Blood Moon: Anagan Vs Serena, Viktor y Stelios [Black Circle]

A pesar de que los guerreros habían derrotado a todos los enemigos y superado todas las barreras impuestas por los hechiceros, éstos no parecían estar sorprendidos con la hazaña de sus oponentes. No, ni siquiera unas palabras, sólo permanecieron de pie sin inmutarse hasta que la ciudad entera comenzó a temblar. Las ruinas de Kaus fueron devoradas por las sombras junto con los cuatro hombres vestidos de negro. Los cinco peleadores fueron elevados al cielo. Los hechiceros querían mostrarles su obra maestra: Las tinieblas que cubrían el cielo se disiparon, mostrando una luna roja que, con su intenso resplandor revelaba la verdadera apariencia del círculo negro. La ciudad entera se había transformado en un glifo con la forma de una bestia, levantando barreras de energía que emergían de las líneas del dibujo.

Serena, Viktor y Stelios fueron separados de Yuzu y Bakura, apareciendo en un terreno que se transformó en las calles de una ciudad antigua del siglo XIV. Ya no se encontraban en ciudad Kaus, habían sido transportados en el tiempo al sur de Rumania. Las calles se encontraban vacías y en los tejados de las casas había siluetas de demonios que estaban al acecho. La luz roja de la luna hacía que la ciudad pareciera estar bañada en sangre.

Anagan apareció detrás de Viktor, pateando al caballero de Cáncer contra una casa. El Santo Dorado atravesó el muro, encontrándose con una casa llena de cádaveres y extremidades amputadas.

-Los demonios están hambrientos. Les prometí carne fresca, no quieren comer esos desechos podridos- Anagan se materializó al lado de Serena. El hombre de piel oscura y ojos rojos sacó una cadena del interior de su largo abrigo andrajoso de color negro, usándola para atar a la chica a una estatua, todo a gran velocidad.

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El asunto había demorado más tiempo del estimado. Ya no había tiempo para adjuntar las almas de los Santos a las fuerzas del gran pilar oscuro que ahora estaba cubierto por un aura de color granate. La luna llegó al punto más alto, bañando con su luz a la torre negra, amplificando sus poderes a niveles inimaginables. Al Torre no sólo había drenado la fuerza vital de la tierra y de sus habitantes, también de los caballeros que perecieron en combate.

Las criaturas que Viktor y Stelios enfrentaban se convirtieron en polvo, regresando en forma de energía a la torre, la cual palpitaba y se hacía más grande con el paso de los minutos. La oscuridad comenzó a consumirlo todo de a poco, desapareciendo los restos de edificios y consumiendo la tierra a su alrededor, haciendo el cráter más y más profundo. Las ruinas de la civilización antigua que vivió en esas tierras miles de años atrás quedaron descubiertas.

De un momento a otro la torre dejó de crecer y la luna roja se desvaneció del cielo. Era obvio que algo no estaba yendo bien cuando los gritos de dolor de los cuatro hechiceros llenaron el silencio, escuchándose incluso a las afueras de la ciudad. La torre comenzó a desplomarse, siendo cortada por cientos de grietas doradas que nacían desde la base. El cráter se convirtió en el infierno en la tierra, consumiendo las ruinas y a la torre oscura.

La torre estaba a punto de explotar en cualquier momento, la energía de otra divinidad había detenido su crecimiento y en ese tamaño tan reducido no era capaz de controlar el poder.

Los Santos y la chica desmayada fueron teletransportados por Athena fuera de la ciudad, apareciendo junto a un Santo de Bronce que vestía la armadura de Columba. El rubio les explicó la situación rápidamente, diciéndoles a sus compañeros que la Señorita Saori no había podido intervenir en la pelea porque ella se encontraba en la cima de la montaña más alta, reuniendo su cosmos para crear una barrera alrededor de la ciudad.

La barrera Santa contuvo la explosión en el interior de lo que alguna vez fue ciudad Kaus, estallando en llamas doradas que golpearon contra las paredes del domo de cosmoenergía.

Los guerreros habían cumplido con su misión sin saber realmente lo que había sucedido.