Jardines de Hielo - Evento de año nuevo: ¡Valhalla de Gala!

Junto con Atem había recibido una invitación a una "gala" (o como fuera que Atem lo pronunciara) en el lejano norte, un punto perdido del mundo que según venía escrito, se llamaba Asgard. No era prioritario o esencial asistir, pero el egipcio había aceptado en asistir y aunque no le provocara gran cosa salir, sí lo hizo la descripción del sitio: era un invierno perpetuo, con hielo, nieve y luces de colores en un cielo permanentemente negro. Solo oír eso despertó su curiosidad, tanto como para decir 'oh bueno' y prepararse.

Prepararse, por si solo, se redujo a pedir prestado un traje. Colocándose una camisa blanca que abotonó hasta la mitad completó con un pantalón negro y zapatos cinco tallas más grandes - para tener libertad de mover los dedos, dentro de lo que cabía. Odiaba los zapatos, la verdad. Ya listo, partió y en la entrada, se separó de Atem quien siguió hasta un sitio desde donde venia un aroma a comida inconfundible. Él por su parte, fue hasta el exterior, donde se recostó de un barandal de roca labrada, mirando una extensión congelada y sobre esta, la bóveda celestial de un negro mate, cero estrellas y una cortina de luz que era, inequívocamente, la aurora boreal, aunque Rintaro no conocía ni la mitad de ese término. Oh sí.

-Uh.- Murmuró, encendiendo un cigarro. De su boca y nariz salieron un vaho y una humareda grisácea.

Le llego una invitación a una gala de año nuevo en el Palacio de Vallhalla el cual esta situado en Asgard, un punto perdido lejano sobretodo lejano al Santuario, así se llamaba,lo conocía, cuando pequeña hizo un pequeño viaje con su padre para ir a visitar a un familiar lejano, pero no lo conocía completamente, solo se sabia una parte de Asgard y justo eran algunos de esos lugares que iban a ver actividades o por lo menos eso pudo ver en la invitación que señalaba los lugares y que se iba a hacer.

Se vistió lo mas elegante que pudo, un vestido morado que combinaba con su cabello y sus ojos que en la parte de arriba parecía esos cuellos tipos uniformes, ademas llevaba medias largas blancas y de calzado zapatos morado, con taco y un pequeño broche y finalmente un pequeño gorrito morado con pequeños detalles morado y así se fue directamente al palacio de Vallhalla.

Llego después de tantas vueltas de como llegar a Asgard y justamente ahí pregunto cual era el lugar que debía visitar.


El hombre apunto a una puerta, se dirigió hacia ella, la cual abrió y sintió un frió aire que provenía desde afuera, efectivamente era un hermoso lugar, eran unos jardines de hielo que con los colores de la aurora boreal que yacía en el cielo, parecía que el hielo fuera otra cosa, pero sobretodo menos hielo.

Camino hasta un barandal de roca que estaba cerca, fue hacia ella, en el cual encontró a un hombre fumando, se acerco hacia esa tal persona y quedo a lado, investigando quien era.

-Oye...no deberías fumar aquí...espera...¿Rintaro?


Vestido~
Off: Cuando ya no sabes que escribir :´v y ademas de esos instrumentos de la imagen no tiene nada que ver(?)

Ya llevaba medio cigarro abajo cuando oyó unos pasos ligeros a su espalda, momento en que una voz interrumpía sus motas de pensamiento. Girando medio rostro vio a una chica de cabello morado en un vestido a juego con una falda prominente. Quizá si la chica fuera más crecidita y enseñara más piernas lo habría encarpado, además de que, pues, era la guardiana de Géminis - y poco morbo le provocaban los habitantes de los doce templos. Eso sí, la chica era una viciosa con los cigarros también, toda una buena compañera para fumar.

