Sala de la Puerta al Bifrost:

Observó con atención sus alrededores, el lugar le intrigaba bastante, y de encontrarse en otra situación definitivamente le hubiera gustado tener la oportunidad de explorarlo con más tranquilidad. Pero no era momento de pensar en esas cosas, la vida de Athena seguía pendiendo de un hilo, y la más mínima distracción aseguraba tragedia. Tomó un profundo respiro y sujeto su arco con más fuerza de la necesaria, pues le dejaba un cierto sentimiento de seguridad el tener de alguna manera el completo control sobre su arma.

El recorrido no duró mucho tiempo, pues la llegada a un inmenso salón que parecía haber sido sacado de un cuento de fantasía no había tomado más que un par de minutos. Tomó un momento para apreciar los detalles plasmados en las paredes y en lo que parecía ser una puerta, antes de seguir las instrucciones del guerrero, el cual le había proporcionado el zafiro que acompañaba su armadura, requisito esencial para llegar a “Frey” según la información recibida por parte de quien en ese momento se ostentaba como patriarca. Viéndose  luego en la necesidad de pararse en la punta de sus pies, pues aparentemente el guerrero de Asgard había olvidado completamente que, a comparación suya, cualquiera presentaba carencias en cuanto a estatura.

Una vez y el portón abrió el camino fue que pudo sentirlo… La extraordinaria presencia de un cosmos maligno lo hizo evidente… Loki ya no buscaba esconderse.

Sabía a la perfección que era lo que se avecinaba, pero jamás le había pasado por la mente que estaría cara a cara con un dios, y el simple hecho de pensar en todos los desenlaces que pudiesen presentarse, hacia que un ligero escalofrió recorriera todo su cuerpo.