Casa Embrujada - {Zona 7 - Evento Halloween}

-¿Qué demonios?-
Cuestionó el caballero dorado al momento que una extraña criatura rompió el silencio, de apariencia viscosa y de textura igual aquel ser simplemente terminaría prendado de una de las piernas del caballero de acuario, lejos de asustarle solo le causaría una extraña impresión, sin embargo en el momento en que la fría mirada y seria expresión del caballero de acuario alcanzaran a observar a aquella criatura y este le observara de vuelta una confundida expresión se formaría en aquel ser y volvería a volar a la oscuridad pareciendo un poco más asustado por el caballero dorado de lo que el hubiera estado por la presencia del “espectro”.

Caramelos actuales: 3
CÓDIGO:

Número aleatorio (1,3) : 1

Sin embargo el pegajoso ser no se detendría tan rápidamente solo se habría perdido en la oscuridad para regresar a donde el dorado esta vez embistiéndole en un abrazo con fuerza suficiente para hacer que este retrocediera con enfado chocando contra un muro y cerrando con molestia los ojos, soltó un bufido bastante claro y el aura helada de su cosmos comenzó a emanar con fuerza tal que aquel ser comenzaría a congelarse al momento que el caballero dorado se ponía de pie, las manitas del espectro quedarían pegadas a el mientras avanzaba dejando pedacitos congelados de aquel ser que tardaban poco en descongelarse y volverse a armar pero al menos podría liberarse de ellos.
Caramelos actuales: 3
CÓDIGO:

Número aleatorio (1,3) : 3

El vórtice de aquel callejón me había escupido en un lugar completamente nuevo, una mansión llena de cosas raras, pero aparentemente inofensivas. Antes de entrar pude observar una extraña luz en el ático, por lo que al adentrarme decidí llegar hacia él, sin embargo, dentro de la mansión las cosas se movían solas; escaleras, cuadros, puertas… todo. Aun así, no me di por vencido, podía sentir como el final se acercaba, quizás el culpable de todo se encontraba en el ático por lo que solo debía convencerlo de que me saque de su juego pues lo había superado, o al menos eso pensaba.
Caramelos: 2

Número aleatorio (1,3) : 2

Luego de unos largos e interminables minutos, pude subir dos pisos, por lo que solo me faltaban la mitad, sin embargo, la última escalera me dejo en un extraño pasillo, me dio intriga el ver que había dentro, por lo que empecé a curiosear. Al entrar, solo vi muchas puertas, cada una llevaba a sitios fabulosos o realmente horrendos, algunas playas, parques de diversiones, pero otras llevaban a lugar tan horrendos como los que había visitado. En fin, par cuando vine a darme cuenta estaba en un pasillo infinito lleno de puertas, el camino a la escalera se había convertido en parte del pasillo, no fue hasta que sentí algo en mi espalda respirando que me detuve por completo a mitad del camino y volteé para que no había nada.
Caramelos: 2

Número aleatorio (1,3) : 2

Todo parecía ser estúpido, lo que al principio pareció ser el final de este estúpido juego se había convertido en un nivel más. El pasillo era infinito, las puertas ninguna llevaba a donde quería llegar, andaba y andaba, revisaba y revisaba, todo simplemente parecía ser en vano. Nuevamente, a mitad de camino algo respiro a mis espaldas, por lo que volteé a ver, otra vez, nadie ni nada andaba por ahí, por lo tanto, comencé a asustarme un poco y a rezarle a Athena.
Caramelos: 2

Número aleatorio (1,3) : 1

De repente, aquel respiro sombrío que había sentido había dejado de ser una fantasía creada por mi imaginación. Una criatura verdosa, con un extraño cronometro como pies se había adherido a mí por las espaldas con un fuerte abrazo y no quería despegarse. Solo gritaba amor, sin embargo, quería quitarla pues no sabía si iba a explotar o si realmente era inofensiva. Luego de unos minutos de forcejeo, me di por vencido y seguí explorando con mi nuevo amigo.
Caramelos: 2

