El Ataque de los Conquers: Arsenio vs Vasant y Stelios [Evento principal]

por **Kaito** Lun Nov 20, 2017 5:34 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Yuya y el antiestético caballero de Athena fueron transportados al interior de la Tiféret, dejándolo solo con la hermana de Abel en el palco divino. -Parece que ya me deshice de todas las molestias- Arsenio tomó la daga de Abel y se acercó a esa diosa impertinente, presionando el filo del arma contra su cuello sin llegar a cortar la piel. -La esperanza es algo que odio, no me gusta verla en los ojos de otros- estaba por cortarle el cuello cuando sintió dos cosmos grandes que aún se encontraban rondando en los alrededores. Normalmente no les habría dado importancia pero aún le quedaba una Tiféret por usar.-Tienes mucha suerte- sujetó a Athena del cabello y la sacó por la fuerza del palco, arrastrándola sin mucho problema por las escaleras en busca de esos parásitos dorados.

No le tomó mucho tiempo encontrar a las fuentes de esa energía esplendida. Dos caballeros de oro estaban postrados frente a él. Uno portaba la armadura de Ganimedes, el segundo llevaba el manto del vellocino de oro. Aries parecía cansado, sin embargo aún podía sentir el espíritu combativo latir fuertemente. Era el tipo de energía que Afrodita deseaba. Arrojó a Athena al suelo frente a Stelios y Vasant con todas sus fuerzas, haciendo que el cuerpo de Saori azotara contra los escalones de concreto y cayera por las escaleras, rodando hacía ellos-Soy un chico malo que está humillando a su diosa, ¿qué van a hacer al respecto?- preguntó el peliazul con una sonrisa de satisfacción.

Arsenio tomó la Tiféret y la arrojó al suelo, liberando un resplandor rosado que consumió todo lo que había a su alrededor. Aparecieron en un hermoso jardín que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Hermosos arbustos llenos de rosas púrpura y árboles con manzanas doradas. En una montaña había un letrero de neón rosado con la leyenda "Paradise" escrita que brillaba con intensidad en medio de la noche, bañando la vegetación y las armaduras de los Santos con su resplandor. Un reflector se encendió, revelando a una serpiente enorme de color dorado que se arrastró hacia ellos y abrió la boca. En las fauces de la criatura Athena se encontraba sentada en una silla con los pies y manos sujetos por grilletes. Adicionalmente, tenía un collar de metal alrededor de su cuello y un grillete en su cintura.

Una gota de ácido se deslizó por uno de los colmillos de la serpiente, cayendo sobre la mano de Athena, quemando la piel al contacto. -Les explicaré las reglas: los tres combatiremos hasta que uno caiga. Cuando me hagan daño a mí uno de los seis grilletes que Athena tiene en su cuerpo se romperá. Si abren los todos ella será libre- la sonrisa de Arsenio se ensanchó.- Por otro lado, si yo soy el que les causa daño, el ácido que producen los colmillos de mi mascota bañará a Athena. Es un combate en el que no pueden cometer errores- dijo, tomando a Athena por el mentón.

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Reglas
-Tiene 48 horas para responder.
-No está permitido atacar después de que el HP llega a 0.
-Pueden sacrificar HP por acciones.
-Pueden hacer su introducción o atacar en el primer turno, queda a su elección.
-La pelea termina cuando se pierda una vida.
-El ganador puede infligir una herida permanente.

Stats de Arsenio
Fuerza: 5
Resistencia: 4
Velocidad: 4
Cosmos: 2

Acciones: 25
HP: 55

por **Narrador** Mar Dic 12, 2017 9:35 pm

El miembro 'Kaito Sakaki' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Acción' : 2, 5, 5, 4

por **Kaito** Sáb Dic 16, 2017 12:08 am

La fase 1 ha finalizado. Por favor, lean el último post que se encuentra en la página 3 de este tema para saber sobre la parte 2, en él están las indicaciones a seguir e información que podrá interesarles a los nuevos.

por Invitado Sáb Dic 16, 2017 10:49 am

Iba a agregar algo más a todo lo dicho...

