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Zona 4 - Dignity Hill
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Zona 4 - Dignity Hill
Guardián: Kamui del Centauro
El camino al templo de la Corona, lugar de descanso del mellizo de Athena: el Febo Abel. Para evitar posible desacración y descubrimientos incómodos, el Falso Patriarca aseguró la zona con la guardiana de Sagitario. Hay muchas cascadas de hielo y aguanieve, pues aún Loki no es capaz de helar hasta el mismo sol. Es el sitio menos afectado por el invierno, bañado con la luz de una aurora permanente.
El camino al templo de la Corona, lugar de descanso del mellizo de Athena: el Febo Abel. Para evitar posible desacración y descubrimientos incómodos, el Falso Patriarca aseguró la zona con la guardiana de Sagitario. Hay muchas cascadas de hielo y aguanieve, pues aún Loki no es capaz de helar hasta el mismo sol. Es el sitio menos afectado por el invierno, bañado con la luz de una aurora permanente.
Dado random de Kamui:
1- La aurora refleja y cambia la luz, confundiéndote. Reduce en 1 tu Velocidad.
2- La nieve y el viento cambian constantemente. Reduce en 1 tu Fuerza.
3- Ves una apertura en las corrientes. Aumenta en 1 tu Fuerza.
4- El cosmos de Loki avanza, helando tu armadura. Reduce en 2 tu Fuerza y Resistencia.
- Código:
[rand]1,4[/rand]
Dado random de Ivan:
1- La nieve y el hielo ocultan tus armas al vuelo. Aumenta en 1 tu Fuerza.
2- Malas corrientes. Reduce en 1 tu Velocidad.
3- Las cascadas de aguanieve son tu apoyo. Aumenta en 1 tu Velocidad.
4- El cosmos de Loki avanza, resonando en el Zafiro de Odín. Tu Fuerza se divide a la mitad.
- Código:
[rand]1,4[/rand]
Re: Zona 4 - Dignity Hill
El ejército de los Asgardianos se movió en pos del Santuario. De todos los dioses guerreros activos, cuatro fueron considerados como parte de la avanzada de ataque: Phecda, Benetsnatch, "Epsylon" y "Alcor" - esos últimos dos los de particular condición. Especialmente Alcor, ya que oculto tras su Robe blanca y broches de gatos se ocultaba no el sacerdote de Odín, sino el mismísimo dios falso, Loki. Hasta podía considerarlo una comedia, más al verlo interactuar con la ingenua chiquilla de Grane cuya carita lavada despidió a la avanzada, siendo ella el garrison en Valhalla.
Por otra parte, había un punto de cuidado: si Loki en persona fue junto a ellos, era para vigilarlos. Sus ojos no se apartaban de Benetsnatch, aquel que vigilaba su lado humano, el ente de su posesión. Quizá lo mandaría a morir para evitarse problemas, dilucidando que se ganaría más buena voluntad si alguno de los malvados Santos destajaban al patinador en batalla. Igual con Phecda, quien no perdía la oportunidad de lamerle las botas al dios falso. Incluso imaginaba, eso se aplicaba a él - razón por la cual el ruso se ocupaba de hacerse necesario en cada oportunidad, aunque no tan necesario como para ser sospechoso.
Sí, era algo que seguro estaba en consideración por parte de Loki. Todavía necesitaba a los dioses guerreros, todavía debía forzar la mano de los Santos contra estos. Y mientras eso sucediera, los ponía a trabajar. En su caso y para mantenerse a flote en el borde de la dualidad de la utilidad y el descarte se había ocupado de asegurar cargamentos de provisiones para los habitantes de Asgard. El ale había sido obtenido intacto, enviado a través de carretas manejadas por 'Frey' y Benetsnatch a todos los rincones del país. El ale, que actuaba a la vez como bebida de calidad y condimento para las porquerías que comían en Asgard, sirvió además para entibiar los campos, haciendo crecer las cosechas de los últimos meses en sobremanera, eso sin mencionar el tiempo récord en que crecieron.
"Odín nos bendice" decían, guardando los granos, preparando la comida y atiborrándose más con la sustancia. Y sobre ellos, la sonrisa de 'Frey' quien a su vez, tenia detrás a su enorme persona - el gigante blanco, supervisando toda la operación como un silente proveedor.
Lo mejor: los mismos dioses guerreros tomaron bastante del ale, uniéndose a sus ciudadanos en las celebraciones. 'Brindemos por la victoria' dijo Loki antes de arribar al epicentro de la ventisca en el Santuario, levantando su copa. Esa fue la señal, iniciando el ataque.
