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Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
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Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Kaito Miér Feb 01, 2017 10:32 pm
Guardián: Yusei de los Peces Gemelos
El punto de acceso a los Doce Templos de la Elíptica. Aunque el Santuario sufre un invierno polar, un campo de rosas rojas imperiales cubren toda la extensión - previniendo a cualquier ser vivo entrar o sobrevivir. El único presente es Yusei, el guardián de Piscis, quien ha evacuado a todos los aspirantes a sus cuarteles en la adyacencia de Rodorio.
El punto de acceso a los Doce Templos de la Elíptica. Aunque el Santuario sufre un invierno polar, un campo de rosas rojas imperiales cubren toda la extensión - previniendo a cualquier ser vivo entrar o sobrevivir. El único presente es Yusei, el guardián de Piscis, quien ha evacuado a todos los aspirantes a sus cuarteles en la adyacencia de Rodorio.
Dado random de Yusei:
1- El hechicero de Hielo te susurra. Reduce en 1 tu dado Velocidad al siguiente turno.
2- La semilla del mal crece en tu pecho. Tu mente se corrompe, tu cosmos aumenta en 2 al siguiente turno.
3- Tu armadura empieza a helarse. Reduce tu Resistencia en 1 durante el siguiente turno.
4- El cosmos de Loki te juega una broma cruel. Tu mente se hunde en fantasías terribles - tu Fuerza y Resistencia se dividen en dos.
- Código:
[rand]1,4[/rand]
Dado random de Lapis:
1- Eres cautivada por la belleza de las rosas rojas. Reduce en 1 tu Fuerza.
2- Sufres un acceso de debilidad corporal. Reduce en 1 tu Resistencia.
3- La nieve te embelesa. Reduce en 1 tu Velocidad.
4- El cosmos de Loki causa una aurora en el firmamento. Reduce en 1 todos tus stats.
- Código:
[rand]1,4[/rand]
Kaito- Admin
- Mensajes : 960
-
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Yusei Jue Feb 02, 2017 12:39 am
Por orden del Patriarca había evacuado a todos los aspirantes, asegurándose de que no hubiese ninguna persona en el perímetro antes de expandir su cosmos para formar un jardín de hermosas rosas rojas que se abrían paso en medio de los caminos congelados, quebrando la fina capa de hielo sobre la tierra para surgir de la nieve. El cosmos del caballero de Piscis hacía que estas flores se mantuvieran a pesar del frío que azotaba el reino de Athena. Yusei no se encontraba en el mejor estado mental tras haber regresado al Santuario. El encontrarse con la tumba de su maestro profanada por un desconocido era algo que no lo dejaba conciliar el sueño. ¿Quién pudo hacer algo como eso? Quería encontrarlo y castigarlo por sus acciones, pero eso tendría que esperar. Debido a la ventisca le resultaba imposible ver lo que había más allá, forzando su vista para ver una figura fantasmal que se vislumbraba como una mancha borrosa. No podía sentir ningún cosmos provenir de ella, y lo que más le asustaba de esa criatura era que ningún ser vivo podía caminar entre sus rosas sin conocer la inevitable muerte.
-¿Quién eres tú?- Le preguntó, creando una rosa roja en su mano que estaba listo para disparar si el enemigo misterioso intentaba realizar un movimiento. La mano con la que Yusei sostenía la rosa temblaba y, detrás de su casco, sus ojos reflejaban temor. Su voz autoritaria y controlada no coincidía con la cara de niño asustado y el lenguaje corporal que mostraba. Afortunadamente para él seguramente su enemigo estaba teniendo los mismos problemas de misión a causa de la tormenta. Se sentía muy vulnerable desde que llegó a Rodorio, muchos factores habían influido en Piscis para llevarlo a ese nivel de estrés mental.
Las rosas le daban una sensación de seguridad pasajera, creyendo que tenía la ventaja de campo. Sí, una buena ventaja de campo haría la diferencia, eso se decía Yusei cada cinco segundos para mantener la calma.
