Silver and Gold

Recuerdo del primer mensaje :

Había pasado un mes desde que oficialmente había acabado de dar clases al montón de cuarenta ineptos que podrían, capaz, con mucha suerte, despertar alguna de las ochenta y ocho armaduras del Santuario. Diana había tenido que hacer milagros, pues de esos cuarenta, veinte le habían sido añadidos a mitad de curso cuando al “maravilloso y muy pitudo” Sr. Toro de Oro se le había ocurrido la grandiosa idea de despedir a la otra maestra y en vez de contratar a alguien más solamente dijo “Nah, tu puedes con todos.”

Si, Diana podía con todos, aquello no era el punto. El punto era que aparte de sacar a adelante a sus dieciocho, pues dos habían muerto en estúpidos accidentes, ahora tenía que ver cómo podía salvar a la mierda que le había dejado la amazona de la triste figura. Diana había tenido que simplemente mandar a casa alrededor de la mitad de aquellos veinte, simplemente porque su falta de miembros no hacían muy posible el que lograsen si quiera sobrevivir el resto del entrenamiento. Pero al fin, tras empujar, gritar, y utilizarlos para mandados cotidianos, Diana había logrado el milagro.

Extrañaría tener quien le limpiase la choza, o le trajeran un café desde Atenas, pero el estar por fin libre de ese tipo de responsabilidades hacia que valiese la pena. Por desgracia, ahora que estaban graduados, Diana tenía la responsabilidad de verlos al menos una vez al mes para dar seguimiento a los que habían alcanzado la armadura. Era por eso que Diana se había levantado a la temprana hora de las nueve de la mañana, había ido a Rodorio y había comprado una caja de donas. El Café lo había robado de la oficina del PedoPriest, porque que se jodiera ese cabron. Frente a Diana, la amazona de Cáncer Menor, y los Caballeros de Pez Austral, Volans y Dorado, la observaban expectativamente.

- Bueno, quiero volver a felicitarlos a todos por no haber muerto en el proceso, y haber logrado despertar armaduras. Me hubiese gustado que al menos uno de ustedes consiguiera plata, pero no me quejo. Son lo mejor de su clase. - La verdad que Diana no se quejaba. Aquellos cuatro frente a ella, habían comenzado en su equipo, así que aunque la espantapájaros de Grulla se hubiese quedado, pudiera alardear de haber conseguido el doble de la cuota. Diana no pudo evitar enderezarse de orgullo al pensar eso. ”Chupala Grulla, donde quiera que te encuentres. ”

- Disculpe Maestra Diana, ¿pero no deberíamos de esperar a Sofía? - La amazona de Cáncer Menor preguntó con algo de pena. Diana realmente tenía que sacar a esa chica alguna de esas noches. Capaz y así lograba hacerla salir de su caparazón. Eso o aprovechar que ya no era su alumna e invitarla a unas cuantas rondas con ella. Ver en donde terminaba la noche. “¿Cual era su nombre de nuevo?”

Para la desgracia de Cáncer Menor, había traído a la atención de Diana un tema del cual realmente no quería hablar. La mencionada, Sofía, era la única miembro del grupo de Grulla que había logrado alcanzar la armadura. Pero para la desgracia de Diana, aquella armadura era de Plata. Eso en teoría había sido el mejor éxito de todos, y se aseguraba que nunca mas Diana fuese molestada de nuevo. Pero en realidad, tener que lidiar con aquella molesta, escandalosa adoradora de la EX amazona de Grulla era un tremendo y completo dolor en el culo. De los que a Diana no le gustaban.

- Por desgracia - entiéndase gracias a Atenea y todos los dioses, - Sofía no se encuentra en el santuario. Unos días después de que se graduaron desapareció. Extrañamente, justo cuando ella desapareció lo hizo también la armadura de Grulla. Pero bueno eso no nos incumbe. ¡Aqui el tema son ustedes! Cuentenme, ¿Como les va? -

El miembro 'Diana Wales' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 6, 2

Dia 35, 15 horas con 17 minutos, Santuario de Atenea

El cerdo negro de tauro no había dejado que pudiese escapar. Peor aún ahora la estaba amenazando con castigos, como si fuese una autoridad máxima en el santuario. Realmente era un hombre engreído y altanero.

