Misión 04 - La estatua sagrada [Kanon]

El viejo museo de ciudad Kaus parecía ser uno común y corriente como son los otros, pero en vedad estaba muy lejos de esto último. La mayoría de personas oriundas de la ciudad pasaban por alto su existencia, tal como si ese lugar solo se tratase de un edificio más en la urbe, un lugar que a simple vista no tenía nada de especial, el mismo que estaba lleno de reliquias u antigüedades de épocas pasadas, las mismas que no le interesaban en lo absoluto a la gente común y corriente. Pero la verdad es que dichos objetos ocultaban un pasado, un pasado de  guerras sangrientas que fue escrito durante años de conflictos con el santuario Athena.

Todas estas historias y mitos eran conocidos por un hombre que se dirigía rumbo al museo. Su aspecto era la de un hombre ordinario que vestía pantalones gastados, acompañados de una chaqueta verde , que cubría en parte su rostro con una gorra roja y unos lentes. Con dicho aspecto, aquel sujeto de mediana edad pretendía pasar inadvertido ante los lugareños, siendo su misión tratar de pasar inadvertido, llegar a su objetivo y recuperar algo que en el pasado le había pertenecido al dios que supuestamente servía , Poseidón señor de los mares.

Eran aparentemente las tres de la tarde, siendo esta la mejor hora para que alguien hiciese una visita a ese lugar, no solo porque también evitaría contacto con otras personas sino que también solía debilitarse un poco la barrera protectora, permitiendo así que una sola persona pueda acceder  al lugar . Fue esta misma razón por la que se le fue encomendada la misión de traer de vuelta la estatuilla de su dios, siendo que el general del dragón del mar sobresalía en el trabajo individual, sin duda alguna era la tarea indicada para un tipo como él.

El marina shogun que pretendía permanecer encubierto, tomo un autobús que lo llevaría muy cerca del objetivo. En el vehículo pudo  divisar una gran cantidad de personas, las cuales tenían diferentes destinos al suyo, algo bastante obvio. Por suerte pudo encontrar un asiento disponible, se hallaba al lado de una señora ya de bastante edad que parecía estar durmiendo durante el trayecto. Dicho escenario le pareció perfecto a Kanon , quien ni corto ni perezoso empezó a revisar una hoja que contenía información detallada sobre el museo y como llegar a él sí es que no podía ubicarse correctamente.

Las cosas no le habían resultado como quería al general del dragón del mar, que al parecer las instrucciones que había recibido le habían resultado bastante confusas y provocando que se perdiese en la gran ciudad. Y para rematar el autobús lo había dejado en un parque que desconocía por completo, cosa que le dificultaba aún más ubicarse en aquella gran urbe. No quedándole otra opción que preguntar a otras personas, para así poder adquirir información que lo llevase al destino que tanto anhelaba.

No obstante, el peli azul fracasó miserablemente en la recolección de datos , ya que toda la gente a la que le había preguntado ignoraban por completo la existencia del museo. No importaba la edad o estatus social , ninguno de ellos tenía la respuesta que esperaba Kanon y tan solo podía significar algo relacionado con la barrera que cubría el lugar. Tan solo le quedaba seguir intentándolo , tan solo esperando que alguien supiese sobre el misterioso museo en aquel caótico núcleo urbano.

El tiempo transcurría inmisericorde y no se detenía ante nada ni nadie, el marino sabía muy bien que no podía seguir perdiendo el tiempo de esa manera ya que corría con el riesgo que la barrera protectora se cerrase y entonces tendría que esperar por otra oportunidad para poder recuperar la estatua de Poseidón. En dicho instante prefirió hacer un lado los pensamientos negativos que tenía en la cabeza, centrándose únicamente en la forma de poder cumplir con la misión que se le había encomendado.

Fue en dicho instante que una voz ronca y desgastada se dirigió hacia él. Para sorpresa del joven Marino vio que se trataba de una mujer de ya muy avanzada edad , cuyo aspecto era endeble que eran acompañados de un cabello totalmente blanco y una piel bastante arrugada , lo típico de las personas que llegaban a esa edad. Aunque al principio Kanon ignoro a la mujer , esto cambio rápidamente cuando escucho que esta le podía proporcionar información sobre cómo llegar al museo de la ciudad Kaus.

Aquella mujer no era ordinaria, cosa que intuyo con solo escuchar su voz refiriéndose a lo que necesitaba en dicho momento. No había ninguna otra opción y por tanto solo se limitó a escuchar las indicaciones que le hacia la vieja. Tras algunos minutos de ponerle atención a todo lo que decía, esta concluyo súbitamente y desapareciendo misteriosamente cosa que no sorprendió al general marino ya que todos estos hechos podían significar una trampa.