Ivan se mantuvo impasible al momento de la separación. Primero Phecda hacia Rodorio, luego Benetsnatch al cementerio. Sabiendo que ella no se dejaría ver, dio un paso adelante, lanzándose al sector elegido por Loki, dejando atrás al falso sacerdote.
Fue con ligereza que pisó el risco de callejón que llevaba a Dignity Hill, viendo el cielo sobre su cabeza. Una aurora le devolvió la mirada, y con ella, un manto de nieve mucho más suave que el de las principales zonas del Santuario. Con sus manos juntas bajo las enormes mangas de su túnica de monje que dejaba ver apenas un cuarto de su rostro, observó hacia la negrura veteada de blanco en que se transformaba el pasaje al Santuario. A su espalda estaban las descomunales cascadas de aguanieve, el vano intento de congelar el sol.
Lo que pensó fue en levantar una ceja incrédula, pero, uno todavía le dolía la ceja expuesta, además de las otras heridas de la misión al navío hundido y dos, tenia un papel que jugar; ahora si vestía la Robe de Epsylon, piezas visibles bajo su túnica, el zafiro de Odín brillando en azul sobre su abdomen. Con eso en el tablero sabía que Loki los observaba...a todos ellos. Por ende, seguiría siendo una estatua. Indescifrable, inmutable. Y como buena estatua hizo lo que debía: esperar.
Por otra parte, había un punto de cuidado: si Loki en persona fue junto a ellos, era para vigilarlos. Sus ojos no se apartaban de Benetsnatch, aquel que vigilaba su lado humano, el ente de su posesión. Quizá lo mandaría a morir para evitarse problemas, dilucidando que se ganaría más buena voluntad si alguno de los malvados Santos destajaban al patinador en batalla. Igual con Phecda, quien no perdía la oportunidad de lamerle las botas al dios falso. Incluso imaginaba, eso se aplicaba a él - razón por la cual el ruso se ocupaba de hacerse necesario en cada oportunidad, aunque no tan necesario como para ser sospechoso.
Sí, era algo que seguro estaba en consideración por parte de Loki. Todavía necesitaba a los dioses guerreros, todavía debía forzar la mano de los Santos contra estos. Y mientras eso sucediera, los ponía a trabajar. En su caso y para mantenerse a flote en el borde de la dualidad de la utilidad y el descarte se había ocupado de asegurar cargamentos de provisiones para los habitantes de Asgard. El ale había sido obtenido intacto, enviado a través de carretas manejadas por 'Frey' y Benetsnatch a todos los rincones del país. El ale, que actuaba a la vez como bebida de calidad y condimento para las porquerías que comían en Asgard, sirvió además para entibiar los campos, haciendo crecer las cosechas de los últimos meses en sobremanera, eso sin mencionar el tiempo récord en que crecieron.
"Odín nos bendice" decían, guardando los granos, preparando la comida y atiborrándose más con la sustancia. Y sobre ellos, la sonrisa de 'Frey' quien a su vez, tenia detrás a su enorme persona - el gigante blanco, supervisando toda la operación como un silente proveedor.
Lo mejor: los mismos dioses guerreros tomaron bastante del ale, uniéndose a sus ciudadanos en las celebraciones. 'Brindemos por la victoria' dijo Loki antes de arribar al epicentro de la ventisca en el Santuario, levantando su copa. Esa fue la señal, iniciando el ataque.
Ivan se mantuvo impasible al momento de la separación. Primero Phecda hacia Rodorio, luego Benetsnatch al cementerio. Sabiendo que ella no se dejaría ver, dio un paso adelante, lanzándose al sector elegido por Loki, dejando atrás al falso sacerdote.
Fue con ligereza que pisó el risco de callejón que llevaba a Dignity Hill, viendo el cielo sobre su cabeza. Una aurora le devolvió la mirada, y con ella, un manto de nieve mucho más suave que el de las principales zonas del Santuario. Con sus manos juntas bajo las enormes mangas de su túnica de monje que dejaba ver apenas un cuarto de su rostro, observó hacia la negrura veteada de blanco en que se transformaba el pasaje al Santuario. A su espalda estaban las descomunales cascadas de aguanieve, el vano intento de congelar el sol.
Lo que pensó fue en levantar una ceja incrédula, pero, uno todavía le dolía la ceja expuesta, además de las otras heridas de la misión al navío hundido y dos, tenia un papel que jugar; ahora si vestía la Robe de Epsylon, piezas visibles bajo su túnica, el zafiro de Odín brillando en azul sobre su abdomen. Con eso en el tablero sabía que Loki los observaba...a todos ellos. Por ende, seguiría siendo una estatua. Indescifrable, inmutable. Y como buena estatua hizo lo que debía: esperar.