-Dudo que les importe un par de tipos fumando.- Comentó, usando la versión asexual del sujeto, una práctica que combinaba el idioma del lugar con las reglas de su nipón nativo. -Además, ellos nos invitaron.- Añadió desestimando lo que quisieran decir si acaso iban a reclamarles algo. Acabando el cigarro lo tiró al suelo y lo pisó, sacando otros dos con una presteza cómica. Uno de ellos lo caló en los dientes, el otro se lo lanzó a Géminis. -¿Con quién viniste tú--- Iba a decir el nombre de la chica, pero se vio imposibilitado. En japonés decir Charlie le salía, por su acento y curiosa forma de pronunciar, como 'chaaalli', a extendida y r convertida en una l. Así que, prefirió facilitarse las cosas. --- gemini-jo?- Con un movimiento prendió su cigarro, expulsando una humareda con la nariz.

Caminaba despacio, sus pasos perezosos le guiaron desde la entrada hasta el jardín, un lugar más tranquilo y menos concurrido, eso pensó. Había recibido una invitación y no teniendo nada mejor que hacer decidió asistir, despejar la mente y divertirse un poco en definitiva le vendría bien.

Sus orbes, curiosos por lo que veían, se pasearon de aquí para allá rápidamente "un paraíso congelado"pensó dibujando una sonrisilla en sus labios. Se adentró un poco más, levantando de tanto en tanto la vista para contemplar el manto luminoso que se extendía sobre su cabeza, la aurora boreal. En ese instante se lamentó no traer una cámara consigo, le hubiera encantado retratar tan hermosa vista y así recordarlo por siempre – Oww, es una lástima – hizo un leve puchero y suspiro resignada. La sonrisa nunca se borró de su cara, se mantuvo ahí aunque de forma sutil.

Ya habiéndose distraído lo suficiente con el espectáculo de luces sobre el cielo, Yurika volvió la vista al suelo donde tras caminar un par de metros se topó con las flores que adornaban el lugar. Lucían saludables pese a estar “condenadas” al frio eterno, acorto la distancia que había entre ella y las plantitas a paso veloz, lucia emocionada por algo tan trivial como lo eran las florecillas que ahora tenía en frente – ¡oh…! - dejo escapar un murmullo sorprendida al ver que no era la única ahí – ¡lo lamento! – se apuró a disculparse dando una pequeña reverencia.

Apenas y le dio un vistazo fugaz, estaba tan concentrada disculpándose con él, que no le dio mucha importancia a como lucia. Un par de minutos después la jovencita desvió la vista y la poso nuevamente sobre las flores - ¿Son hermosas, verdad? -

No, no era de importancia saber que Chaaarlie estaba más sola que un número uno. Y a la vez, no sabía cual era la importancia de preguntarle como estaba - siempre era lo mismo en realidad. Estaba vivo, respiraba y fumaba, esa era su constante. Fuera de eso, no notaba que cosa sería de interés para relatar. Antes de expresarlo en voz alta sin embargo, llegaron mast asistentes que obviamente no eran de Asgard: un albino con mala cara (y el mismo bronceado de Atem) pasó con cara de pocos amigos (cara que el japonés entendía muy bien); luego un chico que parecía motorizado en cuero fino y rostro de estreñido con quien interactuó una chica que parecía un hámster. Sí, seguro si la agarraba con las manos y la doblaba, saldría un balón.

-Umm ¿eres más alta que ella?- Preguntó Rintaro en dirección a Charlie, agarrándola por los hombros y así alinearla en la dirección de la recién llegada, acuclillándose para hacer una estimación comparativa. -¡Wuahahahahahah!- Se río en una carcajada profunda pero idiota. Desde donde veía (que no era la gran cosa - su sentido de la profundidad era un asco, o mejor dicho, inexistente, al tener un solo ojo) las dos parecían igual de enanas. -Hey hey Géminis, párate al lado de esa chica para ver.- Le dijo el japonés, su sonrisa estúpida todavía en rostro. Con un ademán lanzó el cigarro en dirección del motorizado, donde las cenizas cayeron sobre la flor que reviviera. Una de sus puntas se quemó suavemente con una ceniza encendida.