En el bar (abierto)

X, caballero dorado de geminis, se tomaba un descanso de su ultima mision en Kaus, la ciudad era tan extenuante como el creia, y ya habia tenido que lidiar con enemigos de diferentes ejercitos, pero hoy era diferente, hoy habia decidido contrario a las ordenes patriarcales tomarse un dia, para el asi que vistiendo sus gastadas ropas y dejando la armadura en su refugio personal, se aventuro a la zona comercial de Kauz, encontrando un pequeño bar, de gente rica en la zona. Asi que decidio entrar, aunque un guardia malencarado intento detenerle, X saco un buen puñado de billetes de su bolsillo, todos arrugados y se los arrojo en la cara, silenciandolo y haciendo que lo pasaran.

Tomo una de las mesas de la esquina, de por si por su pinta de vagabundo ya llamaba la atencion, la mascara que cubria medio rostro no le ayudaria en nada asi que una vez instalado pidio un whisky y una pajilla, sorbiendo el licor por una de las aberturas de su mascara de cuero.

Alexey paseaba con tranquilidad por las amplias calles de la zona comercial de Kaus. Las voces de sus ciudadanos pasaban a través de Alexey como las aguas heladas de un riachuelo. Había aprendido a oírlos como el susurrar del rio, casi relajante.
Fue entonces cuando percibió el cosmos de un caballero.

Se concentró por un instante aislando esa luz en su mente y encontró los pensamientos duros y llenos de ira del caballero de Géminis. Alexey sonrió y se dirigió al bar donde había entrado.

Con calma se acercó al camarero, un par de palabras amables bastaron para que le permitiera unirse al adusto X, bebiendo su licor con el aspecto de un borracho vagabundo. En un lugar de lujo y tomando alcohol desde un delicado vaso de cristal.

- En mi País os echarían del local por beber licor con una pajita.- Dijo Alexey con media sonrisa en los labios.

Levantó la mano para atraer la atención del camarero y solicitó dos vasos de vodka y dos rebanadas de pan. Con solemnidad dejó un vaso ante él, tapado con el pan y otro en medio de la mesa, en uno de los extremos.

Observó el vodka y sopló en el delicado vaso hasta que el líquido se convirtió en un jarabe helado y viscoso.

- Tost

Horas pasaron mientras X bebía plácidamente en aquel lugar, a pesar de su apariencia se las apañaba lo suficientemente bien como para darse ciertos lujos, aunque no era tan común que lo hiciera, el prefería estar en lugares frecuentados por parias, donde al calor de la bebida podía encontrar algo de pelea.

Mientras se entretenía mirando alrededor, el vaivén de los y las camareras que atendían el lugar, las luces débiles y de colores que iluminaban el salón, acompañando en ritmo a una suave música, y las miradas curiosas de uno que otro que veía al pelinegro beber como si no hubiera un mañana.

De pronto otro hombre entro, uniéndose a su mesa, mientras X lo inspeccionaba con la mirada en alto y la cabeza baja, un hombre bastante cortes y educado que pedía algo que le traían casi al instante, pasados apenas unos segundos le dirigió la palabra al geminiano quien respondio levantando el vaso e introduciendo la pajilla en el sorbiendo sonoramente casi a propósito.

-Bien, menos mal que no estamos en tu país cierto?- Señalo mientras tomaba con la mano libre la botella de whisky en las ultimas, sacudiéndosela al camarero en forma de petición, a lo que este rápidamente la repuso con otra.
X pudo ver como aquel hombre hacia algo con la bebida que había pedido, sonriendo debajo de la máscara lo observo percibiendo un cosmos bien entrenado y suficientemente fuerte para igualarlo.

-Que te trae por aquí amigo? eres un santo? mi nombre es X y tu eres?- pregunto Géminis mientras se acomodaba ampliamente en el sillón de cuero que ocupaba frente a el

OFF: MIL DISCULPAS NUNCA VI QUE HUBIERA RESPUESTA, SI GUSTAS CONTINUARLO ADELANTE

Alexey dibujó media sonrisa ante la curiosidad de su acompañante. Con los ojos bien abiertos miró directamente a X reflejando en sus iris color aguamarina la profundidad del cielo invernal. Guardó silencio unos instantes mientras se adentraba en la mente de su acompañante. Sin bajar la mirada tomó otro sorbo de vodka.

- Soy Alexey de acuario.