- Número aleatorio (1,4) : 2
Última edición por Ivan el Vie Feb 03, 2017 4:01 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Zona 4 - Dignity Hill
Respiró con profundidad, en un intento por tranquilizarse, y alejar todo pensamiento negativo de su mente. Ya había pasado un tiempo de su llegada al santuario, y a pesar de las actividades que había realizado en pro del mismo, aún no se sentía digna como para estar en una posición similar a la de los santos dorados, sobre todo por lo delicada que era la situación bajo la que se encontraban. Pero eran órdenes del patriarca, y no podía negarse, menos con la simple excusa de “No sentirse lo suficientemente preparada”, a final de cuentas desde un principio había aceptado todo lo que conllevaba el haberse integrado a las filas del ejército ateniense.
Vestía en ese momento la armadura dorada de sagitario, sintiéndose aliviada de que esta misma la hubiese aceptado como su portadora-aunque aquello fuera temporal- , probablemente tras haber sentido el verdadero deseo proveniente de la joven de cumplir con la misión que se le había encomendado ese día, en respuesta a la oportunidad que el santuario le había brindado de comenzar su vida nuevamente, después de haber perdido todo.
Un ligero y casi imperceptible descenso en la temperatura la sacó de sus pensamientos, y sacudió su cabeza ligeramente para poder enfocarse en lo que realmente era importante. Según las palabras del patriarca se acercaban un peligro inminente, y estar distraída solo entorpecería su labor.
Sujetó con firmeza el arco y flecha que acompañaban a la armadura y se hizo camino a las afueras de Dignity Hill, el lugar que se le había asignado , pues consideraba que de esa manera sería más fácil percibir la presencia de alguien más.
Y efectivamente así fue.
No lograba ver con total claridad debido a la distancia, y a que las condiciones climáticas (Que si bien no eran las peores en todo el santuario) no eran las más optimas, pero podía sentir la más mínima presencia de algo…o alguien, cerca de su posición.
Finalmente había llegado el momento.
Vestía en ese momento la armadura dorada de sagitario, sintiéndose aliviada de que esta misma la hubiese aceptado como su portadora-aunque aquello fuera temporal- , probablemente tras haber sentido el verdadero deseo proveniente de la joven de cumplir con la misión que se le había encomendado ese día, en respuesta a la oportunidad que el santuario le había brindado de comenzar su vida nuevamente, después de haber perdido todo.
Un ligero y casi imperceptible descenso en la temperatura la sacó de sus pensamientos, y sacudió su cabeza ligeramente para poder enfocarse en lo que realmente era importante. Según las palabras del patriarca se acercaban un peligro inminente, y estar distraída solo entorpecería su labor.
Sujetó con firmeza el arco y flecha que acompañaban a la armadura y se hizo camino a las afueras de Dignity Hill, el lugar que se le había asignado , pues consideraba que de esa manera sería más fácil percibir la presencia de alguien más.
Y efectivamente así fue.
No lograba ver con total claridad debido a la distancia, y a que las condiciones climáticas (Que si bien no eran las peores en todo el santuario) no eran las más optimas, pero podía sentir la más mínima presencia de algo…o alguien, cerca de su posición.
Finalmente había llegado el momento.
- Número aleatorio (1,4) : 4
Invitado- Invitado
Re: Zona 4 - Dignity Hill
Esperar dio frutos. Cuando levantó la vista un destello que no era el de la aurora llamó su atención: dorado. Ya tenia la posición del enemigo y para mantener su papel, dio un paso al frente.
La chica era peculiar. De orejas puntiagudas, contextura flexible y lindas piernas. Armadura de oro con alas. Alas. La marca de Sagitario. Eso añadía a la cuenta que además, seria usuaria de técnicas a larga distancia, lo que por supuesto le implicaba algo de ventaja si la atrapaba en cuartos cercanos.
Eso último no era difícil, ya que llevaba al menos un minuto detrás de ella sin que pudiera detectarlo gracias a la ventisca y principalmente, a su habilidad de ocultar su presencia como un elemento del entorno. En esos instantes, era como un iceberg mirando un pescadito detenido en una corriente. Capaz le tocaría filetear ese pescadito.
