Let the Right One In

Asintió, permitiéndole unos minutos a Rintaro antes de iniciar la práctica. Y en eso una voz femenina le llamó la atención, miró en la dirección de donde provenía y se encontró con una de las aspirantes que solían entrenar con él, y que también estaba ahí presente en la mayoría de sus prácticas, alentándolo. Finalmente observó de nuevo a Rintaro cuando este le habló nuevamente.

—Suele ser siempre así —Rió un tanto avergonzado ante las palabras del japonés. Atem no era la clase de persona que se enorgulleciera de tener un club de fans en el Santuario, después de todo estaba ahí para convertirse en un Santo, no en una celebridad. Aunque debía admitir que tampoco era una sensación desagradable el saber que había personas que lo admiraban por su talento como guerrero, porque era por eso, ¿verdad? De cualquier modo ya estaba acostumbrado a tener público en sus prácticas, siempre solía haber gente viendo como los demás aspirantes entrenaban, especialmente cuando se enfrentaban a otros—. Nunca estarás solo cuando practiques aquí. Pero tienes razón, mejor concentrarnos en lo nuestro.

...Bien —asintió finalmente, con un gesto serio, colocándose en posición de combate, atento a cualquier movimiento de Rintaro. No conocía su estilo de combate ni sus habilidades, por lo cual debía estar listo para cualquier cosa. Encendiendo su cosmos se preparó para iniciar el combate. Fue entonces que vio avanzar a su contrincante. El japonés era rápido, debía admitirlo, tanto que apenas le dio tiempo de reacción. Pero él también era bueno en el combate cuerpo a cuerpo, de hecho, era en lo que más se especializaba su estilo de combate, así que también poseía una velocidad considerable. Retrocediendo de un salto logró evadir apenas el primer golpe, pero no se quedó ahí. Con la intención de no darle tiempo a su contrincante de lanzar un nuevo ataque se dispuso a contraatacar: formando un puño con la diestra acumuló su energía en este, que se recubrió de un aura resplandeciente. Cuando estuvo listo, para lo cual bastó menos de un segundo, arrojó un puñetazo a Rintaro, con la intención de darle en el estómago y de este modo ganar algo de ventaja.

Técnica:

Acciones: Defensa (7) y Ataque (5)

Defensa: 3 (Resistencia) + 1 (Velocidad) = 4
Daño Ataque: 3 (Fuerza) + 1 (Velocidad) + 2 (Cosmos) = 6/2 (Acción) = 3

Stats
Fuerza: 3
Resistencia: 3
Velocidad: 2
Cosmos: 2

HP: 30

Acciones: 2/15

El golpe había dado en el blanco, aunque no hubiera hecho retroceder a Rintaro ni un paso. Aun así, las voces de los espectadores volvieron a escucharse exclamando el nombre de Atem. Él llevaba bastante tiempo entrenando en el Santuario y ya estaba acostumbrado a eso, y aunque las ovaciones le generasen la seguridad necesaria para creer que sí podía ganar, no se dejaba llevar por eso para evitar confiarse demasiado. De hecho, cuando se encontraba en medio de un combate, solía apartar de su mente todo lo que no implicara a su contrincante, el campo de batalla y él mismo. Todavía no había visto todo de lo que era capaz Rintaro.

La batalla apenas comenzaba, pero por lo visto iba a ser una de esas que no se ganan fácilmente. Apenas había logrado evadir el primer golpe y al ver que su ataque no hizo demasiado daño, decidió retroceder para evitar un contraataque inmediato, misma acción que realizó su contrincante. Atem dejó escapar una débil risa ante el comentario de Rintaro, pero sin perder la concentración. Sí, debía admitir que era popular entre los aspirantes que allí entrenaban, pero no le agradaba presumir de ello; su meta era lograr convertirse en un Santo y así luchar para proteger a aquellos que no eran capaces de hacerlo por sí mismos.

Prestó atención al próximo movimiento. Aquellas garras en las manos del japonés de pronto cambiaban de forma. Atem adoptó una posición defensiva ni bien lo vio acercarse. Era demasiado rápido y aunque hubiese querido no habría podido evadirlo por segunda vez, fue así que reaccionó casi por instinto, alzando los brazos para usarlos como escudo y de este modo contener el impacto y evitar un mayor daño. El daño fue inevitable. Un punzante dolor lo invadió en la zona impactada, obligándolo a retroceder varios metros. Se tambaleó, trastabillando hacia atrás, casi cayó, pero logró mantenerse en pie.  

—Ese sí que fue un buen golpe —comentó sonriendo apenas. El japonés tenía una increíble resistencia y además mucha fuerza, quizás combatir cuerpo a cuerpo no era una buena idea en ese caso. Le costó un instante recuperarse del golpe, sus brazos aún dolían, pero no podía perder tiempo. Intensificando su cosmos este se hizo visible en forma de llamas blancas rodeándolo y entonces extendió las manos apuntando en dirección a Rintaro; una esfera de energía resplandeciente se generó en medio de estas y tan pronto como le fue posible la soltó como un proyectil a alta velocidad que tenía el fin de distraerlo y ganar unos segundos más que dañarlo en sí.  
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Técnica:

Acciones: Defensa (5) y Ataque (5)

Defensa: 3 (Resistencia) + 1 (Velocidad) + 2 (Cosmos) = 6/2 (Acción) = 3
Ataque: 3 (Fuerza) + 1 (Velocidad) = 4/2 (Acción) = 2

HP: 30 - 11 = 19

Acciones: 4/15