Caballero de la noche blanca [Priv. Arya]

Se encontraba descansando en una taberna, bebiendo algo caliente para soportar la temperatura de Asgard. Aunque su cuerpo era mucho más fuerte que el de un humano normal y podía salir al exterior vistiendo sus ropas normales, la sensación de frío le resultaba molesta por la falta de costumbre. Asgard no era uno de sus lugares favoritos: solamente había estado ahí una vez cuando su maestro continuaba con vida y lo había llevado por la fuerza para conocer al representante de Odín en una visita amistosa. En aquel entonces el Patriarca estaba muy interesado en formar una alianza con los dioses guerreros en caso de una guerra, sin embargo los guerreros de Odín no confiaban en los Santos y los Santos se rehusaban a colaborar.

Lo que llevaba a Yusei a ese destino olvidado por Dios era encontrar a un misterioso guerrero que había robado un objeto de la bóveda del santuario. La vara de nieve, un artefacto que el ejercito de Athena custodiaba celosamente y que guardaba un cosmos congelante lo suficientemente poderoso como para hundir al planeta en una era glacial. Aunque no era importante recuperarla de inmediato el Patriarca lo había presionado para que encontrara a la persona que la hurtó y la recuperara.

-La vara de nieve tiene un poderoso sello que impide que sus poderes sean utilizados, pero me preocupa que alguien encuentre la forma de retirar la magia que la mantiene desactivada. Recupera la vara cuanto antes, Yusei de Piscis-

Las palabras del Patriarca resonaban en su cabeza a pesar de que ya había pasado una semana desde que fue asignado a esa misión. Aunque no conocía el rostro que se escondía bajo la máscara pudo percibir en su voz la angustia que lo acongojaba y por eso sus palabras se grabaron a fuego en su memoria. Le dio otro sorbo a su bebida, mirando la nieve caer a través de la ventana. Pronto amanecería y tendría que salir de ahí para continuar buscando la vara.

-...-Se quedó callado mientras la chica comenzaba a alejarse. Sabía que no era bueno dejarla ir por ahí sola. Incluso los caballeros dorados tenían dificultades para atravesar los bosques de Asgard sin ponerse en una situación peligrosa. Yusei siguió por un camino diferente, observando su alrededor. Los árboles con hojas cubiertas de nieve le recordaban a un lugar que visitó con su hermano poco después de la muerte de sus padres.

Notó una silueta moverse en el fondo de la escena, fingiendo que no la había visto y continuando con su camino. No podía percibir un cosmos agresivo pero es no lo reconfortaba para nada.

Miró por encima de su hombro para asegurarse de que nadie lo estuviera siguiendo por detrás. Al volver la vista al frente se topó con una criatura humanoide de piel gris, sin cara, con brazos alargados y ojos negros. -¿Y tú quién eres?-Le preguntó. La criatura se le quedó viendo fijamente antes de dar un salto y salir disparado hacia el lugar en el que se había separado de la chica.

-De estos peligros eran de los que estaba hablando- Estaba seguro de que Frey era el responsable de invocar a esa cosa. La criatura apareció detrás de la jovencita, cubriendola con su sombra debido a que media casi tres metros de alto. Estaba a punto de atacarla, pero Yusei lo detuvo lanzando una rosa roja hacia su cuello.

Finalmente quedó sola, la verdad es que así daba algo de miedo pero también era emocionante. Tenía que estar atenta y más aún que estaba amenazada de muerte en un bosque donde apenas recordaba el camino en una tierra inhóspita...era algo deprimente "Maestroo donde estaa..." le llamó por telepatía, o eso haría si tuviera esa habilidad. Pudo sentir como las criaturas del bosque corrían asustadas ¿Ahora qué? Seguro era algún soldado enviado por el representante de Odín para atacarle. Jamás esperó que fuera una criatura desconocida y enorme. Logró esquivar ese ataque notando la rosa roja, colocándose en posición de ataque —Lo que me faltaba...— murmuró mirando a la criatura, la reconocía de los libros que había leído hace poco —Ahora si que se enfadará conmigo...— comentó para si misma, esquivando el ataque nuevamente. Tras esquivar un par de veces, logró golpearle con fuerza para tantear su resistencia, no quería usar su armadura aún.

