La Princesa de las Flores [Ruta 2]

Matthaios había llegado a una de las cuatro torres adecuadas para tener a las chicas. Muchos de los sirvientes de rangos inferiores se habían vestido para la ocasión: con interiores de metales preciosos  que dejaban poco a la imaginación, con aquellos cuerpos esculturales dignos de las representaciones griegas, unos con pieles blancas e inmaculadas, otros con  unas pieles ligeramente tostadas  o totalmente bañadas por el sol, con sus cabelleras cortas o largas, cada uno con una belleza única inclinándose ante la llegada  del conquer de la luz con la jovencita, parte del cuerpo de Afrodita en sus brazos.

Aun se preguntaba como ambas partes de Afrodita le pedían luchar por ella, si su enfermedad le arrebataría la belleza y el poder que le quedaba. Y en eso bajo la mirada para contemplar el rostro dormido de Yuzu, demasiado parecida a sus señoras y a la vez tan distinta, lo mismo con Serena… Y seguramente con las otras dos. Le daba pena tener que hacer pasar todo eso a alguien que no lo merecía y ahí radicaba la diferencia entre la jovencita y sus dos amas, la inocencia de Yuzu, ante lo belicoso de una-Urania- y la experiencia de la otra –Olímpica-.

Uno de ellos con armadura de cupido  se inclinó ante ambos –Señor Matthaios, esperábamos su regreso con uno de los fragmentos de nuestra señora, la señorita Yuzu – Si, todos parecían tener el cerebro lavado para obedecer a Urania que a la Afrodita a quien le deben vida y protección. – Avisa a las ninfas que preparen un baño y ropas dignas para la llegada de nuestra señora – Así lo hizo el hombre, desapareciendo del lugar, mientras él seguía caminado con ese cuerpo dormido.

De haber estado despierta, Yuzu se hubiese alterado como la primera vez que terminó viendo a la mayoría de estos chicos dispuestos a cumplirle cualquier capricho a pedido de la diosa rubia del amor. Estaría demás decir que la joven no sabía dónde esconderse, con toda la cara roja, como si estuviese debatiéndose entre generarle o no un desplante a la diosa y a sus sirvientes ante el bochorno. Para salvarle de todo aquello, tuvo que recordarle a su señora, que la jovencita tenía novio y que solo con ello la iba a deprimir antes que animarla… Sí, su señora estaba a favor del poliamor y todo eso, pero era otra historia.

Dejó a la joven con una de las ninfas que ya parecía saber qué hacer. Y le habían mirado preocupadas antes de llevarse a la jovencita con ellas. Si las cosas salían mal, todos la pagarían…

No quiso pensar en ello, y sacó otro cigarrillo para matar el tiempo. Y se fue a la zona principal de la torre, una urna de cristal cubierta y llena parcialmente con flores variadas. Así como el recinto parecía un gran jardín interno con interiores de decoración entre griego y el neo-gótico, en vez de gárgolas y otras criaturas semejantes, uno encontraba relieves y estatuas bellamente detalladas de diversas flores, entre las que resaltaban las rosas,  los narcisos, las anémonas y había una flor que se le parecía a los azahares, pero también le era extraña, bastante simple para el gusto de Urania, pero para el gusto de Afrodita, seguramente hermosas.

Había algo que no lo tenía tranquilo, y que venía analizando en su camino al Olimpo. A Yuzu le había dado una profecía poco después de que sobrevivieran al ataque de las algolas y de la gran anfisbena en la residencia en el Éufrates, la pelirrosa sería perseguida por serpientes, pero se enfrentaría a la más amada y a la más peligrosa, eso sería su mayor miedo. Pero ahora no veía ningún freno en los planes de Urania, e incluso la parte final podía tomarse como el éxito de la titánide.

Pero como guerrero con vasta experiencia, sabía que su habilidad para “predecir” el futuro tenía sus límites, y que unos pocos podías pasarles. Y el joven paladín de Saturno podía ser uno de ellos. Ya iba a sacar su  cuarto cigarrillo, cuando la ninfa ayudada por el cupido bajo sus órdenes llevaban a una Yuzu que parecía esas princesas de los cuentos y los mitos, con esos cabellos largos, la ropa con hilos dorados, siendo colocada en esa urna de cristal con delicadeza, como la princesa Blancanieves luego de probar la manzana envenenada –La princesa de las flores – mejor forma de describirla no había. Pero ¿Qué sería de ella cuando Urania despierte en el cuerpo que ahora dormitaba?

Aquellos sirvientes que ya casi andaban desnudos por la vida, se colocaban alrededor  como si fuesen parte de una especie de secta que esperaba la llegada de su mesías o algo así. Los dejó hacer, total, mientras todo se cumpliera a los designios de Urania,  él y sus compañeros estarían bien y podrían obtener lo que deseasen. Pero al encender su sexto cigarrillo –estaba fumando muy rápido ese día – el cosmos de alguien aproximarse lo hizo ponerse en alerta y la ninfa antes de retirarse le dejó lo que parecía una pequeña hada hecha de roca, que milagrosamente respiraba  -La señorita Yuzu no lo había soltado, seguro es importante para ella –.

