Brave One~

“Oh por Hades...De haber sabido que el problema seguiría, no me hubiera tomado estos días de descanso…solo espero que esos inútiles no hayan hecho nada malo en mi ausencia.”

El sonido que sus zapatillas hacían al caminar por uno de los pasillos del castillo era bastante fuerte, lo cual reflejaba de alguna manera su estado de ánimo tras una noche sin poder descansar correctamente. Hacía un par de semanas que una pesadilla bastante peculiar no le permitía obtener una noche de sueño completa, pues en esta escuchaba dos voces llamando su nombre, una perteneciente a un hombre, y la otra a una chica, a quien, debido a la imposibilidad de ver su rostro, imaginaba un poco más joven.

Más que el hecho de no descansar, le desesperaba el no saber el significado de ese sueño tan recurrente, y el tener una sensación de estar olvidando algo, solo empeoraba su mal humor.

¿Quiénes eran esas personas? ¿Por qué no podía verlos? ¿Qué clase de relación tenían con ella?

Un sinnúmero de preguntas inundaron su mente mientras caminaba, necesitaba respuestas, pero antes de que pudiera comenzar a buscar una manera de encontrarlas  ya había arribado a su destino, uno de los salones principales dentro del castillo Heinstein. Sacudió ligeramente su cabeza, por más urgente que resultara su situación, debía cumplir con sus obligaciones como parte de los jueces del inframundo, y para ello primero que nada, debido a su ausencia, necesitaba saber con sumo detalle la situación en la que se encontraba el ejercito que luchaba en nombre de Hades.

Sin mucho esfuerzo empujo las dos puertas que daban entrada al salón, a donde había mandado a citar con antelación por medio de uno de sus subordinados, a algunos de los espectros que eran considerados los más confiables; Dio un par de pasos más, adentrándose en la habitación solo lo suficiente como para que su presencia fuera notoria, dando por hecho que los que se encontraban en ese lugar tenían conocimiento acerca del puesto que desempeñaba. Tomó un par de segundos para observar a cada uno de los presentes, antes de comenzar a hablar.

“Escúchenme bien, que solo lo diré una vez …Hoy no tengo la paciencia suficiente como para soportarlos a todos, así que necesito un valiente que pueda informarme completamente de la situación actual, solo uno…El resto de ustedes lárguese de aquí cuanto antes y tal vez les perdone la vida por el día de hoy.” Dijo sin más, mientras cruzaba ambos brazos por enfrente de su torso, esperando que alguien reuniera el valor suficiente como para decidir quedarse.

La estancia estaba repleta pon un pequeño grupo de espectros a los cuales se les había llamado para presentarse dentro del castillo. No todas las estrellas malignas habían sido llamadas puesto que dentro del averno había prisiones que demandaban las más altas supervisiones para tener un lugar lleno de sufrimiento a raya. Algunos de los asistentes se habían formado en grupos y comentaban cosas banales que le hacía recordar los días de antaño como simple mortales. Roldan, como de costumbre prefería apartarse de casi todos, siempre se le veía huraño y distante pero eso no era indicativo de que fuese un mal elemento, al contrario, contaba con la plena confiaza de su comandante para condenar a las almas tal y como lo hacía el juez de Ptolomea.

Los murmullos cesaron cuando por las puertas arribó uno de los comandantes en jefe y su semblante no deparaba nada bueno para cualquiera que osara cometer una imprudencia delante de la que ahora era considerada uno de los jueces del averno. Mirajane de Wyvern avanzó por la estancia con paso decidido sin perder el toque de imponencia y con cara de pocos amigos acalló con su sola mirada, el barullo que había antes de su llegada. Uno a uno los espectros reunidos fueron apostandose en sus respectivos sitios. Roldan avanzó con el casco acunado bajo su brazo y se mantuvo firme escuchando las palabras de su superior inmediato.

Algunos espectros reflejaron en sus semblantes una expresión de alivio pues era claro que la jueza no esperaba tener un publico tan concurrido, sabía que era un desperdicio de tiempo y recursos dejar a los espectros lejos de sus destacamentos por lo que varios, so pretexto comenzaron a desfilar ante ella no sin antes ejercer una leve reverencia en señal de respeto para poder retirarse de la amenazadora presencia de la jueza que esperaba impaciente escuchar un informe sobre el actual estado de las huestes del señor Hades. Roldan miró con deferencia a los que se retiraban comprendiendo que ninguno tenía el valor de hablar y correr el riesgo de sufrir un castigo por el lamentable estado que mostraban las huestes del reino de los muertos.

