Casa Embrujada - {Zona 7 - Evento Halloween}

El avance del joven llego una vez más a la casa embrujada de aquel laberinto, tan abandonada y sombría que seguía haciéndose digna de ser el escenario de una vieja película de terror. –Este lugar…- empezó y recordó aquel ático donde había encontrado la salida la última vez, rememorando aquel pendiente de plata gastada que fácilmente había captado su atención. Cerró el puño izquierdo con una aparente molestia en aquel pensamiento, como si una triste memoria se hiciera presente pese al disgusto que le provocaba. –Sera mejor que no piense en eso ahora- se dijo en una resignación mientras aflojaba el puño, empezando a andar en dirección a la puerta.

Al entrar la mansión conservaba todavía aquel estilo clásico que le era propio, reflejando en cada detalle los esperables en la condición que le correspondía. Era vieja, sucia, polvorienta y descuidada, una edificación que poco podía importarle al joven de leo, quien buscaba tan solo por el ático que supondría el avance a la zona siguiente. –Creo recordar que era por aquí- limito a decir al subir las escaleras, intentando recrear el camino que antes le permitió llegar a la salida. Esperaba no tener que cruzarse con aquel fantasma de nuevo, pues aquella posibilidad era sin lugar a dudas una desagradable.

Dulces actuales: 30

Número aleatorio (1,3) : 3

Un camino breve y tranquilo fue el trayecto de Yuto por la mansión, avanzando por sus viejos pasillos en la búsqueda del ático que representaba la salida. Cada paso hacia rechinar sonoramente la madera de la edificación, produciendo ruidos con los que el joven se imaginaba y atraería la atención del fantasma verde que allí habitaba. No hubo reacción alguna, para su alivio.

Los minutos transcurrieron deprisa hasta haber pasado diez, llegando al fin el joven al destino donde la salida aguardaba: el ático. –Finalmente llegue- comento satisfecho al observar la ventana traslucida con imágenes cambiantes, invitándole a cruzarla para avanzar al siguiente destino. Se aproximo en respuesta, acercándose hasta detenerse instantes después, con la mirada fija en una cosa: el broche de plata. –Entonces seguía por aquí- dijo con una voz que de pronto se tiño de calidez, agachándose para tomar entre el índice y el pulgar derechos el adorno que todavía lograba cautivarle. Lo giro y no parecía querer desprenderse de él, observando aquella cosa con forma de ala como si fuera el mayor tesoro que pudiera haber encontrado alguna vez. –Quiero conservarlo, al verlo me recuerda a ella- decidió con una sonrisa que parecía reflejar ambos, tanto la felicidad como la melancolía, en tan solo una expresión. Lo abrocho a su túnica de plumas y se dirigió a la ventana, atravesando para alcanzar la siguiente zona.

Off:

Dulces actuales: 30

Sabía que las cosas simplemente no iban bien. Comenzaba a sentir las miradas y las respiraciones a su alrededor. Eso solo significaba una cosa:

Aquellos pasillos la habían hecho perderse de nuevo.

Y no es que se hubiese dado cuenta ya, si no que, la última vez que le sucedió eso, se había sentido observada de igual forma... Y, en efecto: no estaba yendo a ningún lado. Estaba segura de haber tomado el mismo camino que la anterior ocasión, pero aquella casa seguro estaba hecha solo para irritarla. Respiro profundo. Si se exaltaba ahora, no lograría pensar con claridad para salir de ahí.

Giró en el siguiente pasillo que vio, esperando encontrarse con la puerta que le llevase al ático.

Número aleatorio (1,3) : 3

Sintió un gran alivio al ver que había tomado la decisión correcta: al final de aquel pasillo estaba la puerta que había visto la ocasión pasada. Camino hacia ahí y al abrirla se dio cuenta que, en efecto, estaba en el ático de nuevo,

—Ahora solo resta buscar una forma de salir de aquí sin ir a otro extraño lugar...

No entró a aquella habitación, pues ya lo había hecho antes y lo único que había logrado era ir a aquel prado extraño. Cerró puerta del ático y dio marcha para salir de aquella casa.

A diferencia de lo que había pensado, no se había perdido en el recorrido a la salida, eso era algo bueno. Encontró rápidamente las escaleras y justo frente a estas, la puerta de entrada. Bajo lentamente, pues aquellos tablones de madera seguían sintiéndose como si en cualquier momento se fuesen a romper.

Al llegar a la puerta, tomó aire.

—Que esto termine aquí, por favor.

Abrió la puerta al mismo tiempo que cerraba fuertemente los ojos. Los abrió lentamente solo para ver el panorama que ahora la esperaba.