-¿Quién eres tú?- Le preguntó, creando una rosa roja en su mano que estaba listo para disparar si el enemigo misterioso intentaba realizar un movimiento. La mano con la que Yusei sostenía la rosa temblaba y, detrás de su casco, sus ojos reflejaban temor. Su voz autoritaria y controlada no coincidía con la cara de niño asustado y el lenguaje corporal que mostraba. Afortunadamente para él seguramente su enemigo estaba teniendo los mismos problemas de misión a causa de la tormenta. Se sentía muy vulnerable desde que llegó a Rodorio, muchos factores habían influido en Piscis para llevarlo a ese nivel de estrés mental.
Las rosas le daban una sensación de seguridad pasajera, creyendo que tenía la ventaja de campo. Sí, una buena ventaja de campo haría la diferencia, eso se decía Yusei cada cinco segundos para mantener la calma.
- Número aleatorio (1,4) : 2
Yusei- Gold Saint
- Armadura : Sin Armadura
Mensajes : 282
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Invitado Jue Feb 02, 2017 2:12 pm
La tormenta de nieve asolaba sin piedad alguna el Santuario de Athena. Zonas que en esos meses colmaban con vida ahora estaban desérticas, inundadas con aludes de hielo pulverizado que caían sin fin desde las nubes plomizas del cielo. Incluso el día se había transformado en noche. Pero con todo, un jardín de hermosas rosas rojas se mantenía en pie, cubriendo el acceso a la escalada de la gran montaña en cuya cumbre regía la diosa de la sabiduría y la guerra defensiva: Athena. El causante de tal broma de jardinería no podía ser otro más que Yusei de Piscis, el actual guardián de la doceava casa.
Poco importaba en realidad, pues un visitante se movía a paso seguro sobre las flores - sin importarle respirar la fragancia o tocar las espinas.
'¿Quién eres tú?' dijo Yusei, su tono autoritario. El lenguaje no verbal sin embargo...
-Soy aquel a quien asesinaste con tu vil maldición, en lugar de tu poder. Soy aquel que ha visto tu descenso a la depravación desde una tumba desacrada. Soy aquel que te vio crecer, Yusei.- dijo el recién llegado con voz tranquila, noble, y provista con un eco fantasmal. Colocando su mano derecha sobre el pecho, su cosmos flameó - revelando la figura de un hombre pelirrojo con una capa ajustada en el hombro izquierdo mediante un broche de rosa azul. Su armadura, igual a la de Yusei, resplandeció en un tono del fondo del mar, sus detalles en verde sólido, oscuro. -He venido desde el más allá para matarte con mis propias manos.- añadió Akos con una delicada sonrisa, su cabello ondeando en la tormenta.
La mujer azul observaba en la lejanía el Santuario de Athena, un borrón oscuro en medio de un mar de nieve cayendo desde el cielo. Sus órdenes eran asistir al gigante blanco, quien llevaba en hombros el peso de causar un genocidio en aquella tierra perdida llamada Asgard, de donde provenían los invasores. Su gesto como siempre, era de poca impresión y compromiso - pero si eso lo ordenaba la voz divina ¿quién era ella para contradecirla?
Lamentablemente su plan de reanimar a algún santo como distracción se vio frustrado por algo simple: el cementerio estaba resguardado. Aún sin un inframundo que complicara las cosas, revivir a alguien de alto calibre llevaría tiempo y si enfrentaba al hombre de cabello extraño, poco de eso tendría. Por ende se replegó y fue a las colinas, pensando una nueva estrategia. Fue cuando la voz de oro le habló.
