Lecture in the Black

10 años antes

Un año fue suficiente para que el chico aprendiera a encender el cosmos a voluntad. Aunque de todas maneras era apalizado en las noches y masacrado en las de luna llena, la diferencia de condiciones entre el punto inicial y el de un año después era similar a la de una caída por un acantilado. Incluso ya era capaz de valerse por si mismo y de mandar a los matones de los suburbios contra las paredes de los edificios por donde pululaban. Y solo para que tomara consciencia de lo que era el lidiar con algo de responsabilidad Mugen le había dado la tarea de conseguir trabajo y comprar la comida el sólo, por lo que sus días se dividían en dormir un poco en la mañana, levantarse y cargar mercancía a todas las tiendas y sus lecciones físicas por las noches, en las que además determinaba la naturaleza del cosmos practicando - según el juicio de Mugen, lo que a él le iba era aprender a la mala y con eso quería decir, apalearlo hasta que el concepto se le grabara como el fuego.

Luego de dos semanas desde la luna llena llegó la luna nueva, un periodo curioso ya que en el cronograma de Mugen significaba más golpes o bien, solo una lección ligera. Esa noche empezaron a caminar por el sendero a oscuras, la ciudad apenas una antorcha en el horizonte y los postes un negro sólido que sin embargo palidecía contra la ilusión de la noche sin su astro maestro en alza; incluso las estrellas se veían deslustradas, como si lo único existente fuera una masa negra que los rodeaba desde todos los ángulos posibles.

-Ahora ya tienes una idea de como se enciende el cosmos, aunque no eres el mejor al hacerlo. Te falta práctica, práctica y disciplina.- Le dijo Mugen, avanzando en silencio. Ni siquiera se podían oír a las cigarras que normalmente cantaban sin cesar. -Vas a necesitarlas si piensas seguir el camino marcado por las estrellas chico.-

-Las estrellas no se ven aquí.- Espetó Rintaro con un bostezo, sus dientes un blanco contrastante con el negro dominante en la escena. Sus ojos también brillaban de manera inusual.

-Si tuvieras la disciplina y la practica serias capaz de sentir su pálpito, chico. No es solo verlas, es sentirlas. El cosmos es eso, sentir tu universo interno y el universo que existe aquí afuera. Todo es uno, uno es todo.- Explicó Mugen levantando la derecha, manifestando su cosmos. En la punta de sus dedos se manifestó aquella galaxia que el japonés conocía tan bien, girando y rompiendo con el patrón negro en que se había transformado el mundo. -Te contaré una historia y más te vale escuchar con cuidado.- Advirtió, usando su tono serio. Aunque Rintaro no estaba impresionado o intimidado, simplemente lo dejó. Prefería no andarse con pendejadas cuando se ponía así.