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Mensaje por Invitado Lun Ene 30, 2017 2:06 am

Primera persona

Mediodía. El sol en lo alto, con el cielo apenas sin nubes. El sonido de los autos y el transito, las personas recorriendo las calles, la gente trabajando en los locales. Todo eso llegaba a mis oídos mientras contemplaba la ciudad a través del vidrio que formaba la separación entre el exterior y el interior del departamento. Estaba en el doceavo piso del edificio, en el centro de la ciudad. El mejor departamento que había podido comprar en Kaus, rodeado de otros también impresionantes rascacielos. Definitivamente no era el Domus Aurea que otro de los “yo” pasados había mandado a construir, pero era un lugar bastante lujoso y agradable para vivir.

Estire con cierta pereza los brazos hacia arriba, aburrido de la espera. No estaba vestido como usualmente y una prueba de esto es que de mi apariencia lo más destacable ahora eran tanto mi cabello como mis cejas únicamente. Llevaba unos pantalones gris oscuro y zapatos negros. Una camiseta de mangas largas con cuello en V de color violeta opaco. Por suerte las cicatrices del entrenamiento eran fáciles de ocultar solo con esa ropa. Después de todo prefería que el cliente no se enterara de este tipo de detalles… Vender información era algo en lo que ganaba dinero y si querían saber algo de mí mismo era mejor que pagaran. Fue mientras pensaba en eso que el timbre de la puerta sonó. Me di la vuelta dejando de ver el cielo y me acerque al escritorio.

-Ah ah, luego tengo que ordenar esto- mencione al ver el estado de la mesa. Dos computadoras se hallaban en el costado derecho, al lado de esto había una pequeña pila de celulares entre los que debía haber aproximadamente entre 6 y 10. De la parte derecha algunas hojas en blanco desparramadas y un par de juguetes encima de estas (pelotas, muñecos de distinto tipo, incluso también la muñeca que había usado en Halloween). Moví las hojas dejando ver un botón y cuando lo apreté la puerta del departamento hizo un click- Entre, está abierto, oficial de la policía a cargo del caso de la “Resurrección de Ripper”, Takahisa Mikoto-san~

Al escuchar que tenía permiso, la puerta se abrió y por ella entro un hombre con una gabardina café, de facciones duras y cabello corto castaño. Respetuosamente se acerco al escritorio y le hice una seña para que se sentara en la silla frente a mí, yo haciendo lo propio y quedando enfrentados. Él suspiró, antes de empezar a hablar.

-¿Usted es Joeri Unfenscheit, verdad? Un gusto conocerlo- el saludo formal, aunque realmente parecía incomodo de cómo había sabido su nombre y todo.  

-Con Joeri está bien Takahisa-san- murmure sin demasiado interés por el detalle de mi nombre (después de todo un apellido falso que significa Avaricia en alemán no era algo demasiado original si uno pensaba en el Lord de la Avaricia, al menos me había dignado a no decir directamente “Joeri Avaricia” como nombre, sería el colmo de los colmos~).-¿Y bueno, en que puede servir a la policía este servidor?

-Usted ya debe saberlo, ¿no es así señor Unfenscheit?- al parecer realmente se iba a negar usar mi nombre, ¿verdad? De acuerdo, si así quería.-…Estamos trabados en el caso que usted menciono. La “Resurrección de Ripper” es decir demasiado, los casos no son personas destripadas en mitad de la calle pero aun así ha provocado algunos problemas a la policía con respecto a los medios. No podemos avanzar por culpa del escándalo y por eso no logramos encontrar una sola pista. Por mínimo que sea necesitamos algo que nos permita ponernos en marcha… Por eso requerimos de sus servicios, se lo ruego.

¿Requerir de mis servicios? Los vendedores de información usualmente usados por la policía, organizaciones del bajo mundo y demás personas, trabajan como barmans en clubes nocturnos o como guardaespaldas en bares. Mayormente son gente cuya ocupación les permite de manera natural adquirir información, tal como sospechosas tabernas o cabarets, y tratan la venta de información como un trabajo menor.

Pero yo no era como ellos, ser el Lord de la Avaricia me había dado ventajas. Conectando a todos esos informantes “a tiempo parcial” y creando una red de información cual red de araña (aunque prefería pensar en esta como un sistema de raíces pero el ejemplo era mejor de la otra manera). Manipulando esa red era capaz de enterarme de todo lo que se movía en el bajo mundo de los humanos. La codicia humana era fácilmente utilizable de esta manera.