-Tristeza, pesar...arrepentimiento. Conozco eso. Está bien, te ayudaré, ya que de todas maneras tu me ayudarás a mi. Revive.- murmuró la mujer azul frente a un agujero con nieve, en medio del cual flotaba un fuego fatuo de baja intensidad. En sus manos tenia un bouquet de rosas azules, a las cuales les dio un ligero piquete con la boca. Luego las rosas se clavaron en la tierra, creciendo, multiplicándose. En cierto punto el lodo se solidificó, una mano surgiendo del suelo. Las rosas se desperdigaron, creando un torbellino de pétalos azules que completaron la reanimación, transformándose en una armadura vegetal de cristal marítimo. Hermoso, se dijo la mujer azul, dando la vuelta. -Marchemos, hombre triste.-
Poco importaba en realidad, pues un visitante se movía a paso seguro sobre las flores - sin importarle respirar la fragancia o tocar las espinas.
'¿Quién eres tú?' dijo Yusei, su tono autoritario. El lenguaje no verbal sin embargo...
-Soy aquel a quien asesinaste con tu vil maldición, en lugar de tu poder. Soy aquel que ha visto tu descenso a la depravación desde una tumba desacrada. Soy aquel que te vio crecer, Yusei.- dijo el recién llegado con voz tranquila, noble, y provista con un eco fantasmal. Colocando su mano derecha sobre el pecho, su cosmos flameó - revelando la figura de un hombre pelirrojo con una capa ajustada en el hombro izquierdo mediante un broche de rosa azul. Su armadura, igual a la de Yusei, resplandeció en un tono del fondo del mar, sus detalles en verde sólido, oscuro. -He venido desde el más allá para matarte con mis propias manos.- añadió Akos con una delicada sonrisa, su cabello ondeando en la tormenta.
-Doce minutos antes-
La mujer azul observaba en la lejanía el Santuario de Athena, un borrón oscuro en medio de un mar de nieve cayendo desde el cielo. Sus órdenes eran asistir al gigante blanco, quien llevaba en hombros el peso de causar un genocidio en aquella tierra perdida llamada Asgard, de donde provenían los invasores. Su gesto como siempre, era de poca impresión y compromiso - pero si eso lo ordenaba la voz divina ¿quién era ella para contradecirla?
Lamentablemente su plan de reanimar a algún santo como distracción se vio frustrado por algo simple: el cementerio estaba resguardado. Aún sin un inframundo que complicara las cosas, revivir a alguien de alto calibre llevaría tiempo y si enfrentaba al hombre de cabello extraño, poco de eso tendría. Por ende se replegó y fue a las colinas, pensando una nueva estrategia. Fue cuando la voz de oro le habló.
-Tristeza, pesar...arrepentimiento. Conozco eso. Está bien, te ayudaré, ya que de todas maneras tu me ayudarás a mi. Revive.- murmuró la mujer azul frente a un agujero con nieve, en medio del cual flotaba un fuego fatuo de baja intensidad. En sus manos tenia un bouquet de rosas azules, a las cuales les dio un ligero piquete con la boca. Luego las rosas se clavaron en la tierra, creciendo, multiplicándose. En cierto punto el lodo se solidificó, una mano surgiendo del suelo. Las rosas se desperdigaron, creando un torbellino de pétalos azules que completaron la reanimación, transformándose en una armadura vegetal de cristal marítimo. Hermoso, se dijo la mujer azul, dando la vuelta. -Marchemos, hombre triste.-
- Número aleatorio (1,4) : 4
Última edición por Ivan el Jue Feb 02, 2017 2:15 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Yusei Vie Feb 03, 2017 7:22 pm
Sus ojos no daban crédito a lo que veían. Quizá su cerebro había comenzado a sufrir los efectos del clima, pero la persona que estaba frente a él lucía bastante real. La figura de Akos en sus mejores días apareció frente a él. Yusei se habría alegrado al ver a su maestro caminar otra vez entre los vivos pero, las palabras que éste le dedicó lo hicieron romper en llanto. Akos nunca había llamado a su habilidad "vil maldición", siempre se refirió a ésta como un don. -Pero Akos, tú me dijiste que era una bendición, un poder que podía ser utilizado para cumplir con gran propósito- Yusei cayó al suelo nevado sobre sus rodillas. Su casco se desprendió y aterrizó en su regazo, devolviendo su cabello a su aspecto usual. Llevó una de sus manos al rostro, odiaba llorar frente a Akos. A pesar de las cosas horribles que estaba diciendo, los sentimientos de amor que el Santo de Piscis tenía por su maestro no le permitían estar enojado con él. En su corazón sólo había culpa por haberlo matado, pensando que el pelirrojo tenía todo el derecho de buscar venganza. No había obtenido el manto de Piscis de forma honorable, Akos había muerto a causa de la maldición, no por la sangre venenosa que intercambiaron durante el ritual.
