La venganza de los Jotun: segunda parte [Rangvald]

Daño: 4 (Fuerza 3 +  Velocidad 1)
HP Lobo 3: 5 - 4 = 1

Rangvald: ¡Toma!

Tal y como lo esperaba el dios guerrero, la bestia compuesta de hielo se lanzó en su contra en la primera abertura que vio en la defensa de su presa, no esperando que todo había sido una treta de Rangvald para motivarlo a atacar y recibirlo con su propio contraataque. Un recio puñetazo que alcanzó toda la mandíbula de la criatura, mandándola a impactarse contra el piso súbitamente, derrapando un par de metros por la nieve.

Rangvald: "Parece que ha terminado... ¿Oh? "


Pero contrario a lo que pensó el luchador al servicio de Odín al principio, el lobo no había muerto aún. Se levantaba lentamente, cojeando de una pata, la abolladura del puño de Rangvald aún en su desquebrajado rostro; era más que obvio que ya no estaba en condiciones para luchar. Y sin embargo seguía avanzando hacia el intruso de sus amos, seguía defendiendo la casa de los Jottun como el fiel guardián que era.

Rangvald: "Tsch... Anda vete... no sigas con esto... Y sin embargo, si yo estuviera en tu lugar, creo que haría lo mismo. Levantarme aunque la batalla parece pérdida, todo para mostrar tu fidelidad a tu amo. O para intentar proteger a alguien que te importa. Temo ver a más como tu en los días que me depare mi porvenir, no se a cuantos perros leales a sus amos tenga que erradicar para complacer al mío. En ese caso ven aquí lobo, trataré de acabar rápido con esto. "


Desenterrando el hacha que había quedado atorada en el piso en su primer ataque contra aquellas criaturas, Rangvald miró una vez más al débil lobo, que se desplazaba tan lentamente que en ningún momento sintió inseguridad de recoger su arma del piso. Levantó la Mjollnir en su diestra y se preparó para hacerla bajar justo en el cuello del can de los Jottun.

*Rangvald ataca a lobo 3...*

El miembro 'Rangvald' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Acción' : 5

Daño: 4 (Fuerza 3 +  Velocidad 1) / 2 = 2
HP Lobo 3: 1 - 2 = Eliminado

Miró con lástima una última vez a la desdichada criatura antes de dejar caer sobre ella el filo de su hacha,  la cual de clavó en el cuello concediéndole una muerte instantánea. Miró a sus alrededores confirmando la eliminación de los tres lobos que habían salido a recibirlo cual comité de bienvenida.

Pese a que eran sus enemigos, pese a que eran solo bestias salvajes, hasta cierto punto era triste el hecho que de haberse dado condiciones diferentes, quizás hubieran podido existir en harmonía... o quizás simplemente no existir y ahorrarse el sufrimiento que es venir a este mundo. Sea cual fuese el caso, Rangvald no tenía tiempo de sentir lástima por los enemigos, puesto que de no ser ellos, pudiera ser él o peor aún, personas inocentes que ni siquiera están conscientes del conflicto en el que se encuentra su mundo.

Rangvald: "Pero no tiene caso lamentarse por el hubiera. La paz requiere el sacrificio de aquellos que se dedican a perturbarla. Y si solo a través de la fuerza puedo mantener segura a mi tierra y a mis amigos, que así sea. Puesto que de estar equivocado, simplemente encontraría a un guerrero más fuerte que detenga mis pasos.  "

Dejando sus dudas para un futuro mañana, el dios guerrero de Phecda se dirigió hacia donde había aterrizado la segunda hacha que había arrojado contra el primer lobo para recogerla del suelo y volverla a llevar consigo para lo que quedaba del viaje, puesto que seguramente la necesitaría más que nunca. Aún si el Jottun se hubiese alejado lo suficiente para perderlo de vista, al menos debería poder seguir sus huellas, confiando en que aquel ser se confiaría que los lobos habrían acabado con el intruso y no se molestaría en borrar sus huellas, las cuales pensaba aprovechar el asgardiano para encontrar la guarida de aquellos invasores del Jottunheim.

Número aleatorio (1,3) : 2

Tal y como había predicho, aquel gigante al que había estado siguiendo había pecado de exceso de confianza (o simplemente era torpe) y no borró las huellas que lo conducían a su fortaleza, de modo que Rangvald pudo dar con la entrada de la misma.