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Ruta 2 .La princesa de las flores

Ventaja de Campo
Al pelear en el territorio de Afrodita, todos los participantes (excepto Conquers) tendrán su dado velocidad reducido a 2 puntos durante el evento al combatir con una gravedad diferente a la de la Tierra y a la que no están acostumbrados.

Indicaciones para el combate:
-Se puede sacrificar HP por acciones
-Sólo se tiene una vida. Si son derrotados quedan fuera
-El objeto "Sexy Interior" puede ser usado para bloquear el efecto de la barrera de Afrodita durante el evento.

Se quedó observando a la pequeña criaturita que respiraba con dificultad, en aquella forma de roca que estaba tomando, sus alitas apenas se movían y se aferraba con desesperación al medallón dorado con la marca de la flor de Afrodita, seguramente la forma pasiva del Core de la guerrera de Venus. –Así que eres parte del nexo que la mantiene aún con nosotros – Dijo mirando de nuevo hacia atrás, y cómo la mayoría de los guerreros y cupidos con trajes que dejaban poco a la imaginación le acompañaban haciéndole corte. Era uno de los conquers de la señora del Olimpo, sin contar que uno de los “más antiguos” entre los suyos.

-Matt… Aun estas a tiempo… Por favor… -La voz de su señora de dorados cabellos se hacía cada vez más débil. Lo lamentaba por ella, pero no se iba a detener. Apagando su cigarrillo. Y siguiendo la dirección de dónde provenía el intruso. Una mata de cabello bicolor que clamaba por la jovencita de cabellos rosas encerrada en una de las cuatro urnas, debía tener la edad de su hijo, al igual que Yuzu la de su hija. Varios de los cupidos y guerreros de rango inferior pero todos hermosos se colocaron en guardia rodeando al paladín, que parecía haber sido bendecido por Abel una vez más. Uno de los cupidos lanzó una de sus flechas cerca del rostro de Yuya dejando una marca en la mejilla del mismo.

-Deténganse. ¿Dónde están nuestros modales? - Sonrió mientras los guerreros bajaban armas y tomaban distancia casi tomando la apariencia de estatuas de muchos colores – Has crecido mucho Yuya… No te creía capaz de expresar emociones, pues la primera y última vez que te vi fue durante la destrucción de Kaus, cuando intenté llevarme a Yuzu antes que lo hicieran tú y el dios Abel, entrometiéndose en los planes de mi señora -Si, aquel rostro desolado del joven paladín contrastaba mucho con el que había visto hace dos años, uno frío e inmisericorde, cuando llegó a ver las peleas de la arena, era un odio que desprendía ante todo y todos los que representaran una amenaza para él y para Yuzu. Ahora un desconsuelo y tristeza, pero a la vez determinación para recuperar a la jovencita que en ese momento mientras hablaban estaba luchando por existir o desvanecerse en la nada.

Le lanzó a la pequeña pixie – Esa criaturita está enlazada al espíritu de la preciosa Yuzu, son criaturas puras, alejan los malos sentimientos y mueren convirtiéndose en piedra cuando se les acaba la magia o cuando la criatura con la que se han enlazado deja de existir… Así que podrías evaluar tu progreso con ella para que dejes de estar alzando la voz por gusto –Debía minar la voluntad del paladín… En su condición no estaría para una pelea al cien por ciento. –Aunque me sorprende que estés aquí. Abel y sus guerreros no parecían estar preocupados por lo que sucediese con ella más allá de ser un fragmento de Urania… - Y en parte era cierto, otra clase de compañeros como lo eran los santos estarían buscando la forma de recuperar a un compañero, como era el caso de Rin de libra… y si la memoria no le fallaba, seguramente el Santo de Cáncer había conocido a Serena por como la había tratado durante el combate en ciudad destruida de Kaus.

-Ahora, no entiendo qué haces aquí para salvar a alguien que está condenada a desaparecer de todas formas… A menos que Abel quiera otra cosa con ella –Dijo sonriendo con sorna. Abel resultaba ser casi igual que Apolo en muchos sentidos y eso que casi no había mucha información del mellizo de Athena, pero hasta ahora se parecían.

Y seguro uno de los paladines más cercanos al dios podría darse cuenta. O cegarse ante los celos… Preparó una de sus esferas de luz para dar inicio al combate.
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Accion #1: 2 (Ataque) = 3f + 1v + 1c =5/4= 1.25
Accion #2: 3 (Ataque) = 3f + 1v + 1c =5/4= 1.25

HP: 30
Acciones: 13/15

El miembro 'Matthaios' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 2, 3

El miembro 'Yuya' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 5, 2, 2

Off: lamento demora
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El ataque salido de la guadaña y con múltiples colores impactó con más fuerza de la que creía el conquer con un ojo parchado. La fuerza del ataque lo llevó a golpearse de espaldas con una de las paredes del recinto y la sangre salía de su boca, parte del traje que usaba quedó desgarrado, en la parte del torso, que si bien el pelirrojo tenía unos pectorales marcados, como todo guerrero que se precie, estos estaban parchados con unos moratones que no se veían para nada saludables.