Lo entendía, entendía perfectamente que esta línea de trabajo –esparcir rumores y exigir dinero por ello– no era buena. Pero que importaba, si el mundo estaba lleno de personas más despreciables que gustosamente entregaban su dinero para oír las debilidades de otros. La codicia era un pecado porque llevaba a la gente a hacer lo que sea por el dinero. Ser un servidor de Perséfone no era lo único en mi vida, tenía que hacer otras cosas o no podría disfrutarla plenamente como deseaba. Mi vista analizo al hombre quien parecía esperar una respuesta…  

-Mmm, pues si tengo una información que podría estar relacionada con el crimen, pero como sabe oficial, yo no hago nada si no me es mostrado el dinero~- murmure tecleando en el ordenador. El hombre parecía calmado, pero cierto nerviosismo se reflejaba en los ojos… Curioso, parecía la clase de hombre honrado que realmente quería detener a los criminales, un “Héroe de la Justicia”. Había ayudado a la policía antes, pero incluso así eran contadas las ocasiones en que me encontraba con gente como él. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y tome el sobre que me era entregado. De este saque uno de los fajos de billetes, contándolo, para luego observar el resto. Si, había más que suficiente por la información. Asentí con la cabeza antes de voltear el monitor de una de las computadoras, dejándolo a la vista del hombre.

En la pantalla se mostraban algunas de las fotografías de los crímenes del misterioso asesino. Los cuerpos donde habían sido dejados y el distinto tipo de mutilaciones que habían ocurrido, siempre faltando una pieza del cuerpo que terminaba siendo encontrada a exactamente 3 metros de distancia. Era sangriento pero definitivamente no llenaba la leyenda de Jack. Era una mezcla de recortes de distintas noticias, imágenes tomadas por civiles y posteadas en las redes sociales así como otras más que solo tenía yo de algunos contactos. De uno de los cajones del escritorio saque otras tres fotos, pero en esta ocasión no eran escenas perversas de muerte, sencillamente fotos de las caras de dos hombres y una mujer.

-Estas tres personas fueron vistas cerca de varias de las escenas de los crímenes antes o después- esas palabras iban acompañadas de mi dedo señalando las caras con una mano y las fotos de la computadora con la otra. La cara de uno de los hombres y los lugares donde había sido visto, la cara del otro hombre y los lugares donde había sido visto, la cara de la mujer y los lugares donde había sido vista. Así fui pasando de esa forma.- Sus nombres son Micaela Bellzenia, Adam Loartrei y David Malik. Detrás de cada foto hay información de cada uno de ellos, si le interesa quedárselas~

Me pause un momento, dejando que el oficial revisara los perfiles que había frente a él. Cuando levanto la vista yo estaba jugando con la pelota, apartándola cuando era obvio que quería que continuara.

-¿Algo más? ¿Algo que identifique al principal sospechoso?

-Oh, parece que realmente esta apurado oficial~ Al punto de preguntar opiniones a un civil- antes de seguir señale la foto de David Malik, un hombre de aparentemente 30 años, con una cicatriz en el lado derecho del labio, pelo corto oscuro.- Este tipo sería mi principal sospechoso si fuera detective, es en el que más lugares se lo ha visto de entre los tres, también según un vecino suyo lo ha visto actuando extraño y mas encerrado que de lo costumbre. Trabaja de carnicero y todos los asesinatos tienen cortes demasiado limpios para que los haga un simple novato~

…El hombre me observo con dureza, suponía que no le gustaba estar recurriendo a mí, eso o no aguantaba mi sonrisa (me pasa a menudo). Pero por otro lado un brillo de alegría estaba en los ojos, al avanzar más sobre la pista del caso (después de todo con lo que le dije el sospechoso ya estaba casi confirmado como culpable). Solo pude verlo levantarse y estirar la mano hacia adelante, esperando que la estreche. Lo hice pero al contrario que el otro permanecí sentado.  

-Muchas gracias por la información, señor Unfenscheit-dijo el hombre apretando mi mano mas yo solo asentí con diversión.

-No es nada, oficial, después de todo para eso están los informantes.- Solté su mano y el hombre guardo las 3 fotos  se empezó a marchar, avanzando hasta la puerta. Cuando toco el pomo de la puerta giro la cabeza, haciendo un ademan de despedida. Levante la mano haciendo lo mismo. -Bye bye~

Salude con la mano al oficial hasta el momento en que deje de verlo. Escuche el sonido de la cerradura de la puerta, señal de que ahora esta no se podría abrir de afuera. Abrí los parpados y una sonrisa zorruna se esbozo en mi boca. Había algo muy interesante acerca de los informantes que en ocasiones los clientes olvidaban tras recibir su información. Trabajábamos para todos, sin hacer distinción entre la ley. Por eso aun si había informado a un policía eso no significaba que no hacia tratos con criminales, después de todo el dinero era lo que movía el mundo, daba igual a quien perteneciera~ Estire mi mano a uno de los celulares en el escritorio y marque rápidamente el numero, hablando instantáneamente que del otro lado escuchara un “¿Hola?”.