Si bien podía avistarse un poco a lo lejos, de haber seguido por mero instinto era posible que simplemente se encontrara con un sólido muro que le hubiera costado tiempo y esfuerzo romper, por lo que agradecía tener la oportunidad de usar la misma entrada que usó aquel Jottun, la cual consistía de puente levadizo. Y justamente estaba empezando a levantarse justo en ese momento.

Rangvald: "Tengo que apresurarme"

Ver aquel nexo entre las tierras asgardianas y la guarida de los gigantes recorrerse poco a poco, el dios guerrero fue invadido por un sentimiento de urgencia que lo obligó a avanzar lo más pronto posible para no desaprovechar dicha oportunidad, obligándose a sí mismo a no fijar su atención en la notable arquitectura de la que eran capaces los Jottun al haber moldeado el terreno de tal forma que  formaba sólidos muros que aprovechaban tanto la nieve y hielo de la región como relieves de una montaña cercana, camuflajeando su guarida y al mismo tiempo haciéndola sumamente impenetrable si se buscaba abordarla desde otro lado.

Sumado a eso el hecho de la existencia de símbolos rúnicos en algunas partes del marco de la puerta, las paredes de la fortaleza o hasta la misma superficie de aquel puente que seguía levantándose, pero ya fueran por mero propósito decorativo o si cumplían una función más específica, no demeritaba el esfuerzo que habían puesto estos seres en formar su refugio dentro de terreno de sus enemigos.

Pero quizás lo más importante que debió haber considerado Rangvald y por encima de cualquier talento de escultor que pudieran lograr los invasores provenientes del Jottunheim, era el hecho que el puente subió minutos después de que el Jottun al cual seguía hubiera entrado. ¿Ese era un retraso común? ¿O quizás esperaban que alguien más lo aprovechara para atraparlo como la rata ingenua que era? El pensamiento de haber caído en una trampa lo hacía sentirse tan inepto como su propia imagen respecto a los gigantes de hielo. Pero si lo era o no, ya era tarde para arrepentirse.

Rangvald: "De todas formas ya estoy aquí... Hmp... lo mejor es que me ande con cuidado para evitar cualquier trampa que hayan preparado. Después de todo, solo debo encontrar un lugar y momento para realizar mi ofensiva, analizar el terreno y de ese modo seguro podré volver con el señor Frey con buenas nuevas."

Número aleatorio (1,4) : 1

Lamentablemente la travesía de Rangvald, por más heróica que pudiera ser, no estaba libre de las fortuitas ocurrencias del destino, como por ejemplo que resbalara por un desnivel posiblemente provocado por el hielo desquebrajándose en algunos puntos por el peso de los Jottun que transitaran esos corredores, provocando que alguien de un tamaño inferior a ellos tropezara. Dicho y hecho, la mirada atenta del Dios guerrero en la parte superior de la fortaleza le impidió ver las condiciones del piso, provocando que tropezara y que, gracias a la resbalosa condición de la superficie, no pudiera mantener el equilibrio y cayera.

Rangvald: "¡Diablos!"

Pensó al mismo tiempo que se levantaba lo más rápido pero calladamente posible, esperando que el sentido del oído de los gigantes de hielo no estuviera tan agudizado como para escuchar su encuentro cercano con el piso. Se aproximó hacia una enorme columna  de hielo para colocarse detrás de ella e intentar pasar desapercibido, mirando a los lados como los guardias de la fortaleza se encontraban en torres superiores vigilando.

Rangvald: "Pero por más que me esconda, no llegará un momento en el que pueda derrotar a todos los Jottun a la vez... sin embargo, si lograra encontrar a aquellos que consideren su campeón o macho alfa, quizás pueda desmoralizarlos... la cuestión sería encontrar a dicho individuo y eso implicando que exista. "

Cuando viera que no había moros en la costa, resumiría su búsqueda.

Número aleatorio (1,4) : 1

Y sin embargo pese a la determinación del ahora invasor de la guarida de los Jottun, el traicionero terreno al que estaban acostumbrados estos seres mitológicos volvió a hacer de las suyas, puesto que mientras Rangvald se asomaba por fuera de la columna de hielo por la cual se había escondido, el piso debajo suyo comenzó a desquebrajarse, provocando que se cuarteara un poco causando no sólo un nuevo desnivel en la superficie sino también que el del parche volviera a tropezar, esta vez al menos teniendo la columna de hielo cerca de sus manos para sujetarse a ella a como pudiese y reincorporarse lo más pronto posible, esto a base de movimientos rápidos e improvisados que para algún espectador resultaría como algo chusco y ridículo.

