El reencuentro de los amigos (Serena) (Misión)

“El futuro de Asgard está en sus manos.”

La frase que el sacerdote Frey había dicho un par de horas atrás se repetía una y otra vez en su mente. Un ligero suspiro escapó por sus labios mientras observaba su reflejo en el espejo que se encontraba en el tocador, localizado dentro de su habitación. Era la primera misión que se le había conferido desde que obtuvo una de las God Robes, y mentiría si dijera que no estaba nerviosa, a final de cuentas por la información que había recibido se trataba de un poderoso enemigo, quien estaba segura, no se iría de la tierra sagrada de Odín sin dar pelea.

Tenía algo de conocimiento acerca de la situación en la que se encontraban el resto de los dioses guerreros, estaban lejos de su tierra, combatiendo en nombre de Odín a un enemigo completamente desconocido, seguramente decididos a dar su vida en nombre de aquel dios al que juraron lealtad eterna.

Respiró profundamente, había tomado una decisión, no dudaría y al igual que los demás cumpliría con su misión por más difícil que resultara, todo por el lugar que le otorgó una segunda oportunidad en la vida. Terminó de acomodar el listón que sujetaba su cabello, y reviso las partes integrantes de su armadura, asegurándose de que se encontraran bien colocadas, ya que lo que menos buscaba era que aquello diseñado para protegerla representara un obstáculo más en su labor. Una vez terminó con ello, emprendió su camino al salón principal, en búsqueda de su espada, pues tenía la mala costumbre de olvidarla en diversos lugares dentro del palacio, y la necesitaba antes de salir.

Sus pasos resonaban por los grandes pasillos donde caminaba, y ese día, como nunca el camino al salón principal parecía más extenso de lo común. Al llegar a las puertas que daban entrada a su destino, las atravesó con total tranquilidad, antes de darse cuenta de que el lugar no se encontraba solo. Ahí estaba el sacerdote Frey…junto a alguien que definitivamente no se esperaba ver, pero que conocía muy bien.

“A-Abyss?...”

La sorpresa era evidente en su rostro, y un par de segundos bastaron para que a su mente volvieran todos los recuerdos de sus vivencias juntos, sobretodo el de aquel día donde tuvieron que despedirse, por razones que en ese momento no les era fácil explicar. Sacudió un par de veces su cabeza, se había dejado llevar por la nostalgia y ni siquiera había ofrecido una disculpa por haber entrado tan abruptamente al salón.

“Oh santo dios… La-Lamento la interrupción, solo venía por Gram…Me retiraré cuanto antes.”