Un encuentro entre ruinas [Anheru]

Un cielo despejado se extendía por todo el paisaje; el sol, como un gran centro brillante, posicionado perpendicularmente a los hombres que estaban en la tierra.
Hombres que trabajaban de forma constante en la reconstrucción del Santuario, aquel sitio sagrado que había visto la envidia de todos los ajenos a él.
De a poco su arquitectura gloriosa iba tomando su forma.

El febo que seguía su rutinario recorrido dejaba proyectada mi sombra sobre la tierra arenosa. Que sentado sobre una pila de escombros observaba el trabajo pesado del personal de construcción. La mirada fija y con calma hacían que me pareciera a las estatuas que alguna vez rigieron estos peldaños. Sobre mi pecho se cobijaba la Lira que bajo los destellos del sol parecía que cambiaba de color en cada nota ejecutada; en cada momento que mis manos se posaban en las cuerdas.
Movimientos sutiles, precisos, desprendían las más dulces notas musicales del instrumento. Los hombres que trabajaban alrededor se regocijaban al escuchar la melodía.  

-Esta música es para ustedes nobles trabajadores, que están acá de sol a sol.

El aura que se propagaba iba convirtiendo la yesca en un nuevo pastizal verde y de húmedo aroma. Algún ave que pasaba acompañaba la música con su canto. El viento mecía la túnica sobre los escombros, que entre sus huecos se asomaba alguna que otra flor.

Flores… seguramente Picis se pondrá contento, pensé. Cuando la Lira sonaba me hacía sentir que el día pasaba como si este fuese una gotera del techo en un día de lluvia.

El aura seguía expandiendo vida por todo el lugar donde la naturaleza había dejado su rastro de existencia.

Mientras observaba el triste panorama de lo que fuesen las ruinas en donde antes se encontraba el santuario, mientras que al mismo tiempo "como pudo pasar esto" pensaba. El caballero con una mirada un tanto triste y vacía se sienta sobre una roca y comienza a ver el suelo en donde antes solían estar diversos tipos de flores hermosas, pastos verdosos un ambiente lleno de vida el cual ahora es un escenario completamente devastado y gris.

-No puedo creer que esté lugar esté tan desolado- dice el caballero con una voz suave mientras suspiraba.

Segundos después el caballero comienza a ver como el panorama comienza a tomar un poco más de brillo y vida, el pasto verdoso y algunas flores se pueden admirar mientras que a lo lejos logra escuchar una hermosa melodía la cual hacía que sintiera paz y tranquilidad con tan solo escucharla

-De donde proviene esa melodía?- Dijo el caballero mientras con su mirada trataba de ver quien era la persona que ejercía tan bella sinfonía

El caballero impresionado al escuchar tan hermosa melodía no pudo evitar levantarse y comenzar a caminar mientras seguía el sonido majestuoso tiempo después el caballero logra ver una silueta de alguien que se encontraba sobre una pila de escombros del cual provenía aquel hermoso acorde de cuerdas....Se trataba de un caballero

-Que hermosa melodía, así que provenía de un caballero. Veo que tienes muy buen manejo de tu cosmos- dice el caballero mientras mira los alrededores como iban tomando poco a poco vida gracias al aura que emitía dicha persona

Una nueva persona se acercaba al lugar. Lo conocía, ya había caminado sus escalinatas, o lo que quedaban de ellas.  El Caballero de Plata seguía en su pose, sin dejar de tocar su Lira.

Escuchar (si se desea):

-Tu cosmos tiene algo distinto. Puedo sentirlo, sé que también eres un caballero ¿o me equivoco?

Tras unos segundos de silencio, como confirmando mi propia respuesta gire para quedar frente al nuevo visitante. Lentamente fui dejando los escombros para ponerme de pie.

-Tienes tristeza, angustia, el paisaje no ayuda mucho, y de a poco uno hace lo que puede.
Asi es, soy un Santo de Plata, Belcebug de la Lira.