- Eres...un...Puerco -

Hubiese escupido en su dirección para realmente dejar claro su mensaje, pero estando en la posición en la cual había sido forzada por el oscuro ente demoniaco, no había forma en que pudiese lograrlo. Podría escupir en el piso justo enfrente, pero no tenía sentido. Además dudaba que siquiera lo viese. Desde que había comenzado la pelea apenas y había volteado a verla.

De pronto sintió como el peso no era solamente sobre sus extremidades, si no que toda su figura estaba siendo aplastada contra el suelo. Era como si un gigante decidiera pisotearla en ese mismo instante, y estaba comenzando a temer por la constitución de sus huesos. Había sido una fortuna que hubiese decidido no escupir frente a ella. Ahora estaria embarrando su cara en ese escupitajo. Seguramente el maligno guerrero había planeado eso.

Para colmo de colmos la temperatura que estaba sintiendo en aquel momento subió considerablemente. Podía sentir como su piel se encontraba ardiendo en causando que de inmediato comenzó a sudar como si hubiese pasado horas y horas de entrenamiento. Solamente pudo apretar los dientes mientras lo soportaba.

Allí se hubiese quedado, de no ser por las siguientes palabras por parte del asqueroso ser que seguía tan tranquilo y soberbio en su silla. Al escuchar que pensaba luchar contra su maestra, regaño la fuerza de voluntad que había perdido. Haciendo un gran esfuerzo, fue capaz de levantar los brazos, y ponerse sobre una de sus rodillas, levantando la cara en dirección al causante de todos los problemas.

- Mi Maestra...te hara pedazos -

Su enemiga había logrado detener parte del ataque que la antigua guerrera del Santuario había proyectado en su contra. Aquello no agradaba en nada a Calliope que deseaba ya dar por terminado aquel jueguecito, dejar a su cuidado a la molesta amazona de Mosca y poder, si era posible, regresar a la normalidad de su día a día. Extrañaba el aroma del metro en la mañana, el de la basura en los callejones y las imprecaciones de sus compañeros de trabajo.

Actuando con agilidad retrocedió un salto para evitar el golpe completo de aquella lanza en vertical enviada por su contrincante. La afilada herramienta de pelea le hirió la mejilla derecha provocándole un corte superficial que dejo escapar algunas gotas de sangre. Calliope elevo su mano limpiando aquel escarlata líquido, limpiando con desinterés los residuos en el costado de sus ropajes.

-¿En verdad aceptas el reto Stan, guardián de la segunda casa del Santuario, gran hijo de puta? Lamento decir que me siento escéptica ante esa afirmación, no parece digna de tu cobarde naturaleza. –Declaro la mujer con desprecio lanzando una mirada oblicua en dirección de donde se encontraba el moreno erguido en toda su altura. Escupió la tierra con desprecio tornando sus ojos en dirección de Diana de Cetus.

-Esto está dejando de ser divertido, será mejor que te rindas… no sea que te rompas una de tus uñas. –Terminada la exclamación se abalanzo en dirección de la portadora del manto plateado y proyecto su palma en dirección de su rostro con la intención de lanzar una ráfaga que le enviase contra las llamas que les cercaban. Si podía dejarle un regalo perene a su enemiga, sería lo mejor de su dia.