-Frey y sus aberraciones del bosque- dijo el joven mientras tomaba a la criatura por los brazos y la apartaba de la joven con todas sus fuerzas, haciendo que se estampara contra un árbol.-Será mejor que no nos entretengamos con él. Si conozco bien a Frey, esta bestia solamente es la antesala de lo que nos espera si no llegamos a la salida de este bosque maldito- Yusei se tomó el atrevimiento de cargar a la guerrera de Poseidón en brazos. No pesaba mucho, era como sostener a una niña pequeña.

Corrió a través de la senda por la que habían llegado, moviéndose a la gran velocidad para salir del bosque. Una vez que se encontraron a salvo bajó a la chica. -¿Por qué no invocaste tu armadura? Es peligroso que andes por ahí sin protegerte adecuadamente- Fue lo primero que se le ocurrió preguntar. Todos los guerreros de Poseidón contaban con Scales, así que esa joven no tenía excusa para andar por ahí vulnerable siendo el blanco de las bromas de Frey.

-Al menos dime tu nombre, o tu armadura. Dame una forma para llamarte. Si te mueres quiero saber que nombre poner en la lapida- al decir eso no parecía estar bromeando, algo muy normal en él, ya que incluso cuando decía las cosas en tono de broma mantenía esa mirada penetrante con el ceño fruncido.

Nuevamente apenas si tuvo tiempo de decir una palabra, o si quiera moverse por su cuenta. Una vez piso tierra firme, arreglo su vestido y abrigo. Le miro con algo de sorpresa para luego desviar la mirada un poco, tenía razón en eso pero sentía que no era necesario. Rió leve a pesar de sus palabras "en broma", le recordaba a su maestro pero menos serio. En fin, este mundo seguía siendo un completo misterio —¿Por qué te molestarías en darme una lápida? No merezco ese honor— respondió con otra broma -o eso intento-, manteniendo una sonrisa —Además no me has dicho toda la verdad, Yusei de Piscis— pauso para mirarle a los ojos sin quitar su sonrisa —Tengo curiosidad por saber que hace un caballero de Atena en Asgard pero más aún quisiera devolverte el favor— su rostro mostraba lo decidida que estaba —Digo, has sido realmente amable conmigo aún desconfiando de mí por ser un marine de Poseidón y no has dejado de ayudarme~—

Pensaba en sí era tan malo que esa pequeña chica supiera el verdadero motivo de su visita a las tierras heladas de Asgard. Después de todo, la había observado y aunque poseía el cosmos de un guerrero marino de Poseidón, no podía detectar intenciones malignas. –Supongo que no pondrá en peligro mi misión si te lo digo, pero debes decirme tu nombre- no se olvidaba de que la chica no había compartido la información solicitada. Le parecía extraño llamarla “chica” y “pequeña” todo el tiempo en sus anotaciones mentales.

-Mi misión es capturar al ladrón que robó un objeto de gran poder de la bóveda del Santuario. La vara de nieve, un arma tan poderosa que es capaz de crear una glaciación capaz de cubrir al planeta entero. Tengo que recuperarla cuanto antes- el rostro de Yusei se tornó serio, observando el cielo perpetuamente nublado que yacía sobre Asgard e impedía que los rayos del sol bañaran sus tierras.