Rangvald: "Tsch... Si pongo demasiada atención a los Jottun no logro determinar la condición el piso, pero si cme concentro únicamente en ver mis pisadas, tarde o temprano pudiera emboscarme uno de esos gigantes. Tengo que mantener un balance entre mis focos de atención. "

Pero aún sabiendo que hacer, entre la planeación y la ejecución siempre hay un buen trecho de distancia que no todos son capaces de recorrer. ¿Podría el guerrero de Phecda Gamma anteponerse a la adversidad y ser capaz de sortear exitosamente esta trampa de sus enemigos pese a que sea algo tan simple como un piso quebradizo y resbaloso?

Número aleatorio (1,4) : 1

Helo allí. La representación visual más acorde a la situación actual de Rangvald. Por supuesto que a lo largo de su profesión había vivido momentos embarazosos, humillantes y patéticos que nadie jamás debía de saber tanto por su orgullo como por la imagen que debía mantener para asegurarse no causar algún tipo de desgaste en el respeto que le tenía su alumna. No obstante, era difícil tomar enserio al protector de la constelación de Phecda incluyéndome cuando una vez más había pisado en falso y resbalado por 3ra vez dentro de la fortaleza.

Ponía en duda que era más increíble; el hecho de que a pesar de estar tratando de concentrarse en no descuidarse lo siguiera haciendo o que ninguno de los Jottun que vigilaban mostraban siquiera la iniciativa de voltear hacia donde estaba el Dios guerrero. Aún con la diferencia de tamaños, Tampoco era un mortal tan pequeño como para no poder verlo a simple vista, pero quizás esa era la manera en el que el destino compensaba los tropiezos que le había hecho cometer al Asgardiano.

Se reincorporó nuevamente usando sus manos para detener su encuentro cercano con el piso. Era hora de intentar nuevamente salir de ese corredor de pesadilla y ver si podía encontrar al líder Jottun.

Número aleatorio (1,4) : 4

Si le hubieran preguntado a Rangvald cual pensaba que sería su mayor desafío dentro de la fortaleza Jottun, seguro hubiera respondido que ser emboscado por una horda de aquellos abominables seres o quizás perderse en alguna red de cavernas que comprendiera su guarida; jamás espero la posibilidad de poner pie en el corredor más resbaloso en la historia de los corredores., rayando en lo ridículo el número de veces que había sido incapaz de mantener el equilibrio.

No obstante, una luz de esperanza al final del oscuro túnel de la ansiedad parecía estarle esperando, puesto que notó que no muy lejos de su ubicación, se abría un camino a la derecha que llevaba a otra sección de la guarida Jottun. ¿Qué encontraría allí? ¿una horda de enemigos? ¿Al temido líder del clan? ¿Más piso resbaloso? Pensó que podría manejar cualquiera de esas cosas, pero el destino del asgardiano tenía otros planes en mente.

Rangvald: "¡¿Que rayos?"


Una enorme mano proveniente únicamente de aquellos enviados del Jottunheim había salido casi de inmediato de los confines de aquel nuevo camino por el que Rangvald iba a entrar, tomándolo con fuerza y prácticamente restringiendo todo su movimiento antes de que este pudiera hacer algo para defenderse. ¿Pensaba esta criatura triturarlo hasta arrebatarle su último aliento?  Aún si así fuera, el portador del Mjollnir no se iría sin pelear. Extendió su pierna hacia atrás preparando una férrea patada como medida de contraataque, pero no esperó que ahora la criatura acercaría su rostro al suyo para comenzar a ¿Besarlo?


No parecía que aquella criatura estuviera en búsqueda de exterminarlo, más bien era lo contrario. ¿Estaba mostrándole afecto? Pero aún si fuera así, eso no impedía que su gélida piel provocara quemaduras por frío que causaban daños en la piel de Rangvald al mismo tiempo que su cuerpo era fuertemente apretado por el abrazo de oso del ser mucho más grande y tosco que él. Lo peor del asunto es que se notaba la desesperación de la hembra Jottun de desprender el ropaje sagrado del cuerpo de Rangvald. ¿Quizás con la intención de entablar una relación más cercana con el intruso?

Rangvald: Basta, señora ¡Deténgase! No me obligue a usar la fuerza.