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ACCIONES DE CALLIOPE

Ataque #1 ( 5 ): 2(f) + 1(v) = 3/2 = 1.5
Ataque #2 ( 1 ): FALLA
Ataque #3 ( 7 ): 2(f) + 1(v) + 2(c) = 5

Ataque final: 6.5 (Diana Wales)

HP: 29 – 1 = 28
Acciones: 5/15

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'Acción' : 5, 1, 7

—Ocho meses de castigo.— le dijo con simpleza a la latina, sin mirarla. Si era sincero, ya empezaba a hastiarlo. No le hacia caras a malas actitudes o algo por el estilo, pero los que molestaban por el mero hecho de hacerlo, de forma constante, repetida, consistente...lo sacaban de quicio. Al igual que Grulla y Cetus, pero a un nivel mil veces mayor, esa niña era como un dolor de muelas. Y solo para reafirmar sus palabras, agregó ocho nudos de presión sobre ella. —Espero que alguno de ustedes esté anotando esto.— le dijo a los bronces, mirándolos de lado. Apresurándose a cumplir la orden, se revolvieron y golpearon unos a otros, intentando encontrar lapis y papel.

Luego oyó a la ex-Grulla, palmeándose el bícep mientras volvía a exhalar humo. —Eres inteligente como para distinguir cobardía de tranquilidad.— le dijo con simpleza. O quizá no lo era. Al fin y al cabo, dejarse llevar por tanta furia no podía ser precisamente de alguien listo. O centrado.

—Por cierto.— volvió a dirigirse a los aspirantes realizados, quienes ya anotaban sus instrucciones en una libreta chamuscada por una esquina. —Tomen esto como una lección de lo que pasa cuando se dejan dominar por una cabeza caliente. Probablemente necesiten aprenderla de una vez antes de que les cueste algo serio en el campo de batalla.— dijo. Eso, pensó, no lo podía estresar mas de lo posible; tal lección era algo que le enseñó su padre agente de Interpol, así como su maestro y ex-Tauro, Gar. Más de un soldado había sido despedazado o mutilado por dejarse llevar a la ira, la vena palpitando en sus sienes mientras avanzaban a ciegas. Por más talentosa y peligrosa que fuera ex-Grulla, eso le daba más de una apertura a ser aniquilada. La cosa era que Cetus viera el mínimo espacio entre sus ataques.

- Aish, ya cierra la boca. - Diana espero el movimiento de la amazona que carecía de tetas, nalgas, y ahora parecía tambien sanidad mental. La verdad era que en cierta forma, Diana se sentía preocupada por la forma en que la Ex Amazona de Grulla había estado actuando, desde el momento en que se había presentado de esa forma tan repentina, hasta como su rostro se había visto más exaltado. No olvidando, claro estaba, aquella risa psicópata que la Espantapájaros había lanzado, Diana no podía evitar creer que por el bien suyo y de todo el mundo, Grulla debía buscar ayuda profesional. Capaz al final de todo eso podría darle la tarjeta de su psicólogo en Francia. A ese ni se había cogido.

Aun así, fuera de que podía sentir esa preocupación, Diana estaba comenzando a fastidiarse ella misma. La verdad era que si de algo se le podía culpar a la mujer de figura escuálida, era su necesidad de no dejar de quejarse de todo a su alrededor, - “Oh no, Tuve que soportar a Sofía buscandome, Ay de mí! Tengo una pendeja que haría lo que fuera por mi, que si tuviese pene me lo mamaria!” En serio, ya bajate de tu maldita cruz. La tuviste que aguantar unos dias? Imaginate tener que aguantarla semanas! Meses! Nunca dejando de escuchar como todo lo que hacía era inferior a ti, como “Mi Maestra esto, Mi Maestra aquello”, hasta hartar! Pero sabes que? Yo no dije nada, yo me aguante como me correspondía, y así hice que el santuario tuviese un Caballero de Plata más. Porque no soy una infantil que no puede pensar en otra forma de lidiar con las cosas que golpeandolas. Asi que, calma tus malditas tetas, regresa a tu aburrida vida, y busca quien te coja! -

Tomando a la amazona de Grulla de aquel brazo con el cual pensaba destrozarle la cara, Diana aprovechó la oportunidad para mostrar su fuerza, y de un movimiento entero levantó a su ex compañera para lanzarla directo a las llamas dónde está seguramente pensaba enviarla. Al menos no golpearia feo el suelo. Después de todo, Diana la estaba lanzando justo encima de los restos del colchón. “Todavia no acababa de pagarlo, Mas le vale al Toro de Oro de compensarmelo. ”