La runa roja y brillante, en la forma de un halo incompleto, se abrió en su espalda. El cambio de luces seguramente alertaría a la arquera, quien siendo una miembro de la guardia de oro reaccionaría como mínimo, a la velocidad de la luz. Por suerte, él tenía un tiempo similar y por más suerte, su runa actuaba de manera instantánea: al aparecer ya tenia en sus manos una ballesta bastarda - de tamaño desmesurado, cada brazo de tensión tan largo como cada una de las extremidades de esa chica. Apuntada a la espalda de la mujer, directo entre los omoplatos, Ivan disparó seis rondas de flechas en metal rojo brillante, mismo material del que estaba hecha la ballesta.
Todavía lo recordaba: la ultima persona que había sido atravesada por una de esas rondas fue la Santa de plata enviada como farol donde Piscis. Y esa había muerto calcinada, presa de un terrible y tortuoso dolor.
Acción: 7
Ataque: 4(Fuerza)+1(Velocidad)+1(Cosmos)=6
Acciones: 14/15
HP: 30
Habilidad activa:
La chica era peculiar. De orejas puntiagudas, contextura flexible y lindas piernas. Armadura de oro con alas. Alas. La marca de Sagitario. Eso añadía a la cuenta que además, seria usuaria de técnicas a larga distancia, lo que por supuesto le implicaba algo de ventaja si la atrapaba en cuartos cercanos.
Eso último no era difícil, ya que llevaba al menos un minuto detrás de ella sin que pudiera detectarlo gracias a la ventisca y principalmente, a su habilidad de ocultar su presencia como un elemento del entorno. En esos instantes, era como un iceberg mirando un pescadito detenido en una corriente. Capaz le tocaría filetear ese pescadito.
La runa roja y brillante, en la forma de un halo incompleto, se abrió en su espalda. El cambio de luces seguramente alertaría a la arquera, quien siendo una miembro de la guardia de oro reaccionaría como mínimo, a la velocidad de la luz. Por suerte, él tenía un tiempo similar y por más suerte, su runa actuaba de manera instantánea: al aparecer ya tenia en sus manos una ballesta bastarda - de tamaño desmesurado, cada brazo de tensión tan largo como cada una de las extremidades de esa chica. Apuntada a la espalda de la mujer, directo entre los omoplatos, Ivan disparó seis rondas de flechas en metal rojo brillante, mismo material del que estaba hecha la ballesta.
Todavía lo recordaba: la ultima persona que había sido atravesada por una de esas rondas fue la Santa de plata enviada como farol donde Piscis. Y esa había muerto calcinada, presa de un terrible y tortuoso dolor.
Acción: 7
Ataque: 4(Fuerza)+1(Velocidad)+1(Cosmos)=6
Acciones: 14/15
HP: 30
Habilidad activa:
- Spoiler:
- Invierno Estacionario: Habilidad particular en la que el cosmos es totalmente disfrazado capa por capa – volviendolo irreconocible. Fuera de combate su presencia se siente como parte de la naturaleza, incluso alrededor de otras personas; su enorme figura bien puede ser confundida con un árbol o una roca. Si se encuentra combatiendo su poder es perceptible como el de un humano común y corriente, por lo que es difícil, por no decir imposible, que un oponente pueda evaluar con certeza sus capacidades en el campo de batalla.
- Número aleatorio (1,4) : 3
Última edición por Ivan el Sáb Feb 04, 2017 9:08 am, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Zona 4 - Dignity Hill
El miembro 'Ivan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Acción' : 7
'Acción' : 7
Narrador- Mensajes : 1224
Re: Zona 4 - Dignity Hill
Intentaba encontrar al dueño de aquella débil presencia, necesitaba proteger la zona que se le había asignado a toda costa, por lo que no podía permitir la entrada de nadie ajeno al santuario. Una vez y supiera de quien se trataba intentaría convencerle de retirarse, no habría necesidad de tener que enfrentarle si lograba hacerle entender su razón.
O por lo menos eso era lo que planeaba.
Un cambio repentino en el color de la luz que alumbraba el lugar la alertó de que la persona a la cual buscaba se encontraba muchísimo más cerca de lo que ella pensaba. Su primera reacción fue girar su cuerpo hacia la dirección de la cual provenía el cambio de iluminación, justo en el momento en que un grupo de flechas salían disparadas hacia ella. “En qué momento se acercó tanto?” fue tan solo una de las múltiples interrogantes que inundaron su mente en un par de segundos, pero no tenía tiempo para pensar como era que aquel hombre había logrado burlar con tanta facilidad el sentido de percepción del que ella tanto se enorgullecía, pues lo más importante en ese momento, era establecer distancia entre ambos y buscar la manera de evadir su ataque.
