La marcha de los fantasmas ( Tormenta [Evento] cap 1)

Las calles de la ciudad estaban completamente vacías: ningún individuo inteligente se atrevería a salir de casa por temor a esos rayos que habían matado a más de un centenar de personas en las últimas veinticuatro horas. Una figura envuelta en una capa blanca se acercó al caballero de oro de Cáncer. Lo único que se podía ver de él eran sus pies y su sonrisa arrogante.-Olvídalo caballero de oro, nunca podrás desvanecer el conjuro de mi maestro. Deberías retirarte mientras sigues con vida, aprovecha que me encuentro de buen humor- la mano del encapuchado resplandeció con un brillo blanco, emitiendo un rayo similar al que liberaba la tormenta, golpeando el edificio que se encontraba detrás de Cáncer para que un muro se derrumbara y cayera sobre él.-Tienes dos minutos para irte, o las cosas se pondrán feas- el tono de voz de la figura se escuchaba más autoritario. Su complexión era delgada y su voz masculina, como la de un hombre joven. El individuo se deshizo de la capa, revelando su verdadero rostro.

Apariencia:

-Soy Cloud, el Dragón de la Tormenta- un látigo se materializó en sus manos. Portaba vestimentas oscuras, una bufanda con diseño de rombos y una armadura de color hueso. -¿Estás listo para despedirte de este mundo? Vamos, no creíste en serio que iba a dejar ir a un caballero de Athena-

-Quiero que sepas que tus esfuerzos son inútiles. Un guerrero tan inferior como tú jamás podrá tocarme ni un solo cabello- el hechicero azotó el látigo contra el suelo, invocando cinco rayos que cayeron frente a él, configurando una barrera que bloqueó gran parte del ataque del santo dorado. Cloud se jactaba de que ese individuo nunca podría atravesar su defensa perfecta, pero algunas plumas se colaron antes de que formara su escudo, alcanzando a herir su brazo derecho.

Ver que aquel guerrero le había causado una herida visible lo sacó de quicio, cambiando su expresión arrogante por una que reflejaba furia.-¡¿Cómo te atreves a ensuciar mi cuerpo con heridas vulgares?! Voy a azotarte hasta convertir la piel de tu espalda en jirones. Te vas a arrepentir- amenazó, lanzando un ataque con su látigo hacia donde estaba el guerrero de Athena. El arma fluía libremente como un rayo, alargándose para alcanzar a su objetivo.

Cuando el caballero de Cáncer alzó el vuelo Cloud sujetó con fuerza su látigo. De ninguna manera lo iba a dejar escapar después de lo que le hizo. Recibió el ataque de las plumas y también el impacto al chocar contra numerosos edificios, pero eso no parecía importarle al guerrero de la armadura blanca, quien, pese a sus heridas, continuaba trepando a través de su látigo para alcanzar al caballero dorado.  

Escupió un poco de sangre, mirando a Cáncer desde abajo-¿Piensas que estás a salvo en el cielo? Jajajajajajaja- rió como un loco, extendiendo uno de sus brazos hacia el cielo mientras cargaba su látigo con electricidad-Ahora serás un pararrayos. ¡Tormenta Destructora!- cuatro rayos que provenientes de las nubes oscuras cayeron sobre el guerrero alado. No había un lugar donde escapar.

-Hacen falta más que unos golpes para derrotarme- el guerrero soltó el látigo y dejó a Cáncer en el cielo, aterrizando en la mitad de la calle y abriendo un gran agujero en la superficie de  asfalto. Arrancó pedazos de su vestimenta que estaban manchados de sangre.-Ni siquiera hemos llegado a la mitad de todo el dolor que voy a causarte-el rostro de Cloud lucía más serio, proponiéndose acabar con el guerrero dorado sin importarle cuánto le costara.

-Eres un… desgraciado- alcanzó a articular antes de sufrir los efectos de la técnica del santo de Cáncer. Se encontraba en el suelo, bastante herido, pero con vida. La magia de su maestro impedía que su alma abandonara su cuerpo, no era el momento aún para él, todavía tenía una misión más por cumplir-¿Cómo pude ser derrotado por este sujeto?- se preguntó en silencio, levantándose del suelo con dificultad. El peliblanco parecía más concentrado en el hecho de que había perdido contra un simple mortal que por haberle fallado a su señor. –Ya no importa nada- le dijo al caballero de Cáncer.-Aunque me hayas derrotado, eso no cambia nada. Esta ciudad será el asentamiento de nuestros señores- tosió sangre sobre su pecho.

El guerrero de cabello blanco comenzó a reír sin control, llevándose las manos al estomago.-Mira hacia arriba caballero. He cumplido con mi misión- El hombre señaló hacia un punto en el cielo. A simple vista no parecía haber nada especial, pero entre las nubes había una estructura flotando, una torre negra rodeada por un anillo que la hacía levitar. No era la única. Desde ese punto se podían ver otras dos torres que descendían lo suficiente como para asomarse de su escondite en la nube negra principal.

-Las torres de obsidiana serán el evento principal. Prepárate caballero de Athena. Esas torres han absorbido suficiente energía de los habitantes de ciudad Kaus y ha llegado el momento para que enfrenten su castigo. Esta tormenta es  una cortina de humo, lo único que queríamos era recolectar las almas y cuerpos de los humanos para que nuestros señores pudieran manifestarse en este mundo con la gloría que merecen- el guerrero de armadura blanca comenzó a alejarse cojeando, caminando en dirección a la torre que se encontraba más cerca.

-Disculpe mi señor… yo, no fui capaz de derrotar a este oponente. Le brindo mi alma y mi cuerpo- una daga apareció en sus manos y procedió a clavarla en su corazón, muriendo al instante tras dar el mensaje. Su cuerpo se transformó en luz y salió disparado hacia la gran torre que representaba a su señor, el trono del hechicero de la tormenta. Tras desaparecer, Cloud dejó algo en el suelo: una misteriosa botella de cristal que contenía un líquido rojo.

Fase Uno Terminada
Mascara Sangrienta recibe 25 puntos de experiencia y 1 Elixir.