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Nieve de Espadas - Batalla

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Mensaje por Invitado Lun Ago 22, 2016 12:08 pm

Recuerdo del primer mensaje :

El sol se ocultaba por el horizonte, las aves migraban en busca de la luz, las olas rompían con parsimonia en la costa griega. La calma del paisaje de ensueño llevaría a cualquier alma a un estado de relajamiento ideal para encontrarse consigo mismo en la meditación de la soledad.

Muchos guerreros preferían los entrenamientos y batallas rodeados de espectadores que aplaudieran y vitorearan cada golpe, cada victoria; otros preferían la tranquilidad del mutismo para conectarse con la mística energía llamada: Cosmos. Cada individuo lo manifestaba de diferentes maneras, algunos a través de elementos, otros por medio de fuerza sobrehumana, muy pocos por acciones menos convencionales.

Todos deseaban alcanzar el desarrollo de los distintos sentidos, todos anhelaban proteger con las más sagradas armaduras las convicciones de los Dioses a los que seguían por fe, amor u otra emoción. Desde los que solo lograban armaduras de rasos hasta los que llegaban a la cima de los ejércitos, en cada reino existían pocos mantos que reflejaban, resaltaban y exhibían la gloria de ser los mejores, más devotos y líderes sigilosos de las batallas más peligrosas, de las batallas decisivas… de las batallas de muerte.

En el Reino Marino, a los poseedores de las escamas de elevado rango se les conocía como Generales, cada uno custodiaba un pilar que sostenía a los mares de la deidad. El General Marino de Kraken, tenía bajo su custodia el pilar del Océano Ártico.

Ese día en particular, El General de Kraken se hallaba dando una ronda de rutina por las cercanías de unas de las entradas al Reino Marino: Cabo Sunion. Fue una coincidencia que las caminatas que realizaba para desprenderse de la soledad la llevara a ese lugar bajo la justificación de “Rondas”. A veces la joven necesitaba alejarse de los silencios que se impuso, de las paredes del pilar dónde vivía encerrada desde hacía más de 10 años. Pocas veces salía a la superficie, le daba miedo su habilidad, le aterraba hacer daño a los demás.

Con el lacio cabello rubio, casi platinado, recogido en un rígido arreglo miro el portal que llevaba a la superficie. Solitario y peligroso por donde cualquier enemigo podría franquear al lecho marino, a la ciudad perdida. Un lugar así debía ser resguardado por varios soldados, en esos momentos no se veía ninguno… ¿Dónde estarían?

Entonces… lo sintió… un cosmos más allá… un cosmos que no pertenecía a ningún seguidor de Poseidon ¿Qué debía hacer? ¿Salir e interceptarlo? ¿Esperar y preguntarle sus intenciones?
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Nieve de Espadas - Batalla - Página 2 Empty Re: Nieve de Espadas - Batalla

Mensaje por Invitado Jue Oct 13, 2016 7:58 pm

El cosmos dejaba el cuerpo de la hermosa General Marino, la escarcha escarlata buscaba aprisionar al temerario Caballero Dorado, que en su osadía se atrevió a llegar peligrosamente al territorio gobernado por Poseidón. El oscuro cabello, los azules ojos cristalinos reflejaban una personalidad dura y osca, y aquella sonrisa prepotente demostraba la confianza que tenía sobre las habilidades de la décima casa zodiacal, sin embargo, no se enfrentaba a cualquier siervo de Neptuno, subestimar a la joven Kraken solo desencadenaría su derrota con el dolor físico y emocional que acarreaba.

Arriesgado, o muy estúpido, definir al hombre que se enfrentaba a Marìa resultaba complicado. Los ojos azules de la noruega siguieron cada movimiento del hábil guerrero, quien uso lo que restaba de la defensa para impulsarse y evitar congelarse con el suelo, saltando muy por encima de la cabeza de la dama de los inviernos ― No lo creo… ― pensó cuando dedujo lo que buscaba con aquel acto de ofensiva, atacarla por la espada aprovechando la velocidad pero dejando una importante variable de lado, ella también era una guerrera de alto nivel, ella también era muy veloz.

Invocando el cosmos, rodeándose con la maravillosa energía de su alma, empezó a gestar la contramedida al ingenuo ataque de Capricornio. Al caer sobre el suelo, el cosmos de la fémina ya se había infiltrado en este, por medio de su habilidad Tejido de Escarcha manipularía todo el congelado campo de batalla para la victoria inminente que se aproximaba. El dorado lanzo su lluvia de excalibur ― Lagrimas congeladas ― dijo, haciendo aparecer los pilares que la protegían de cualquier ataque, repeliendo el mismo, pero antes de que desapareciera lo hizo estallar enviando nuevamente pedazos cortantes de hielo hacía el oponente… mientras los evitaba, emprendió el principio del final…

La capa de hielo empezó a transformarse, por detrás del hombre, cuya delantera estaba cercana por las venideras filosos restos de la defensa. El hielo se alzó, como si de una masa nívea azulada se tratara, impidiendo la huida por detrás y los laterales del masculino, por delante las agujas. Todo pasando al mismo tiempo, todo pasando muy rápido. Sin darle opción de salvarse, lo aprisiono con la nieve, justo al tiempo que los restos de la defensa entraban en el rango de acción. Una bola de nieve en cuyo interior se masacraba a un arrogante servidor de Athena.

La mirada de Kraken se mantuvo en la esfera, los minutos parecieron horas, no hubo gritos ni suplicas, la tortura la aguantaba el Dorado con vehemencia. Una vez supo que le había vencido, hizo desaparecer la prisión circular, un cuerpo herido, sangrando y casi inconsciente se revelo. Usando un poco más de su habilidad, dio origen a esposas en las manos y pies de Capricornio ― No te mataré, no hay motivos para muertes innecesarias… ― se dirigió a él mientras acortaba la distancia ― … aléjate de la Atlántida, porque no doy segundas oportunidades ― sentencio pasando por un lado para volver al reino submarino y encargarle a unos rasos que llevaran al casi muerto Santo a las afueras de Rodorio…




Tecnicas:



OffRol :: Sebastian, muchas gracias por el entrenamiento. Me ha servido de mucho, como no sè si vas a regresar o no, procederè a cerrarlo.
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