Finalmente y tras algunas vueltas innecesarias a la ciudad ,el general marino había llegado a las puertas del museo. Parecía ser que la información obtenida por aquella señora resulto ser confiable en ese aspecto u eso es lo que quería pensar Kanon , ya que en el fondo todo ese misterio y la barrera protectora tenían pinta de ser una trampa puesta por el santuario para ahuyentar a los extraños que osasen merodear por el lugar , después de todo ese lugar solo fungía como un deposito  objetos valiosos. Mientras analizaba la situación, el joven que vestía ropas gastadas y trataba de pasar inadvertido decidió consultar su reloj mano.

Grande fue su sorpresa al ver que eran ya las cinco y media de la tarde, siendo en un total de dos horas en que había perdido el tiempo de forma inútil. A estas alturas ya era en vano lamentarse por lo sucedido, tan solo le quedaba centrarse en su misión y no perder ni un segundo más de tiempo en dicho lugar. En el fondo de su ser anhelaba que la estatua que debía recuperar valiera la pena u de lo contrario tanto problema sería en vano. Volviendo a la realidad, noto que un hombre corpulento, de tez oscura y de alrededor de un metro con noventa se encargaba de resguardar la entrada al recinto.

-Buenas tardes joven ¿A qué se debe su visita a esta honorable pinacoteca el día de hoy?- Saludo a la vez que preguntaba la razón de mi presencia con cierto tono rígido y a la vez despectivo hacia el desalineado visitante, cosa que este último pareció no importarle en lo más mínimo.

-Vengo a hacer una pequeña visita para un observar un cuadro que me llama bastante la atención.-Fue la respuesta del visitante, quien de cierta manera le respondió al guardia con total frialdad, carente de emociones y siendo esto último más una orden que debía ser obedecida.

La gorra y los lentes evitaban mostrar cualquier expresión ante el vigilante, aunque a este no le gusto la forma en la que le respondió aquel joven que tenía pinta de ser uno de esos vagos que les gustaba el arte moderno. Por un momento a aquel hombre se le paso por la cabeza negarle la entrada a aquel tipejo engreído, pero viéndolo bien solo se trataba de un don nadie que era inofensivo a sus ojos.

-Espera un momento, debo confirmar si aún a estas horas se puede hacer una visita a las galerías del museo.-Respondió mientras sacaba un intercomunicador para contactar con uno de sus superiores.

La conversación con su superior duro tan solo algunos segundos y finalmente accedió a la petición del joven , ingresar al museo para observa un supuesto cuadro que hasta el mismo desconocía , al fin y al cabo esto solo era una excusa barata que había inventado a último momento el susodicho. Jamás se le paso por la mente que una excusa tan infantil y simple diera resultado de esa manera. Esto era el segundo hecho que lo hacía dudar sobre aquel lugar tan raro , el mismo que era ignorado por casi todos en la ciudad y que solo aquella mujer supiera información detallada sobre el lugar. Pero ahora mismo, Kanon no podía dar vuelta atrás , tan solo le quedaba seguir adelante y obtener lo que buscaba a como dé lugar.

El vigilante solo se limitó a hacerle una seña que para que pasara, cosa que ni corto ni perezoso el peli azul se dirigió a la entrada. Tras cruzar la puerta el lugar se hallaba totalmente tranquilo y a la vez sumido en un silencio sepulcral.  Frente a sus ojos solo había bustos que representaban a dioses del panteón griego, como también viejos cuadros y algunos esqueletos pertenecientes a colosales seres que existieron durante la era Mesozoica. Pero todo lo anterior era basura sin valor alguno para el general marino que andaba de encubierto, siendo todas estas antigüedades una distracción para tratar de ocultar los verdaderos tesoros.

Durante algunos minutos , el inusual visitante del museo empezó a dar un sin fin de vueltas al edificio , revisando de forma minuciosamente cada una de las galerías del edificio y verificando si algún objeto coincidía con la descripción de la estatua del dios del mar. A estas alturas aquella misión ya se le había complicado demasiado, siendo en un principio que la había tomado a la ligera, un grave error que debía corregir. Por la cabeza se le paso la idea que si lograba recuperar el susodicho objeto se lo quedaría para el mismo y sacaría provecho de él

-Por esta parte se encuentran las estatuas en miniatura.- Dijo una voz que lo sorprendió, ya que esperaba que el fuese la única persona en las instalaciones.
Se trataba del guía del museo , quien era acompañado por un pequeño grupo de personas que estaban haciendo al parecer un simple tour turístico. Kanon decidió seguirlos desde la distancia para que así lo guiasen hasta las dichosas estatuas y cuando nadie lo viese ultimar el robo de una vez por todas.