Cuando terminé de presentarme la última nota quedo sonando en el aire un bucle que viaja como un pájaro solitario.
Ahora sí, con la atención puesta en la visita podía llegar a notar algo inquieto en el ambiente.

-Ha pasado de todo, todo es ruina. Son golpes bajos, si eso son, mi querido camarada.
Me complace que te agraden mis melodías. Para eso son creadas, para dotar de espiritualidad al mundo, despertar la belleza de las cosas.
¿Qué es lo que te trae a estos lugares?

Mientras terminaba de formular mi pregunta me dirijia a la posición de la inesperada presencia. Pasando por su costado podía sentir fuerza en su interior, una gran vitalidad.
Mi túnica se arremolinaba en cada paso, y no permitía que el polvo se levantase más allá de ella. La melodía seguía impregnando todo el lugar y la yesca de alrededores iba desapareciendo.

-Si no precisas de mi ayuda, que me dices si vamos hasta un jardín unos metros abajo. Va a ser un mejor lugar para charlar.

El sol seguía estanco en el cielo, los trabajadores con su ritmo se mantenían ajenos a todo su alrededor. El Santo de Plata avanzó dos pasos más quedando detrás del supuesto caballero y sin omitir una nueva palabra retomó su concentración en la música, esperando las respuestas de su compañero.

-Está bien, ahora mismo no hay nada más que pueda hacer- dice el caballero mientras se prepara para seguir al santo de plata.

Mientras se encontraba detrás de dicho caballero pudo notar que se trataba de alguien muy tranquilo un tanto parecido a él, pero no de la misma manera "Así que también existen personas un tanto parecidas a mi" pensó el caballero mientras soltaba una leve sonrisa de confianza

-Por cierto creo que me había olvidado de presentarme, soy el caballero que actualmente posee el manto de fénix, soy Anheru de Fénix- dice el caballero presentándose ante el santo.

Musica de fondo para leer:

El trayecto iba adquiriendo vida en cada paso que los caballeros daban, en los primeros metros ambos se mantenían callados, y el silencio solo era interrumpido por los acordes de la lira.
Aquel que siente el cosmos era capaz de ver la unión y la armonía que se generaba entre los cosmos de los caballeros presentes.

-Mucho gusto Anheru, somos dos extraños ante tanta ruina. Pero nuestros cosmos llegaron en el momento indicado, eso es lo que presiento.

Cerca ya se podía ver el “jardín”, más que nada era una zona verde alejada de toda la zona de construcción.
Su pasto verde hacia contraste con una serie de troncos dispuestos en forma semi circular,
que entre los cuales se entrelazan unos árboles en etapa de crecimiento. El aroma a flores y vida que generaba el lugar era especial para quedarse a meditar o contemplar el paso del tiempo.

-Has de poseer unas de las más significativas armaduras de bronce. Tienes que ser alguien muy especial para que te haya elegido.
Son retos que tenemos que afrontar y siempre tratar de hacerlo bien, no defraudar a la gente que confió en uno. No defraudar los ideales, aquellos que movilizan el universo.

Ya ubicado en el jardín el santo de plata invita al caballero de fénix que se siente junto a el en uno de los troncos.

-Comparte un momento conmigo, este lugar nos ayudará a encontrar paz entre tanto caos. Sin dejar de lado que me interesa saber algo de vos, que sientes cuando dices que eres un Santo de Athena.

Fueron unos segundos que Belcebug cerró sus ojos y se concentró en las notas de su lira. Su cosmos se manifiesta con un color que imitaba al cielo y atraia rayos de sol al lugar.
Eran segundos de un trance muy profundo, donde lograba conectar toda su esencia en un solo punto para luego poder exteriorizar.

