Zona 3 - Rodorio

El miembro 'Rangvald' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 8

Por alguna u otra razón, el tuerto no pudo evitar su ataque, recibiendo el impacto al cuello de forma directa y, al parecer, sacándole mas cosas que decir. Honestamente, entendió mucho menos que antes. Decía muchas palabras raras, con demasiadas L's metidas por ahí que agregadas a una pronunciación enfermiza, solo le provocaba mareos. Al colocar ambas piernas en el suelo se dispuso a seguir con su ataque, aunque aquel se le adelantó con algo que ni siquiera se esperaba: descartó su armadura. Ahora convertida en una fea efigie que no se decidía entre ser una serpiente o un torso humano, los ojos rojos resaltaron en la oscuridad de la noche invernal perpetua, distrayéndolo.

Esa distracción le costó bastante, pues el milisegundo de por medio bastó para que la energía del tuerto llegara y lo mandara a volar.

Giró en el aire como un trompo desbocado, cayendo de espalda al suelo donde se enterró con un ruido atronador. Guijarros volaron, polvo se levantó y su yelmo salió volando, dejando su cabeza expuesta. -Eso dolió.- murmuró con su único ojo temblando. No esperó más para levantar sus piernas, impulsándose para quedar de pie. Su espalda estaba encorvada y sus hombros bajos, las manos aún unidas por los grilletes de cosmos blanco. -Ya, entendí el punto.- le dijo a su armadura, quien vibraba en esos instantes. Estaba manando calor para Rodorio, además de reclamarle por dejar una apertura tan idiota en su ataque. Debía devolverlo, y dejar las distracciones. La insistencia era, la verdad, molesta y no por eso menos acertada.

Rintaro se giró y encaró al invasor que ahora iba sin armadura. Le dio igual, de una u otra forma le arrancaría la garganta - ahora solo se le haría más blando el morder. Hizo girar las coyunturas de los brazos, provocando un sonido de crujido. -Bien. Casco fuera, eso lo hace más sencillo.- le dijo al tuerto, detallando en su persona mientras su cosmos se manifestaba como una bruma ígnea a su espalda. Volvió a flexionar las rodillas, preparando otro salto. Con sus manos todavía unidas por los grilletes, tendría que ser más cánido al respecto: dio una zancada al frente y manifestó la forma física de su Byakuran como una hilera de dientes anexados a sus mandíbulas. Usando la velocidad de la luz lanzó todo su cuerpo como una centella directo al cuello, con toda la intención de rajarle la garganta. Quizá, si se daba, de arrancarle la cabeza.



Acción: 3(1/4) | 4(1/2)
Ataque: 5(Fuerza)+1(Velocidad)=6/4=1.5
Ataque: 5(Fuerza)+1(Velocidad)=6/2=3

Acciones: 12/15
HP: 31-8=23

Número aleatorio (1,4) : 1

El miembro 'Rintaro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 3, 4

A pesar que su ataque había sido efectivo, era más que obvio que se necesitaría más que eso para derrotar a un santo dorado, una de las clases de guerreros más poderosos en cualquier batallón de las divinidades griegas. Tal lo demostró aquel combatiente elegido por la constelación del escorpión, quien logro incorporarse rápidamente luego del daño y procedió a realizar un fugaz contraataque, la figura de una bestia salvaje cazando a su presa relucía detrás del adversario.

Rangvald: "Demonios, no veo el punto ciego... ¡Tendre que recibirla! "


Pese a que esperaba encontrar alguna vulnerabilidad en aquel ataque, el tiempo del que disponía no le permitió encontrar alguno, resignándose al hecho de tener que recibirla. Por lo general no sería problema debido a que las negruzcas escamas de Jorgunmand forjadas en el ropaje de Phecda Gamma  habrían podido defenderlo, pero ahora que había renunciado a su protección, apenas y alcanzó a colocar el brazo para resguardar su cuello, pero el desgarre y rapidez del ataque provocaron que tanto la parte que buscaba proteger como la que había usado para defenderse, resultaran dañadas, la manga de su brazo desgarrándose y la parte superficial de su brazo y cuello también, dejando fluir un poco de sangre más aún sin perder una cantidad vital. La blanca nieve comenzaba a teñirse de carmesí.