Rápidamente regresó a darle la espalda al desconocido, decidiendo concentrar su cosmos en las alas pertenecientes a la armadura que portaba en ese momento, estirándolas en su plenitud para cubrirse del ataque mientras se alejaba del intruso, esperando que fuera suficiente.
Para su fortuna unas cuantas de las flechas fueron soportadas por la armadura, y el resto simplemente había tomado un rumbo distinto a las demás, probablemente siendo desviadas por el incesante viento que azotaba el lugar.
Se detuvo al estar a una distancia considerable, logrando ahora apreciar con mayor claridad la intensidad del cosmos perteneciente al otro sujeto, quedando bastante sorprendida al no considerarla proporcional al tamaño de su cuerpo, que por si solo era bastante imponente. Le observó durante unos segundos, considerando la posibilidad de lanzarle la flecha dorada de sagitario y acabar con todo de una buena vez, pero la inquietud que le causaba el hecho de que hubiese logrado posicionarse detrás de ella sin señal alguna con ese cosmos tan débil, no le permitía simplemente arrojarle uno de sus recursos más fuertes… sería demasiado imprudente de su parte.
“Si las cosas se hubieran dado de otra manera, me hubiese gustado tener la posibilidad de dialogar." Mencionó, concentrando su cosmos en ambas manos mientras elevaba el arco que la acompañaba, apuntando hacia la dirección de su actual enemigo, manifestando su cosmos en tres flechas de color blanco; antes de continuar. “…Pero no me dejas muchas opciones ¿Sabes?” Finalizó con una pregunta, lanzando su ataque sin más. Necesitaba comprobar si en verdad le habían subestimado al enviarle a un guerrero de baja categoría o si todo era un engaño.
Debía ser muy cuidadosa.
___________________________________________________________________________________O por lo menos eso era lo que planeaba.
Un cambio repentino en el color de la luz que alumbraba el lugar la alertó de que la persona a la cual buscaba se encontraba muchísimo más cerca de lo que ella pensaba. Su primera reacción fue girar su cuerpo hacia la dirección de la cual provenía el cambio de iluminación, justo en el momento en que un grupo de flechas salían disparadas hacia ella. “En qué momento se acercó tanto?” fue tan solo una de las múltiples interrogantes que inundaron su mente en un par de segundos, pero no tenía tiempo para pensar como era que aquel hombre había logrado burlar con tanta facilidad el sentido de percepción del que ella tanto se enorgullecía, pues lo más importante en ese momento, era establecer distancia entre ambos y buscar la manera de evadir su ataque.
Rápidamente regresó a darle la espalda al desconocido, decidiendo concentrar su cosmos en las alas pertenecientes a la armadura que portaba en ese momento, estirándolas en su plenitud para cubrirse del ataque mientras se alejaba del intruso, esperando que fuera suficiente.
Para su fortuna unas cuantas de las flechas fueron soportadas por la armadura, y el resto simplemente había tomado un rumbo distinto a las demás, probablemente siendo desviadas por el incesante viento que azotaba el lugar.
Se detuvo al estar a una distancia considerable, logrando ahora apreciar con mayor claridad la intensidad del cosmos perteneciente al otro sujeto, quedando bastante sorprendida al no considerarla proporcional al tamaño de su cuerpo, que por si solo era bastante imponente. Le observó durante unos segundos, considerando la posibilidad de lanzarle la flecha dorada de sagitario y acabar con todo de una buena vez, pero la inquietud que le causaba el hecho de que hubiese logrado posicionarse detrás de ella sin señal alguna con ese cosmos tan débil, no le permitía simplemente arrojarle uno de sus recursos más fuertes… sería demasiado imprudente de su parte.
“Si las cosas se hubieran dado de otra manera, me hubiese gustado tener la posibilidad de dialogar." Mencionó, concentrando su cosmos en ambas manos mientras elevaba el arco que la acompañaba, apuntando hacia la dirección de su actual enemigo, manifestando su cosmos en tres flechas de color blanco; antes de continuar. “…Pero no me dejas muchas opciones ¿Sabes?” Finalizó con una pregunta, lanzando su ataque sin más. Necesitaba comprobar si en verdad le habían subestimado al enviarle a un guerrero de baja categoría o si todo era un engaño.
Debía ser muy cuidadosa.
Debido al cambio en el sistema uso dos puntos de HP para recuperar los 2 de resistencia que tenía.
HP:30-2 =28
Accion: 6
Defensa: 2 Resistencia + 2 velocidad + 2 Cosmos= 6
Accion #2: 8
Ataque: 2 fuerza + 2 velocidad + 1 Cosmos = 5 x 2 = 10
(Punto extra de velocidad proviene de la tirada random del patriarca.)
