Un encuentro entre ruinas [Anheru]

Recuerdo del primer mensaje :

Un cielo despejado se extendía por todo el paisaje; el sol, como un gran centro brillante, posicionado perpendicularmente a los hombres que estaban en la tierra.
Hombres que trabajaban de forma constante en la reconstrucción del Santuario, aquel sitio sagrado que había visto la envidia de todos los ajenos a él.
De a poco su arquitectura gloriosa iba tomando su forma.

El febo que seguía su rutinario recorrido dejaba proyectada mi sombra sobre la tierra arenosa. Que sentado sobre una pila de escombros observaba el trabajo pesado del personal de construcción. La mirada fija y con calma hacían que me pareciera a las estatuas que alguna vez rigieron estos peldaños. Sobre mi pecho se cobijaba la Lira que bajo los destellos del sol parecía que cambiaba de color en cada nota ejecutada; en cada momento que mis manos se posaban en las cuerdas.
Movimientos sutiles, precisos, desprendían las más dulces notas musicales del instrumento. Los hombres que trabajaban alrededor se regocijaban al escuchar la melodía.  

-Esta música es para ustedes nobles trabajadores, que están acá de sol a sol.

El aura que se propagaba iba convirtiendo la yesca en un nuevo pastizal verde y de húmedo aroma. Algún ave que pasaba acompañaba la música con su canto. El viento mecía la túnica sobre los escombros, que entre sus huecos se asomaba alguna que otra flor.

Flores… seguramente Picis se pondrá contento, pensé. Cuando la Lira sonaba me hacía sentir que el día pasaba como si este fuese una gotera del techo en un día de lluvia.

El aura seguía expandiendo vida por todo el lugar donde la naturaleza había dejado su rastro de existencia.

-Siempre que haya paz habrá caos, es una relación de codependencia… no puede existir una sin la otra. Lo que es difícil de saber cual es el motor y cual el combustible.
En mis melodías encuentro la paz así como también su opuesto, lo que siempre trato es ocultarlo porque la música es el reflejo de mi alma.
Demasiada violencia forjó en mí un espíritu de paz, vengo a ser el producto fallido, el descarte de la gran fábrica del caos. No puedo permitir que esa parte que me corresponde llegue a la superficie, sea distinguida y valorada por aquellos que tienen un objetivo diferente en esta vida.

El santo de plata se pone de pie, extiende uno de sus brazos y señalando todo a su alrededor continúa diciendo

-Podemos observar la naturaleza, como este lugar puede convivir pacíficamente con todo su entorno, el cual no actúa de la misma manera; mucha destrucción y muchos agentes ajenos que vienen y van...la modifican, la reemplazan.
La naturaleza es sabia y por ende entiende cuando tiene que actuar el caos por sobre la paz, maneja sus ciclos y los controla…
eso es lo que el hombre, nosotros, tenemos que aprender de ella. Hacer la purga en el momento preciso.

Observando al santo de bronce Belcebug volvió a retomar su anterior pose.

-Hay quienes viven de día y piensan en la noche como un fin y están los opuestos a este sentimiento. Detestan la transición sol-luna. Esos seres son los que no comprenden la naturaleza y su forma de ser, no comprenden que gracias a ella ellos hoy están aquí.
Mi música es para guiar a esas almas, alguna vez será de forma pacífica, otra de forma caótica... cosa que voy a tratar siempre, no llegar a ese extremo

-En está vida todo tiene un ciclo, es algo que no podemos evitar, amor y odio, luz y oscuridad, caos,destrucción y paz, para que alguno existe debe existir su contraparte, eso es algo que no se puede evitar, pero aún así nosotros somos quienes podemos cambiar eso, nosotros los caballeros trabajando juntos estoy seguro que algún día podremos al menos calmar un poco las cosas-

Mientras soltaba esas palabras ambos santos miraban como el solo ya iba escondiendose mostrando sus ultimos rayos de luz

-Vaya, el tiempo si que ha transcurrido rápidamente- dice el santo con una mirada relajada

El día contaba sus minutos finales y prometía asomar una noche estrellada.

Tras escuchar las palabras del santo de bronces Belcebug asintió con la cabeza, dando por sentado que sí, el tiempo había agotado todos sus granos de arena dentro del reloj.

-Son ciclos que no se interrumpen, nosotros tenemos que aprender a vivir con ellos, mejor dicho a superarlos. Aquel hombre que no supera sus penares muere solitario, desgarrado interiormente por el tiempo. Este mismo es tirano.
Aceptemos el peso del pasado para poder vivir el presente y el futuro. Mejorar el mundo es nuestro objetivo, ser los más fuertes para poder sobrevivir. Oponernos a los dioses que crean que el hombre es insignificante y merece morir, para purificar el terreno.
Solo nosotros dependemos de nosotros, nuestro accionar es la ley.

La lira dio paso a los sonidos de la naturaleza, aquellos que indican el traspaso de las horas finales del día, los que le dan la bienvenida a la luna.