Mientras el caballero escuchaba las palabras del santo de plata asintió mientras soltaba una leve risa

-Tal vez tengas razón, o quizás no, quien sabe....Aunque todo pasa por algo, eso pienso yo- dice el caballero mientras entrecierra sus ojos

Mientras iban caminando Anheru se fijo al sitio al que lo llevaba el santo de plata viendo que era un paisaje con más vida que los demás sitios donde muy poca vida se veia, era un lugar que inspiraba tranquilidad, un lugar muy de su estilo

-No creo que yo sea alguien especial como tal, tal vez solo era algo que debía pasar, y ahora que tengo está armadura no pienso fallar en mi misión- dice el santo con una determinación que no se rompe.

Una vez llegado al sitio Anheru aceptó sin pensarlo la invitación del caballero de plata a dicha charla puesto a que eso le distraería la mente un poco de todo lo que lo perturbaba actualmente mientras asentía el caballero se dispuso a sentarse a un lado del santo de plata.

-Será un placer compartir un momento contigo, ¿Que siento? me preguntas, creo que no es algo que se pueda explicar, pero se podría decir que siempre eh sentido una gran satisfacción y para mi es un gran honor ya que creo que al convertirme en caballero puedo defender a nuestra diosa a todas las personas inocentes y a mis seres queridos, tal vez soy muy poco reflexivo y me dejo llevar por mis ganas de proteger, aunque al mismo tiempo soy muy fan de las luchas en realidad la sensación que se siente estar en el campo no se compara con ninguna otra- dice el caballero mientras se dejaba llevar un poco.

-Al saber que soy un caballero de Athena, mis ideales se vuelven mucho más fuertes y no me importaría perder la vida en el campo de batalla si fuese por proteger a los inocentes- dijo Anheru con tanta retomando su determinación

Anheru, al haber respondido la pregunta del santo, mira al cielo fijamente y le pregunta..

-Y tú, ¿que sientes cuando dices que eres un santo de athena?- preguntó el caballero mientras seguía mirando el cielo azul y despejado

-Yo solo acepto la belleza del mundo, si luchar es parte de la misma la voy a apropiar.
Mis batallas tienen ideales, estandartes y mientras no se manchen estaré de pie, firme, defendiendo eso que moviliza al mundo.

Tras un silencio de reflexión, en busca de las palabras adecuadas para responder a tan importante pregunta del Santo de Fenix…

-Siento que voy encontrando un camino, un sentido a lo que puedo llegar a dar, elegir. Plena satisfacción de que mi música tenga un propósito mayor.
Poder encontrar aquello que anhela mi corazón, más allá de cualquier barrera del universo.

El tiempo avanzaba y el cielo se iba manchando de blanco, cuando algunas nubes hicieron su entrada en escena. De momentos pasaban por delante del sol y en otros se posaban delante para ocultarlo, como si alguien lo estuviera buscando.
El viento pasó a ser una brisa constante. Las hojas de los árboles danzaban de forma pareja y monótona, un baile pendular. El pasto iba cambiando de matices en cada movimiento y en cada sector donde la luz solar ya no impacta directamente.

La lira santa quedó en silencio…

-No hay voz más bella que la de la naturaleza. No hay sonido más puro que su melodía.
¿Algún día llegaré a asemejarme? No lo se, espero que que si lo haga.
¿Como puede ser que quieran destruir semejante belleza?

-Se dice que el Fénix es un ave inmortal, eso es lo que más envidio, el poder superar la mayor adversidad del universo...la muerte.
¿Pero de qué sirve eso si no tenemos un motivo para vivir? Sería egoísta vivir muchas vidas solo para el.

Después de un rato en el que Belcebug no emitió más palabras, su lira comenzó una nueva sonata.

