¡Play time! [Sean Austerlitz]

-Obvio que no aprovecho nada, no soy un pervertido como tú. Declaré molesto queriendo calmarme, buscaba dormirme, si bien no estaba realmente cansado como para yacer en el mundo de los sueños hasta el alba, cierto es que me hacía falta para reponer energías gastadas en enfurecimientos injustificados y cargas mentales que no hacían más que agobiarme, por ello, lo menos que le me ocurriría ahora sería pensar en algo tan tonto e innecesario para este momento como los placeres de la carne, de igual modo ¿Que tenía que el estuviera desnudo junto a mí? Puede que sea la borrachera, pero actualmente no veía nada de malo en eso, pero no apostaría a creer nada de lo que dijera ni a asumir que mis actos eran voluntarios, el alcohol jugaba una mala pasada en mí y más de la mitad que decía o hacía ahora eran producidos por los efectos delirantes de esa bebida alcohólica que tuve la desgracia de probar en un arrebato de rabia.

-¿Por qué demonios me cuentas estas cosas? No sé de qué talento hablas pero eso a mí no me concierne, si quieres dejarme aquí y largarte, dudo que pueda hacer o decir nada para impedírtelo. No podía describir con palabras hasta que punto llegaba la frustración, incomodidad y sentimientos extraños que me asaltaban cuando se ponía a hacer ese tipo de comentarios, como si esperara que inocentemente le diera mi aprobación, me rehusara o le siguiera el juego en un rol de provocador-provocado; en lo más hondo de mi ser naturalmente que quería decirle que me sentiría mal si se marchara con Micah pero ¿Como decir eso sin sentirme más humillado de lo que ya me sentía? La disculpa era como un puñal que se clavaba en mi orgullo dejando emanar de la herida un río de amargura y frustración, por ende no estaba por la labor de echar más sal en la herida.

Sus siguientes palabras me resultaron al principio confusas pero por el contexto era capaz de intuir a qué se refería, hubiera abierto la boca para dejar salir una serie de palabras en respuesta, indicándole mi postura ante aquella proposición pero fueron sustituidas por un claro perceptible jadeo ocasionado por los dientes del espectro que se hundían en la carne de mi cuello cual vampiro; antes de eso ya había podido notar sus caricias, sus besos...recorriendo mi cuerpo pero podía aguantar estímulos de tal índole mas ésto último fue una sorpresa para mí y dada la sensibilidad en la que me encontraba en mi estado actual, una respuesta física era inevitable.

Las manos del mayor se movían con total libertad como si mi cuerpo le perteneciera por derecho, unido a una frase digna de un ser del averno que buscaba con claro éxito preestablecido minar la resistencia de un habitante del paraíso para que cayera convertido en un ángel caído. Sería un mentiroso si afirmara que nada de esto me gustaba pues ¿Quien en su sano juicio mostraría aversión ante un panorama en el que la persona que te interesaba te acariciaba de esa forma tan apetecible pero al mismo tiempo tan incómoda que la vergüenza salía a relucir en forma de un rubor que tornaba las mejillas en un tono rojizo? Así esta yo, no intenté en ningún momento ocultar mi sonrojo, estaba harto ocupado ordenando mis pensamientos para reunir la fuerza suficiente para responderle. -Tus palabras son altaneras pero inútiles, pues no se puede corromper algo que ha estado corrupto desde hace tiempo "Corrupción", apostaría a que diferíamos de el tipo al que nos referíamos, mientras que Sean tenía en mente el concepto como algo lujurioso, yo en cambio tenía en mente una visión de maldad, evidentemente maldad sana, pero maldad al fin y al cabo, diversas circunstancias me llevaron a querer la dominación mundial y a amar la destrucción, eso me hacía preguntarme más de una vez el motivo por el que mi armadura me seleccionó como apto ¿Estaría más loca que yo? No me importaba mientras me diera poder, pero con el tiempo reconozco que también desarrollé el tipo de corrupción que éste espectro.