Técnicas disponibles: 14/15
- Técnica Usada::
- Nobility Arrows:
Concentrando su cosmos en ambas manos, Kamui es capaz de crear flechas consistentes de cosmos en su más puro estado, haciendo uso del arco perteneciente a la armadura dorada de sagitario para lanzarlas hacia su enemigo. Siendo sumamente útil para combates a larga distancia.
- Número aleatorio (1,4) : 1
Última edición por Kamui el Lun Feb 06, 2017 3:27 am, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Zona 4 - Dignity Hill
El miembro 'Kamui' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Acción' : 6
--------------------------------
#2 'Acción' : 8
#1 'Acción' : 6
--------------------------------
#2 'Acción' : 8
Narrador- Mensajes : 1224
Re: Zona 4 - Dignity Hill
La única ceja visible a través de su túnica cambió, tomando una rectitud horizontal perfecta. 'Dialogar'. Esa opción era la ideal, sin duda, pero el problema surgía en algo que ninguno de ambos podía controlar: Loki lo estaba vigilando de cerca, usando de medio el zafiro de Odín en su Robe. La única manera de lograr un diálogo era de interferir en el cosmos del dios falso y ambos, como meros humanos, estaban muy lejos de poder causar algo significativo que diera el tiempo suficiente para ello.
Con la ballesta en mano Ivan observó a la mujer preparar su ataque, disparado sin dilación alguna en su contra. Sustituyendo la ballesta por un báculo de rezo con una medialuna en el extremo que hizo girar velozmente, intentó detener la ofensiva de la arquera - cosa que no logró por completo. Dos de las flechas se clavaron en su cuerpo, una encajando en la herida de su costado izquierdo, exactamente entre dos costillas. Sus rodillas se doblaron, el dolor extendiéndose como una corriente a través de su cuerpo. Sin embargo no se dejó caer por completo, usando el báculo de al menos dos metros para sostenerse.
Era una buena técnica, debía concedérselo: la saeta estaba enterrada entre sus costillas, aún brillando y vibrando como fuego blanco. La otra que no había podido bloquear agujereaba su hombro, aunque esa herida no era tan grave. Con la mano libre de asir el báculo tomó la flecha encajada en su costado, usando el cosmos que podía emitir entonces para comprometer su estabilidad y así sacarla del agujero abierto en su carne. Sin embargo, era de imperiosa necesidad no perder de vista a la mujer de orejas puntiagudas, a quien no le quitó los ojos blancos de encima, casi sin parpadear. A la vez, y para no darle espacio a atacarlo de vuelta, su runa destelló en rojo, soltando cinco estelas que cayeron a su alrededor.
No invocó armas, al menos, no solas. Junto a ellas venían cinco soldados rasos del templo de Brongaard, entrenados desde la construcción de la ciudad, todos acólitos que arribaron de Asgard a la ciudadela para buscar algo más que solo nieve y desolación. Finalmente se probaría su talla, y su dedicación a la causa. Aunque a Ivan le daba igual que la arquera les reventara las cabezas con flechas; esos cinco, como los creyentes voluntarios de Asgard, eran dispensables. Los cinco soldados, de mascaras sin facciones, ovaladas, levantaron sus ballestas respectivas y saltaron alrededor de la mujer, disparando cada uno una ronda de flechas contra Sagitario.
Acción: 5(1/2) | 7(Efectivo)
Defensa: 3(Resistencia)+1.5(Velocidad)=4.5/2=2.25
Ataque: 4(Fuerza)+1.5(Velocidad)+1(Cosmos)=5.5
Acciones: 12/15
HP: 30-7.75(10-2.25)=22.25
Con la ballesta en mano Ivan observó a la mujer preparar su ataque, disparado sin dilación alguna en su contra. Sustituyendo la ballesta por un báculo de rezo con una medialuna en el extremo que hizo girar velozmente, intentó detener la ofensiva de la arquera - cosa que no logró por completo. Dos de las flechas se clavaron en su cuerpo, una encajando en la herida de su costado izquierdo, exactamente entre dos costillas. Sus rodillas se doblaron, el dolor extendiéndose como una corriente a través de su cuerpo. Sin embargo no se dejó caer por completo, usando el báculo de al menos dos metros para sostenerse.