Rompió filas y avanzó al centro pero en lugar de mostrar el tipico saludo con el que los demás se iban retirando se inclinó posando su rodilla izquiera sobre el suelo y con la vista clavada en el suelo comenzó a hablar para atender a las demandas que esperaba la jueza de Wyvern.

- Lady Mirajane quiero tener el honor de ser el heraldo para dar el informe oficial sobre el ejercito de nuestro señor Hades. - Se mantuvo a la espera de que la jueza diera su aprobación mientras los últimos espectros en la sala le miraban ajenos y aliviados por no ser ellos quienes estuvieran al borde de despertar la furia de uno de los máximos dirigentes con los que contaba la armada inmortal del señor Hades.

Uno por uno los espectros comenzaron a abandonar la sala, carentes del valor suficiente como para entablar conversación con ella, a sabiendas de lo que hasta el mínimo error podría provocar. Por un momento pensó que simplemente dejarían al último que quedara en la sala a que completara la labor, como solía suceder.  Pero para su asombro, de entre los presentes uno decidió “arriesgarse” ,detalle que no pasaba muy seguido.

Observó al joven durante unos segundos, antes de girar su rostro hacia los asistentes que aún no terminaban de retirarse de la sala, presionándoles psicológicamente al mirarlos de mala manera, para que hicieran su salida más rápida.

Al escuchar al último de ellos salir, cerrando ambas puertas detrás de si, fue que comenzó a hablar, necesitaba conseguir la información cuanto antes, pues así  determinaría si era el tiempo correcto de darle un buen golpe a otro ejército, o si lo mejor era esperar a que sus filas aumentaran en números.“…Reconozco tu valentía, la mayoría huye cuando me ve…Y no los juzgo, a decir verdad yo haría lo mismo…” Hizo una breve pausa, para dejar bien claro que no era una persona a quien se pudiera tomar a la ligera. “Levántate e identifícate…Espero y tengas presente que no vengo a perder el tiempo, así que en pocas palabras dime la situación en la que nos encontramos.” Mencionó con firmeza, esperando que esos días que tomó como descanso personal no hubiesen causado mucho impacto, sobretodo en el desempeño de las actividades que los espectros bajo su cuidado realizaban.

Con la mirada fija sobre el suelo el espectro de Ptolomea escuchó los pasos de los últimos asistentes saliendo por la estancia. La sala quedaba aislada solo para que Roldan pudiera dar su informe sin la presencia molesta de espectros temerosos por la presencia de Lady Mirajane. Escuchó las palabras de su superior asintiendo sin cruzar la mirada con ella, no por miedo si no en señal de respeto. Irguiéndose en su totalidad levantó el rostro y con voz neutra comenzó a hablar.

- El espectro de Balrog Roldan lady Mirajane. - Suscinto en sus palabras no argumentó mucho ni se extendió en elogios hacia su interlocutor. La diligencia era primordial pues hacer un reporte extenso redundaría bastante en temas que podrían tratarse de forma indirecta y que no absorbieran el tiempo valioso de Mirajane. - Intentaré ser breve y claro. - De su mano unos rayos comenzaron a forjarse para transportar su gran libro de almas, mismo que siempre usaba para anotar cada evento ya fuera de los pecados de los mortales como de los sucesos importantes entre las filas del averno.

- Todas las tropas andan faltas de disciplina, la mayoría de los espectros han aprovechado la ausencia de los líderes para salir de filas y escapar a la superficie para revivir sus pasadas vidas mortales. El personal está por debajo del porcentaje aceptable para llamarse en si un ejercito. Recomiendo el uso de castigos severos en cada regimiento. Solo unos cuantos continúan en su deber pero estoy seguro que ahora que usted se hará cargo de las tropas se lo pensaran mejor para dejar sus responsabilidades de largo.

Hizo una breve pausa dejando el tiempo para que el juez asimilara aquellas palabras. Roldan hizo desvanecer su libro con un suave movimiento de mano retomando el dialogo que había comenzado. - Por supuesto le haré llegar un reporte más extenso para que lo examine cuando disponga de mas tiempo donde están los nombres de algunos espectros que si se toman las cosas en serio. Usted sabrá si es viable condecorarlos o no. - Se mantuvo firme esperando las conclusiones que pudiera tomar el juez de Caina y sus posibles ordenes si es que necesitaba de un espectro de su clase. Roldan sabía que ahora que un juez retornaba a las huestes de su señor Hades las cosas irían para mejor pues cada espectro siempre se volvia indisciplinado cuando la falta de autoridad se hacía presente.