...hasta que la monstruosidad sobre el coliseo tembló, emitiendo finalmente algo de cosmos. Antes de que terminara de reventarse cual globo ya estaba en la arena, mínimo que sirviera de algo ser el santo más rápido de todos los presentes. Frente a él cayeron los dos dorados, aunque poca atención les dedicó; encima de ellos una serpiente consumió a Saori y a Pantene, escabuyéndose por un agujero en la tela del espacio-tiempo que se manifestó justo en el centro del cuadrilátero.

—Déjenme adivinar: los hizo pelear, los fastidió como un bully de patio y...— secuestró por segunda vez a Saori. Ni siquiera pudo completar la frase, pensando las cosas con detenimiento. Aparentemente la que le movía las cuerdas solo quería hacerlos pelear a todos. Enojar a Saturno, controlar a Tierra y ~~la horrenda de~~ Neptuno, lanzar a Pantene y darse la molestia de crear dimensiones de bolsillo...solo para peleas que no parecían tener mayor motivo. Había algo de por medio, y no necesitaba ser un genio para adivinarlo.

Afrodita o era una psicópata (nada de extrañar considerando el miedo que le tenía Rin) o sacaba jugo de tanto combate. Si las historias de las guerras pasadas que les contó la señorita en Palladion eran ciertas, pues...no existía mucho azar en lo que hacia. —A menos que sea una demente.— comentó acercándose al agujero de gusano con pasos rápidos. Antes de poder siquiera acercarse sin embargo, se topó contra un muro invisible que le hizo botar la nariz. —¿Uh?— murmuró, levantando una mano para dar un golpe con el dorso, dejando que un destello rosáceo invadiera su campo visual. Incluso, si caminaba al frente, daba pasos más no avanzaba - como un personaje de videojuegos que se golpeaba contra los límites de la programación. —Esto SÍ es como Cúspide del Dragón ¿eh?— murmuró.

Suspirando se volteó y miró a Aries y Acuario, quienes no se veían en su mejor condición. —¿Pantene dijo algo interesante mientras pelearon? ¿Algo que pudiera dar una pista de esta cosa, o cualquier otra que haya más allá?— inquirió señalando al portal con su pulgar, devanándose los sesos pensando en cada palabra que saliera de su boca en el corto lapso que estuvo en el palco antes de tirarle a Saturno cual perro de caza.

No. De hecho, no era él quien hizo contacto. Más bien, fue Selene al rescatar al Paladín circense. —No importa.— dijo girándose de nuevo, sacando el botón blanco de su bolsillo derecho. Colocándolo en el pulgar lo lanzó arriba como si girara una moneda, vibrando el cosmos para devolverla a su figura original: la Hoz del Silencio, que atrapó antes de que se clavara en la roca bajo sus pies. —¿"Salvar a Rin" y "romper la barrera con el reino de los dioses" eh? Supongo que era esto. Uh, mujer intimidante.— se rió, incluso en su mal humor, cuerpo en baja de peso y sin tinte en el pelo. —La próxima que la vea la invitaré a una cita.— incluso cuando él ni debería tener citas.

En un instante giró la Hoz, preparando la posición como si intentará clavar una jabalina. —...necesito una frase recurrente para estas cosas.— se quejó frunciendo las cejas inexistentes, enterrando la Hoz en la barrera invisible que destelló en rosa de nuevo, siseando y liberando un silbido estridente. Cargando cosmos y gruñendo, terminó por romperla del todo, haciendo temblar el portal al cortar las últimas estelas de la barrera. —Misión cumplida.— dijo, mirando como el agujero giraba con algo más de inestabilidad, estrechando sus bordes. Que bien, eso dejaba menos tiempo aún. —Todos a bordo del chú-chú, próxima parada: la montaña de los "dioses".— anunció volviendo a guardar la Hoz en forma de botón en su bolsillo. —Deberían apresurarse, se está empezando a cerrar.—