Sintió una fuerte opresión en su pecho, como si estuvieran exprimiendo su corazón. -Akos... ¿Por qué? Me abandonaste. Prometiste que estarías siempre conmigo Akos, dijiste que me amabas como a un hijo.- Los ojos del Santo de Piscis perdieron su brillo, contemplando a Akos con una mirada vacía.-¡¿Por qué me dejaste?! Él tenía razón, sólo querías usarme, yo nunca te importe- dijo, repitiendo las palabras que el hechicero de hielo recitó en su oído el día en el que su declive comenzó.
-Desaparece de mi vista, ¡¡No quiero volver a verte NUNCA!!- su rostro expresaba rabia y tristeza. Levantó su mano derecha, creando una rosa de cristal que arrojó hacia Akos inmediatamente, descargando su ira a través de un único ataque. El dolor en su pecho no era nada comparado con la infeliz realidad. Vio como todos los recuerdos con Akos se rompían como cristales ante sus ojos. Esa vida feliz a la que tanto se aferraba desaparecía.-Vil maldición... ¿Cómo te atreves a decir esas cosas adominables? Es parte de mí... ¿Insinúas que soy vil? Eso es cruel. Desearía que pudiera sentir el dolor que me ocasionaste. Espera, no hace falta desearlo, voy a hacer que lo experimentes en esta pelea- dijo tranquilamente, poniéndose de pie y recogiendo su casco. No pensaba continuar huyendo del recuerdo de Akos, era la oportunidad para encararlo y vencerlo por el bien de su mente.
Sintió una fuerte opresión en su pecho, como si estuvieran exprimiendo su corazón. -Akos... ¿Por qué? Me abandonaste. Prometiste que estarías siempre conmigo Akos, dijiste que me amabas como a un hijo.- Los ojos del Santo de Piscis perdieron su brillo, contemplando a Akos con una mirada vacía.-¡¿Por qué me dejaste?! Él tenía razón, sólo querías usarme, yo nunca te importe- dijo, repitiendo las palabras que el hechicero de hielo recitó en su oído el día en el que su declive comenzó.
-Desaparece de mi vista, ¡¡No quiero volver a verte NUNCA!!- su rostro expresaba rabia y tristeza. Levantó su mano derecha, creando una rosa de cristal que arrojó hacia Akos inmediatamente, descargando su ira a través de un único ataque. El dolor en su pecho no era nada comparado con la infeliz realidad. Vio como todos los recuerdos con Akos se rompían como cristales ante sus ojos. Esa vida feliz a la que tanto se aferraba desaparecía.-Vil maldición... ¿Cómo te atreves a decir esas cosas adominables? Es parte de mí... ¿Insinúas que soy vil? Eso es cruel. Desearía que pudiera sentir el dolor que me ocasionaste. Espera, no hace falta desearlo, voy a hacer que lo experimentes en esta pelea- dijo tranquilamente, poniéndose de pie y recogiendo su casco. No pensaba continuar huyendo del recuerdo de Akos, era la oportunidad para encararlo y vencerlo por el bien de su mente.
- Técnicas:
- Stardust Rose: El caballero de Piscis concentra una gran cantidad de cosmos en una única rosa roja, la cual pierde su color hasta que sus pétalos se han vuelto completamente transparentes como el cristal. Yusei arroja la rosa hacia el enemigo, y cuando ésta se ha acercado lo suficiente estalla en una poderosa corriente de pétalos cubiertos por el cosmos del caballero de Piscis. Estos pétalos tienen un filo como el de una cuchilla, pudiendo traspasar la piel y trisar una armadura de nivel inferior al del usuario de la técnica (sólo puede dañar armaduras de guerreros con nivel por debajo del suyo).
