Casa Embrujada - {Zona 7 - Evento Halloween}

El crujido de las hojas sonaba al compás de relámpagos que aparecían una y otra vez surcando los cielos. Aquella densa neblina apenas y le permitía ver lo poco que se lograba debido a la oscuridad que rodeaba el lugar... Le encantaba.

Subió las escaleras de madera que gruñian a cada paso, y el sonido de sus tacones no ayudaba mucho para pasar desapercibida, aunque sabía perfectamente que eso no era posible. Abrió aquellas enormes puertas de madera y, al instante, un viento helado apareció, causándole escalofríos. Quitó un mechón de cabello que se posó en su rostro y entró.

—Este lugar logró recordarme aquella canción... —Pensó mientras una sonrisilla aparecía en su rostro. No sentía miedo en absoluto, a pesar de que en aquel macabro lugar parecía que en cualquier momento saltaría algo del tejado. No sabía si era paranoia, su mente gastandole una broma, o el tenso ambiente... pero sentía una mirada fija clavándose en ella, a donde quiera que fuese. Incluso mientras caminaba por los pasillos de aquel lugar, esa sensación seguía ahí.

—Creo que sería demasiado ridiculo preguntar si hay alguien ahí. —Rio, mientras tomaba el pasamanos de las escaleras para ayudarse a subir. Parecía que aquel piso de madera se desharía en cualquier momento.

Después de caminar por largo rato, una puerta apareció frente a ella, al final de un largo pasillo.... Era hora de jugar a la historia de terror.

Número aleatorio (1,3) : 2

—¿Pero qué demonios es esto? —La puerta que había abierto con anterioridad la había conducido, de regreso, escaleras abajo. —Tranquila. —se dijo a sí misma. —Probablemente el ambiente de este lugar me está enloqueciendo.

Optó por volver a subir. Era muy obvio que no podría llegar al ático sin subir. Sin importarle si la casa entera se derrumbase por la fuerza con la que subía debido a la frustración que comenzaba a sentir. Visualizó el pasillo por el que había caminado anteriormente, algo que le parecía raro debido a que aquella vez tardó bastante en encontrarlo.

Pasó de largo aquel lugar y continuó hasta la siguiente puerta que, raramente, era la única que se encontraba por ahí. Tomó la perilla más fuerte de lo que debía. A intentarlo de nuevo.

Número aleatorio (1,3) : 3

Al igual que el resto de aquellas puertas, esa hizo un sonido por más horrible, causándole una extraña sensación en los oídos.

A diferencia del resto del lugar, la habitación estaba completamente alumbrada. Había llegado al ático.

—¡Lo hice!—Celebró, levantando sus brazos con los puños cerrados.

Aquel lugar era una simple habitación normal, polvorienta y con algunos objetos que eran cubiertos con sábanas blancas que, raramente, mantenían su color limpio. Eso extrañamente le agrado. Había un montón de telarañas y, si su mente no jugaba con ella de nuevo, había visto pasar un par de ratas por ahí. Caminó lentamente hacía la ventana y, en efecto, podía ver desde ahí el lugar donde estaba parada antes de entrar a aquel lugar.

La puerta se cerró estrepitosamente detrás de ella, causándole una extraña sensación en el estómago.

—Bien, este lugar me está poniendo los pelos de punta. —Caminó hacía la puerta, sin temer lo que pudiese aparecer detrás de ella. Tenía que salir de esa casa cuanto antes. Tomó el picaporte y la abrió, llevándose una gran sorpresa.

Número aleatorio (1,9) : 8

“Una tierra de dulces, un cementerio, ¿Y ahora la casa embrujada?” se pregunto el joven al observar la siguiente locación que debía pasar, más tranquilo que antes al haberse mentalizado con la situación que ahora debía afrontar. Era una lúgubre, triste y oscura mansión que delataba a la vista su condición de abandonada. Básicamente, uno de los escenarios más típicos y repetidos en las historias de terror. -Terminemos con esto- se dijo el joven al aproximarse a la entrada, abriendo de par en par la puerta mientras esta producía un rechinido delator.

Dentro no era distinto de afuera, mostrándose oscuro, abandonado y triste, digno cada vez más del calificativo de “escenario gastado” que se ganaba por descarte. -¿No sería hora de que empiecen los ruidos que traen tensión?- pregunto entonces a modo de desafío, esperando algo como muebles que caían o una voz cercana, cualquier cosa que complementase mas a hacer de aquel escenario algo poco original. Pero nada paso, mostrándose un ambiente de silencio ante el cual el enmascarado no se inmuto, pues sabía ya que el tiempo era valioso como para perderlo allí. Avanzo sin demora, pues sabía ya de sobra que debía encontrar la salida de aquel lugar.