Diana:
Acción 1 - Defensa (6): 4 Resistencia + 1 Velocidad + 1 Cosmos = 6
Acción 2 - Ataque (3): 3 Fuerza + 1 Velocidad = 4/4 = 1

HP Diana: 9.5 - 6.5 + 6 = 9
Acciones: 7/15

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'Acción' : 3, 6

Dia 35, 15 horas con 23 minutos, Santuario de Atenea

Ya estaba a punto de responder a ese comentario de ocho meses de castigo, fuese cual fuese aquel cuando de pronto sintio la inhabilidad de decir cosa alguna. Había estado a punto de levantarse y mostrarle a esa entidad oscura que no se iba quedar quieta cuando tan facilmente se le ocurria amenazar a su maestra, pero no podia hacer nada.

Tal parecia que cuando ya por fin había logrado levantarse, el desgraciado cuernudo negro había decidido aumentar el peso, y esta vez demasiadamente exagerado. La fuerza con la cual la estaba aplastando era tanta que la tierra sobre la cual estaba parada comenzaba a hundirse, creando un crater a su alrededor.

No podia responder, de hecho no podia ni escuchar las cosas que estaban pasando a su alrededor. Apenas y era capaz de ver lo que sucedia frente a ella, pero el problema era que la fuerza con la cual estaba siendo presionada, le había obligado a observar hacia el suelo. Eso no era aceptable. Como se atrevia a obligarle a perderse la batalla de su maestra?

Tanta palabrería le cansaba y en un nivel subconsciente le molestaba la verdad que cada palabra de Cetus expresaba. Quizás hubiese sido más efectiva su perorata si se hubiese ahorrado los insultos y la voz chillona de niña fresa de Polanco. Lamentablemente para ambas, la ex amazona de Grulla solo sintió alimentado su furia y soberbia por cada silaba articulada por la odiosa enemiga de dudosa condición moral.

No ayudaba en nada tampoco la cantidad de condiciones adversas que se habían dado cita en el campo de batalla. Por un lado estaba el grupo de espectadores que les rodeaban, los santos de bronce gritaban como groupies cada vez que su maestra realizaba un movimiento acertado o asestaba algún golpesucho de segunda, gimiendo y lloriqueando cada vez que era Grulla lo que lograba algún éxito. Las palabras de Stan de Tauro también le causaban distracción junto con su actitud indolente. No había nada que le molestase más de aquel hombre que aquella templanza envidiable. Ojala pudiese arrancarle el gesto complaciente con sus uñas. Finalmente, la temperatura elevada y las llamas que les amenazaban con incendiarles si daban un paso en falso era un factor más que iba mermando poco a poco la energía de la amazona.

Se estaba quedando sin pila, de seguir así Diana de Cetus sería la campeona por el mero hecho de quedar de pie. No se podía permitir ese lujo, no después de todo el despliegue de soberbia mostrado. Distraída por todo esto no fue capaz de escapar al alcance de las manos de la rubia enemiga, sintió como el piso se le escapaba y no pudo más que estirar sus brazos cuando se vio proyectada. Su mano derecha logro alcanzar a enredarse en la melena de Cetus arrastrándole consigo al aro de fuego. Las llamas lamieron su piel y hubo de usar su cosmos para crear una ventisca que aparto momentáneamente el tacto candente de aquel elemento.

-Estupida zorra de quinta. –Grito al tiempo que se lanzaba de regreso al centro del campo de batalla, proyectando con su mano una ráfaga de viento para mantener a Cetus en las llamas. No había mejor forma de perecer para una bruja que el ser quemada en la hoguera.

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ACCIONES DE CALLIOPE

Ataque #1 ( 1 ): FALLA
Ataque #2 ( 4 ): 2(f) + 1(v) + 2(c) = 5/2 = 2.5
Ataque #3 ( 3 ): 2(f) + 1(v) = 3/4 = 0.75

Ataque final: 3.25 (Diana Wales)

HP: 28 – 1 = 27
Acciones: 3/15

El miembro 'Calliope' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 1, 4, 3