Número aleatorio (1,4) : 4

HP: 30 - 2 -2 = 26


Lamentablemente las amenazas del Dios guerrero no parecían hacer desistir a la compulsiva hembra Jottun, que haciendo uso de su enorme fuerza natural, había logrado zafar uno de los guanteletes de la armadura de Phecda Gamma que protegía al Dios guerrero. Una vez más, el contacto directo entre la piel de Rangvald y la el hielo del que están formados los habitantes del Jottunheim, causó una dolorosa quemadura por frío en su piel, aún siendo un habitante de Asgard acostumbrado a condiciones climatológicas sumamente frías.

???: ASgarDianoGraCioooSoAsgarDianoQuEDarsE... ElSaCuiDaRASgarDiano

Rangvald: Nggg... "Parece estar tratando de comunicarse... pero mientras más se alargue esto más resentiré los efectos del frío."

Pese a que quizás las intenciones de la criatura gélida no eran del todo malignas, la obvia incompatibilidad y repudio que había entre el contacto directo con ella, le hizo entender al Dios guerrero que quizás había sido el mismo designio de los Aesirs que mortales y gigantes no se unieran, quizás eso era solo una proeza digna solo para los mismos dioses. Pero aún si todo el asunto no fuera perjudicial para su piel, el elegido por la constelación de Phecda no tenía tiempo que perder aquí con una integrante de la raza que había venido a eliminar para mantener el equilibrio en su tierra.

Ejerciendo fuerza en sus brazos, Rangvald pudo hacer un brusco movimiento que rompió el agarre de la Jottun sobre él, permitiéndole caer al piso, rodar hacia donde estaba su guantelete, volver a colocárselo y luego comenzar a correr en la dirección contraria, esperando perder de vista a la gigante de hielo y de preferencia, no volver a encontrarse con otro resbaloso corredor.

Número aleatorio (1,4) : 2

Exitosamente Rangvald había logrado, al menos por lo pronto, perder de vista a aquella hembra Jottun; no obstante, en una breve necesidad que tuvo para confirmar que no estaba siendo seguido por la misma, no reparo en que en ese momento era cuando más importante era mantener los ojos al frente, ya que de haber sido así, habría visto al formidable ejemplar de la misma especie, solo que de género opuesto de quien lo perseguía hacía apenas unos minutos.



Pese al gran tamaño de la criatura, el Dios guerrero no se había percatado en que momento había aparecido o si todo este tiempo ya se encontraba allí pero camuflajeado con el congelado entorno que le rodeaba y que quizás lo pudo haber confundido con alguna de las estructuras de la fortaleza. Haciendo caso omiso de su descuido por lo pronto, el portador de la god robe de Phecda hizo lo posible para asumir una pose de batalla lo más pronto posible y encarar a aquel enemigo, ignorando las dificultades que conllevaría enfrentar a aquellos seres en sus dominios.

Jottun: UWWGAAHH - Exclamó la criatura mientras una especie de cosmoenergía helada se manifestaba en sus manos proyectando un vapor gélido.

Rangvald: No creo que seas tu a quien busco, pero tampoco rechazaré tu desafío ¡Adelante!

El dios guerrero se preparó para llevar su mano al lado derecho de su cintura donde reposaba enfundada una de sus hachas mjollnir, el negruzco acero del que estaba hecho resplandecía con la luz difractada en los cristalinos muros de la fortaleza sobre su filo; pero antes que dicha arma tuviera oportunidad de hacerle justicia al nombre mítico que portaba, el rostro de su portador se palideció al notar que eso no sería posible.

De los pies a la espina, un implacable frío se había apoderado de él, su sentido del tacto perdiéndose poco a poco y sus movimientos restringidos por completo. Escuchó la socarrona risa del gigante congelado y solo pudo verlo con desprecio y proliferar algunos insultos a su persona, puesto que sus brazos no eran capaces de llevar a cabo las acciones que consideraba pertinentes para el ataque sorpresa del enemigo.


Rangvald: ¡¿Esta es tu idea de una batalla criatura cobarde!? ¡Hey? ¿A donde vas? No he terminado...Nggg...

Pero era inútil. En aquel ademán que había hecho el gigante de hielo para reunir cosmoenergía en su palma, este había logrado construir a partir de la nada una sólida prisión cilíndrica hecha completamente de hielo y que ahora aprisionaba al Dios guerrero. Completamente indefenso, seguro iría por sus compañeros para entre todos darle el escarmiento que merecía por infiltrarse en sus dominios.

Rangvald: "Esto no es bueno... ¡Debo salir de aquí cuanto antes!"