Las Hadas Etéreas [Vasant y Rin]

Sinopsis: Los telquines son una raza de hechiceros con cabeza de perro, torso de hombre y cola de pez. Vivieron en el anonimato durante la era en la que los dioses del Olimpo reinaban, manteniéndose escondidos en la sociedad humana utilizando sus habilidades de transformación. Después de permanecer en una posición neutral durante mucho tiempo, han decidido que es el momento para levantarse al ser testigos de la destrucción causada por Loki y Eris, fijándose como primer objetivo localizar a las Hadas Etéreas y usar su poder para abrir un portal hacia el Olimpo con el fin de difundir su voluntad a través del trono de Zeus. Tu misión será evitar que esto ocurra viajando al mundo en el que éstas antiguas deidades se esconden, siendo invocado por ellos para que las ayudes a pelear contra sus nuevos enemigos.


Indicaciones: Copien y pegue el dado random en su post.

Código:

[rand]1,3[/rand]

Etapa 1:

Ambos son invocadas en el castillo de tres deidades espirituales. Sus cuerpos están hechos de energía pura, cuatro alas parecidas a hojas brotan de su espalda y hablan con voces gentiles. No responden a nombres, dicen que son seres que viven fuera del tiempo y el espacio. Ellas les explican su situación actual, les hablan de las horribles criaturas que están detrás de sus poderes. Antes de que puedan decirles el motivo por el que los telquines las necesitan, el castillo comienza a colapsarse.

1.-Rescatas a las Hadas de morir aplastadas bajo los escombros.-Avance a fase 1-
2.-El techo cae sobre ti, ocasionando que pierdas de vista a tu compañera y a los seres que debes proteger -lanza de nuevo-
3.-Una flecha envenenada roza tu hombro, provocando una sensación de mareo impresionante.-No puedes lanzar dado por 1 turno-

Etapa 2:

Consiguen huir del castillo, siendo guiados por las Hadas a través de las arenas del tiempo que cubren aquella dimensión solitaria conformada por un gran desierto, un cielo estrellado y edificios pertenecientes a diferentes periodos de la historia humana. Deben apresurarse, los Telquines están cerca.

1.-Buscan refugio en una torre vacía repleta de habitaciones con forma de hexágono. Al cruzar la puerta activan las trampas de la torre, provocando que ésta se transforme en un laberinto, causando que pierdan de vista a las hadas. -lanzar dado de nuevo-
2.-Dos Telquines rastrean su aroma y las localizan en el desierto, atacándolas a ambas antes de ir por sus verdaderas presas. Deben derrotarlos para no convertirse en el aperitivo. Deberán lanzar dos dados de acción adicionales para los telquines cada una y editar según el resultado. -lanzar de nuevo al terminar la pelea-

Telquines:
Fuerza: 3
Resistencia: 2
Cosmos: 3
Velocidad: 2

HP: 10

3.- Aparecen en la entrada de un buque de guerra abandonado en medio del desierto. Las Hadas les indican que es un lugar seguro y se esconden en un viejo cuarto de máquinas -avance a fase 3-

Etapa 3:

1.-El hada líder les habla sobre su relación con el Olimpo y la razón por la que ellas tienen el poder de abrir un portal hacia el reino donde habitan los dioses.

Diálogo: -Zeus nos otorgó la llave de las puertas del Olimpo para regresar a su trono si las puertas no se abrían para él. Somos seres de energía pura, eternas, no vivimos dentro del espacio y el tiempo, hemos tenido este aspecto desde la creación del universo. -Pase a fase 4-

2.-Escuchan ladridos en el exterior. Al salir a revisar a través de una vieja escotilla se encuentran con una escena perturbadora: cientos y cientos de perros negros con brazos humanos y colas de pescado las rodean. Una de las Hadas Etéreas es capturada, deberás salvarla antes de que consuman su magia. Lanza tres dados de acción: si dos de ellos son números pares salvas al Hada, si son dos número impares, el Hada será borrada y perderán la oportunidad de recibir el Don de la Oscuridad.

3.-Un Telquin logra escabullirse en el interior del buque de guerra, disparando flechas con veneno desde su hocico. Su objetivo no eres tú, es el Hada que se encuentra detrás de ti. Deberán demostrar tu valor protegiendola como un escudo humano. Lanza dado acción equivalente al número de puntos de velocidad que tienes. Si te toca un 6, 7 u 8 podrás defenderte, si el número es menor perderás cinco puntos de HP y la oportunidad de obtener Aliento de la Naturaleza.

Etapa 4

Su escondite es destruido por una esfera de energía gigante, dejándolas expuestas. En medio de una nube de humo negro aparecen los responsables. Los hechiceros han adaptado formas humanas y portan armas oscuras como sus armaduras. El HP de estos guerreros es compartido, al igual que los stats, sólo tienen que lanzar dos dados de velocidad para ellos y hacer los cálculos normales.