Observó de nuevo, sin duda se trataba de un caballero de Atena. Un hombre torturado por su pasado, claro que solo aquellos que han sido fraguados por el dolor y la desgracia pueden ser templados con el hielo de la voluntad para emerger como espadas letales y afiladas, capaces de resistir los golpes del rival.

Cuando fue penetrando capa tras capa en la mente de su acompañante una oleada de furia abrasadora lo golpeó fundiendo el espejo de hielo en el que reflejaba los pensamientos del caballero de Geminis, sacudiendo la cabeza por unos segundos.

- Eres una persona apasionada. Como el basalto, esculpido por la fuerza de la tierra y el calor de los volcanes. Tu fuerza es realmente considerable X.

Entornó los ojos ante el ruido de sorber el Wisky como un vulgar mendigo apurando el cartón de vino barato comprado en un supermercado.

- La próxima vez te traeré un biberón para que puedas chupar a gusto.

Dijo Alexey con frialdad.

- Es útil que los Santos de oro nos conozcamos, comprendamos nuestras fuerzas y nuestros puntos débiles. Así que soy todo oídos X de Geminis, al menos si hablas tendrás que dejar de sorber como un niño de ocho años.

off rol:

Aquel hombre con frialdad parecía estudiarlo, a lo que X solo arqueo la ceja mientras sorbía plácidamente su whisky, al termino mientras el otro hablaba, termino eructando sonoramente mientras se inclinaba un poco hacia adelante, colocando su brazo en la mesa, respondiendo a el dorado de acuario.

-Vaya, el segundo caballero dorado que tengo el gusto de conocer, gracias puedes guardar el biberón donde te plazca, cada quien bebe como puede no es así? nadie querría que me quitara la mascara en publico- Guardo silencio un poco mientras se hacia con la botella, sirviéndola en el vaso con hielos elevando el cuello de la botella

-Y que quieres saber? santo dorado?. Supongo que estas aquí para relajarte de alguna misión igual que yo, lo siento si no soy muy elocuente y educado, solo soy un perro de guerra así que no tengo muchas cosas cultas que contarte-

gruño al cabo que se estiraba nuevamente sorbiendo por la pajilla incrustada en su mascara, mientras observaba al otro santo dorado, no tenia mucho en la ciudad, era prácticamente el chico nuevo y no le agradaba mucho socializar, y los pocos con los que lo hacia era mientras golpeaban a algún enemigo, después de todo es lo que mejor sabia hacer a final de cuentas era su misión eliminar a cualquier enemigo de Athena del camino.

Alexey torció sus finos labios en una sonrisa. Burdo duro y directo, todo un caballero marcado por un pasado de dolor y perdida. Pero a su vez había una fuerza descomunal dirigida por un ansia de venganza y el deber de proteger a la Diosa.

- Tampoco yo tengo una conversación muy culta, Tost.

Alexey brindo de nuevo.

- Abajo la cultura.

Rió por lo bajo con una cínica sonrisa, mostrando una emoción distinta del hasta ahora helado telón de indiferencia.

- El campo de batalla no es para los refinados ni los estudiosos. Es un lugar de muerte donde el instinto toma las riendas de la razón y el cuerpo actúa por impulsos bien aprendidos con sudor y dolor en lugar de horas de estudio.

Alexey vació de un trago el vodka helado y humeante al tiempo que se servía otra copa.

- Yo tampoco conozco a muchos caballeros. Estáis vos, Sebastián y espero que pronto nos reunamos para al menos poner cara a las armaduras que defienden las doce casas en esta ciudad nueva. Nos guste o no formamos todos una hermandad de soldados, guerreros al servicio de Atena.

Pero basta de hablar de mí. Contadme alguna batalla en la que hayáis tenido que mostrar los dientes Perro de guerra. Una en la que tuvierais que rugir y mostrar los dientes para conseguir la victoria.

X quedo en silencio al aparente cambio de actitud por parte del acuariano, cerro un momento los ojos sorbiendo un poco mas de su bebida.

-Bueno no conozco al caballero que me dices, solo conozco a Yusei de piscis, porque tuve un encargo en las montañas con el- agrego mientras azotaba el vaso en la mesa - por fin hablas mi idioma, dorado, y tienes razón, yo ni siquiera se leer bien, donde me crie nadie tuvo el privilegio de asistir a la escuela....ahora que recuerdo en mi aldea ni siquiera existía una,- comento sarcástico.

