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Mensaje por Invitado Lun Oct 31, 2016 7:50 am

La paz, muchos la definen como un sentimiento, otros como un ambiente, los expertos como un estado social, sin embargo, entre seres totalmente especiales podría ser definida como una anomalía. Esta palabra tan vaga podría ser sinónimo de equilibrio, algo que hacía falta en mi vida desde el momento que nací. Supuestamente, hoy la paz debía acompañarme, era una cita a ciegas con ella y que mejor forma de conocerla que con mi mejor traje, uno majestuoso color purpura creado por obra del mismísimo Hades, quien esta vez me prometió conocer la paz a cambio de erradicarla.

Me encontraba en las calles de una gran ciudad, según se me había informado su nombre era Kaus, y estas calles estaban llenas de paz. Por consiguiente, mi misión constaba de dos pasos: analizar la paz para conocerla, luego erradicarla en su totalidad. El clima estaba algo frio, el ambiente tranquilo, las personas iban y venían por las anchas calles, los carros no te dejaban ni un respiro en las calles, todo era tan ordinario y estúpido que ni siquiera mi sarpuri causaba conmoción entre las personas que pasaban por mi lado.

-Así que esto es la paz, que aburrido… lástima que ahora tenga que erradicarla. – dije en un tono normal, aunque con algo de desagrado. Mientras, caminé hacia el centro de la ancha calle de cuatro carriles liberando una onda de cosmos que provocó un cráter con 5 metros de diámetro y varios accidentes automovilísticos; algunos hasta con explosiones. Pero, también cabe mencionar las aceras destrozadas, edificios debilitados y personas corriendo en pánico tratando de salvar su vida. Sin embargo, todo eso me causaba indiferencia, luche muchos años por la paz y nunca la conocí, ahora que la conozco se me encarga destruirla y veo que su existencia no vale la pena, (Que ironía.) fue lo único que pude pensar mientras analizaba la situación y echaba un ojo a mis alrededores buscando donde realizaría la siguiente obra, pues el día de la no-paz había llegado.
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