Stats:

Telquines:
Fuerza: 5
Resistencia: 2
Cosmos: 3
Velocidad: 2

HP: 10

Etapa 5

Han derrotado a los Telquines de rango inferior, sin embargo su líder continua en pie.Él está decidido a hacer todo lo que éste en sus manos para obtener el poder que le permitirá conquistar el trono del poder. Recita un hechizo en un lenguaje desconocido, transformándose en una criatura de diez metros con cuerpo de reptil y cabeza cubierta por un casco de hueso. A pesar de su tamaño, es muy veloz y se mueve con facilidad sobre la arena. Su transformación lo dota de poder y velocidad, pero su cuerpo es bastante vulnerable. En esta ronda, el stat más alto del monstruo será el de velocidad, por lo que tendrán que lanzar una cantidad de dados iguales para él en sus posts. Tendrán que lanzar dados y editar con el resultado. Tiren tres dados de velocidad para el monstruo cada uno.

Rey Telequin
Fuerza: 2
Velocidad: 6
Resistencia: 1
Cosmos: Nulo.

HP: 30

En caso de Victoria: Las hadas les otorgan cualquiera de los tres dones que poseen.

En caso de derrota: Las hadas mueren y las regresan a su mundo antes de que el Telequin Mayor les haga daño.

Premio adicional: Pase para realizar la parte dos de esta misión ("El Trono del Poder") si la terminan con las tres hadas vivas.

Rin estuvo a punto de intervenir para darle una mano a su compañero con el objetivo de acabar más rápidamente con aquella monstruosa criatura. Sin embargo, Vasant parecía tener todo bajo control y pronto lo dejó saber mediante sus palabras, que detuvieron a la guardiana de Libra antes de que avanzara siquiera un paso. El hombre de cabellera azulada solicitaba que cuidara de las hadas mientras que él se encargaba del enemigo restante.

—De acuerdo. —Rin asintió. En cierto modo Vasant tenía razón, si dos de aquellas criaturas los habían localizado sin problemas, otros más podían estar rondando por el territorio. En esas circunstancias, dejar a las hadas desprotegidas no era buena idea. Sin embargo tampoco podían perder mucho tiempo peleando contra esas bestias que no parecían ser una amenaza demasiado grande. Ella estaba segura de que debían tener un líder que les guiaba y no podía estar demasiado lejos.

—Permanezcan cerca de mi, podría haber más de ellos merodeando por los alrededores. —dijo a las mujeres aladas mientras observaba atentamente en todas direcciones, permaneciendo alerta a cualquier anomalía en el territorio. Por otra parte Vasant, que continuaba peleando contra el Telquin restante, realizaba una devastadora técnica que posiblemente acabaría con la criatura sin mucho problema. Rin permanecía alerta mas no se interpuso en la batalla.

Como supuso, la técnica de Vasant acabó con el Telquin sin mucho problema, lo que les dejaba el camino libre de peligros una vez más. Sin embargo, eso no significaba que no hubiera más de esas criaturas rondando cerca de ellos, por lo que el quedarse allí tampoco era del todo seguro.

—Sí, vamos, es peligroso que nos quedemos aquí más tiempo. —afirmó Rin, y comenzó a caminar junto a su compañero de armas siendo guiados por la líder de las hadas. Si bien las criaturas aquellas que los habían atacado, no resultaron ser una amenaza real para los Santos de Oro, no podían arriesgarse a poner en peligro a los seres que debían proteger.

Al cabo de una larga caminata llegaron hasta la entrada de lo que parecía un viejo buque de guerra. Frente a la enorme estructura se detuvieron un instante, fue cuando el hada líder habló, asegurando que no había peligro alguno.

—Este es un lugar seguro, podemos entrar. Aquí no nos alcanzarán fácilmente —dijo el hada, mirando a los Santos por un instante—. Sigamos, una vez dentro les explicaré de mejor manera la situación.

Rin por su parte asintió, avanzando también. Una vez que todos estuvieron dentro se dirigieron a la sala de máquinas. Aunque aquel reducido recinto daba una extraña sensación de seguridad, la guardiana de Libra permanecía alerta en todo momento.

—Sí, puedo oírlo —respondió Rin a la pregunta del Santo de Aries. Afuera del cuarto de máquinas donde se encontraban lograban escucharse lo que se podía haber identificado como ladridos. Al oírlo la joven guerrera lo relacionó de inmediato con las criaturas que los habían estado persiguiendo en el desierto. Y se oía como si los tuvieran rodeados—. Deben ser los Telquines, nos han encontrado. —se aventuró a suponer la muchacha.

—Oh no —murmuró al observar que una de las hadas a las que debían proteger no estaba junto a ellos—. Yo iré a investigar, cuida de ellas.