-La luna...esa moneda plateada que todo lo ve… ¿cuál de sus dos lados será más agradable a la vista del hombre, del animal?
Se habla del lado oscuro de la luna pero no del lado oscuro del sol…¿tendrá su lado oscuro?

Especies nocturnas con sus sonidos tan particulares adornaban el jardín. Jolgoriosos por salir de sus cuevas que los refugiaban de la temperatura del febo.

-La noche ya está a nuestra merced… ¿algún plan de ahora en adelante?

-Hoy en particular no fue un día en el que tuviera planes, aún viendo el bello brillo de la luna que apenas se asoma no pretendo hacer más que esto supongo que al salir el sol reanudare mi entrenamiento.....Hemos hablado de tan poco pero de muchas cosas al mismo tiempo, es un placer haber conocido a tal caballero con tan buena forma de pensar, ¿y tú algún plan de ahora en adelante?-

Mientras admiraba el brillo de la luna el caballero solo observaba con una sonrisa de tranquilidad en su rostro, la bella noche, esa que con su llegada mostraba un bello esplendor a lo alto el bello brillo de la luna y su alrededor estrellado, el santo de bronce no pudo evitar distraerse con eso mientras esperaba la respuesta del santo de plata

-Pensar que algún día nos encontraremos en el campo de batalla combatiendo para proteger nuestros ideales y a nuestra diosa, es algo que me hace sentir vivo, y emocionado a la vez, está vez volví para quedarme, y si pasa algún incidente como el ocurrido mientras estuve ausente no pienso dejar que se salgan con la suya- dijo el santo pensando en todo lo que podría pasar más adelante


-Tu igual te encontrabas fuera del santuario?- preguntó el caballero mientras seguía observando la luna

-Una ambición es poder llegar a igualar a un caballero dorado. Para poder lograrlo me hace falta más entrenamiento, batallas por disputar… aunque las trate de evitar.
Podría considerarlo un plan, ya que no tengo algo en concreto.

-Solo el tiempo nos dará la razón y el ejercicio adecuado para poder cumplir nuestras metas e ideales, creo que lo vamos a lograr. Las batallas son desencadenante sin rumbo fijo, no podemos saber cómo las vamos a sufrir.

Lo que parecía ser una de esas noches de cuentos, de fábulas de antaño, fue tiñendo los recuerdos y los pensamientos del santo de plata, fue cambiando el matiz del sonido de la lira. Era el llamado al dios protector de la tierra…

-Debe de haber sido duro para que tengas que abandonar el santuario. Me alegra que hayas tomado la decisión de volver. Se avecinan tiempos revueltos, imprecisos.
Yo estuve aquí, pero lejos de los acontecimientos, estaba en una etapa de preparación. Hubiese sido un blanco fácil de la ira, de la destrucción de todo esto.
Espero que todo nuestro entrenamiento no sea en vano.

Plateados hazes de luz se esparcían por el lugar. En lo alto una estrella fugaz remontó los cielos e hizo que el santo que ahí estaba tocando una melodía dirija y pierda su vista en esa fracción de segundos, cuando la estrella surcaba la oscuridad del firmamento...

-Supongo que para nosotros los caballeros la máxima meta es llegar a la élite y ser un caballero dorado....-

El caballero de bronce junto al santo de plata se encontraban admirando el cielo, las estrellas del firmamento que parecían posar para ellos como si gustasen de ser tan admiradas

-Así que te encontrabas casi en la misma situación que yo mientras todo ocurría...-

El santo seguía admirando el cielo mientras no podía evitar mirar en su mente los recuerdos que llegaban y se iban y así seguían en su interior con dicho vaivén

-Esto en una pintura sería un hermoso lienzo, una muy buena obra de arte, ¿no lo crees Belcebug?-

El cielo, el cual se tiñe de una infinita oscuridad era iluminado por la luna y una cantidad de estrellas las cuales hacían de un cielo totalmente sumergido en oscuridad un hermoso lienzo tan brillante y tan hermoso que cualquiera desearía quedarse contemplándolo por horas y horas

La luna que marcaba la noche, las estrellas lo hacían con las constelaciones, el horizonte delimitado por algunas luces artificiales, el pasto que iba tomando la humedad nocturna; los pequeños árboles inmóviles, los destellos de luz mostraban lo imperceptible a la vista del hombre.
Sin lugar a duda era una pintura de gran valor sentimental y belleza… ¿que es belleza? se autocuestionó el santo de plata

-Estas en lo cierto Anheru, es una obra de arte y de las más prestigiosas. Dichosos serán aquellos que puedan festejar bajo este cielo. Todo está en una perfecta armonía.

El santo de plata se puso de pie, avanzó unos pasos para detenerse, en ese preciso momento se agacho y del suelo tomó un puñado de pasto, que se escurría como seda entre sus dedos, para luego llevarlas hasta la altura de la nariz.
Al terminar el acto levantó la mano por sobre la cabeza y abrió el puño...lentamente los retazos verdes comenzaron a descender de manera oscilante, como si la brisa los estuviera meciendo para que duerman tranquilos en el piso.

-Tenemos que ponernos en marcha el entrenamiento, tenemos que estar listos cuando llegue el momento en que precisen nuestra ayuda.