-Solo un poco más .-Musito para sí mismo mientras la ansiedad empezaba a dominarlo.

El guía del museo llevo a los pocos que visitantes que había en el museo hacia el observatorio del mismo. Dicho recorrido fue tranquilo y lento, a la vez que Kanon  los seguía tal como si se tratase de una sombra , evitando de hacer cualquier ruido u llamar la atención de estos ya que pretendía pasar inadvertido y en el momento menos inesperado ejecutaría su jugada , necesitando una ruta de escape. En dicho momentos mientras maquinaba cosas horrorosas y fuera de lugar sobre su misión , el lento paso de aquellas personas lo hizo suspirar , revelando que tenía poca o nula paciencia para esperar a alguien que se moviese de forma tan lenta u angustiosa.

-Maldita sea esta gente no es capaz de caminar más rápido.- Maldijo mientras se ocultaba detrás de una columna ya que una mujer volteo hacia atrás, creyendo escuchar los pasos de alguien más en el corredor del museo.

Tras pasar el peligro de ser descubierto, el dragón del mar los volvió a seguir pero esta vez trato de ser más  discreto, tratando de ocultar en mayor medida el ruido de sus pisadas. Al cabo de algunos minutos, el grupo de curiosos llego al observatorio y mientras el guía empezaba a parlotear sobre la historia de aquellas figuras , Kanon pudo vislumbrar el objeto que le había causado tantos problemas , la estatua de su dios Poseidón. En dicho momento aunque no hizo ninguna expresión, en su interior la codicia empezaba a apoderarse de sí, ya que en el fondo tenía la intención de guárdala para sí mismo sin importar la consecuencias de sus actos.

Pasaron algunos instantes mientras que el joven peli azul pudo recuperar la compostura, centrándose únicamente en su misión y esperando que el guía terminase su aburrido discurso que consistía en la historia de los viejos dioses. Ante tal historia, el aburrimiento si pudo ser vislumbrado en su rostro , anhelado que se callase de una maldita vez aquel tipejo que se creía un sabelotodo. Un silencio lleno la sala de exhibiciones y era el resultado que el guía había terminado de hablar y ahora se marchaban a otro punto del museo. Ni corto ni perezoso, el general marino se acercó a hurtadillas hacia donde se encontraba el objetivo que debía robar.

-Así que esta es la estatua de Poseidón,  es una lástima ya que nunca la recuperara.- Pensó para sí mismo mientras se acercaba al estante donde se encontraba, el mismo que era protegido por una lámina de vidrio que a simple vista parecía endeble. Aparentemente nadie se interpondría en su camino , pero las cosas iban a dar un giro extraño.

-¡Alto¡.- Escuchó con fuerza , deteniéndose en seco . Kano se volteo para ver de quien se traba exactamente y para su sorpresa era uno de los entrometidos santos de Athena.- ¿Que hace tan lejos del mar un marina shogun?.- Increpo el que parecía ser un caballero perteneciente  a la orden de plata.

El santo se presentó a sí mismo como Arion de Cefeo , un santo de plata que se encarga de resguardar la reliquias que había adquirido Athena a través de interminables guerras santas. El susodicho mostraba un rostro serio que era acompañado de una cabellera rubia bastante larga, por lo demás su cloth parecía estar equipada con una especie de cadena, las cuales seguro servían tanto para la defensa y el ataque. Por su parte Kanon no estaba impresionado en lo absoluto , ya que desde que vio a aquella anciana en el parque sabía que todo esos hechos extraños estaban conectados entre sí , siendo todo una trampa para deshacerse de los invasores de otros reinos que pretendían saquear el museo.

-Si ya has terminado con tu pútrida pantomima, espero que estés listo.-Hablo tranquilamente kanon mientras concentraba cierta cantidad de cosmos en su dedo índice para poder traer hasta el su escama, esta vez se dejaría de sutilezas y sacaría a todos los estorbos de su camino de forma violenta , pero a último momento decidió cambiar de opinión. Tras concentrar grande cantidad de energía, la libero de forma rápida en un haz de luz que fue directamente hacia el cráneo de Cefeo , quien ante sorpresivo ataque nada pudo hacer para evitar ser alcanzado por dicho ataque.

-¿Pero que es lo que me has hecho?-Pregunto perplejo el santo de plata mientras una especie de aura azul envolvía su cuerpo a la vez que permanecía en el mismo lugar sin poder ejercer acción alguna. Por su parte el general marino tan solo se limitó a acercarse hacia donde se encontraba la estatua , ignorando por completo los alaridos y maldiciones de Arion de Cefeo hacia su persona.