-A pesar de que es una misión complicada no estoy preocupado. Solamente un mago habilidoso sería capaz de utilizar los poderes de la vara. En manos de humanos ordinarios como yo solamente es un objeto decorativo- comentó para romper un poco la tensión después de hablar de un objeto que podría cambiar el mundo tal como lo conocemos. En realidad que un mago hubiese robado la vara era una posibilidad alta debido a que se trataba de un objeto inédito que sólo figuraba en algunos pergaminos donde se hablaba de cómo Athena y su ejército lo habían obtenido en el pasado sin dar mayores explicaciones sobre sus poderes, solamente una descripción general que hablaba de su magia congelante y de que era utilizada por uno de los hechiceros ancestrales vencidos por Athena hace muchos siglos. Comenzaba a teorizar que la persona que lo robó estuvo involucrada en la guerra donde la vara de nieve apareció por primera vez, pero solamente eran suposiciones ya que no tenía ninguna prueba que avalara sus sospechas.

Su rostro brillo junto con una sonrisa al ver que accedía a compartir la información que tenía, realmente quería ayudarle. Asintió para escucharle con atención, imaginando la situación en su cabeza. Sonaba complicado e importante, le sorprendía que estuviese tan sereno ahora o quizás era un gaje del oficio de ser caballero de Athena. Analizó esa información en su cabeza ¿De dónde de sonaba esa vara gélida? Miró el cielo igualmente, sintiendo una extraña sensación de inquietud.

—Hay algo que no entiendo— pensó en voz alta —Si esa arma tiene el poder de iniciar una nueva era de hielo ¿Por qué venir a estas tierras tan lejanas, casi inhabitada?— miró de reojo a Yusei —Digo, si robas un arma así ¿No sería lógico ir a un sitio más habitado para demostrar de lo que eres capaz? Tal vez necesita algo o a alguien— sintió vibrar su teléfono, era un mensaje de su maestro de que se apresurara con este "juego". Suspiro para responderle, sintiendo una extraña sensación como si alguien les estuviese observando.

—¿Sientes eso?— murmuró enviando el mensaje —Mi nombre es Arya, General Marino de Escila, mucho gusto~— le dedicó una sonrisa.

Como si estuviese durando de decirle lo que pensaba a Arya, Yusei unió sus manos y dejó de titubear-Tengo la teoría de que podría ser uno de los seguidores de los antiguos hechiceros- comentó Yusei con tranquilidad, recordando las historias del Patriarca otra vez.-Hace mucho tiempo, tres hombres obtuvieron el control de una magia ancestral que se creía perdida. Cuando se percataron de que usando ese poder maldito podían superar a los dioses comenzaron su guerra contra Athena- Yusei cerró sus ojos y se cruzó de brazos, yendo en dirección contraria al castillo de Frey.

-Athena logró derrotarlos y los selló en una dimensión desconocida. Cuando ellos fueron derrotados, dejaron objetos malignos que representaban sus atributos mágicos. La vara de nieve pertenecía al líder del trío- Yusei no sabía si era correcto revelar esa información a Arya, ya que ella era un soldado de Poseidón y la historia de los hechiceros malignos había algo que Athena y el Patriarca habían mantenido en secreto. Si no lo compartían con los soldados de más alto rango debían de tener una razón poderosa, aunque cuando Saori le habló al respectó pensó que ella no quería recordar a esos seres venidos de la oscuridad más profunda.

-Es por eso que tengo el presentimiento de que la persona que la ha robado debe estar relacionada de algún modo con ellos, pero me resulta imposible concebir a alguien así. Los hechiceros fueron borrados de la historia y los textos que existen sobre ellos fueron destruidos para olvidar ese capítulo oscuro- el chico se abrazó a sí mismo, recordando las fotografías de los cuerpos de los caballeros de bronce que había encontrado en ciudad Kaus hace algunos meses. Athena sabía que ellos estaban de regreso y que esos inocentes que habían sido aniquilados sin piedad sólo era una forma de los hechiceros para decir que estaban de vuelta y que querían ser descubiertos. Quizá por eso era tan importante para el Patriarca recuperar ese artefacto. Yusei había hecho todo lo posible por hacer menos el asunto en un vano intento por no pensar en la seriedad de la situación, refiriéndose a la vara como un objeto decorativo en más de una ocasión y diciéndose a sí mismo que no había problema porque no existía ningún humano capaz de utilizar su magia antigua, pero ya no podía seguir mintiéndose de esa manera.