Era una buena técnica, debía concedérselo: la saeta estaba enterrada entre sus costillas, aún brillando y vibrando como fuego blanco. La otra que no había podido bloquear agujereaba su hombro, aunque esa herida no era tan grave. Con la mano libre de asir el báculo tomó la flecha encajada en su costado, usando el cosmos que podía emitir entonces para comprometer su estabilidad y así sacarla del agujero abierto en su carne. Sin embargo, era de imperiosa necesidad no perder de vista a la mujer de orejas puntiagudas, a quien no le quitó los ojos blancos de encima, casi sin parpadear. A la vez, y para no darle espacio a atacarlo de vuelta, su runa destelló en rojo, soltando cinco estelas que cayeron a su alrededor.
No invocó armas, al menos, no solas. Junto a ellas venían cinco soldados rasos del templo de Brongaard, entrenados desde la construcción de la ciudad, todos acólitos que arribaron de Asgard a la ciudadela para buscar algo más que solo nieve y desolación. Finalmente se probaría su talla, y su dedicación a la causa. Aunque a Ivan le daba igual que la arquera les reventara las cabezas con flechas; esos cinco, como los creyentes voluntarios de Asgard, eran dispensables. Los cinco soldados, de mascaras sin facciones, ovaladas, levantaron sus ballestas respectivas y saltaron alrededor de la mujer, disparando cada uno una ronda de flechas contra Sagitario.
Acción: 5(1/2) | 7(Efectivo)
Defensa: 3(Resistencia)+1.5(Velocidad)=4.5/2=2.25
Ataque: 4(Fuerza)+1.5(Velocidad)+1(Cosmos)=5.5
Acciones: 12/15
HP: 30-7.75(10-2.25)=22.25
- Número aleatorio (1,4) : 1
Última edición por Ivan el Lun Feb 06, 2017 2:37 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Zona 4 - Dignity Hill
El miembro 'Ivan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Acción' : 5, 7
'Acción' : 5, 7
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Re: Zona 4 - Dignity Hill
Su ataque al intruso había acertado y pensaba que al estar herido resultaría más fácil el intentar conversar con él, lo que dejaba un cierto sentimiento de tranquilidad en su persona, el cual lamentablemente no le duró mucho. A pesar de haberle atacado no quería seguir combatiendo, pues aún desconocía con exactitud las razones por las cuales el santuario se encontraba bajo ataque, y consideraba que lo más importante en ese momento era descubrirlo, pero parecía que a aquel hombre poco le importaba el buscar un medio alternativo a la resolución del conflicto.
Pues de alguna u otra manera, había logrado llamar refuerzos, los cuales al igual que ella, no dudaron en lanzar su ataque. No había logrado determinar el momento en el que aparecieron, pues estaba más concentrada en no quitarle la vista al enemigo, pensando en que el siguiente ataque vendría de su parte, y no de un grupo de guerreros anónimos.
Intentó cubrirse con las alas de su armadura nuevamente, pero por más que lo intentase, las flechas eran demasiadas, y aunque logró desviar un par de ellas, unas cuantas habían logrado encontrar una entrada, encajándose una en su muslo derecho y otra más en su brazo izquierdo, junto a algunas que solo habían realizado cortes en su piel.
“Ssi-Ssibal…” Murmuró bajo, maldiciendo en su idioma natal, la herida en su pierna le había hecho perder el equilibrio debido al dolor, haciéndola caer de rodillas. Pero no tenía tiempo de sobra como para detenerse a analizar sus heridas, por lo que sin pensarlo mucho retiró la flecha que se encontraba en su muslo, levantándose con algo de dificultad. Observó al grupo de hombres preparar sus ataques una vez más y estaba segura que por la cercanía, todos- o por lo menos la mayoría de ellos- acertarían, y aquello no le resultaba muy conveniente. No quería perder de vista a quien había aparecido como enemigo principal, pero por ahora era sumamente importante encontrar la manera de escapar del inminente ataque que se acercaba, y considerando que la única arma con la que contaba era un arco, solo tenía una opción.
“En verdad no quería hacerlo…” Mustió para sí misma, transformando únicamente su brazo derecho, el cual aumentó considerablemente su tamaño al manifestarse una garra de color negro en lugar de su mano, empujando a parte de los guerreros con la suficiente fuerza como para alejarlos de ella, abriendo un camino por el cual avanzó, usando en gran parte su fuerza de voluntad para retirar la flecha que aún se encontraba en su brazo, intentado ignorar el punzante dolor que provenía de la misma.
Colocó su mano derecha sobre la herida del brazo contrario durante un breve momento, en un intento de detener el sangrado perteneciente a la misma, antes de tomar un profundo respiro y elevar su arco una vez más. Disparando un conjunto de flechas hacia los guerreros, asegurándose de dejarlos fuera de combate.
