¡Fantasmas! - {Zona 9 - Evento Halloween}

El Laberinto apareció de nuevo, los interminables pasillos, las escalofriantes paredes. Atrás deje el pantano burbujeante, salir de aquella zona fue un acto de suerte, pura y simple fortuna. Estoy un poco más tranquila, no es que me hubiese asustado con el chillido de los animales o las sombras de las ramas ― ¿Mi Señor Poseidón, qué significa todo esto? ― pregunte al silencio, el eco de mi voz se perdió en la nada de la estructura. Nada tenía sentido, todo parecía un mal sueño, una pesadilla producto de algo caducado que consumí ¿Sería eso, comí algo dañado? Imposible, Inverna siempre me prepara alimentos de buena calidad.

De pronto una sensación me recorre, es difícil de explicar con palabras. Siento que la energía cambia, algo no está bien, ya no estoy sola. Tragando fuerte giro sobre mis pies hasta volver a la posición inicial; no veo nada, mi visión no capta ninguna entidad más que yo… pero mi sexto sentido lo ha percibido ¿ahora qué será?

Sigo caminando, cuando veo a un hombre de cabellos azules ¿es el causante de todo esto? ― ¡Tu! ― dije acusadoramente mientras me acercaba como más podía, o más bien como me permitían los tacones de mi traje hacerlo ― ¿Eres el causante de…― calle en el acto cuando vi a las criaturas fantasmales salir, entrar, reír y volar por todo el pasillo. Sin pensarlo salte sobre el sujeto, agarrándolo fuerte por el cuello y enterrando mi cara en el mismo ¡Que miedo, qué miedo!

El vortice se abrió de nuevo expulsando una figura investida en atuendos negros. Roldan aterrizaba manteniendo su centro de gravedad y esta vez la inconsciencia no se apoderó de él.

- Esto parece un juego malsano de alguien que no tiene vida social, si descubro quien está detras de todo es... ¡PUAAGGGHH!

Todo el ajetreo y aquellos viajes entre portales le hicieron devolver el estomago y más si recordaba a la solitaria mujer a la que había matado. Se incorporó buscando en sus bolsillos un pañuelo para limpiarse la boca pero solo encontró un caramelo.

- No me jodas, ¿es una broma verdad Griffon?

Se preguntó ante la ironía de su situación, si bien su superior se había comportado en los ultimos días más exigente que lo acostumbrado y le había amanezado con hacerle pagar sus malos manejos en torno al destino de las almas, el espectro de Balrog comenzaba a sospechar que era el juez al que servía quien le estaba haciendo pasar este martirio.

Unos pasos sobre en enlosado piso le hicieron ponerse en alerta. Roldan no tenía la menor idea de que los dulces atraían las almas de los residentes del lugar. Por acto reflejo llevó su mano hacia su costado izquierdo tratando de buscar su látigo pero no lo llevaba con él.

Número aleatorio (1,3) : 2

Abrace con fuerza al extraño, no significa que les tenga miedo solo la impresión de ver al que no es normal impacta hasta al alma más valiente. Poco a poco me separe del hombre, este se mantuvo inmóvil como si no estuviera ahí. Las risas y volteretas de las criaturas blanquecinas me hizo recordar a los pokemones ¡Si, POKEMONES! Pero del tipo fantasma, las distintas formas de Gengar, el cual siempre fue mi favorito por ende esperaba que si algún día me tropezaba con algo fantasmal sería purpura y no blanco susto.

Mire hacia los alrededores cuando algo cayó sobre mi cabeza, como pude lo agarre entre mis manos ― ¡Oh! Un caramelo ― digo sorprendida, sabiendo que el “Oh” dio origen a una perfecta “o” con mis labios. Tal vez aquel pasillo y esos pequeñines no son tan aterradores como lo imagine en un principio. Empiezo a caminar alejándome del masculino, siguiendo mi camino tan rápido como los tacones de mi disfraz me lo permiten…

El pasillo parece no tener fin, siento que he caminado durante horas… quizás exagero un poco. Los fantasmas continúan rondándome con cada paso dado. Con el tiempo que he estado aquí me he percatado que no son entidades malignas, son muy traviesos, son como unos niños que solo desean jugar, que alguien les preste atención. Sin darme cuenta empiezo a reír con ellos, estirando las manos para intentar tocarlos, siempre sin éxito. No debo temer, no con existencias que no poseen cuerpo al cual congelar por error. Debo admitir que es un refrescante escenario.

El disfraz de Maid se ajustaba a mi figura, ahora que tuve la oportunidad de detallarme… me doy cuenta de lo bien que se me ajusta, como si fuese hecho para mí. ¿Sería un sueño todo este juego confuso? Sé que ya había manejado esa hipótesis pero de entre todas las que se me ocurren parece ser la más lógica, aquel laberinto no tenía sentido alguno ― Augh ― digo con algo de dolor cuando otra vez cae sobre mi cabeza lo que veo es un nuevo caramelo; los fantasmas me dan dulces. Creo que les he caído bien. Les sonrió con gratitud y continuo mi sendero fantasmal…

― Oigan, amiguitos ¿Este pasillo no tiene final? ― les pregunto luego de un rato largo, estaba ya cansándose de caminar sin llegar a ningún lugar. Si aquello era un sueño quería despertar, si era una trampa de alguna deidad sin oficio deseaba encontrarse directamente con él o ella y hacerlo o hacerla pagar por atreverse a utilizar a una General Marino para sus propósitos corruptos halloweenses.

Con un profundo suspiro de resignación seguí caminando. Esta vez mis amigos fantasmales me dieron otro caramelo, no sobre mi cabeza sino dejándolo caer en mis manos. Tres caramelos, por lo menos algo dulce sacaría de toda esa situación…