por Invitado Sáb Dic 16, 2017 2:06 pm

**Luego de las últimas palabras de Arsenio, se queda con una duda bastante grande, mas todo comenzaba a tener sentido en cuanto a la actitud de este y sus motivos para atacar a los Dioses de tal manera, sin contar por supuesto el uso de aquella armadura que lo calificó como Conquer del Emblema de Fuego, un ser que sirve a la Actual regente del Olimpo, la Diosa Afrodita, en aquel momento el joven de cabellera azulada reacciona para percatarse que han salido de Tiferet y que se encuentran tanto como el como Stelios de regreso en la Arena del Coliseo, en ello recapitula por completo la última escena que se le viene a la mente, el último grillete que sostenía a la Diosa Athena se había roto y lograron derrotar al autoproclamado "Príncipe Serpiente", en ello escucha la voz de quien conoce como el Santo de Ophiuchus, en lo que voltea su rostro para buscar reconocer al mismo visualmente se lleva una sorpresa, pues se nota bastante distinto a lo que conoce de este, pues tiene fama de ser alguien de contextura gruesa, además de orgulloso de ello, sin contar que tiene su cabellera pintada cual fanático de la música Heavy Metal.

Como quien puede el joven de la armadura de Aries, empieza a ponerse de pie y observa el lugar para ver al mismo para decir -¿Pantene?...- ese cuestionamiento era una clara evidencia de que desconoce que se refiere a Arsenio, momento después capta que se trataría de aquel antagonista y es cuando muestra una leve sonrisa -...pues hablaba de su venganza hacia el Dios Abel, pero poco a poco fue cambiando su idea, más cuando se cambió su vestimenta por la armadura del Conquer de Fuego...- dejando bastante en claro a ellos, que por lo que aparenta al que Napper llama Pantene en realidad es un Conquer al servicio de Afrodita, en ese momento muestra una leve sonrisa para proseguir -...al menos pude ayudar más a Stelios que a Rin...- recordando lo inútil que fue para su compañera de armas en el torneo y es cuando puede notar como el saca aquel botón que se transforma en la llamada Hoz del Silencio, la cual les podría llevar al Olimpo, y más buscar que realizar allá y es cuando se coloca en postura erguida y le prosigue con una seriedad -...Así muera en el proceso, iré ayudar a Rin, no puedo dejar que se quede impune el secuestro de ella- al parecer Vasant le había tomado bastante aprecio en el tiempo que pudo hacer mancuerna con ella, además de que pudiera luchar con una gran capacidad fisica, cosa que valoro bastante, en aquel momento eleva la mirada al cielo y empieza a pensar en todo lo que deberá realizar para lograr lo que estima, aunque no sabe como reaccionaran sus compañeros ante sus palabras**

por Invitado Sáb Dic 16, 2017 9:16 pm

El primero en actuar fue Cesar, debido a que descubrió el método para abrir el portal que los conduciría hacia donde quiera que fuera su siguiente destino. Mientras tanto Elania aun se mantuvo en el palco meditando sobre todo lo que sus ojos habían presenciado. Sin duda alguna lo que les deparaba tras el otro lado del portal seria un reto aun mayor, aunque una parte de ella agradecía no tener que enfrentar a los Paladines de Abel o mejor dicho agradecía que ya no tenia que enfrentar a alguien que meramente era manipulado por los deseos de otros y así verse en vuelto en un combate sin sentido como el que tuvo contra Tier. Aunque nada le aseguraba que eso no fuera a suceder.