En cambio, a diferencia de él, que no mostraba ningún reparo en dejar en claro su lujuria, yo tomaba la precaución de esconder ese lado perverso para evitar que todo el Santuario me declarara enemigo, era mejor hacer una conquista pacífica y pausada que una hostil y rápida, solo decir que con el estímulo adecuado me es complicado controlar esos impulsos. Sumando los efectos del alcohol, al querer acaparar a Sean para mí y a que éste mismo yaciera a mi lado hablándome y acariciándome es lógico que acabara perdiéndome. Me giré hacia él y busqué rodear su cuello con mis brazos solo para poder acercarme más a él, pegarme a su cuerpo y unir mis labios a los suyos en un beso profundo en el que entrelacé mi lengua a la suya durante unos breves instantes. Entonces me separé unos centímetros y lamí aquellos labios para acabar dedicándole una sonrisa pícara. -No me opongo a la satisfacción ni a la lujuria, pero uno debe controlarse, si me soltara la melena, este mundo acabaría convertido en una esfera inerte, sin vida, solo dejaría a mi paso un sendero de destrucción, gozaría de la oportunidad de deleitarme con todo tipo de placeres, pero no valdría la pena si con ello el mundo es destruido por la necedad de mis actos.

Comprendía perfectamente las palabras de Sean, era consciente de que por ahí, en el mundo había individuos cuyo poder podía eclipsar al mío pero ¿Y qué? Eso era irrelevante, para cuando tuviera que lidiar con ellos ya sería el amo absoluto del mundo o por el contrario habría ganado el poder suficiente para que no pudieran oponerse ante mí, la derrota era algo que no cabía en mi mente puesto que me tenía a mí mismo como un ser invencible y quería seguir creyendo en eso por mucho que trataran de convencerme de lo contrario. No digo que no deba admitir que haya gente más fuerte, eso lo admitía pero siempre dejando en claro que con un poco de entrenamiento yo acabaría saliendo victorioso al final, naturalmente entrenaba diariamente para ello pero resumiendo...era mejor para mí pensar así, la motivación es un factor muy importante a la hora de cumplir los objetivos que uno se ha establecido. -Ya me irás conociendo, si empleo todo mi cosmos no me resultaría difícil arrasar una ciudad, pero no haré tal cosa.

El comenzó a moverse para frotase contra mí, gracias a eso tuve la oportunidad de notar su extensión rozar mi entrepierna en un juego excitante que aceleraba mi pulso más y más al punto de que presa de la excitación yo también acabara por tener una erección, mi mente estaba pensando con claridad cristalina en yacer junto a él pero la parte sensata de mi psique, que también estaba presente, dejaba ver en mi rostro la expresión de alguien incómodo, excitado, incluso sumiso, no estaba acostumbrado a que alguien fuera tan...controlador conmigo tan...provocador. -Y yo feliz de recibirlo respondí con un tono juguetón, era no solo placentero estar cerca de él sino también divertido, supongo que su forma de ser me hacía sentir bien en más de un sentido, pero maldije lo que sucedió a continuación cuando iba a buscar de nuevo sus labios para que su calidez impregnara los míos.

Alguien había tenido la desfachatez de entrar a estos aposentos, el santuario donde procuraba tener con Sean un momento íntimo e interrumpirnos ¿Y cual fue la siguiente ofensa que hizo el individuo? ¿Cómo saberlo? En un abrir y cerrar de ojos estaba bajo las sábanas, oculto de la mirada del intruso que dialogaba con mi compañero como sino pasara nada. Se trataba de Micah ¿En serio tuvo que subir precisamente ahora? No es como si estuviera poniendo de su parte para que me cayera bien, más bien parecía que hacía un esfuerzo inhumano por ponerme de mala uva. -En verdad me cae mal ese Santo de Plata, no sé que me ha molestado más, que haya irrumpido de forma tan súbita o que tu pasaras por alto poner el seguro a la puerta.