Su cáncer seguía avanzando a una velocidad tal que ni siquiera el regalo de las Hadas Etéreas ni por estar en el terreno de su señora iba a detener esa enfermedad. Las ramas de los tumores terminaron aprentando un poco sus pulmones y por un momento creyó que caería desfallecido…

No moriría ahí.

Haría todo lo posible por ganar y sobrevivir… El ver a su familia, o lo que quedaba de ella era razón suficiente. –No he servido tanto tiempo a una diosa de la guerra para caer en estos momentos, jovencito – y un látigo de luz apareció en su brazo, lanzando escombros al joven de cabellos bicolor para guardar la distancia con él. El paladín de Abel tenía un cosmos y una fuerza abrumadora, si algo pasaba, no quería tener el mal gusto de usar a la joven durmiente de la urna de cristal.

Pero si quería sobrevivir un poco más no dudaría en hacerlo, si sus palabras para quitar el balance de Yuya no funcionaban lo haría sin pensarlo ya demasiado.

-¿Regresarás a los brazos de una asesina? Quien mató a su maestra y guía y que casi deja morir a uno de sus compañeros de armas por mostrar hybris delante de un poderoso enemigo –Se mofó – No me hagas reír paladín de Abel. Un ser como Yuzu, que ni siquiera es humana y que ni siquiera debería existir, está más allá del alcance de nosotros los mortales, que posiblemente no le importemos, si tomas en cuenta todo ese orgullo y testarudez propia de su creadora. – Bueno, ese orgullo desmedido fue algo en lo que batalló por construirle durante su estancia en el Olimpo, Yuzu a pesar de ser atenta y despierta en muchas cosas, en otras… Pecaba de demasiado ingenua al confiar en gente que le entregaba migajas de atención y cariño, a pesar de su extrema desconfianza de las primeras impresiones.

-¿Por qué molestarte en salvar a alguien que no tiene a nadie que la espere? Abel posiblemente la castigue una vez que todo esto termine, pues no creo que un crimen capital como la hybris sea perdonado tan fácil. –Y era cierto, dentro del mundo griego, la hybris era un pecado que incluso los dioses temían caer, pues el castigo de las Moiras y de Némesis siempre eran inclementes. Lanzó más escombros esperando que la distracción con sus palabras funcionara -Sin temor a equivocarme, podría inferir que el que la mantuviera lejos de ti era parte de su castigo por ello. Apenas y comía o dormía al ver que no estaría cerca de ti por unos cuantos meses. Imagínate los años y con un cuerpo que es cercano a los dioses, que podría llegar a ser inmortal sin serlo… Si no la hubiesen sacado para el torneo ¿Cuándo? ¿Unos cuantos siglos después, cuando el espíritu de Yuzu se hubiese despegado del cuerpo al cumplir un tiempo estimado humano de vida? –

Y luego se le había ocurrido algo, siempre su señora era celosa de la gente que se acercaba a sus hijos y a sus sirvientes, varios dioses tenían ese mismo carácter en ocasiones, y no era tan descabellado si lo veías de esa forma -¿O cuándo ya no sintiese celos de ella por quedarse con tus cariños y afecto? No lo sé, los dioses son muy celosos con lo que creen suyo – Y sí que lo sabía, si no hubiese sido porque el amor por su mujer era predestinado, -palabras de la diosa, no de él – hubiese hecho lo imposible por alejarla de él, pues a las únicas mujeres a las que podía tenerle afecto era a su diosa y a sus descendientes.

El cosmos de su actual señora se hizo presente, causaba pavor sentirlo en casi toda su magnificencia y eso que no se encontraban tan cerca de donde provenía – Una mujer con poder da miedo, los gigantes olvidaron a Gea, por eso subieron los titanes, y estos olvidaron a Rea, que salvó a Zeus… pero este fue algo inteligente y dejó que las diosas tuvieran sus privilegios y libertades, quizá demasiadas sino Athena no lo hubiese destruido… Pero Afrodita siempre ha sido diferente, con la misma capacidad de crear miedo con la que genera amor…el amor y el miedo siempre van de la mano. – Miró un momento en dirección a la torre, analizando si era prudente o no ir a ver a Yuzu… O terminar la pelea y estar al lado de la entidad que podía aterrorizar hasta los cimientos del Olimpo si se lo proponía.

El futuro empezaría a cambiar, pero si Urania ya había despertado sin la necesidad de los fragmentos de su cuerpo ¿Se cumpliría la profecía que le dio a la paladín de Venus hace unos años ya?
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Accion #1: 2 (Ataque) = 3f + 1v + 1c =5/4= 1.25
Accion #2: 3 (Ataque) = 3f + 1v + 1c =5/4= 1.25
Habilidad activa – Aliento de la naturaleza
Regenera 2 puntos de HP por turno
HP: 30 -11= 19+2=21
Acciones: 11/15

El miembro 'Matthaios' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 3, 2

El miembro 'Yuya' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 3, 1, 6