¡Guardián Oscuro de Malvavisco Devorador de Cosmos Dulce! - {Zona 10 - Evento Halloween}

Toda aquella noche había sido un trayecto, un camino a seguir para el momento crucial que finalmente se acercaba. Contratiempos y derrotas, el santo de leo había atravesado todo aquello con determinación en su andar, buscando por el final de aquel laberinto donde confiaba y se encontraría el responsable de los sucesos que habían guiado aquella noche del mes de octubre. Lo creía y en ello confiaba ahora, continuando con la misma determinación que le había invadido en zonas anteriores, donde había superado desafíos que lo llevaron hasta ese lugar.

-El responsable de todo lo que paso esta noche fuiste vos, ¿Verdad?- dijo Yuto al hallarse cara a cara frente al guardián de malvaviscos, observándole con ojos desafiantes que aquel gigante no llegaría a ver debido a la máscara. Tomo entre los dedos de su zurda el broche de plata en forma de ala, apretándolo como si buscara fuerza en aquello, confiando en un vínculo que alguna vez compartió en el pasado. “Incluso si no es suyo, ojala me de fuerza ahora” pensó mientras lo apretaba con más fuerza, sosteniéndolo como si aquello pudiera suponer un bien irremplazable, un vinculo que le era doloroso pensar en perder.

Empezó a aproximarse en dirección al enemigo que tenía enfrente, ataviado en la plumífera túnica azabache que le servía ahora de disfraz. Se acerco y fue capaz de notar como en el vientre de la criatura habían incrustados restos de disfraces, yacientes en aquella masa de malvavisco que les servía como una pegajosa tumba. Observo entre tanto tres en particular, fijando su visión en una destrozada mascara de Darth Vader, un abollada calabaza de Jack-o'-Lantern y lo que parecían los plumíferos restos de un disfraz de gallina. “Los disfraces de aquellos que derrota adornan su cuerpo” dedujo con una exactitud evidente, preguntándose en aquel instante a quienes pudieron haber pertenecido aquellos disfraces que habían sido reducidos a meros adornos corporales.

La distancia se acortaba a cada paso que daba, alzando la diestra mientras en esta refulgía su cosmos de rayo. Reflejaba en sus acciones la determinación que había acumulado hasta aquel momento, la voluntad de seguir que cargaba tras las experiencias vividas esa noche. Ganara o perdiera parecía incierto en aquel instante, pudiendo decantarse el resultado por cualquiera de estas al más mínimo descuido. Su valor era digno de la estrella guardiana que con su poder le bendecía, demostrando un temple digno del mítico león de Nemea que otrora hubiera hecho frente al mismísimo Herakles.

Dulces actuales: 42

Número aleatorio (1,4) : 2

Caramelos :: 32

Número aleatorio (1,4) : 4

Mori Q_Q

…Mi aliento era visible, el frio se hacía presente. Así que había pasado de la cabaña de la bruja a un mundo de hielo. ¿Mi teoría de que había que pasar cinco obstáculos para llegar hasta el guardián de malvavisco era errada? Estaba seguro de que no había nieve y hielo la última vez que llegara al lugar donde el ser extraño con traje de marinero se encontrara, pero tampoco dudaba de mi deducción. De otra manera no sentiría aquella oscura energía tan cerca… ¿Acaso este frio invernal era producto de otro visitante del laberinto que hubiera combatido con el guardián? Era lo más probable a mí entender.

Seguí avanzando, con una mano en mi mentón, reflexionando lo que aquello podía significar. No me importaba lo que hubiera ocurrido en aquella batalla mientras el gigante siguiera vivo, después de todo deseaba ser yo quien lo arrastrara al fondo del infierno… Pero aun con ese tipo de pensamientos no podía evitar encontrarme relajado, demasiado relajado. El frio no hacía más que llevar mis pensamientos de vuelta a Asgard, peor era que la ropa que llevaba ya lograba hacer eso sin necesidad del frio y con este solo se multiplicaba. ¿Exactamente qué pasaba con mi mente?... Los recuerdos de aquel pasado ya no importaban, después de todo, ¿eran míos realmente o los de uno de mis otros “yo”? No, eran míos, no debía confundirme, no debía adjudicar su propiedad a nadie, ni siquiera a “mi”. Dejando aquellos pensamientos de lado me adelanto, habiendo encontrado de donde provenía la energía, finalmente encontrándome con él…

-Te dije que era un mal perdedor y que de ser necesario volvería una y otra vez hasta matarte, señor guardián de malvavisco~- murmure con simpleza en su dirección, con la mirada altiva y una sonrisa retorcida. Un deseo insano, de obtener todo lo que podía otorgar este mundo, fuera material o inmaterial… la diversión de despedazar a aquel ser hasta sus mismos cimientos era lo que mi avaricia pedía en este momento, aquel placer de verme depredando todo lo que aquel ser era… ¿Ah, como iba a dejar de hacer este tipo de cosas cuando me sentía de esta manera? ¿Cuándo sencillamente era tan divertido?

