Halloween Party! - Pista de baile de Envidia

-Corríjanme… ¿Esto es real?- comento al observar aquel acto de magia proveniente de Yuya, capaz de alumbrar y emitir una palpable felicidad que se materializaba en emoticonos, contagiándose a los esqueletos sirvientes cercanos. Trato de tocar uno y de pronto aquello recorrió su brazo como electricidad, alarmando a Yuto mientras una sonrisa se formaba en su rostro y reia divertido. –Jaja, ¿Qué es esto? De pronto tengo ganas de reír- admitió el santo de leo y de pronto aquel salón le pareció mas animado que cuando se vio atestado de personas, pues era en aquel momento cubierto por la simple y gran felicidad que irradiaba su clon multicolor.

Se movió unos pasos y extendió los brazos felizmente, estirándolos antes de sentarse y acostarse en el piso de la pista. De pronto aquello había sido como una inyección de alegría para Yuto, quien apartaba de momento los malos recuerdos para simplemente centrarse en la felicidad que le dominaba. – ¿Y comparto cara con alguien así?- se pregunto mientras observaba el techo, finalizando entonces al decir –Ser capaz de hacer feliz a las personas de esta forma es algo increíble-.

Explosiones, estrellitas, calor en el rostro y todos los colores que se le ocurriesen. Ese beso no se lo esperaba, y quizá si Yuya no fuese... Bueno él mismo, cualquiera que hubiese visto lo ocurrido, pensaría que eran en parte los celos y la territorialidad, para decirle al resto que la pelirrosa con traje de presentadora circense estaba con él.

Las preocupaciones y la tristeza anterior pasaron a segundo plano. El beso fue corto y sencillo, no pasional, pero decía mucho… ¿Dónde rayos enseñan a entender las señales sobre los sentimientos? Ciertamente no te lo enseñan para suplantar a Athena, una de las diosas vírgenes… Cierto.

Ese beso, era su primer beso. El primero que siempre recuerdan las doncellas enamoradas y eso.

Ya quería escuchar a sus custodios anteriores sobre lo que acababa de pasar. Seguramente ella y su ¿Amigo? ¿Ahora qué serían? Había leído alguna vez que los hombres solo besan a las personas que despiertan un interés más allá de la amistad…

Y el beso fugaz acabó…

Y la voz de Paladín de Saturno le hizo observar alrededor y como una niña pequeña otra vez, la sonrisa recorría su cara, llegaba a su mirada y si no fuese porque aún tenía tomada la mano por el peliverde/rojo, hubiese corrido por el lugar, a dar vueltas, brincar y carcajearse.

Igual lo hizo.

Solo que tomó la mano libre de su ahora semi-desnudo ¿Besador? Dando vueltas entre los emoticones de muchas formas adorables alrededor. Yuzu reía como si no hubiese un mañana.

Y un segundo beso igual de fugaz se dio al frenar las volteretas. –Gracias Yuya -.

…Seguía dando respiraciones entrecortadas, tratando de nivelar mi respiración al nivel normal, mientras observaba a mi acompañante hacer lo mismo. No podía apartar la mirada, examinándola sin una sonrisa en mi rostro, serio y tratando de entender la propia lógica de lo que había hecho. Lo había querido pero ahora no sabía que pensar, peor fue observar cómo tras un momento el rostro de la chica cambiaba ligeramente…

Parecía que quería hablar, que no le salían las palabras, yo estaba casi igual, sin saber exactamente que decir. De acuerdo, ya me veía siendo culpado, por lo que solo pude prepararme para suspirar…-Serena, yo…- empecé a decir pero antes de que dijera nada me vi interrumpido y mis ojos se abrieron levemente por la sorpresa de escuchar sus palabras… Y al final en mi boca se formo la sonrisa de depredador, antes de que de mi garganta se emitiera una corta risa. Acaricie la mejilla de la chica observándola atentamente, observando sus labios. Y claramente, sin preocuparme, mis ojos cambiaron a su forma de reptil, mas en esta ocasión no volvieron a la normalidad…

-Aténtate a las consecuencias de lo que acabas de pedir al Lord de la Avaricia, Serena~- murmure y sin dar tiempo a una respuesta por parte de la chica o que procesara siquiera lo que dijera, volví a unir sus labios con los míos, retomando de la misma manera que hubiera quedado cuando se hubieran separado por primera vez. La abrace contra mi cuerpo, sin dejarla ir en ningún momento, simplemente desinhibiendo aquello que me ataba, y siguiendo adelante con lo que deseaba. Sencillamente, dejarme llevar y el caos era la única manera que conocía…

…Por un momento me pareció sentir una sensación a mi alrededor diferente, un cosmos que parecía cálido. Abrí ligeramente un ojo y por el rabillo de este pude observar… ¿caras sonrientes flotando a mitad del aire? Volví a cerrar y a concentrarme en la chica, ya suficientes cosas raras habían ocurrido como para dejarme arrastrar a otra por una noche. Y simplemente en este momento estaba disfrutando haciendo otra cosa

-Creo que pondré la reproducción automática, este será el último tema de la noche- dijo mientras permanecía todavía alegre, reincorporándose en aquel salón al cual veía mas como suyo que del propio envidia. Quizás fuera la posesiva influencia de avaricia, pero no le importaba en aquel instante donde su humor se hallaba en el mejor estado de esa noche.

–Me pregunto qué diría Sean si me viera así, realmente no parezco yo mismo- se dijo a medida que se encaminaba al tornamesa que veía como propio. Ignoro la lista y se limito entonces a repetir el mismo tema de antes, haciéndolo sonar para las parejas que allí bailaban. –Creo que así se pone la reproducción automática… - comento sin tener idea alguna de cómo manejar ello mas allá del nivel básico, apretando una serie de botones y dejando el tema sonando allí.