Daño: 3 Fuerza + 2 Velocidad + 4 Cosmos = 9
- Número aleatorio (1,4) : 1
Yusei- Gold Saint
- Armadura : Sin Armadura
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Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Yusei Vie Feb 03, 2017 7:23 pm
Off: Olvidé tirar dado
Yusei- Gold Saint
- Armadura : Sin Armadura
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Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Narrador Vie Feb 03, 2017 7:23 pm
El miembro 'Yusei' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Acción' : 5
'Acción' : 5
Narrador- Mensajes : 1224
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Invitado Vie Feb 03, 2017 7:56 pm
Ahí estaba la pregunta clave.
-Me equivoqué. A pesar de ser un Santo de Oro, mi cabeza me traicionó. Pensé que tenías la sangre de Piscis en tus venas, pero lo que en realidad sesgó mi vida fue la maldición en tu cuerpo. Eres tú Yusei, no Piscis. La persona superó a las estrellas, la maldición es lo que te guía. Y yo, en mi error, no pude contener tan abominable situación.- dijo Akos con su tono noble intacto, una sonrisa sedada en su rostro.
A su alrededor el viento seguía soplando, levantando no solo nieve sino también pétalos rojos. En cierto punto, uno de esos pétalos cambió - tiñéndose de azul real.
-Te odio Yusei.- dijo con simpleza ante sus palabras, justo antes de que la rosa de polvo estelar se encajara en su pecho con ruido mudo. Bajando la cabeza, las mechas de Akos nublaron sus ojos, dejándolos cubiertos por sombras.
Amor, odio, corrupción. Todos esos factores entraban en juego y él lo sabía. Lastimosamente, Yusei no. Buen plan por parte de Eris, pensó el santo reanimado, sus ojos aún ocultos. Infectar al único santo capaz de hablar con la naturaleza, aún la de clase divina, para evitar la detección de las semillas en las filas de oro. Era triste saber que el único al tanto fuera él, un muerto con meros instantes para actuar. Pero...
-¿Este es el alcance de todo tu odio? ¿No puedes ni hacerme retroceder un paso? Entonces no solo me equivoqué con la sangre de Piscis, sino también en determinar que eres un sucesor adecuado.-
Aquellas palabras eran tan filosas como las espinas de las rosas piraña y Akos sentía los cortes en el corazón. Pero era necesario. Debía purgar la semilla o al menos, dar un golpe a ella.
-Te mataré aquí y ahora, Yusei. Sin contemplaciones, sin miramientos. Ya ni siquiera eres mi hijo, porque alguien tan débil jamás podría serlo. Débil, desprovisto de brillo, sin nobleza. Eres horrendo, vil, un egoísta.- dijo, susurrando la última palabra. Había visto como su uso por parte de Escorpio lo había golpeado en Kaus, así que si tocaba esa fibra, ganaría terreno.
Sonriendo, los dedos de Akos brillaron en carmesí, formando y cosiendo fibras vegetales. Yusei debía de reconocer la técnica, pues había hojeado los tomos de los Peces Gemelos cuando buscó la forma de resucitarlo. Aquella vez, cuando fue seducido por su doble.
-Cortaré tu cabeza. De todas maneras no la necesitas, no la usas ¿verdad?- dijo dando un mandoble con los dedos sin moverse de su posición, usando la presión de aire para lanzar un choque directo a su cuello. Eso solo era la primera distracción.
Acción: 1 (Fracaso) | 4 (1/2)
Ataque: 3(Fuerza)+1(Velocidad)=4/2=2
Acciones: 13/15
HP: 30-4.5=35.5
-Me equivoqué. A pesar de ser un Santo de Oro, mi cabeza me traicionó. Pensé que tenías la sangre de Piscis en tus venas, pero lo que en realidad sesgó mi vida fue la maldición en tu cuerpo. Eres tú Yusei, no Piscis. La persona superó a las estrellas, la maldición es lo que te guía. Y yo, en mi error, no pude contener tan abominable situación.- dijo Akos con su tono noble intacto, una sonrisa sedada en su rostro.