Dulces Actuales: 12

Número aleatorio (1,3) : 2

El avance resulto tranquilo en su mayoría, pasando por corredores polvorientos, subiendo escaleras con el casual rechinido y, como no podía faltar, la típica sensación de que alguien te observa a medida que te adentras en la mansión. -¿Dónde estará la salida?- se pregunto al mirar el ambiente, donde eran resaltables no solo los muebles, sino también el desgaste de puertas por el paso de los años.

Continúo por un rato, explorando mientras sentía que aquel lugar era más grande de lo que parecía por fuera, repitiéndose sin descanso en un escenario que conservaba siempre el mismo ambiente. -¿Pero donde debo…?- se interrumpió al sentir la respiración presente en su nuca, llamando como una alarma que tenia escrito “VOLTÉATE” en claras letras mayúsculas, provocando por instinto que hiciera aquello para ver de qué se trataba. “¿No fue nada?” dudo al ver para atrás, encontrando que lo que sea que le hubiese respirado ya no se hallaba allí. Lo encontró extraño, sin dudas, pero se dispuso a avanzar en busca de la salida de aquel lugar. No deseaba quedarse más del tiempo necesario. Prefería avanzar rápido y terminar con aquella situación rara cuanto antes, pues podía imaginar que todo aquello se pondría más raro de un momento para el otro.

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Número aleatorio (1,3) : 1

-¿Esto…?- pegunto Yuto con desconcierto en la voz que era obstruida por su máscara, observando como unos extraños brazos verdes se cerraban para darle un abrazo sorpresivo y, por no ser demasiado agresivos, desagradable. Era el fantasma que le había respirado antes en la nuca quien invadía su espacio ahora, pretendiendo un abrazo amigable como si ambos fuesen buenos amigos, como si aquello no tuviese nada de raro. Pero si lo tenía, y MUCHO. –Apártate- ordeno con molestia el joven, soltándose de aquel ser verde que particularmente le traía remembranza con los extraños seres de la tierra de los dulces.

Acelero entonces su paso por aquella mansión, buscando por la salida donde pudiera encontrarse la pista hacia la nueva locación. “No mires para atrás” se dijo a sí mismo en su mente mientras avanzaba, seguro de que aquel ser verde podría aparecer una vez más con su nula comprensión del significado de “Espacio personal”. Debía avanzar y encontrar por la salida antes de que las cosas resultasen más extrañas.

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Número aleatorio (1,3) : 1

-Eres persistente- comento Yuto en un murmullo, claramente fastidiado en su tono al repetirse OTRA VEZ aquella situación. ¿Cómo era posible que volviese de nuevo para invadir su espacio personal? Ni el propio Leo podía entender a aquella criatura que, cuanto poco, ponía a prueba su paciencia con su actuar. “¿Tendrá que ver todo eso que dijeron los zombis sobre tener un alma pura?” indago mientras irradiaba su cosmos y apartaba al fantasma, alejándolo una vez mas mientras procedía a continuar en busca de una salida que ya parecía irreal.

“Concéntrate, la salida debe estar por algún lugar” fue lo que pudo pensar mientras avanzaba, rebuscando con la mirada cada detalle, buscando por aquello que pudiera haberse olvidado todavía de ver. Podía escuchar al fantasma no muy lejos, acercándose con la clara intención de otro “abrazo sorpresa”, como esos que te dan cuando no quieres y menos te lo esperas. -¿Sera por ahí?- se dijo al doblar por un pasillo, buscando con paso rápido para poder abandonar aquel lugar.

Dulces Actuales: 12

Número aleatorio (1,3) : 1

No hubo palabra alguna, pues estas no alcanzaban para expresar lo que pensaba el joven en ese momento. Ira, hartazgo, cansancio, un cumulo de pensamientos que se materializaban en su cosmos, liberándose en una ráfaga que buscaba desintegrar al fantasma, rechazándolo temporalmente en su invasivo y desagradable avance. –Ya vete- dijo Yuto con una voz que no reflejaba molestia, sino seriedad. Aquella noche que vivía la había pasado paranoico y rodeado de idioteces, pero ya se empezaba a hartar. ¿A qué clase de enfermo jugo pretendía jugar el responsable de ello? ¿Buscaba divertirse a costa de los guerreros, mofándose o humillándolos para saciar su hambre de “entretenimiento”?

Aquello fastidiaba al joven, pues encontraba la situación actual como insultante y desagradable, tan estúpida que fácilmente debía de colmar la paciencia de muchos. No quería permanecer por mucho mas ahí, decidido en que continuaría hasta hallar la salida, repeliendo y expulsando al verde fantasma cuando este pretendiese venir con confianzas estúpidas. –¿Cuánto más grande puede ser este lugar?- cuestiono en voz alta, avanzando por un lugar que parecía realmente infinito.

Dulces Actuales: 9

Número aleatorio (1,3) : 3