-Hio, hio, David-chan~ Te llamaba para darte la información que me habías pedido… ¿Eso de que te notificara si me enteraba que la policía estaba sobre tu pista? Buuueno… resulta que eres uno de los sospechosos del caso y me atrevería decir que el oficial a cargo sospecha principalmente de vos~ De hecho es muy probable que ahora se dirijan a tu casa-fue lo único que dije en un tono optimista, divertido, como si hablara de un chiste que me causaba mucha gracia. Después de todo lo era, el oficial de policía busco la ayuda de un informante para atrapar a un criminal que también dependía del mismo informante. La vos del otro lado de la línea evito que pudiera seguir hablando, con un tono nervioso y estresado.

-¡¿Qué?!  ¡¿Cómo que ahora están yendo a mí casa?! ¡Este no era el trato! ¿Por qué no me lo dijiste antes?- por su tono no pude evitar imaginármelo con una ligera espuma en la boca por la rabia, observando a todos lados preguntándose qué hacer ahora con lo que le había dicho y tuve que reprimir la risa, apartando el teléfono para que no escuchara ni el mínimo rastro de esta. Tras esto volví a llevar el teléfono a mi oído, haciendo un sonido de sorpresa ante lo último que dijo.

-¿Mm? ¿Qué porque no te lo notifique antes? Te había prometido que en cuanto me enterara te lo iba a decir, ¿no? Me entere hace unos minutos~- murmure con tono inocente, ignorando el detalle de donde había salido esa información. Pude escuchar una especie de suspiro de su parte, pero no parecía que realmente se estuviera relajando, sino simplemente evitar lanzar algún insulto contra mi persona…

-Maldito…- Bueno, parece que logro evitar la MAYOR parte de lo que realmente me quería decir pero eso ultimo se le había escapado. La llamada aun no se había interrumpido, pero me parecía que era principalmente porque este se había olvidado completamente. Podía escuchar el sonido de sus pasos, moviéndose rápidamente por la habitación… ¿Estaba escapando u ocultando la evidencia? Tal vez planeaba ambas. No pude sino imaginarme las posibilidades y pensar lo que pasaría. Pero terminar ahí seria simplemente poco interesante.

-Ne, David-chan- dije con una sonrisa mientras con la mano que no tenía el teléfono empezaba a jugar con la pelota. Del otro lado de la línea el hombre no contesto, aunque pude escuchar que se había detenido y su respiración se escuchaba como si tuviera el teléfono. Claramente me estaba escuchando-… Tengo un departamento que te puedo prestar, la policía no lo tiene identificado contigo así que les resultaría más difícil encontrarte. También cerca de ahí vive cierto cirujano plástico que puede cambiarte la cara… Dentro de pocos días te podrías desaparecer completamente simplemente consiguiendo nuevos documentos~

-… ¿Cuál es el precio, bastardo?

-¿Eh? ¿No puedes creer que lo haga por un amigo?~- dije con falsa ofensa inocente, como si me sintiera insultado, ignorando obviamente el “bastardo”- Aunque bueno, es verdad que por mi línea de trabajo no puedo dar nada gratis. Mmm, veamos, sería el departamento y la información del médico, los documentos vas a tener que conseguirlos por tu propia cuenta pero te puedo poner en contacto con algunas personas, pero yo soy solo un informante así que hasta ahí seria el limite. Supongo que entre todo seria…

El precio fue murmurado, y tras unos instantes el comprador acepto la oferta. Lance la pelota hacia arriba observándola alzarse en el aire. Cuando la volví a atrapar la deje en un costado, tomando otro celular de la mesa y con el teclado táctil empezar a escribir tanto la dirección del departamento mío como la del cirujano. También estaba escrita la locación de las llaves así como la forma de localizar a la mafia que podría conseguirle los documentos. Tenía mi dedo encima del botón enviar, preparado en cualquier momento para apretarlo.

