Santo de Piscis - Yumoto Hakone, El Guerrero del Amor

Personalidad y apariencia:

Es un chico feliz e inocente. No comprende muchas de las cosas que suceden a su alrededor y es curioso por naturaleza, olvidándose de que en ocasiones sus preguntas pueden llegar a ofender a las personas. En un principio no servía a Athena guiado por ningún ideal heroico, transformándose en un caballero cuando la armadura de Columba reaccionó con sus deseos de proteger a una chica de un grupo de villanos que una vez acalarado el asunto resultó ser Saori Kido, la reencarnación de Athena en el siglo XXI. Solía tomar las misiones y deberes de un Santo como un juego hasta que se dio cuenta de que las personas morían para defender su causa y al dios que debían proteger. Desde ese entonces, Yumoto maduró y se convirtió en un Santo leal a Athena, estando dispuesto a morir y luchando por la promesa de un mundo en el que puedan reinar la paz y el amor.

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Historia:

Creció en Japón y prácticamente fue criado por su hermano mayor, la única persona que podía hacerse cargo de él debido a que sus padres viajaban constantemente. De niño tuvo una infancia ordinaria, siendo querido por sus compañeros de escuela y popular porque su familia era dueña de un negocio de baños termales por el que el vecindario era muy popular en otros sectores de la ciudad.

Al cumplir los dieciséis años quiso dejar la escuela para ayudar a su hermano con el negocio familiar, pero éste se opuso rotundamente, diciéndole que él debía estudiar arduamente para no ser igual que él. Debido a ese tema él y su hermano tuvieron su primera discusión fuerte, la cual llegó al final cuando Yumoto huyó lejos de su hermano esa noche.

El joven corrió durante horas hasta llegar a una playa desértica. Lo único que podía ver era la luz de la luna y a una mujer sosteniendo una vara alargada con un disco dorado. El chico se le acercó, preguntándose qué era lo que ella estaba haciendo. La mujer le pidió retroceder antes de que tres figuras sombrías aparecieran. Tenían el aspecto de fantasmas: todos ellos estaban cubiertos por largas capas negras y utilizaban antifaces con narices ganchudas.

Yumoto hizo caso omiso de lo que la mujer pedía, interponiéndose cuando uno de ellos quiso golpearla. En ese momento, el cuerpo de Yumoto resplandeció, alejando a las sombras con la intensa luz que emanaba. La armadura de Columba descendió de los cielos e hizo que las figuras se perdieran en la oscuridad del mar.

Horas más tarde Yumoto descubrió que esa mujer en realidad era una diosa, y que al haber sido elegido por una de sus armaduras él estaba obligado a convertirse en un caballero bajo su servicio. Al principio no quería dejar Japón, pensando en su hermano mayor, pero Saori le dijo que no se preocupara por él, asegurándose de que ella conseguiría el permiso de su tutor legal.

Recibió su entrenamiento en Francia, siendo una mujer anciana de nombre Faragonda quien le enseñó a controlar el cosmos y a siempre mantener una sonrisa sin importar lo negras que se pusieran las cosas, llegando a considerarla como una abuela por el cariño que desarrolló hacia ella. Después del entrenamiento básico su enseñanza quedó a cargo de la señorita Françoise, quien lo entrenó para convertirse en el siguiente portador de la armadura de Piscis debido a que ella había perdido muchas de sus facultades como soldado tras haber dado a luz a su primer hijo.

Al cumplir dieciocho pudo suceder a Françoise, integrándose a las filas del Santuario sin sospechar que todo era muy diferente desde la última vez que se encontró en Grecia