Salón de Banquetes- Evento de año nuevo: ¡Valhalla de Gala!

-Waaa que lindo. ¡Gracias Serena! -Dijo al verse al espejo ya arreglada. La peliazul había retomado la idea de sus usuales coletas dobles para llevar su llamativo cabello, solo que ahora estaba más ondulado y brillante, adicionando dos rosas  y dejando libres los dos mechones de un tono rosa diferente al resto de su cabello. -Dejar tu cabello semi suelto te asienta muy bien Serena realza mñas su color y el tono claro de tus ojos,  y a Erza se la ve hermosa. Lucen como las valquirias de los cuentos nórdicos - Dijo ya imaginándose a ambas guerreras de Asgard con sus respectivas espadas en medio del campo de batalla.

Si, la imaginación de Yuzu podía volar mucho sin que se lo proponga.

- ¿Volveremos al Karaoke? Claro que me encanta cantar Erza, ¡Podemos hacer concurso?  incluso podría ayudarte Serena, la mayor parte de la técnica de canto está en la respiración y en el sentimiento con el que entonas la melodía con tus cuerdas vocales, usando los resonadores naturales del cuerpo... Es más cuestión de sentir  -Dijo con una sonrisa mientras el aroma del banquete penetraba sus fosas nasales - ¡Chocolate! - Dijo sirviendose al mismo tiempo una porción que Serena, evitando rozar el pastel de fresas para la pelirroja. Pero al momento en que ambas guerreras de Odin avisaban a la Paladín que su novio estaba cerca, vio una cabellera doble que era inconfundible. - ¡Yuya! Por aquí~ - Dijo alzando la mano cubierta por un guante elegante y con el plato de su porción de chocolate en la otra.

Vestido <3 -el de Yuya incluido (?)-:

La fiesta avanzaba de forma tranquila, sin duda me era muy grato como resultaba todo, podía comer sin problemas, nadie me hablaba e incluso gente empezaba a irse haciendo el lugar aun más tranquilo, que noche tan exquisita sin duda, aunque  sorpresa para mí es como un joven se subió a una de las mesas y empezó a hablar emocionado en voz alta.

-“Ohh típico de las fiestas de fin de año,  seguro es el party boy al que si lo pinchas con una aguja le saldría licor en vez de sangre”

Desconocía que tan ebrio estaba pero cuando empezó a hacer todo un espectáculo con confeti, bromas,  ilusiones mágicas y aprovechamiento de las luces del lugar solo podía concluir 2 cosas. El joven no estaba para nada borracho o el alcohol aumentaba sus habilidades en un 200%, ambas sonaban viables a este punto.  Bueno decidí no darle importancia al asunto y seguir con lo mío como un espectador más, aunque abrí mis ojos de golpe cuando mencionó a los paladines de Abel…¿Entonces él era uno de nuestro bando?

-“Veo que el evento llama más mi atención cada vez” -pensó para sí mismo cuando escuchó que la chica de nombre Yuzu también era una paladín- “Hmp, y esa chica también corresponde a nuestro bando, es bueno saberlo ya que era de las que más me interesaba quitarle esos molestos guantes pero si también es paladín no sería conveniente mostrarle mi verdadero yo a una compañera…Pero por otro lado veo que muchas van a embriagarse gracias al improvisado evento del joven, tal vez pueda divertirme después de todo dependiendo de cómo siga esto” .

-¿Educado por qué?- le preguntó a Charlie, su boca todavía chorreando grasa y crema. No tardó nada en acabarse el pastel y la verdad, no veía porqué moderarse. Al fin y al cabo, todos esos bárbaros eran mucho más brutos que él mismo - o al menos, era lo que decían los rumores. No, de hecho, estaba seguro. Se lo decía su instinto. Entonces escuchó lo tarareado por Géminis, quien parecía feliz o solo medio dopada. Quizá lo segundo, el azúcar siempre hacia estragos en su cabeza. -No se que carajo estás diciendo.- le dijo. -Apenas se griego y vienes a cantar en unglés.- reclamó comiendo y hablando, escupiendo crema por todas partes. Mirando de lado a lado, vio otro pastel, uno de chocolate con relleno de fresas salvajes. Tomando uno de los cuchillos pasteleros, lo picó a la mitad. -Mitad tuya, mitad mía.- le dijo tomando un manojo de pastel, masticando como salvaje. A su vez, pasó la masa con jugo de uva, también conocido como vino virgen.