-Todo listo~ Cuando reciba la confirmación de que transferiste el dinero a la cuenta del banco, te enviare la información~- fue lo único que dije, aunque puede que a mitad de mis palabras la llamada ya hubiera sido cortada por el otro lado (incluso es probable que lo hiciera en cuanto le dije el “Todo listo”) pero rápidamente me llego un correo diciéndome que el dinero había sido transferido. Gire mi dedo por encima de la pantalla, enviarlo o no enviarlo, ese era el dilema…-Oh bueno, el cliente pago, el servicio debe ser entregado o será malo para mi reputación~- tras estas palabras el dedo cayo, apretando el botón y enviando por la red un mensaje que solo contenía direcciones y número de teléfono. Recargue la espalda contra la silla y empecé a dar vueltas con esta…  

Vender información a una persona, luego usar esa venta como información para otra, llevándola a un lugar donde el conflicto se esparciría, donde podían verse afectados inocentes, todo por mi propia codicia de entretenimiento. El dinero solo era un extra… ¿Desde cuándo mi mente estaba tan mal? ¿Cuándo despertó el pecado de la avaricia? No, mucho antes, cuando era un niño, desde ese momento ya era así de retorcido. Si quería podía culpar a la voz del demonio que me susurraba, pero no podía negar que nunca cuestione lo que me proponía, no me entraba la duda de lo correcto moralmente, simplemente me parecía divertido y seguía ese libre permiso que tenia…

Las caras asustadas de los otros huérfanos… No pude evitar reír al recordarlo, era demasiado hilarante la tristeza que en ese momento había tratado de ocultar al verlos actuar así. Porque si, una parte de mi deseaba que se rieran con las travesuras que hacía, tratando de justificar mi existencia. Pero no había manera de que alguien se me acercara, no solo por las bromas, incluso si no hacía nada se alejaban de mi, asustados de cualquier manera. Hasta el día de hoy solo recuerdo una persona que pueda contar verdaderamente como amiga y eso ni siquiera del tiempo del orfanato. Que irónico, por nacer como el Pecado de la Avaricia no pude hacer mío lo que más codiciaba cuando era niño. Por un momento apreté el celular y cerré los ojos…

-¿Mm, ahora que lo pienso no está la cafetería donde sirven ese café tan delicioso cerca de donde lo mande? Creo que voy a ir un rato, el piso de arriba tiene una vista increíble…- dije repentinamente, olvidando cualquier insignificante pensamiento por algo mas importante, mientras me levantaba de la silla, estirando los músculos para que la sangre volviera a fluir por estos- ¿Ah, pero la escuela a la que asiste la hija del detective no es por ahí también? Mm,  sería una pena para David-chan que el oficial lo encuentre cuando este recogiendo a su hija, oh bueno- fue lo único que murmure al aire, dejando caer detalles a un público invisible, queriendo insinuar el desarrollo de una trama que se situaba tan cerca de la ciudad. Y no, no era que iba a ir a una cafetería para presenciar algo que sería similar a la ficción volviéndose realidad, solo iba por el café~ Ni tampoco había comprado otro departamento en el mismo lugar para una situación similar, ¿Cómo podían pensar algo así?~





…Mientras salía por la puerta del departamento, me volví a preguntar, ¿Cuan retorcida podía ser mi mente? Y la única respuesta que podía encontrar era “Bastante, después de todo estas sonriendo divertido al preguntarte por tu propia moralidad”

Tercera persona

El Lord de la Avaricia era un cretino definitivamente, alguien con el que personas normales preferirían no cruzarse, pero no era un monstruo, un depredador peligroso como le gustaba creer, era lo contrario… Era humano, un humano cobarde que estaba tanto asustado del resto de los humanos como interesado en estos. Uno podría interpretar que ese interés, esa fascinación que el tenia, podía ser vista como un caso de narcisismo, pero él no se incluía a sí mismo en este interés por la humanidad… El no se creía humano. Si hubiera que ponerlo de una manera, el despertar del demonio en su interior no es más que una escusa para reafirmar este pensamiento y justificarse a sí mismo porque era desplazado por otros. Esa es su zona de confort… Creer en eso es lo que permite apartar la mirada de lo que se oculta en su interior.

Tan frágil es su corazón humano que se rompería fácilmente si alguien cercano lo traicionara. Pero no solo la traición, cualquier sentimiento que pudiera hacer reaccionar el corazón de este podría romperlo si no se tenía cuidado. Por eso eligió mantenerse alejado, evitarlos y entretenerse a su costa. No aceptarlos, no enfrentarlos, simplemente evitarlos. La humanidad era la colección de emociones y entretenimiento más grande de todas que ambicionaba, pero simplemente no podía pararse en el mismo escenario sin sufrir las consecuencias. Curiosamente, el se creía un monstruo y deseaba la humanidad más que nada, pero la verdad era que era un humano cuyo frágil corazón podría transformarlo en un monstruo si llegaba a cruzar la línea que lo rompiera…

Con esta persona, ¿Qué pasaría?
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