Ladeo su cabeza en señal de que no podía evitarse ese escenario. Ahí dirigió su vista hacia la silla donde estuvo cesar y descubrió que su compañero olvido su chaqueta. Suspiró debido a que conociéndolo no era del tipo que olvidara sus artículos personales en cualquier sitio, lo cual se traducía en que no estaba pensando las cosas de forma clara. Si su enojo era más que evidente. Se acerco al respaldó de la silla, tomando la prenda de vestir y la llevó consigo pata dársela a su propietario.

–Cesar se que tienes la mirada fija en tu objetivo, pero ten cuidado de no perder de vista los demás detalles que te rodean– dijo al llegar cerca del santo de plata para darle la pieza olvidada. Después dirigió su vista hacia los santos de Aries que expresó las motivaciones de Arsenio. – Con que también fue manipulado– fue lo único que comento al respecto. –Solo alguien mas que fue utilizado para un combate vacío– por lo menos Aries y Acuario no parecían tener heridas serias que fueran de preocupación.

Lo cual era algo idóneo debido a que contaban con poco tiempo antes que el portal volviera a cerrarse y así perder la única oportunidad que tenían para seguir el rastro tanto de Athena, Abel y Rin. Y fue justo ahí que los designios de los dioses se volvieron a manifestar. Al aparecer un resplandor dorado que cayó del cielo justo enfrente de la saintia. Se trataba de la armadura dorada de Sagitario la cual se manifestó en un momento que podía considerarse desesperado.

De inmediato la maltrecha armadura de Sagitta abandonó su portadora para volver a ensamblarse en su forma original. Al momento la armadura de Sagitario volvió a irradiar su luz dorada la cual envolvió por completo el cuerpo de la joven. Cuando la luz se disipó revelo que Elania ahora portaba la protección de Sagitario. No cabía duda que después de lo ocurrido la armadura dorada reconoció a la saintia como digna portadora y guardiana del Templo del Centauro.

por Invitado Sáb Dic 16, 2017 9:47 pm

Escuchó a Bakura y asintió, entiendo su posición pues ella estuvo en la misma durante su enfrentamiento con Elania. La diferencia al parecer, fue que ella cayó mientras que el albino triunfó. Las razones para esas batallas, sin embargo, eran todo un misterio. Girando su cuerpo para observar la última prisión afiló los ojos, pues de un momento a otro fue quebrada, revelando a Aries y Acuario cayendo a tierra. En el mismo evento la diosa de la sabiduría fue consumida por una serpiente que escapó junto a su invocador a través de un vórtice de espacio-tiempo. Al parecer, nada había acabado aún.

•Nada de esto carece de significado. Solo no tenemos suficiente información con la que trabajar.• dijo apareciendo al lado de Elania, quien daba su perspectiva respecto a todo aquello. Luego miró a los últimos dos santos de oro, quienes se veían heridos más no caídos por ello. Por lo visto, el desempeño era mejor en un campo de batalla real mas que en combates deportivos. Aparentemente, les había dado poco crédito. En especial a Acuario. •Libra no es la única abducida. Athena...el señor Abel. Probablemente más. Esta batalla apenas comienza.• comentó ajustando su chaqueta, sin cerrarla todavía ni ocultar su rostro. Entonces la protección del Centauro apareció, nombrando a Elania como su sucesora. De estar en otra ocasión, hasta habría sonreído, pero... •Eso es prueba de lo que hablamos.• le dijo con un asentimiento de cabeza sutil, rememorando su combate en el torneo. •Con gusto entraré a la guerra con ustedes.•

Materializó su arma, aquella enorme espada de mango horizontal, y la clavó en el suelo frente a ella en un gesto de caballeros de antaño. Ese era un juramento de honor, uno que no se podía romper.