A su alrededor el viento seguía soplando, levantando no solo nieve sino también pétalos rojos. En cierto punto, uno de esos pétalos cambió - tiñéndose de azul real.
-Te odio Yusei.- dijo con simpleza ante sus palabras, justo antes de que la rosa de polvo estelar se encajara en su pecho con ruido mudo. Bajando la cabeza, las mechas de Akos nublaron sus ojos, dejándolos cubiertos por sombras.
Amor, odio, corrupción. Todos esos factores entraban en juego y él lo sabía. Lastimosamente, Yusei no. Buen plan por parte de Eris, pensó el santo reanimado, sus ojos aún ocultos. Infectar al único santo capaz de hablar con la naturaleza, aún la de clase divina, para evitar la detección de las semillas en las filas de oro. Era triste saber que el único al tanto fuera él, un muerto con meros instantes para actuar. Pero...
-¿Este es el alcance de todo tu odio? ¿No puedes ni hacerme retroceder un paso? Entonces no solo me equivoqué con la sangre de Piscis, sino también en determinar que eres un sucesor adecuado.-
Aquellas palabras eran tan filosas como las espinas de las rosas piraña y Akos sentía los cortes en el corazón. Pero era necesario. Debía purgar la semilla o al menos, dar un golpe a ella.
-Te mataré aquí y ahora, Yusei. Sin contemplaciones, sin miramientos. Ya ni siquiera eres mi hijo, porque alguien tan débil jamás podría serlo. Débil, desprovisto de brillo, sin nobleza. Eres horrendo, vil, un egoísta.- dijo, susurrando la última palabra. Había visto como su uso por parte de Escorpio lo había golpeado en Kaus, así que si tocaba esa fibra, ganaría terreno.
Sonriendo, los dedos de Akos brillaron en carmesí, formando y cosiendo fibras vegetales. Yusei debía de reconocer la técnica, pues había hojeado los tomos de los Peces Gemelos cuando buscó la forma de resucitarlo. Aquella vez, cuando fue seducido por su doble.
-Cortaré tu cabeza. De todas maneras no la necesitas, no la usas ¿verdad?- dijo dando un mandoble con los dedos sin moverse de su posición, usando la presión de aire para lanzar un choque directo a su cuello. Eso solo era la primera distracción.
Acción: 1 (Fracaso) | 4 (1/2)
Ataque: 3(Fuerza)+1(Velocidad)=4/2=2
Acciones: 13/15
HP: 30-4.5=35.5
- Número aleatorio (1,4) : 4
Última edición por Ivan el Vie Feb 03, 2017 8:27 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Narrador Vie Feb 03, 2017 7:56 pm
El miembro 'Ivan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Acción' : 1, 4
'Acción' : 1, 4
Narrador- Mensajes : 1224
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Yusei Sáb Feb 04, 2017 11:45 pm
Su rosa de cristal se había desechó contra la coraza de Akos. Su técnica era débil e inestable, cómo él en ese momento. Aunque dijera que no le importaba y que ya no quería verlo, todo era una mentira, palabras que decía para consolarse a sí mismo, para que el impacto de la verdad fuera mínimo. No estaba funcionando. -Debes sentirte como un idiota por haber creído en él- un soplo de aire frío recorrió su nuca. La presencia del hechicero de hielo había regresado. Se congeló cuando vio a su maestro utilizar una técnica con la que pretendía cortarle la cabeza. Asustado, Yusei levantó su mano, formando una rosa piraña para bloquear las consecuencias más fatales de la técnica. Pudo evitar que le cortara la cabeza de cuajo, sin embargo una línea roja había aparecido en su cuello. La respiración de Yusei se aceleró, llevando su mano al cuello, justo en el lugar en el que le había hecho la herida.
