Pegasus Tsukiya

Tsukiya

Pegasus Senko Ken: Técnica básica del Santo de Pegaso, utilizando su elemento luz para generar una esfera de energía en su puño que proyecta hacia su adversario en forma de un poderoso golpe.

Tsukiya es un chico común. No es el tipo de persona que sabe conducirse por la vida, ya que durante sus deciséis años de existencia ha dejado que otros  le digan "lo que es mejor para él", aceptando a regañadientes lo que le tocó. Le gusta pelear, siendo eso lo único que disfruta de formar parte del ejército de Athena. Es honesto, aunque no siempre dice la verdad, y cuando miente se siente de lo peor.  Busca desesperadamente la aprobación de los demás, ya que siente que nunca la ha conseguido en su vida y le gustaría saber cómo se siente por una vez.

Apariencia:

Tsukiya fue uno de los tantos niños que habían sido “condenados” ha convertirse en la nueva generación de guerreros. Siempre que le hacía la pregunta de por qué entrenaban tan duro diariamente a los Santos mayores éstos le daban la misma respuesta, y eso le pareció bien en un principio, sintiéndose valioso por estar destinado a hacer algo grande, aunque conforme fue creciendo los deseos de ser un héroe fueron desgastándose: se preguntaba por qué él no podía tener una vida ordinaria y por qué no podía salir de las ruinas de entrenamiento. A la edad de catorce años intentó escaparse del Santuario de Athena, deseando marcharse lejos para huir de su destino. Fue encontrando por un santo de plata que cumplía con sus horas de guardia, siendo arrastrado hasta las cabañas de un modo humillante. Intentó escapar varias veces a partir de ese día, siendo detenido una y otra vez. Tardó ocho meses en darse cuenta de que no importaba cuánto lo planeara o lo mucho que se esforzara, nunca iba a poder evitar la responsabilidad de convertirse en un caballero.

Maldiciendo su suerte, Tsukiya le ahorró el trabajo de buscarlo todos los fines de semana a los Santos de plata, confinándose en su cabaña y saliendo exclusivamente cuando tenía una sesión de entrenamiento forzada. Durante un tiempo dejó de comer, de levantarse solo de la cama y de asearse. Estaba muy deprimido con la única decisión que él mismo había tomado: no hacer nada por evitar lo que era inevitable. A la edad de quince años fue seleccionado junto a siete aprendices para competir en un torneo en el que el Patriarca ascendería al ganador. Debido a que las personas parecían tratar mejor a aquellos que vestían una armadura, Tsukiya se planteó esforzarse como nunca lo había hecho en la vida para conseguir el ascenso. De modo milagroso consiguió derrotar a todos los oponentes, dejando a la mitad del santuario con la boca abierta al haber derrotado a aprendices más entusiastas y capaces que él.

El Patriarca le entregó la armadura de Pegaso, causando cierta controversia entre los presentes, quienes menospreciaban a Tsukiya y su logro de haber sido el vencedor. Las personas no lo trataban mejor: ahora lo despreciaban porque sentían que tenía algo que él no merecía. Lo único bueno para Tsukiya fue que teniendo una armadura se le permitía salir del Santuario durante las misiones, y que al ser un santo de bronce primerizo le asignaban deberes relativamente sencillos.