-Si tanto lo quieres saber , aquello solo fue un simple movimiento que ataca y daña tu sistema nervioso .-Explico con un tono frio y seco mientras ahora se acercaba a aquel hombre que se había convertido en un estorbo para el dragón marino.-Pero ya basta de explicaciones , no necesitas saber más sobre eso ya que vas a morir ahora mismo.
Tras estas ultimas palabras un resplandor de luz fue disparado , impactando sobre el cuerpo del santo de plata y dañando en gran medida su armadura. El cuerpo del desdichado cayó sobre el suelo de forma estrepitosa , siendo por esto último que no le importo a Kanon si estaba vivo o muerto ya que de todos modos las heridas infligidas por este lo matarían lentamente.

Un sonido invadió los oídos de kanon ,se trataba del ruido que hacia la gente al correr , el mismo se hacía más agudo. Tal parecía que era un grupo de personas que se dirigían hacia el lugar donde estaba el peli azul. No quedándole otra opción , invoco a través del espacio y tiempo su escama del dragón marino , la cual se acoplo rápidamente a su cuerpo y es que sentía que aquellas personas que estaban cerca poseían un cosmos inusual , siendo muy parecido al santo de plata que acababa de enfrentar , el mismo que yacía en el suelo con estatus desconocido.

Pero al ver hacia la última posición del susodicho , este había desaparecido misteriosamente y alrededor solo se encontraban pedazos de su cloth hecha añicos.- Ese maldito solo fue una distracción y trato de ganar tiempo mientras sus compañeros arribaban a este lugar.- Fue lo único que se le vino a la mente por los recientes hechos acontecidos , siendo que había picado en la trampa del enemigo no una , sino varias veces. La ira y la frustración empezaban a apoderarse de él , esta vez se dejaría de sutilezas , siendo esta la razón principal por la que había invocado sus escamas.

Al cabo de unos segundos los susodichos hicieron acto de presencia, presentándose como los caballeros de Heracles , Mosca y Auriga respectivamente. Por su parte Kanon ni siquiera se inmuto a la presencia de estos ya que ante sus ojos solo eran estorbos que se interponían y retrasaban la misión que se le había sido encomendada.El marina shogun que no dijo palabra alguna ante pretendía eliminarlos de la forma más rápida que sea posible y así poder recuperar la estatua de Posesión .

-Los voy a desaparecer a los tres ya que solo son basura sin valor alguno.- Amenazo el dragon del mas mientras concentraba una gran cantidad de cosmos en su mano derecha , tan solo esperaba el momento idóneo para liberarla y acabar con la vida de sus enemigos de forma fulminante.

Un silencio perturbador invadía al estancia del museo , lugar donde se llevó a cabo un breve combate entre algunos santos ateniense y un marina shogun. Por el lugar se hallaban los cuerpos inertes de tres santo de plata , que poco o nada pudieron hacer la superioridad del general marino que portaba la escama del dragón marino. Ahora nada podía interponerse en su camino entre la estatua de Poseidón, finalmente seria sola suya y nadie podría evitar que se hiciera con ella de una vez por todas.  Así con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro, empezó a acercase donde encontraba la tan preciada antigüedad.

Ya en el salón principal donde se guardaba la estatua de su dios, esta se encontraba en una endeble vitrina de vidrio, la cual pudo romper con su facilidad y es que algo como eso era imposible que lo detenga ante su cometido que ya estaba prácticamente consumado. Ni siquiera el sonido de la alarma de seguridad lo inmuto , tal vez porque consideraba innecesario molestarse por una pequeñez como esa. Muy pronto seguro arribarían los guardas de seguridad u más santos de Athena que  intentarían detenerlo como de lugar, pero lamentablemente no lo iban a poder encontrar u ni siquiera seguirle el rastro

-Así que está en la famosa figura del señor  Poseidón.- Pensó mientras observaba detenidamente la estatua ,la cual media apropiadamente treinta centímetros y sostenía un extraño orbe azul que llamaba bastante la atención de Kanon.

Ya no teniendo nada que hacer en ese lugar , el dragón marino se dispuso a abrir un portal a otra dimensión con su golden triangle y así poder hacer una salida rápida del lugar , llegando lo más rápido posible al fondo del mar , no había necesidad de alargar su estadía más de lo necesario.

-Ya abra otra oportunidad para que me apodere de los demás tesoros que hay en este aburrido lugar.- Fue lo último que le paso por la cabeza mientras se acercaba al portal y pasaba a través de él.