Belcebug quedó mirando a los ojos del santo de bronce, como sabiendo la respuesta, como si la pudiera leer en su mente...

El santo al escuchar las palabras del caballero de plata no pudo evitar asentir con la cabeza mientras pensaba al mismo tiempo que clase de entrenamiento debería llevar él para hacerse aún más fuerte, era obvio que no podía volver a hacer el mismo que anteriormente sostenía puesto a que ya el se encontraba por encima de eso

-Supongo que no nos queda de otra más que continuar con nuestros caminos y volvernos más fuertes, ahora mismo soy capaz de enfrentarme, estoy seguro de eso confío en mi, incluso puedo sentir tu cosmoenergía y se que igualmente eres capaz de sostener batalla, pero eso no quita que si nos hacemos más fuertes seremos capaces de mucho más-

Mientras el cielo estrellado emanaba hermosos rayos de luz que llegaban al sitio en el que se encontraban dichos caballeros, Anheru sabía que para ambos caballeros la conversación ya casi llegaba a su fin, puesto a que ambos debían seguir adelante para hacerse más fuertes y cumplir sus objetivos y seguir adelante con sus ideales

-Supongo que nuestro breve intercambio de palabras ya está por llegar a su final, ambos tenemos que seguir y ejercer nuestros entrenamientos para alcanzar todo aquello que anhelamos, es un placer el haber cruzado palabras contigo mientras escuchaba tu arte, esas melodías tan agradables de escuchar a la hora que tocas cada una de las cuerdas de tu lira provocando una relajante explosión de sentimientos y pensamientos-

El santo con una mirada relajada procedió a levantarse y a estirarse puesto a que sus piernas se encontraban un tanto adormecidas por el tiempo que se había encontrado sentado por horas al lado del santo de plata


-Supongo que lo que me queda ahora es pensar el lugar a donde iré a entrenar, sí eso haré debo aprovechar a que no se me ha encargado ninguna misión de momento para así invertir ese tiempo en mi entrenamiento, ¿y tu Belcebug, piensas tener algún entrenamiento en particular?-

El santo al preguntar procedió a mirar al santo de plata mientras esperaba su respuesta para así proceder a retirarse...

La noche, las estrellas, la luna, seguían su curso habitual. Como habían mencionado los caballeros presentes era un lienzo pintado por el más glorioso artista, desbordado de sentimientos y espiritualidad, para aquellos que sentían que tanto el sentimiento como el espíritu iban en caminos separados.
Sus cosmos se aliaban con el paisaje en cada segundo pasaban ahí, formando una relación a lo que algunos la podrían titular amistad de armas, pero ellos sabían que esto podría dar pie a mucho más allá de las armas.

-Puede que nuestra conversación llegue a un fin, quizá sea prematura, pero esto no quiere decir que sea la única que podamos llegar a tener. Para mi también fue un placer tener un platica contigo querido Anheru, pude encontrar alguien con similares sentimientos y pensamientos acerca del universo, en estas pocas palabras que hemos cruzado he aprendido mucho.

El Santo de Bronce, defensor de la constelación del Fénix, se disponía a levantarse de su asiento para estirar las entumecidas piernas. Su rostro mostraba calma, satisfacción, y una mirada que comprendía lo que sucedía todo a su alrededor.
¿y tu Belcebug, piensas tener algún entrenamiento en particular?- pregunto Anheru
Con pasos tenes, como para no interrumpir los sonidos de la noche, Belcebug se acercó al caballero que tenía delante y apoyando una mano en el hombro de aquel compañero prosiguió su plática

-En estos momentos estoy esperando si me asignan una misión en particular. Mientras tanto me gustaría poder entrenar en batalla… ¿te gustaría tener un duelo de entrenamiento?

El caballero al escuchar lo que decía el santo de plata no pudo evitar sonreír mientras miraba de reojo la mano del caballero que se posaba en su hombro

-Desde el comienzo de está plática estuve esperando a que dijeras eso-

El santo dejo salir un poco de su cosmos para afirmarle al caballero de plata que estaba de acuerdo con lo que había propuesto

-Sería un placer cruzar puños contigo, además tienes una armadura de plata así que supongo que será un muy buen entrenamiento-

El santo se movió unos cuantos pasos hacía adelante y se volteo para quedar frente al caballero de plata

-Aunque....-

Anheru miro a su alrededor para luego retomar su postura

-No creo que esté sea un buen lugar para que dos santos se enfrenten, así sea en un entrenamiento, y personalmente no me gustaría causar más caos ahora que todo va tomando vida-

El santo volvió a calmar su aura mientras se ponía a pensar que debían moverse de sitio para poder llevar a cabo su combate de entrenamiento

-Qué te parece si nos movemos al lugar donde pienso comenzar con mi entrenamiento?, ahí podríamos tener nuestro combate, ya luego de nuestro combate yo me quedaré allá, ya luego te puedes devolver al santuario si deseas, es una opción aunque en realidad solo estoy pensando en ahorrar tiempo jaja, pero de todas formas ¿Tú que me dices?-