“¿Qué es lo que buscan? ¿Cuáles son las pretensiones de su dios?” Preguntó, deseando saber la verdad de una vez por todas, girando su cuerpo para ver nuevamente al intruso principal, apuntando la dirección de su arma hacia el mismo, repitiendo el ataque que había lanzado con anterioridad en su contra, antes de continuar. “¿Qué ha hecho el santuario para provocar tan repentino ataque?”
_________________________________________________________________________________________________________Pues de alguna u otra manera, había logrado llamar refuerzos, los cuales al igual que ella, no dudaron en lanzar su ataque. No había logrado determinar el momento en el que aparecieron, pues estaba más concentrada en no quitarle la vista al enemigo, pensando en que el siguiente ataque vendría de su parte, y no de un grupo de guerreros anónimos.
Intentó cubrirse con las alas de su armadura nuevamente, pero por más que lo intentase, las flechas eran demasiadas, y aunque logró desviar un par de ellas, unas cuantas habían logrado encontrar una entrada, encajándose una en su muslo derecho y otra más en su brazo izquierdo, junto a algunas que solo habían realizado cortes en su piel.
“Ssi-Ssibal…” Murmuró bajo, maldiciendo en su idioma natal, la herida en su pierna le había hecho perder el equilibrio debido al dolor, haciéndola caer de rodillas. Pero no tenía tiempo de sobra como para detenerse a analizar sus heridas, por lo que sin pensarlo mucho retiró la flecha que se encontraba en su muslo, levantándose con algo de dificultad. Observó al grupo de hombres preparar sus ataques una vez más y estaba segura que por la cercanía, todos- o por lo menos la mayoría de ellos- acertarían, y aquello no le resultaba muy conveniente. No quería perder de vista a quien había aparecido como enemigo principal, pero por ahora era sumamente importante encontrar la manera de escapar del inminente ataque que se acercaba, y considerando que la única arma con la que contaba era un arco, solo tenía una opción.
“En verdad no quería hacerlo…” Mustió para sí misma, transformando únicamente su brazo derecho, el cual aumentó considerablemente su tamaño al manifestarse una garra de color negro en lugar de su mano, empujando a parte de los guerreros con la suficiente fuerza como para alejarlos de ella, abriendo un camino por el cual avanzó, usando en gran parte su fuerza de voluntad para retirar la flecha que aún se encontraba en su brazo, intentado ignorar el punzante dolor que provenía de la misma.
Colocó su mano derecha sobre la herida del brazo contrario durante un breve momento, en un intento de detener el sangrado perteneciente a la misma, antes de tomar un profundo respiro y elevar su arco una vez más. Disparando un conjunto de flechas hacia los guerreros, asegurándose de dejarlos fuera de combate.
“¿Qué es lo que buscan? ¿Cuáles son las pretensiones de su dios?” Preguntó, deseando saber la verdad de una vez por todas, girando su cuerpo para ver nuevamente al intruso principal, apuntando la dirección de su arma hacia el mismo, repitiendo el ataque que había lanzado con anterioridad en su contra, antes de continuar. “¿Qué ha hecho el santuario para provocar tan repentino ataque?”
-1 En stat de velocidad
Accion #1: 1 (Cancelada)
Defensa: 2 Resistencia + 1 velocidad = 3
Accion#2: 7
Ataque: 2 Fuerza+1 velocidad+ 3 Cosmos = 6
HP = 28 – 5.5 = 22.5
Técnicas 11/15
- Técnicas Utilizadas~:
- Nobility Arrows:
Concentrando su cosmos en ambas manos, Kamui es capaz de crear flechas consistentes de cosmos en su más puro estado, haciendo uso del arco perteneciente a la armadura dorada de sagitario para lanzarlas hacia su enemigo. Siendo sumamente útil para combates a larga distancia.
y se hizo referencia a la habilidad especial~
Dragon Heir:
Debido a su ascendencia, Kamui es capaz de cambiar su apariencia a la de un dragón al elevar su cosmos a un alto nivel, aumentando su fuerza física y volviéndose mas resistente a los ataques efectuados por enemigos, durante un tiempo limitado, sacrificando con ello el uso de cosmos para otras técnicas y la velocidad de sus movimientos. Transcurridos dos turnos Kamui regresa a la normalidad, siéndole imposible utilizar la habilidad una vez más hasta pasado un tiempo determinado.
- Número aleatorio (1,4) : 4
Última edición por Kamui el Sáb Feb 11, 2017 12:05 am, editado 1 vez
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