Aquelarre [Final Evento Tormenta]

El tiempo había terminado: después de una serie de combates que tuvieron a ciudad Kaus inmersa en pánico, el silenció se apoderó nuevamente de las calles. La tormenta feroz que había caído en los últimos días había cesado, dejando sólo un cielo negro adornado por un misterioso símbolo, una triqueta de color rojo carmesí que refulgía en medio de la perenne oscuridad. El sol fue completamente devorado por las tinieblas y en el cielo, tres objetos enormes caían sobre ciudad Kaus, tres torres que aterrizaron en el centro de la ciudad a una distancia de cien metros la una de la otra, trazando un triangulo entorno al monumento con forma de ángel de la victoria que adornaba el corazón de Kaus. Las puertas de las torres se abrieron al unísono, dejando salir un torrente de oscuridad que se extendió como una plaga a través de las calles de ciudad Kaus. Los cuerpos sin vida de los habitantes fueron devorados por la oscuridad hasta los huesos.

Tras consumir todos los cuerpos humanos que se encontraban en las calles, las tinieblas regresaron al punto en el que se habían dispersado, levantándose para transformarse en tres gigantes que vestían largas túnicas negras y cuyos rostros estaban cubiertos con máscaras con largas narices. Sus figuras sobresalían de entre los edificios, siendo visibles desde cualquier punto de la ciudad.

-Caballeros de Athena, sabemos que están escondidos en las grietas como los insectos que son- dijo el hechicero que tenía una esfera de electricidad en su mano derecha, quien parecía ser el responsable de las anomalías atmosféricas que asolaban la ciudad.

-No sirve de nada permanecer ocultos, eventualmente los destruiremos- advirtió el hechicero que se encontraba en el centro, el cual sostenía un cetro blanco.

-Débiles… humanos débiles e insensatos. Lo único que hicieron con sus estúpidas peleas fue acelerar lo inevitable- pronunció el tercero, aquel que se escondía bajo un velo de oscuridad que cubría la mayor parte de su máscara.

Los tres eran los temibles hechiceros ancestrales, los primeros hombres en dominar la magia y quienes la usaron para revelarse contra los dioses. Los gigantes alzaron las manos, absorbiendo la energía del sello que estaba sobre Kaus. Sus cuerpos se redujeron de tamaño, tomando forma corpórea. Las torres emitieron un destello y se encogieron, transformándose en armaduras negras que cubrieron los cuerpos de los hechiceros.

-Santos de Athena, vengan aquí ahora mismo. Serán los primeros en sentir nuestra venganza- emitió el hechicero del cetro de tal modo que sus palabras retumbaron en cada rincón de la ciudad. Estaban impacientes por castigar a los hombres que servían a la odiosa mujer que los encerró en el olvido.

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Lograr que los puntos de vida de los hechiceros lleguen a cero.

Hechiceros
HP: 30

Los tres espíritus malignos habían perdido sus cuerpos, abandonando los contenedores temporales que fueron creados con la carne y almas de los habitantes de ciudad Kaus y de los caídos en batalla. Los cuerpos mágicos se descompusieron en cientos de millones de orbitas luminosas que asendieron hacia el cielo y cayeron sobre la ciudad como una lluvia de polvo de estrellas. Las calles de Kaus se llenaron de personas en estado de inconsciencia y las nubes de oscuridad que dominaban el cielo se desvanecieron por completo.

De los tres hechiceros solo quedaban sus máscaras de largas narices sostenidas por sus espectros transparentes con grandes ojos brillantes como las llamas del infierno.  La energía de Athena se transformó en un remolino de luz dorado que creció a su alrededor, protegiendo a sus caballeros y consumiendo los cuerpos fantasmales de los hechiceros como fuego.  

Aether mostró una sonrisa mientras se dirigía al Santo de Piscis. Una espina de cristal salió disparada de la boca del hechicero y se clavó en el brazo de Yusei. -Tal vez me derrotaste, pero eso no traerá a la vida a tus amigos. Que esa herida sea un recordatorio de que les fallaste- tras decir esas últimas palabras el rostro del hechicero de hielo se derritió como un pedazo de cera.

El hechicero de la oscuridad se acercó a Raziel con su cuerpo envuelto en llamas-Te prometo que sufrirás un destino peor que el mío, pequeño gnomo. Puedo verlo en tu futuro.- toció una nube de cenizas negras que envolvieron al ángel antes de que su cara avejentada se desfigurara por completo.

-¡¡Volveremos las veces que sean necesarias!!- vocifero Kloud como un demente, esforzándose por mantener su forma en medio de las llamas purificadoras que lo devoraban.-¡¡Maldita!! ¡¡Pero no voy a regresar a esa asquerosa dimensión sin darte algo a cambio..!!-  Kloud concentró la energía eléctrica que le quedaba en su brazo para disparar un relámpago rojizo hacia el pecho de Athena, el cual consiguió traspasar su barrera y golpear su pecho, dejando una cicatriz en su pecho, muy cerca del corazón. Kloud rió como un loco mientras su cuerpo fantasmal ardía, dejando caer una pequeña joya que rodó hasta los pies de Cáncer.

Un vórtice se abrió en el cielo, y en su interior se podía ver una imagen de los confines del tiempo. Los hechiceros estallaron y lo que quedó de ellos fue absorbido por completo por el portal. Athena cayó agotada al suelo una vez que el sellado terminó, observando con preocupación la herida escondida bajo la tela desgarrada de su vestido.

La abertura en el espacio desapareció. La ciudad se encontraba completamente a oscuras, pero las estrellas brillaban como nunca antes. La maldad se había disipado y con ella la pesadilla que todos habían vivido.

Lo único que quedaba para recordar a los ancestros  eran tres máscaras de metal chamuscadas en el suelo.

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HP: 0

Premios

Yusei
100 puntos de experiencia
5000 monedas
Vara de Hielo - Reliquia
Se cree que la fuente del poder del hechicero del hielo viene de este objeto místico.
Efecto: Descuenta 1 punto de HP a tu enemigo durante cada turno si consigues dañarlo con tu ataque.


Raziel
100 puntos de experiencia
5000 monedas
Oscuridad Eterna - Reliquia
Se desconoce la verdadera forma física de esta reliquia, pero se dice que es la oscuridad que rodea a su portador.
Efecto: Despliega un velo de sombras que  anula la defensa de tu oponente. Puede ser usado 1 vez por batalla.


Máscara Sangrienta
100 puntos de experiencia
5000 monedas
Ojo de la Tormenta - Reliquia
Las nubes cargadas de electricidad se ciernen sobre el portador de este amuleto que encierra la esencia del caos.
Efecto: crea una nube de tormenta que bloquea el atributo cosmos de tu oponente tres turnos consecutivos.