-Él no va a dudar en matarte, Yusei. Nunca sintió amor por ti, él sólo veía un poder que podía usar para su beneficio- las manos frías del hechicero se posaron sobre sus hombros, acercándose al santo de Piscis por detrás.-Ese hombre es el verdadero ser vil y falto de nobleza- le susurró en el oído antes de desaparecer. -¡Ya cállate! No te soporto. ¡Apareces ante mí queriendo actuar como un Santo de Oro noble cuando no eres más que un mentiroso manipulador!- le dijo a su mentor, gritando con las manos colocadas a los costados de su cabeza.-No vas a matarme, miserable- Lanzó la misma rosa piraña con la que había amortiguado el golpe de Akos, deseando que las espinas lacerantes destruyeran su cuerpo.
-No voy a dejar ni un rastro de tu cuerpo. Me aseguraré de que desaparezcas para siempre esta vez, que sientas dolor más allá de la muerte, maldeciré tu alma usando mi vil maldición- Un aura negra envolvió el cuerpo de Yusei. La semilla de Eris y su maldición estaban trabajando en conjunto para envenenar su mente.- Ya no puedo pensar en ti sin sentir dolor- cerró sus ojos con fuerza mientras la sangre de su cuello adquiría un color negro intenso, ocasionándole más sufrimiento. Quería que eso parara, y creía que destruyendo al Piscis impostor que estaba frente a él lo conseguiría. Sí, Akos era un impostor, no merecía ser reconocido como el Santo de Piscis. Era mentiroso y cruel, alguien así no podía ser a Athena. Tenía que morir, tenía que ser arrastrado a un abismo, eso decía la diosa de la discordia a través de la semilla del mal.
----------Él no va a dudar en matarte, Yusei. Nunca sintió amor por ti, él sólo veía un poder que podía usar para su beneficio- las manos frías del hechicero se posaron sobre sus hombros, acercándose al santo de Piscis por detrás.-Ese hombre es el verdadero ser vil y falto de nobleza- le susurró en el oído antes de desaparecer. -¡Ya cállate! No te soporto. ¡Apareces ante mí queriendo actuar como un Santo de Oro noble cuando no eres más que un mentiroso manipulador!- le dijo a su mentor, gritando con las manos colocadas a los costados de su cabeza.-No vas a matarme, miserable- Lanzó la misma rosa piraña con la que había amortiguado el golpe de Akos, deseando que las espinas lacerantes destruyeran su cuerpo.
-No voy a dejar ni un rastro de tu cuerpo. Me aseguraré de que desaparezcas para siempre esta vez, que sientas dolor más allá de la muerte, maldeciré tu alma usando mi vil maldición- Un aura negra envolvió el cuerpo de Yusei. La semilla de Eris y su maldición estaban trabajando en conjunto para envenenar su mente.- Ya no puedo pensar en ti sin sentir dolor- cerró sus ojos con fuerza mientras la sangre de su cuello adquiría un color negro intenso, ocasionándole más sufrimiento. Quería que eso parara, y creía que destruyendo al Piscis impostor que estaba frente a él lo conseguiría. Sí, Akos era un impostor, no merecía ser reconocido como el Santo de Piscis. Era mentiroso y cruel, alguien así no podía ser a Athena. Tenía que morir, tenía que ser arrastrado a un abismo, eso decía la diosa de la discordia a través de la semilla del mal.
Daño: 1.5
Conteo: 13/15
HP: 33 - 2 = 31
- Número aleatorio (1,4) : 3
Última edición por Yusei el Dom Feb 05, 2017 3:10 pm, editado 1 vez
Yusei- Gold Saint
- Armadura : Sin Armadura
Mensajes : 282
Re: Zona 2 - El Coliseo y la Gran Escalinata
por Narrador Sáb Feb 04, 2017 11:45 pm
El miembro 'Yusei' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Acción' : 2
'Acción' : 2
Narrador- Mensajes : 1224
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
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