Número aleatorio (1,3) : 1

Pasillo por pasillo íbamos los dos, hasta que por fin la criatura se había despegado y desaparecido. Seguí por el pasillo y las puertas, atrapado me encontraba en aquella extraña mansión, el ático parecía ser algo imposible de llegar. Luego de unos minutos a solas, sentí como algo se pegó a mí, nuevamente era la criatura de color verde, exclamando la palabra amor cada segundo que nos movíamos.
Caramelos: 2

Número aleatorio (1,3) : 3

La criatura verde había exclamado su ultimo amor, no fue hasta este entonces que el pasillo se transformó en un vacío y una sola puerta apareció frente a mí, la criatura desapareció con todo lo otro, lo cual no me extraño. Al abrir la puerta, me vi en el ático, lugar que prosiguió a ser tragado totalmente por un inmenso vórtice negro, más grande que todos los anteriores. Solo pude pensar una cosa, finalmente iba a conocer al gran villano que estaba detrás de todo eso, seguido de esto, pude recibir una respuesta de Athena, me decía que para poder salir debía vencer a lo que me iba a enfrentar ahora, por lo que salte hacia el vórtice con mucha determinación agarrando las armas que mi disfraz me había otorgado, dos sai.
Caramelos: 2

OFF: esta es mi 5ta zona, me dirijo hacia la zona 10.

Lo malo de los vórtices negros era que no se podía distinguir nada de lo que había alrededor. Ciertamente, era una de sus cosas menos favoritas en la historia de jamás - aunque el resultado fue algo que no lo molestó del todo: al erguirse tras haber sido escupido en algún lugar por alguien con mal gusto para las bromas su figura mostraba cosas curiosas. Entre esas cosas curiosas se contaban pelo, mucho pelo y un traje ridículo a rayas que parecía sacado de alguna película del otro lado del océano, además de una enorma cola y un grillete pesado que al final, no cambiaba muchas cosas. Dando un paso al frente instintivamente se sacudió como un perro, relamiéndose los dientes antes de colocarse a cuatro patas y mirar al frente, donde una enorme mansión de aspecto lúgubre y luces apagadas lo vio de vuelta.

Y si había pensado en que lo miraba era por un simple hecho: había una única luz que manaba desde la parte superior de la casona. Y por ende, pensó, debía de llegar allí. En esas cosas siempre había que ir a donde salia la luz, o al menos eso era lo que le decía el instinto. Volviendo a sacudirse comenzó a correr, con sus líneas haciendo tap tap sobre la tierra y luego las baldosas, atravesando la verja y luego el umbral, abriendo la puerta de un cabezazo. Frente a el había un vestíbulo igual de oscuro que la fachada, con un candelabro por encima y velones apagados. La única vía arriba, determinó, era la escalera ascendente más allá. Con una ultima sacudida se adelantó, empezando la travesía.

Número aleatorio (1,3) : 1

Clap clap clap sonaron las tablas bajo su peso, clan clap clap sonó la madera cada vez que el lupino pasó por encima. Al subir las escaleras por un momento se perdió en la oscuridad - aun cuando sus ojos eran buenos en la noche. Debía ser algo producto de ese lugar, que particularmente no se le antojaba natural. En cualquier caso, daba lo mismo, pensó en un inicio mientras seguía subiendo a cuatro patas para luego perderse en una esquina que lo hizo ir a la izquierda. Una vez fue a la izquierda cayó en otra serie de escaleras que en lugar de ir arriba iban abajo y esta vez, tenían un techo ridículamente reducido. Por consecuencia se dobló y sintió su cuello crujir, avanzando casi reptando.

Creeeak. Creak creak sonó la madera, sonó como si se fuera a partir hasta que se arrastró bajo una chimenea y salio envuelto en hollín. De nuevo otra sacudida y con esa sacudida sintió un nuevo peso sobre su espalda. "Amor, amooor" dijo la voz con bracitos verdes y pegostosos, con un clic clic clic cronometrado saliendo de alguna a parte. No es que no pudiera cargar el peso o algo así, pero a su nueva forma no le gustaba sentir sucio en su pelo así que se sacudió. Y se sacudió y se sacudió.

Número aleatorio (1,3) : 3