-Así que esa es tu respuesta....Ya veo, es una muy buena respuesta aunque recién nos conocemos pero siento que va de la mano con tu personalidad, o es lo que voy pensando- dice el santo mientras observa a su alrededor

-Concuerdo contigo en lo de que no hay nada más bello que la naturaleza, la tranquilidad que se puede sentir mientras se está cerca de esta, no tiene ningún igual, no es como si te pudiera asegurar que puedas llegar a asemejarte pero si te aseguro que si luchas por tus ideales algún día podrás conseguir aquello que anhelas, es algo fuera de lugar que haya quienes opten por destruir la paz, la belleza del mundo en sí, no perdonaré a esas personas que tienen ese pensamiento de destrucción sin sentido- dice el santo mientras aprieta su puño

-Por más que el fénix sea inmortal no creo que sea algo que debas de envidiar puesto a que nosotros no sabemos si en realidad el fénix quiso ser inmortal, tal vez el no lo decidió así, tal vez el envidie a los demás seres vivos por tener el privilegio de morir y descansar en paz y no ser arrastrados de vuelta a esté mundo, pero algo si es seguro, yo como el santo de fénix renaceré una y otra vez con más y más fuerza para acabar con aquellos que solo buscan la destrucción- dice el santo mientras muestra una sonrisa

-Dime una cosa Belcebug, tienes familiares, amigos?- Dice Anheru mientras mira hacía al frente con una mirada que no enfocaba nada sino que hacía ver que el caballero se había perdido en "Algo"

-No lo había pensado de esa manera, la pesada carga de ser inmortal. Soportar ver el paso de todo, quizá pensando que mañana todo se habrá ido menos el.
Eso debe ser que lo que lleva a ser un ser solitario. El mundo cambia y en cada nacimiento el Fénix tiene que adecuarse a ese cambio, volver a empezar de cero. Periodos cíclicos mutando siempre…

El caballero de bronce se había perdido en su mirada, en su pensamiento. Mirando la nada, observando todo. Atento a sus sentimientos.

-Somo semejantes y dispares a la vez querido Anheru. Nuestra naturaleza lo dice, nuestros espíritus lo susurran como lo hace el viento a las hojas de los árboles más frondosos.
Yo busco una causa un sentido, y creo que tu también, si me equivoco me gustaria que me lo digas.

-Tuve familia pero desapareció en una revolución que ocurrió en mi ciudad natal antes de que llegara al santuario. Fui rescatado y exiliado por un general ateniense.
También se que alguna vez tuve otra parte de mi familia pero nunca conocí porque mis padres nunca me lo dijeron, lo supe por otras personas, seguramente querían hacer daño a mi casa por eso me lo contaron…
Hoy en día todos a los que ame viven en mis canciones, cada nota representa un alma.

-De verdad que mucho no extraño mi vida pasada, porque de alguna manera la llevo conmigo. La manifiesto en todo momento. Un país de constantes guerras me formo a lo que soy hoy en día.

Un silencio prolongado, de esos que cortan el aire... hielan el alma.
El día casi avanzado a un atardecer anaranjado que de a poco empezaba a vetear el celeste del cielo.

-Hay almas que quedan varadas entre los mundos, algunas inquietas buscan regresar al lugar que pertenecieron. De esas, una gran mayoría busca el sol, viajan directo al centro… así como las aves. La otra parte queda vagando.
¿Tienes alguien que se haya convertido en alma?

-Tienes razón en eso, ambos buscamos una causa y un sentido concreto tal si seamos iguales pero de diferentes maneras al mismo tiempo-

-Ya veo, así que eso fue....Veo que cargas en tus hombros un pasado con gran peso, no cualquiera carga con ese peso y logra conseguir la tranquilidad que tu logras obtener, quizás lo logras gracias a tus melodías, si eso debe ser-

Mientras el atardecer se acercaba el santo de plata hizo una pregunta la cual hizo pensar por unos segundos a Anheru...

-¿Alguien que se haya convertido en alma?, sí, podría decirse que sí, cargo con personas de mi pasado que se convirtieron en eso, almas, almas que tal vez no les tocaba aún ser almas, sino que por cosas que pasan terminaron en eso.-

Luego de un momento de silencio el santo tomo un poco de aire y continúo la plática preguntando...

-Encuentras la paz en todas tus melodías, no es así? o hay alguna melodía que te cause un sentimiento diferente a una gran paz?- dijo el santo con curiosidad