Había que ser cautelosos y evitar exponer a aquellos seres al peligro, por lo cual, lo mejor era separarse, que uno de ellos investigara y el otro permaneciera custodiando a las hadas. Además, no era seguro que estuvieran a salvo allí dentro; que una de las hadas se hubiera desaparecido significaba que posiblemente algún enemigo se hubiera infiltrado en el escondite.

Buscando la salida más próxima y segura Rin se escabulló por una vieja escotilla, cerrando la puerta rápidamente al salir. Se vio obligada a retroceder cuando, frente a ella, numerosos ojos furiosos la amenazaron. Miró más allá de las feroces criaturas conocidas como Telquines y observó que uno de ellos tenía al hada restante capturada.

Dos Telquines se lanzaron sobre ella. Murmurando una maldición la guardiana de Libra logró evadirlos a tiempo, sin embargo, al mismo tiempo una bola de energía que no vio venir la sorprendió y casi la alcanzó, pero dando un salto se salvó del poderoso embate. En ese instante, antes de que lograra reaccionar, había más de esas criaturas rodeándola.

—Son demasiados. —murmuró. Tendría que recurrir a una mejor estrategia. Afortunadamente tenía el truco perfecto para deshacerse de ellos sin mucho problema. Rodeándose por un aura de cosmos dorado Rin comenzó a girar sobre sí misma—. ¡Peacock Feather Storm! —exclamó el nombre de su técnica y cientos de plumas de energía dorada salieron disparadas en un rango de 360 grados dejando a unos pocos Telquines en pie.

Teniendo ya el camino despejado hacia el hada Rin avanzó rápidamente, propinando una patada a la velocidad de la luz en el rostro de la criatura que tenía atrapada a la mujer alada para que la soltara. Finalmente libre el hada huyó lejos del enemigo.

—Vámonos de aquí, rápido. —exigió Rin observando como el Telquin volvía a ponerse lentamente en pie después del ataque. Eran demasiados como para enfrentarlos a todos; lo mejor sería regresar antes de que volviesen a atacarles. Corriendo junto al hada, la guerrera de Libra regresó a la escotilla por donde había salido, ingresando rápidamente para volver a reunirse con los demás.

—Logre rescatarla, pero son demasiados allá afuera —le informó a su compañero una vez que ambas entraron de vuelta al cuarto de máquinas donde se refugiaban. Después miró al líder de las hadas—. Dudo que este lugar resista mucho más.

_________

Tras la explicación de las hadas fue mucho más fácil comprender porqué los Telquines las querían capturar. Ahora debían tener especial cuidado pues de caer en manos del enemigo el poder de aquellos seres, nada bueno iba a resultar de eso.

De pronto una potente explosión irrumpió la calma dentro del cuarto donde ellos estaban y la estructura empezó a derrumbarse— ¡Cuidado! —Rin advirtió, apartando a una de las hadas y salvandola de ser aplastada por un escombro. Al ver a su alrededor notó que habían quedado al descubierto ante la mirada de los enemigos.

—Parece que no nos quedará otra opción más que enfrentarlos —confirmó lo dicho por el Santo de Aries, observando como al disiparse la nube de humo que había generado la explosión, aparecían unas criaturas con forma humana y armaduras oscuras igual que las armas que portaban—. Acabemos con ellos. —Y no sólo eso, además debían evitar que se acercaran a las hadas.

—Resguardense en un lugar seguro. Rápido. —añadió observando a los seres luminosos. Ninguno de los dos santos podría acabar con todos los Telquines por su cuenta, iban a necesitar trabajar juntos y no podían estar pendientes de las hadas.

—Ahí vienen. —le advirtió a Vasant.

Rin avanzó hacia uno de los hechiceros que fue directo a atacarla, bloqueando el golpe con uno de sus escudos y empujando a la criatura que se estrelló contra un muro. Otros más le rodearon. —Son demasiados. —murmuró para sí mirando en todas direcciones. Creando nuevamente las garras doradas en ambas manos los enfrentó en una feroz batalla que acabó con algunos de ellos fuera de combate y otros debilitados. Ella había recibido golpes también, pero nada de gravedad. Gracias a la armadura había logrado evitar mayor daño.

Sin embargo, pronto más de ellos se acercaron. Cuándo la volvieron a rodear Rin se vio obligada a escapar del centro del ataque, en el proceso alejándose de su compañero que estaba enfrentándose a otro grupo de hechiceros. Dando un salto en el aire la guardiana de Libra volvió a hacer uso de su técnica especial.

—¡Peacock Feather Storm! —exclamó, arrojando una nueva lluvia de filosas plumas doradas sobre los Telquines, quienes no tuvieron posibilidad de defenderse y fueron derrotados.