•Bakura, es momento de rescatar al señor Abel y saldar nuestras deudas con él.• le dijo al albino, quien también se acercó a la arena. •Por el honor que cargamos como Paladines Estelares: hoy veremos la victoria.• terminó, pasando a través del portal.

por Invitado Sáb Dic 16, 2017 10:03 pm

Descubrió su mejilla acariciando el suelo en la arena de batalla, gran parte de su cuerpo no quería levantarse. Llevo su mano a un costado de su tórax ya que un fuerte dolor procedía de allí. De igual manera se agarró la cabeza intentando menguar con aquel gesto el dolor de cabeza que le aquejaba. Y de un momento a otro, mientras se erguía con extremo cuidado, batallando para no caer nuevamente, recordó todo.
Desvarío, un profundo mareo le hizo surgir toda la pelea en un flashback de ira y enojo, donde era una enardecida bestia. Cerró sus ojos y levanto su mirada al techo y abrió la boca mientras exhalaba. Estaba vivo. Sus heridas aun palpitaban y escurrían entre varias laceraciones un líquido sanguinolento pero no heridas series o preocupantes.
La desorientación se debía al trance del cambio que había tenido lugar en su cuerpo, acudió a su séptimo sentido para atraer a su armadura que vistiera su cuerpo denudo y maltrecho. La gélida aura atraía cada pieza para vestirle de manera rápida. Miro a los presentes aun sin comprender nada de lo que decían. Sus oídos aún tenían un sonido estridente que le impedía completar su percepción al máximo. Justo en ese momento Metal Napper sostenía una hoz en sus manos en ese momento al blandirla se generó liberando un silbido estridente y hablaba de un lugar al cual debían dirigirse. A la montaña de los dioses.
Stelios recargándose sin querer en el hombro de Vasant se acercó a este mencionando en palabras audibles a su compañero de armas palabras que parecían susurradas.
— ¿Athena? ¿A dónde ha ido?—. Dijo Stelios en medio de una pequeña tos que embozaba con una de sus manos.
Justo en ese momento Elania se convertía ante los presentes en la nueva Santa de Sagitario y Tier con sus palabras resolvió las dudas del Santo sobre el paradero de Athena. La mirada de asombro embargo al Acuariano y posteriormente cerro sus ojos celebrando aquellos acontecimientos dentro de su ser. Y Asintiendo a los presentes se encamino al portal para entrar a él en busca de Athena.

por **Bakura** Dom Dic 17, 2017 3:50 am

De pronto el ambiente de reunión en el palco se vio irrumpido por un estallido de luz que en el centro de la arena revelaba el final del último combate. Los dos santos, debilitados y heridos mas no de gravedad, eran devueltos al coliseo, mientras que el enemigo, derrotado, huía por un portal interdimensional llevándose a Athena consigo.

—Tal parece que esto aún no ha terminado.

La atención de todos los presentes se centró allí. El primero en acudir al punto fue Ofiuco, quien empleaba el arma que antes hubo mostrado para romper la barrera que impedía el paso. Pronto los otros santos se le unieron en la misión de rescatar a los suyos, entre ellos revelándose al nuevo guardián del centauro dorado.

Avanzando tras de Tier, Bakura se unió a la causa. El enemigo no sólo se había llevado a Athena, sino que se había metido también con en señor del sol por lo cual aquello no sólo era asunto de los guerreros atenienses. Como bien decía la guardiana de Neptuno, los paladines también tenían un deber que cumplir. Bakura asintió, avanzando hacia el portal.

—Vamos a darle su merecido a quien sea que éste detrás de todo esto. —sentenció con seguridad. Pelear por decisión propia se sentía mucho mejor que ser manipulado para hacerlo. Y tenía muy buenas razones para entrar en esa batalla.

por Invitado Dom Dic 17, 2017 2:01 pm

Tras destruir la barrera fue que recordó que seguía sin su chaqueta. A punto de ir por ella personalmente Elaina le ahorró el problema, acotando además que estaba con la vista muy corta. —Gracias.— le respondió, tomando su prenda. Luego ella y Aries comentaron cosas sobre Pantene, obligándolo a bufar con fuerza, incluso escupiendo algo de baba. —No lo oyeron en el palco. No te dejes engañar Elenita, tu tampoco cuernitos. Apenas bajen la defensa, les hincan los dientes. Ahórrense la compasión para quien se la merece.—

