El Bosque encantado [Aiacos, Radamanthys & Kagaho]

Irlanda, un país que era conocido como el hogar de diversos seres feéricos: hadas, duendecillos, incluso criaturas que representaban la naturaleza misma. Estar en uno de sus bosques era como entrar en el escenario de un bello cuento de hadas. Aiacos había llegado antes que sus compañeros. Normalmente el Inframundo no prestaba atención a ese tipo de temas, sin embargo, el juez tenía curiosidad por saber cuál era el poder que había resucitado a las estrellas malignas, ya que Pandora, Hades ni Perséfone estaban involucrados con su despertar inesperado.

Era de día, sin embargo la espesura del bosque no dejaba entrar rayos de sol. Los árboles creaban un techo natural que sólo dejaba que un poco de luz se colara a través de los agujeros en el follaje. El pelinegro se sentó de brazos cruzados sobre una roca de gran tamaño, pensando en sus problemas personales. La presencia del humano que antes ocupaba ese cuerpo seguía persistente: él estaba peleando por salir a flote, ocasionándole muchos dolores de cabeza a Garuda.

-Será mejor que no demoren, no tengo intenciones de quedarme aquí sin hacer nada por más tiempo- se levantó de la roca y comenzó a indagar en los alrededores, sabía que eso era más productivo que permanecer inmóvil.