Número aleatorio (1,9) : 8

-Este lugar…- empezó con una voz que carecía de impacto, observando una vez más la mansión frente a él. La vio y por instinto recordó aquel broche de plata que había tomado en su anterior visita, rebuscándolo en la túnica de su disfraz con un innegable interés por saber si seguía junto a él. “¿Dónde quedo?” se pregunto con una expresión entre serio y preocupado, indagando por aquel broche por el que había ganado un apego que solo el entendería. Reviso y eventualmente fue capaz de localizar aquello, encontrando ese broche en forma de ala que se asemejaba ahora a un amuleto para Yuto. –Preferiría no perderlo- empezó mientras reafirmaba el objeto a su túnica, asegurándolo antes de adentrarse nuevamente dentro de la mansión.

Dulces permanentes: 42

Dulces actuales: 16

Número aleatorio (1,3) : 2

Aquella mansión no tenía nada remarcable que Yuto no hubiera notado en sus visitas anteriores, mostrándose todavía con aquel aire lúgubre, triste y abandonado que le hacía digno escenario de un estereotipo de película de miedo. -Recuerdo que el ático estaba por este pasillo- repaso con el conocimiento que había ganado de sus visitas anteriores, recordando todavía ciertos detalles que le eran útiles ahora que transcurría de nuevo por esos lugares.

Se movió durante al menos cinco minutos en aquel lugar, viendo en busca de la salida que se hallaba en la ventana, hasta que un soplo en la nuca se hizo notar. “¿De nuevo el fantasma?” pensó mientras su cosmos refulgía ya en su puño derecho, volteándose para repeler a aquel ser en caso de intentar cualquier cosa. Pero no había ya nadie ahí, dejando al enmascarado solo otra vez. –Se habrá ido- dijo con expresión calma, dándose la vuelta mientras la luz de su diestra se apagaba una vez más. Siguió avanzando en silencio mientras buscaba por la salida, expectante de abandonar aquel sitio para seguir su camino.

Dulces permanentes: 42

Dulces actuales: 16

Número aleatorio (1,3) : 3

El camino por aquella mansión no encontró diferencia con las visitas anteriores, resultando por su parte en la mera y agotadora repetición de un trayecto que Yuto ya había recorrido. El mismo ambiente abandonado, acompañado de aquel lúgubre toque que le encajaba como un anillo al dedo, era ya tan claro para el santo de leo, quien se movía con una memoria de autómata al recordar su camino por allí. Se movía con pasos que hacían rechinar aquel suelo viejo y gastado, produciendo un ambiente cuya originalidad estaba pasada desde hace años.

-Finalmente- declaro mientras subía por la pequeña escalera plegable que daba acceso al ático, ascendiendo mientras su diestra se aproximaba al broche que allí mismo había obtenido con anterioridad. Subió del todo y de reojo observo la estancia, notando aquel montón de objetos viejos que yacían sin un dueño que los reclamara. Lejos de preocuparse mantuvo su semblante serio, aproximándose a la ventana con la expectativa de alcanzar la siguiente zona.

Dulces permanentes: 42

Dulces actuales: 16

Número aleatorio (1,9) : 1

La oscuridad solo traería más oscuridad al llevar al caballero de acuario a la nueva locación, el cálido viento nocturno, que sin importar si eran -2 grados para él era cálido, se mecía frente a el y de igual manera detrás de si haciendo ondear la capa de su peculiar disfraz, su mirada no tardó en notar la luz en lo alto de la estructura y como si entendiera de inmediato que aquel era el lugar al que debía dirigirse sus pasos comenzaron a llevarle primero a la puerta de la construcción y después empujaría la misma para abrirse paso por los oscuros pasillos de la misma.

Pendiente con cada movimiento y con cada paso que daba no podía evitar esa sensación de sofoco y también aquella idea de que alguien le vigilaba, sus pasos se detuvieron por un instante al creer escuchar un ruido y manteniéndose alerta, hasta ahora habría visto un sitio lleno de dulces como en un cuento infantil, un cementerio lleno de muertos vivientes y ahora no dudaría que alguna otra treta o criatura saliera de la nada en aquella oscuridad.

Caramelos actuales: 3
CÓDIGO:

Número aleatorio (1,3) : 2

Sentiría de mala gana una pesada respiración detrás de si, con los reflejos propios de un guerrero el peliblanco voltearía para no observar nada en aquella habitación solo la oscuridad y nada más, sin embargo le costaría respirar un poco, no había opción lo mejor era continuar su camino, por lo cual sereno como siempre giraría para comenzar a subir algunas viejas escaleras en aquel oscuro lugar esperando encontrar algunas respuestas en lo alto de aquella casa.

Paso a paso habría un largo rechinido, el edificio era viejo, no tanto como los templos del santuario pero si con siglos de historia también.
Caramelos actuales: 3
CÓDIGO:

Número aleatorio (1,3) : 1