Rangvald: Ugggh... "N-no estuvo tan mal... Creo que puedo aguantar otro rato."

Lamentablemente para el combatiente al servicio de Odín, ese último ataque por parte del santo de escorpión no había tenido su máxima fuerza debido a que en ese mismo instante, su propia armadura servía para distribuir cosmoenergía al pueblo de Rodorio para salvarlo del congelamiento debido a las bajas temperaturas causadas por la ventisca. Llegase ese flujo de cosmos a estabilizarse y quedarse del lado del ateniense, Rangvald quizás no tendría tanta suerte. No obstante, siguiendo su código de guerrero, ya había decidido quedarse a combatir aún si su ropaje sagrado solo estaba allí como observador de sus futuras peripecias.

Número aleatorio (1,4) : 4

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HP: 26.5 -1.5- 3 = 22
Defensa: Fallida (Resultado 1 Dado)
Acciones: 13

El miembro 'Rangvald' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 1

Voló a través del aire abriendo las mandíbulas, con toda la intención de arrancarle la cabeza o al menos destrozarle la garganta. Los colmillos blancos destellaron y se afilaron más que antes - finalmente sacando sangre. Había dado en el blanco, aunque no con la intensidad adecuada y no solo por haber fallado en la ejecución, que fue mejor de lo que apostara; el tuerto se defendió, recibiendo parte del impacto en el brazo tanto como en el cuello.

La sangre cayó sobre la nieve, dejando un rastro estático color carmesí que se destiñó hasta un rosa suave - Rintaro patinando unos cuantos metros antes de detenerse y chasquear los dientes, haciendo que la mandíbula extra brillara en un blanco más intenso. A su vez, el rastro del patinaje no fueron surcos sobre la nieve, sino flamas de cosmos que azuzaron cuando el japonés se giró para encarar al tuerto bárbaro.

Todavía estaba en una baja cósmica: la armadura seguía vibrando, pasando calor a las casas de Rodorio, distorsionando sus esfuerzos, lo que sumado a los grilletes que maniataban sus muñecas, lo hacían sentir exasperantemente lento - cosa que contrario a alguien más, se sentía adecuado. Ahí era cuando estaba en su mejor juego. Una chispa dorada se materializó en los grilletes, cambiando sutilmente su consistencia.

Aspiró hondo, tomando una gran bocanada de aire que infló su pecho. El rastro de cosmos dejado del bárbaro hasta su ubicación actual flameó con mayor intensidad, reverberando con la premonición de lo que haría a continuación. Frente a su boca los colmillos blancos se afilaron, creciendo en longitud, cubriendo más de su rostro para llegar a ser una media máscara. Finalmente abrió la boca y lanzó un rugido atronador; Muretsu, la violencia de vacío, fue disparada como una onda usando de gatillo el grito y de medio el rastro cósmico - un rastro que seguiría hacia atrás e impactaría de lleno en el tuerto del norte, mandándolo a volar y comenzando a detener sus movimientos atómicos.

Acción: 5(1/2) | 3(1/4)
Ataque: 5(Fuerza)+1(Velocidad)=6/2=3
Ataque: 5(Fuerza)+1(Velocidad)=6/4=1.5

Acciones: 10/15
HP: 23

Número aleatorio (1,4) : 4

El miembro 'Rintaro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 5, 3

Antes de poder reincorporarse del todo, el desarmado Dios guerrero ya estaba siendo esperado por un nuevo ataque de su adversario, en esta ocasión, una fulminante ráfaga de energía que venía con una fuerza muy similar a la del ataque anterior, solo que esta vez había una nueva variable a considerar. El cosmos maligno de hacía unos momentos, el mismo que había comenzado a causar estragos en su armadura, ahora lo sentía entumiendo su propio cuerpo. ¿Era acaso que esta fuerza buscaba asegurarse que no saliera victorioso en este combate? Lamentablemente aún si hubiera querido cuestionarse eso, la impertérrita ráfaga no tenía intensiones de detenerse.

