Improvise ▬ Sean.

Cuando el miembro de Adam entró en su interior Sean sintió un dolor que no había imaginado jamás. Sentía que el mayor iba a romperlo. Al escuchar la orden de Adam Sean comenzó a moverse sobre el miembro ajeno, facilitando la penetración. El dolor que había sentido antes no era nada comparado con el placer que le causaba la unión de su cuerpo con el del hombre que quería.

-Aaaahhh- El peliazul gimió con todas sus fuerzas al eyacular sobre el abdomen de Adam, arqueando su cuerpo hacia atrás, sujetándose con firmeza de los hombros del castaño para no caerse de espaldas. –L-lo siento, intenté contenerme todo lo que pude- reconoció con algo de vergüenza. Nunca antes había mantenido relaciones sexuales, y era muy complicado para él contenerse para que durara más. Su respiración era errática y apenas podía mantener la cabeza en alto.

Se percató de que estaba enterrando las uñas en los hombros de Adam, soltándolo antes de que éste se molestara. Deseaba poder permanecer así por más tiempo, entrelazado con Adam.

Sensaciones, olores, líquidos, eran varias sensaciones nuevas para él que lo llenaron de golpe, temiendo que en algún momento se desbordase, saliendo de Sean, lo volvió a tomar en sus brazos, sentándolo al revés del sillón, de tan manera que su rostro quedase mirando hacia el respaldo del sillón. Le tomo de las nalgas y las separo un poco, aprovechando aquella posición comenzó a lamer la entrada, simulando penetraciones en algunas ocasiones.

Tomando el liquido pegajoso que cubría su cuerpo lo aprovecho como lubricante, había una parte de él que quería dejar de jugar y volverse a unir con el peliazul, pero también se lo tomaba enserio, no quería lastimarlo. Suspirando, volvió a entrar en Sean sin detenerse en el trayecto, coloco las manos a los lados del cuerpo de Sean y volvió a embestirlo, ahora con mas facilidad, la posición le permitía  llegar mas a fondo.

— ¿No duele? — Mordisqueo la oreja izquierda, una de sus manos se movió para alcanzar un pezón, apartando su rostro de la oreja, lo escondió apoyándolo en la espalda del mas joven. — Ngh. —

-Duele un poco, pero se siente bien- dijo entre suaves gemidos, dejándose llevar por los movimientos de Adam, permitiendo que éste manipulara su cuerpo como le viniera en gana. Movió una de sus manos hacia atrás, tocando el trasero carnoso de Adam. Podía sentir la respiración del mayor acariciando la piel pálida de su espalda. –La próxima vez quiero ser el que ataque- refunfuñó, un poco molesto por estar siendo dominado.

Con cada embestida de Adam el peliazul se acostumbraba al dolor, aunque intentaba no concentrarse demasiado en eso. Su cabeza estaba en las nubes sólo porque el Santo de Orión estaba introduciéndose de esa manera en su cuerpo, apreciando que disminuyera el ritmo y lubricara su entrada con los fluidos calientes en lugar de entrar en seco; de verdad le importaba el placer de ambos.

-Algún día me vengaré por esto- dijo en broma, volteando por encima del hombro para que Adam lo viera guiñar su ojo. Metió la mano bajo su cuerpo para acariciar los testículos de Adam con delicadeza, aprovechando la cercanía entre ambos.

Si se ponía a recordar, con David, fue el primer hombre con el quien mas cercanía tuvo, antes de Sean, pero no en temas románticos, a causa del accidente en que se envolvió desde pequeño, el acercamiento físico se producía cuando tenia alguna pesadilla, abrazándolo o cuidando de él cuando tenia fiebre, eran hermosos recuerdos que no se atrevía mencionar si no estuviese en un lugar y con alguien que supiese que no traicionaría aquellas memorias, pero estaba seguro que Sean formaría parte de ellos, no solo los recuerdos del sexo, su sonrisa también, perforándole el cerebro, embobando con solo olerlo.

Su cuerpo tembló al sentir su mano en su anatomía, cada sensación que se producía al rosar su piel contra el de pelo mas largo le daba a creer que tendría en algún momento un ataque al corazón. Esbozo una sonrisa burlona al escuchar que quería ser el que atacara, no se lo dejaría tan fácil, disminuyo el ritmo de las embestidas, queriendo torturar un poco, aunque fuesen mas lento, eran mas bruscas que las demás pero podía llegar mas a fondo y observar el rostro del peliazul con mas facilidad, olfateando su cuello, lo mordió con fuerza, queriendo dejar su marca en él, al sacar algo de la sangre, lamió las heridas.

Dio vuelta al cuerpo de Sean para poder besarlo con mas facilidad y volver a embestir con la misma rapidez que antes. — Te quiero.. — Lamió el cuello, mientras con su brazo dañado acaricia un pezón, estaba vez no se guarda los gemidos roncos que provenían de su cuerdas vocales.

