Sacrificios Humanos

Que bueno que no contaba los zigzags entre las líneas, pues desde el Mediterráneo hasta Rusia hubieron demasiados.

Arribando gracias al ángulo recto de un árbol en la explanada que colindaba con la única estación del tren en ese pueblo perdido por la tundra, Jade y Pango pisaron un paraje nevado que se antojaba infinito. Descomunal blanco, hermoso y delicado frío. La calma de los copos cayendo a tierra era una danza que parecía negarse a ser ignorada. Ciertamente, Jade no lo hacía.

Tendremos que hacer un esfuerzo aquí Pan. Donde Basty pudimos tirar algo de Gungnir, pero es mejor no abusar. Rubellus Sidos...es tan molesto recargarla sin el dominio de Marte sobre su trono. expresó andando sobre la nieve con sus altos tacones, sin hundirse y ni detenerse. En moda y buen estilo era la maestra; un poco de hielito pulverizado no haría nada. Tampoco parecen haber muchas personas. El círculo dejará algo que desear. Aish, problemas problemas.

▁▁▁▇▇▂▂▟▚

Ah. ¿En serio? Siempre puedo contar contigo. Jade sonrió de manera sincera, ofreciéndole a Pan una reverencia de cabeza.

▁▁▂

También eso. Bueno, es mejor comenzar ¿no crees? anunció.

Cinco minutos pasaron hasta que llegaron a la calle principal, una ruta cercada por cabañas familiares y que decantaba en una elaborada fuente de piedra labrada. Unas pocas personas andaban de aquí para allá y al parecer, ninguno había notado a la mujer de atuendo nada apropiado y al panda que la seguía de cerca. Quizá estaban borrachos o simplemente, no tenían interés. Mejor para ella.

Estrellita estrellita ¿dónde estás?

El Puño del Retorno dio en el blanco, así como las agujas de coser. Clavado en el sitio por unos instantes, el cuerpo del rubio empezó a vibrar - sintiendo los efectos adversos del puño maestro del castellán de la dinastía Jin. Jade se rió, tapando su boca con la mano. Al menos lo hizo hasta que la chica que lo acompañaba gritó con una fuerza desmedida, casi como si desgarrara sus pulmones. Aw. Eso es amor. Quizá si lo quiere de verdad... dijo la Tejedora, bajando de los hombros de Pan.

Fue cuando la chica liberaba un nuevo ataque. Presa de la ira, frustración o amor, quizá, el agua salió a una presión descomunal. Desbordando la capacidad cósmica del círculo de los Veintiún Sacramentos, la sangre brilló y anunció que la Línea Ley se activaba.

El amor es como un grano de mostaza. Mueve montañas y abominaciones naturales. Ay. Hasta me da pena... murmuró con nostalgia sincera. Ablandando las facciones se preparó para defender el golpe, aunque delante de ella apareció Pan con las garras levantadas. ¡No! exclamó abriendo de par en par los ojos, asustada por primera vez.

El golpe de la santo de plata dio de lleno, bañando el sitio del combate con una bruma congelada.

¿Eso es amor, entonces? Lo admito...me conmoviste, piernas lindas. dijo Jade.

Al desaparecer la niebla reveló la figura de la pelirroja frente a Pango, quien abrió los ojos antes de fruncir el ceño.

¿Cómo dice la canción? Al crecer yo también gano cosas que proteger ¿cierto? Todo lo demás es una silueta. Creo en eso. Y Pan...ha. Yo te tengo a ti. le dijo, volteando la cabeza para ver a su compañero. La piel de Jade estaba empezando a helarse, los rasguños haciéndose grietas. Al parecer, el amor de la santo pudo superar por un instante la protección divina del Avispón de Guerra Galáctico. Perdón linda...pero así como tú tienes un trabajo, yo igual...sin resentimientos ¿si?... Piezas de su falda y ropa fina cayeron, deshechas en hojuelas destrozadas. O quizá sí. Lo lamento, pero tu chico es mío. Debiste recibir el golpe por él... Si deseabas protegerlo.

El santo de plata desapareció, llevado por el cosmos negro delineado en rojo de Pan remanente por el puñetazo final.

Jade dice...termina nuestro programa de hoy...ahh... declaró perdiendo la consciencia. Antes de caer sin embargo, Pango la tomó con sus garras y salió de allí mediante el Warpad, zigzagueando como los Tíndalos hacia donde fuera que cayera el plata y de allí, a la nueva base elegida por Bastian.

HP: 0