Tras eso, escuchó algo más de la diatriba de Aries. —Supongo que eres amigo de Rin ¿verdad? Te tocará formarte en la fila tras de mi, voy primero a salvarla. Puedes unirte, claro, pero diría que a menos que tengas una técnica de buena defensa, vayas a hacer otra cosa. No soy bueno trabajando en equipo.— le dijo. Al empezar el ademán de voltearse se detuvo, pues la aparición de un nuevo dorado lo distrajo. —...en serio necesito rescatar a Rin. Tiene mis lentes y ya me empiezan a doler los ojos de tantos destellos.— espetó, masajeándose la sien. Luego suspiró. —Felicidades por el ascenso Elaina. Seguiré sin hacerte caso.— dijo con una sonrisa, inflando lo más posible sus mejillas.

Ahí dio un paso, quedando a unos pocos metros del portal. Suspiró y trató de controlar el enojo, pero cuando se tanteó el costado y sintió las costillas el tic en el ojo izquierdo volvió. —Estúpida porquería.— murmuró colocándose la chaqueta. Con un clic las piezas de la armadura de Ofiuco fijas en esta (cadena, broche, capa media y yelmo colapsado) se reajustaron en su cinturón - dejando que el cuero negro quedara colgando a su nueva medida. Hasta parecía un sobretodo cortado a la mitad. —Bien Rin, aquí voy.— musitó, recordando la promesa que le hizo en la cafetería tres años atrás después del intento de secuestro de Afrodita. Sin mirar atrás, se metió al agujero de gusano.

por Invitado Dom Dic 17, 2017 8:36 pm

**En lo que parece que todo empieza a mostrarse para dar pronta solución a las cosas, se percata del arribo de Eliana, quien en aquel momento deja ser la Santa de Sagitta, para convertirse en la nueva Santa de Sagittarius, en eso sonríe y se mentaliza "de ser la flecha, a convertirse en la arquera" en ello sonríe a Eliana y dice -Felicidades- en eso llega los Paladines de Neptuno y la Tierra, las palabras de la Paladín de Neptuno podían sonar duras, pero eran ciertas, Rin no era la única en un precario estado, sino ambos Dioses y todo demostraba que se venía la resurrección de Afrodita.

En aquel momento siente como una mano se posa en su hombro, era el Santo de Aquarius, Stelios quien comenzaba a recuperarse del combate y al escuchar sus palabras le responde con un tono bastante triste -Perdóname, pudimos quitar los seis grilletes, pero no pude evitar que se llevará la serpiente ni a él, ni a nuestra Diosa- en aquel momento empieza a notat que todos se muestran listos para una cosa en particular, el seguir adelante y atravesar el agujero de gusano que los llevaría al Olimpo, buscando resolver todo de una vez por todas, mas antes de iniciar aquel sendero escucha las palabras de Napper, particularmente Vasant no parece tener compasión por él, más las palabras que Athena le dijo aún recorren su mente -La venganza contra el Dios Abel es obvio que es su idea, pero el secuestro de Rin y Yuzu, es de alguien más- que es lo que tenía claro, al escuchar las palabras de éste sobre que debería hacer fila tras de él por ayudar a Rin, hace que muestre una leve sonrisa en sus labios y más al escuchar una de las principales razones del porque va a su rescate, hace que no pueda evitar soltar una carcajada -Jajaja, ¿Enserio?¿Por unos lentes te motivas a buscarla? Yo voy porque es una gran amiga y compañera de armas- es lo único que profiere el joven Ariano, si bien posee una buena técnica defensiva trataría de colocar en uso la facultad que le comentó el Sabio de Jamir que el posee y que podría ser de mucha utilidad en situaciones adversas como la que enfrentan actualmente, en eso inhala y exhala para empezar su andar hacia el interior del agujero del gusano rumbo hacia los Jardines del Olimpo**

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