Observe nuevamente su figura, notando algo que no había hecho la última vez. En su estomago había algo más que el simple traje de marinero. Pegado a su panza había… ¿disfraces? En particular mi atención se vio enfocada en una máscara de Darth Vader, un traje de Maid, restos emplumados que parecían pertenecer a una gallina y, por sobre todo, una calabaza de Jack o Lantern destrozada… Oh, así que eso era lo que pasaba cuando uno moría contra el malvavisco, su disfraz era un trofeo que quedaba eternamente atrapado en su panza sin otra opción. Eso era algo que debía sumar a mi lista de razones para matar a aquella criatura, el arrancarle la máscara de calabaza y con esto acabar con el premio que había obtenido de nuestro encuentro pasado~

Número aleatorio (1,4) : 1

…Nuevamente un golpe poderoso me era lanzado cual meteorito, obligándome a saltar hacia atrás. La presión del aire que quedo cuando su gigantesco puño de azúcar impacto con el suelo donde me encontraba hace segundos me empujo hacia atrás aun en el aire, obligándome a cubrir mi rostro con mis brazos cual defensa. Cuando aterrice fue forzado, pero no tenía heridas reales. Levante la cabeza para observar como trataba de despegar el puño del suelo. ¿Esa sería mi oportunidad? No, las espinas de oscuridad ya habían probado no ser capaces de contenerlo demasiado tiempo en nuestra batalla anterior…

-¿Podrías morir de una vez~? No resulta divertido tanto juego. ¡Rápido, rápido, rápido, rápido…!- murmure con tono exasperado infantil malcriado, realmente me estaba molestando la dificultad con la que ese ser se terminaba de matar. ¿Qué necesitaba, tirarlo a un horno cual Hansel y Gretel con la bruja? ¡Porque si era necesario lo hacía en este momento! Disfrutaba jugar con mis presas pero no cuando una había cruzado cierto límite…

Número aleatorio (1,4) : 1

…El cosmos se canalizaba a mí alrededor en un torbellino de oscuridad conmigo en el ojo del huracán. Este empezó a compactarse, pasando de rodear mi cuerpo entero a solo envolver mí brazo. Un brazo huracán que nuevamente se redujo, hasta quedar únicamente en mi puño derecho. Ese fue el momento en que la criatura de malvavisco levantaba la cabeza en mi dirección, con su brazo por fin libre del impacto anterior y se preparaba para otro más… Esto tenía que terminar de una vez, ya no soportaba la idea de ser yo la presa que estaba siendo juguete del depredador…

-Predator Claw- murmure lanzando mi puño de oscuridad hacia adelante con aquella velocidad que caracterizaba a un lord del Pecado. Al mismo tiempo el puño del otro era lanzado hacia mí como había hecho yo… ¿Qué ocurriría con ese choque?

Número aleatorio (1,4) : 3

¡Ah! Sali volando empujado hacia atrás por el impacto… más no lo suficiente para salir de aquella zona y al parecer no fui el único. En el choque de puños ambos, yo y el malvavisco, habíamos sido expulsados hacia nuestras respectivas espaldas, mas ninguno había terminado con el otro con eso, lo podía ver. El estaba aun en condiciones de luchar, incluso se estaba levantando, preparándose para lanzar otro puño… cuando de repente todo su cuerpo se paralizo. Lo observe con una ceja levantada, ¿Qué estaba pasando aquí? Me acomode el abrigo rojo, pero note que algo me faltaba…

…La bolsa de caramelos. Observe hacia los costados, y la encontré a una escasa distancia en el suelo… justo el mismo lugar donde el monstruo tenia la mirada clavada. En ese momento mi mente hizo “click” entendiendo lo que ocurría y no pude evitar largarme a reír, así que era eso, ese era el deseo del malvavisco gigante. Sin dejar de reír di unos pasos, siendo seguido por la mirada del guardián, hasta llegar a mi botín, tomando la bolsa con las manos. Había cometido un error fatal, un depredador no salta sin más a su presa, necesita saber de esta para asegurar la cacería, pero con este pequeño fragmento de información ya tenía lo suficiente para iniciar la caza…