Luego se retiro uno de los guantes sin dedos colocando la palma de la mano hacia arriba, mientras el suelo se agrietaba de una forma discreta y un hiladillo de magma surgido de las profundidades mas allá de los cimientos de aquel local, salio bailoteando hacia la mano de X formándose en una esfera que se solidificaba y se hacia liquida nuevamente mediante algunos movimientos de los dedos.

-Que puedo contar de mi, Alexey, no mucho por las historias de los caballeros antecesores a ti manejas las energías gélidas hasta el cero absoluto, eso es verdad? que curioso, somos algo asi como antítesis trabajando para la misma diosa, mi poder y donde obtuve mi armadura fue en un volcán cerca del santuario, y desde poco después de haberme colocado esta mascara que oculta mi rostro, aprendí a manejar el fuego, las sombras y el magma ardiendo que responde a mi llamado cada que lo llamo, y bueno en cuanto a lo otro tienes razón, se supone que los doce caballeros de oro somos la élite y todo eso, una hermandad al servicio de Mer-ur (Athena) es curioso, como recluta a su gente no? por tu forma de hablar dudo que seas griego, yo soy del Egipto Árabe de una pequeña aldea llamada Dwal ayaq de donde provienes tu caballero?- cuestiono mientras soltaba el magma que humeando un poco se solidificaba en la pequeña grieta cubriéndola.

-Por Athena- respondio elevando su vaso hacia el otro santo de oro -Impresionante, dadas las condiciones del lugar debio ser duro, puedo entenderlo.

X quedo en silencio unos momentos y luego procedio -Bien....veras, en mi aldea al igual que supongo muchos otros, me quede sin padres, solo tenia una pariente cercana- hizo una pausa y clavo su mirada en la bebida mientras levantaba el vaso cerca de su rostro.

-Al igual que muchos de mis predecesores, yo vine en par, tuve un gemelo, una melliza es mas propio decir, ella era...como decirlo, lo contrario de mi, odiaba la violencia, odiaba todo lo que significara dañar a alguien, en cualquier sentido, ambos viviamos con unos tios, yo era violento, un perro rabioso, asi me llamaban, en mi pueblo una de las pocas "fuentes de empleo" y distraccion al estar casi totalmente aislados eran las peleas callejeras, un dia, hubo un deslave cerca de las formaciones rocosas que envuelven la aldea, ella habia ido a dejarme un poco de pan mientras yo entrenaba, solo como siempre, entre el deslave intentamos ponernos a salvo, pero una roca cayo sobre nosotros, ella me salvo lanzandome de un empujon lejos del alcance de la enorme piedra y murio....-

Volvio a hacer una pausa para sorber de practicamente un golpe el resto de la bebida en el vaso para poder servirse mas.
-Ella utilizaba un ancho cinturon de cuero, lo recuerdo bien, nuestra tia se lo entrego, al parecer era de mi madre, al igual que esto- menciono mientras entre sus ropas sacaba un viejo ankh de plata que pendia de una tira de cuero en su cuello - al morir como pude confeccione esta mascara, me sentia culpable, al inicio era una especie de castigo por no haber muerto yo en su lugar, no soportaba que vieran mi rostro ov erlo yo mismo al ser identico a ella, quien sabe, dudo que ella se hubiera convertido en un santo o algo asi por su caracter, desde ahi me entregue de lleno a las peleas hasta que hubo un nuevo deslave, Esta vez concentre toda mi furia y totalmente ebrio simplemente me pare enfrente y grite, en ese momento no lo entendia, de hecho me desmaye pero hice explotar mi cosmos y detuve el deslave, dias despues escuche la voz de athena en un sueño y me recordo mucho a mi hermana, por lo que decidi salir y el viaje me llevo a Grecia, tras muchos tropiezos y entrenamiento propio llegue a un volcan, Mavros me parece se llama ahi estaba la caja y la armadura me acepto, desde ese momento decidi abrazar mi propia oscuridad y fundirla con la luz de mi hermana, sigo utilizando esta mascara, pero ahora la uso en pro de que nadie vea el rostro de ella tras lo que suelo hacer, debo confesar, que no le soy leal al patriarca, ni siquiera al santuario, eso no me importa, solo son guerreros igual que yo, pero Athena es otra cosa, le he entregado mi vida y mis puños eso es todo- tras decir eso con los ojos cerrados sirvio una vez mas el whisky mientras lo sorbia de nuevo.