Lecture in the Black (Third)

-Habla. ¿Cuál es tu cuestión?- Respondió Mugen al detenerse, sin volver sus espaldas. En algún rincón de aquel sendero un ave salió volando, rompiendo el silencio por unos cortos instantes.

-Si esta tipa Athena es la... Diosa de la sabiduría y la guerra--- Estuvo a punto de decir baile y de reír, pero de alguna manera se contuvo. ---entonces ¿por qué todo lo que haces tiene que ver con la luna? Entrenas según las fases de la luna, sólo actúas de noche, pareces uno de esos pajarracos monstruos de picos afilados--- Expresó Rintaro reafirmando su punto mediante mímica, imitando la figura de un pico curvo sobre su nariz y boca. ---sabiduría y guerra mis bolas. Eso no calza para nada contigo anciano.-

-Athena no es la única diosa que cuida el planeta.- No de manera activa completó el hombre en su cabeza. -Hay mas de un dios que vigila las operaciones en el mundo, en el universo. Y yo he servido a ambas fuerzas; he sido un Santo y mucho antes he sido un Satélite, un miembro del ejército de la hermana mayor de Athena: Artemisa, diosa de la cacería y los movimientos lunares.- A la espalda de Mugen se pudo ver una imagen ilusoria de la luna en todo su esplendor, las distintas fases manifestándose en consecuencia. -He cazado en lugares que ni podrías imaginar muchacho.-

-¿En la luna?- Inquirió el chico, con cierto tono mordaz.

-Existe un templo de la luna. Un lugar hermoso, practicamente inalcanzable.- Corroboró el mayor, la proyección del templo de roca azul pasando alrededor de los dos caminantes. -Desde allí la señora Artemisa vigila el paso del tiempo en el planeta, rigiendo junto a su hermano Apolo las rutas que han de seguir los astros en el extenso universo. No es algo que suelan apreciar los humanos, pero así como Athena es mas activa contra aquellos que quieren aniquilar la vida, son Apolo y Artemisa quienes procuran que exista un entorno donde puedan vivir todos aquellos que luchan desde tiempos inmemoriales.-

-No lo entiendo.- Respondió Rintaro.

No, claro que no pensó Mugen. -Solo mantén la información en tu cabeza. Algún día entenderás.- O al menos eso esperaba. Si el chico mantenía su mente similar a la de entonces, entonces seria inútil intentar enseñarle algo más aparte de como lanzar un golpe.