-¿Por lo que puedo ver tu objetivo son estos, no?- murmure mientras empezaba a mover la bolsa de caramelos de un lado a otro, pasándola de una mano a otra como si hiciera malabares con esta. Todo el tiempo que hice este accionar la mirada bizarra no se había apartado de la bolsa, siguiéndola como si estuviera clavado a esta- Mmm, tal vez si fueras más inteligente podrías ofrecer un trato a cualquiera que llegara aquí… a cambio de todos los caramelos que hayan recogido los visitantes de este laberinto, pueden salir de este… Después de todo, “En el Infierno, el mejor abogado es el Dinero”

Una sonrisa retorcida, que dejaría en vergüenza a aquella remarcada en la máscara que llevaba la primera vez que enfrente al guardián, se formo en mis labios. Después de todo esa era la esencia de avaricia. Un Trick or Treat de Halloween no era más que sobornar a alguien para evitar que este te hiciera algo. Por un momento mis ojos se volvieron cual reptil y detuve el juego que hacía con mis manos, atrapando la bolsa con tranquilidad y con esto sacando del trance a la criatura de malvavisco quien por un momento pareció razonar mis palabras y extendió su mano como esperando que le diera la bolsa de caramelos a cambio de pasar… Esperando este que los dulces fueran mi abogado~

-Oh, espera, no lo decía por mí, después de todo…- dije antes de lanzar la bolsa hacia el gigante quien, como predije, se desoriento por esto y mantuvo su atención en tratar de atrapar la bolsa. Distracción que aproveche para impulsarme hacia adelante y golpearlo en el estomago con un golpe de oscuridad, destruyendo de paso la máscara de Jack o Lantern que este me había arrebatado antes. Cuando perfore su estomago sentí como intentaba absorberme y solo pude sonreír…

…El veneno empezó a emitirse desde dentro de la criatura a través de mi brazo, destruyendo desde adentro su centro suave. La expresión de dolor que pude ver no era nada con el terror que brillaba en los ojos de la criatura. Y eso solo aumento aun más mi sonrisa. Su rostro se deformaba, como el de cualquier presa cuando se daba cuenta que poco le quedaba de vida. Levante mi otro brazo, atrapando la bolsa que hubiera lanzado antes, así como retire mi puño del estomago de la criatura. Su tamaño se había reducido al punto de que había quedado a mi altura. Sin ser capaz de hacer nada lo agarre del cuello de la ridícula camisa de marinero sonriéndole amablemente.

-…Jamás le entregaría mi fortuna a alguien que no tiene poder alguno~- dije terminando la frase que hubiera empezado antes, soltándolo y dejando que su cuerpo cayera hacia atrás, sin ser capaz de mantenerse con el Starve Venom en su estomago destruyéndolo. Oh, que sencillo que había sido al final - Pero sabes, puedo ser generoso, sino pregúntale a la bruja…- murmure sacando dos caramelos de la bolsa, los mismos que había tomado de la casa de la mencionada -…A cambio de estos dos ínfimos caramelos, detuve mi veneno para que no muriera por este…- Aunque debe haber sufrido una muerte peor, más lenta y dolorosa, pero eso no lo iba a mencionar~- Si me ofreces algo que me convenza puedo dejarte vivir… Oh y no pienses que dejarme pasar servirá, puedo fácilmente pasar sin necesidad de dejarte vivir~

…Mas mis palabras eran dichas a oídos sordos, o más bien muertos, porque la criatura había desaparecido de este plano de existencia. Bueno, si me hubiera entregado un soborno lo hubiera dejado “vivir”, o al menos hubiera detenido el veneno. Pero ahora solo me quedaba seguir mi camino. Avance dejando atrás los restos de malvavisco de la criatura, con espera de salir de aquel laberinto ya~

Caramelos totales (Esta ronda y la anterior): 109

Caramelos :: 23

Número aleatorio (1,4) : 2

El gran vórtice no me escupió, simplemente me hizo aparecer parado frente a un hombre malvavisco con mis armas en mano y mis bolsillos con justamente diez caramelos. -Así que tú eres el culpable de todo. - dije con mucha determinación mientras esperaba que se acercara a mí. Justo cuando estaba a un metro y me iba a atacar le respondí lanzando las sai cargadas con mi cosmos, estas tendrían que perforarle y quemar su cuerpo gracias mi ardiente cosmos rosa.
Caramelos: 10

Número aleatorio (1,4) : 4