido que se trataba de la energía cósmica de un guerrero… una energía cósmica que solo presidia problemas de índoles bélicos, si en la lejanía se desarrollaba una pelea quizás alguien saliese herido… tal vez alguien necesitaría ayuda, ayuda que ella podría dar.

Petrificada se quedó en el medio de la villa, con la cesta de vivires en una mano y la mirada clavada en el invernal suelo. El debate interno sobre lo que debería hacer la ensimismo, la retrajo por completo haciéndola olvidar que se encontraba en medio de una tierra que no pertenecía a la de Su Señor, una tierra que sin bien la proveía sin saber de alimentos también albergaba a guerreros que, aunque no eran enemigos, tampoco representaban lazos de amistad inquebrantable.

La brisa agito la capa de la dama, al mismo tiempo que sentido la mirada penetrante de alguien sobre ella. Había estado sintiendo la curiosidad de los ojos de los oriundos pero esta vez había un “no sé qué” que la hizo sentir escalofríos, por ende dejo los pensamientos de un lado para intentar capturar con la vista al autor de tal estremecimiento. No tardó en encontrarlo, un hombre de cabellos oscuros y sólida mirada ambarina. La observaba como si fuese algo más, como si solo con desearlo desarmaría su alma, sus demonios y secretos. Fue incomodo pero años de indiferencia le sirvieron para no mostrar nada exteriormente, manteniendo la mirada fría y azulada contra la ámbar.

Lo siguiente en suceder fue muy extraño, soldados esposaban al masculino. ¿Se trataba de un delincuente? No lo sabía, de lo único que estaba segura Marìa era que mejor continuaba con su camino, aquel espectáculo no podría traerle nada positivo.

“Esa chica.....es peligrosa si se la deja suelta por Asgard”

La voz masculina la hizo detenerse, la tomó por sorpresa la afirmación del asgariano pero aun más que los guardias que lo apresaron fuesen tan diligentes en atender la orden de un “privado de libertad”. En los segundos siguientes, Kraken, pensó en salir corriendo, huir y regresar a su pilar, deteniendo a los hombres con algo de su poder… pero hacer tal acción podría desencadenar malos entendidos entre los dos Reinos vecinos, lo mejor era demostrar su inocencia y luego se iría para no salir nunca jamás de su pilar.

Dejando la cesta en el suelo extendió las manos para que le colocaran las esposas, sin ningún tipo de resistencia ¿Por qué debía temer? Ella no era un peligro para nadie ahí, los comentarios del moreno pronto serían desacreditados.
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