Rangvald: "¡MALDICION!"


Con su cuerpo no reaccionando adecuadamente y sin un ropaje que le ofreciera una protección adecuada, lo único que le quedaba por hacer era volver a recibir el ataque del caballero de oro con su propio cuerpo. Cruzó sus brazos y confió que la fuerza de estos reforzados con su cosmoenergía fueran suficientes para resistir el ataque, siendo arrastrado varios metros, sus pies derrapando y creando 2 zanjas por encima de la nieve, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no ser arrastrado. Cuando la energía finalmente cesó, Rangvald quedó en la misma pose que se había mantenido para resistir el ataque, pero con sus brazos humeando cubiertos de una capa de quemaduras y sangre, sus mangas hechas tirones y sus piernas batallando para mantenerlo de pie.

Rangvald: "D-debo seguir... Aún si no me es posible vencer a este digno guerrero, al menos retrasarlo lo suficiente para que no asista a sus compañeros... Si llegara a fallar... que mis aliados descubran el misterio detrás de aquella siniestra cosmoenergía y devuelvan la paz al mundo. Pero mientras quede algo de energía en mi persona ¡NO ME RENDIRE!" - Pensó para si mismo el guerrero de Phecda mientras miraba confiado al representante de la constelación de escorpión, invitándolo a volver a lanzar otro ataque, el habría de recibir los necesarios.

Número aleatorio (1,4) : 4

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HP: 22 - 1.5 - 3 - 1 = 16.5
Ataque: Fallido (Resultado 1 Dado)
Acciones: 12

El miembro 'Rangvald' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 1

Al dispersarse el cúmulo de energía del Muretsu reveló la figura del tuerto del norte, quien había cruzado los brazos para defenderse. Algunos raspones, quemaduras por el frío y sangre se notaban, aunque eso solo era el principio. Dentro de poco su carne se tornaría blanca y se descascaría, cayéndose como hojuelas muertas hasta que toda su integridad se viera comprometida - momento en que moriría y se desplomaría en un montículo de algo similar al polvo. Eso sí, vaya montículo sería. El sujeto era alto.

Rintaro frunció suavemente el ceño, aunque luego algo llamó su atención. Su oreja izquierda tembló cuando sintió el cambio de cosmos en dirección al cementerio, donde Atem estaba luchando. Estaba seguro de que el egipcio podía defenderse solo, aunque tampoco podía contener el impulso de querer ir y asegurarse; al fin y al cabo, si acababa con aquel monstruo la zona estaría segura. Eso, extrañamente, lo enfocó más, así que fijó su único ojo funcional en el tipo frente a él.

-Hablas mucho y apenas te entiendo.- le dijo el japonés al norteño, reuniendo cosmos blanco en sus manos aún unidas por las esposas de energía que ahora, adquirían una nueva muesca de color dorado. -Pero me enseñaron a ser educado--- Al menos, Mugen lo había intentado en la década que pasó como su aprendiz. Si lo pensaba en frío, hasta debía tomar el papel al vestir la armadura - no por nada esta le había hecho el favor de crear un haori en lugar de una capa y de hacer que las botas de tacón alto fueran getas de corte imperial una vez se juntaban en su rol del Escorpión Celestial. ---soy Rintaro, guardián del Escorpión Celestial. Tenkatsuza. Rintaro de Escorpio.- Sobre sus manos se formaron otros constructos de cosmos, alargándole las uñas para ser enormes garras. Encorvándose se disparó contra el tuerto del norte, lanzando un golpe de maza directo a su cabeza, procurando que las uñas de las manos actuaran como púas. Eso sí, sabia que tendría que darle como tres golpes más para matarlo o mínimo, cavarle el cráneo.

Acción: 1(Fracaso) | 6(Efectivo)
Ataque: 4(Fuerza)+1(Velocidad)=5

Acciones: 8/15
HP: 23

Extra: +1 Velocidad (Lanzada random de Raziel)

Número aleatorio (1,4) : 1