No podía dejar de jadear por el placer que le producía encontrarse bajo el control de Adam: sentía que estaba seguro en sus hábiles y capaces manos, ya que éste había conseguido encontrar los puntos más sensibles de su cuerpo, aquellos puntos que eran capaz de hacerlo gritar de la emoción. Cerró los glúteos cuando sintió que su cuerpo estaba siendo girado por Adam, presionando el miembro erecto entre sus posaderas.

-N-no puedo continuar Adam, de verdad- murmuró en voz baja, casi como un quejido. Aquello era demasiado para su cuerpo. Sus mejillas estaban enrojecidas por la alta temperatura que lo abrazaba. El cuerpo de Adam lo hacía sentir que se encontraba en llamas. Hizo un esfuerzo por levantarse, rodeando el cuello del castaño con sus brazos para poder elevarse y robarle un beso, devorando la boca del contrario con pasión.

-Te amo Adam aaaaahhhh!- gritó cuando sintió otra embestida. –Duele Adam… Duele- le dijo al oído antes de quedar con los ojos entreabiertos. Sean había dejado de moverse, cayendo agotado en el sillón como un costal de carne ablandada, pero con una expresión de placer que nadie le podría arrebatar.

A pesar de haberle dicho que dolía o mas bien gritado, no hizo demasiado caso, aunque se sintiese algo mal consigo mismo por hacer que le doliese, no se detendría hasta venirse dentro de él. — Todavía no terminamos. — Susurro en su oído. — Aguanta un poco mas. — Casi se lo ordeno, mientras mantenía el ritmo.

Siguió con su trabajo, agarro las nalgas de Sean y comenzó a masajearlas, perdido en lo que sentía, haciendo oídos sordos a alguna queja que pudiese emitir. Duro solo unos minutos, rápidamente salio de él, ya que se dio cuenta que su deseo de venirse dentro de Sean no seria posible, por que, aunque extraño que fuese, pensó en la comodidad de Sean cuando se pusiese sus pantalones. — Lastima y yo que quería venirme dentro de ti. — Metió sus dedos en la entrada y movió sus dedos como una tijera. — Pero, no creo que sea conveniente, después de todo escucharía tus quejas durante todo el camino. —

Se aparto de él, dejándole respirar, tenia que encontrar su ropa.

Su pecho bajaba y se elevaba frenéticamente hasta que logró tranquilizarse. Un sentimiento de tristeza invadió a Sean, debido a que se sentía decepcionado por haber dejado a medias a Adam. No era agradable saber que por su culpa su amante no había conseguido llegar al clímax. –Espera Adam… no quiero que esto se quede así- el peliazul se levantó del sofá, arrodillándose frente al pelinegro, admirando el tamaño de su miembro.


-Yo sólo quiero verte feliz- dijo el menor, lamiendo suavemente la punta del miembro, al principio un poco temeroso ya que le preocupaba hacerlo mal. Introdujo el glande en su boca, corriendo el prepucio hacia atrás para lubricar mejor la cabeza. Comenzó a acariciar con su lengua la forma del miembro robusto de Adam. Sacó el falo de su boca, sosteniéndolo firmemente con su mano mientras un hilo de líquido pre-seminal se escurría por la comisura de sus labios.-Estoy preparado Adam… córrete dentro de mí, puedo hacerlo- dijo el menor, decidido a llevar el acto a sus últimas consecuencias. Así era Sean, siempre tomándose muy en serio cualquier cosa: las compras, una cita, el sexo. Él siempre quería realizarlo todo de la mejor manera posible.

Sus piernas casi temblaron al verlo en aquella posición. Alzo ambas cejas ante la sorpresa de verlo en aquella posición, es decir, no pensó que se atrevería hacer algo así. Lo peor fue cuando hablo, cerro los ojos y dejo que su cabeza cayese hacia atrás, mierda, se veía tan atractivo ante sus ojos. Jadeo, camino hacia atrás, apartándose bruscamente de Sean, al estar pegado contra la pared, lo tomo de la cabeza acercándolo a su miembro y lo empujo directamente contra la boca, frotándolo. — Vamos, abre la boca. —

Con una idea en su cabeza, se relamió los labios, solo faltaba que Sean la aceptase. — Mañana pasare todo el día con mi compañera. — Dijo de manera burlona mientras sonreía, con la idea de ponerlo celoso. — A no ser que ... — De repente, sintió un dolor de cabeza, totalmente desprevenido, cerro los ojos y se durmió.

Oh, eso había sido fácil tomar el control de Adam, parecía estar demasiado exhausto por la actividad física que no se dio cuenta que era él. Siguiéndole el hilo a Adam pero a su manera, cogió un palo que estaba cerca y sin temor lo coloco en la entrada de Sean, empujándolo con fuerza hasta el fondo. — Siéntate. — En un movimiento rápido, lo empujo contra el suelo, haciendo que cayese sobre el palo, manteniéndolo firme para que no se levante.

En un movimiento rápido, su mano paso por el miembro de Sean, empujándolo en su entrada. — Nha ... Nh ... ah. — Comenzó a subir y bajar. — S ... Sean. —