Y, solo como para probar su instinto de que los varvaron del norte no sabían ser educados o animar una fiesta, fue un chico de ciudad el que se levantó para darle vida a todo ese despojo de evento al que al menos, le concedía un buen servicio de banquetes. -Paso.- negó cuando llevaron las copas donde Charlie y él, dejándole toda su carga a la chica. A ella le iba eso de tomar alcohol, a él lo hacia vomitar. De hecho, le causaba ansiedad, tanto así que prendió otro cigarro más.

No tardó en reconocer al chico de cabello bicolor que había estado junto a las otras dos chicas en la pasada fiesta. Yuzu le hizo algunas señas para que se acercara, mientras tanto ella fue por un trozo –bastante grande- de pastel de fresas, para disfrutar un poco más la estadía en el banquete, tarareando una canción que esperaba interpretar pronto en el karaoke –y justamente recordó como en el vídeo musical aparecían montones de deliciosos pasteles-.

El show que comenzó Yuya la sorprendió bastante por lo bien coordinado que sea veía, por lo que decidió regresar rápidamente a la mesa donde se encontraba con las otras dos jóvenes.

—¿Qué está pasando? —Dijo poniendo atención a todo lo que sucedía.

Rio un momento al escuchar una parte de su discurso pues  recordó que, cuando era pequeña, logró ver como los adolescentes desde muy jóvenes comenzaban a beber.

Aquel show dio un giro repentino cuando un concurso comenzó y ponían frente a ellas algunas copas de vino.

“¿Concurso de resistencia al alcohol?” Pensó mirando a Serena con cara de sorpresa.

No sabía cómo terminaría aquello, sobre todo porque ella jamás había bebido alcohol y, por ende, sabía que resistencia no tenía mucha.
Tomó con delicadeza una de las copas, evitando moverla mucho y que así se derramara sobre su vestido –que, para variar, era color blanco-.

Miró de nuevo a su amiga y después, nuevamente, la copa.

—Me gusta esta clase de retos. —No es que le gustase el alcohol, pero qué más daba. —Es una fiesta, y siempre hay una primera vez para todo, incluso para probar vino.

Tomó la copa con un poco más de fuerza y la acercó a sus labios para beber todo su contenido de un solo trago. No sabía cómo describir el sabor, pues era demasiado nuevo para ella.

—¡PRIMERA COPA! —gritó alzando sus manos y rápidamente tomando otra.

off(?:

Yurika lo observo detenidamente por largos minutos, creyendo que definitivamente le contaría esa “gran historia” que explicaba su repentina desaparición, sin embargo la peli violeta tuvo que quedarse con la intriga pues Sean no le revelo nada. Se cruzó de brazos un tanto molesta por la situación – ¡Que injus…! – sus palabras se vieron interrumpidas por las acciones del mayor que le tomaron por sorpresa, la abrazo de pronto y le dedico algunas palabras, la muchacha solo suspiro con resignación y minutos después correspondió al abrazo.

- Está bien –se separó despacio y culmino el abrazo- concuerdo con que hoy es un día para celebrar y opacarlo con cosas como esas sería una pena, pero… - frunció ligeramente el ceño y clavo sus orbes rosa sobre los ajenos- Espero que me cuentes todo los detalles de lo que sucedió después –luego de eso,  esa expresión de molestia en su rostro desapareció y solo dejo una sonrisilla en sus labios. Se dejó guiar por el chico y pronto estuvieron dentro, en medio de un gran salón con muchas personas que iban y venían.
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¡Maravilloso! –exclamo con emoción contenida, intentaba guardar la compostura y no verse tan impresionada aunque le era difícil, no siempre se tenía la oportunidad de asistir a ese tipo de “reuniones” así que se dejó deslumbrar por la elegancia del sitio, sus orbes juguetonas se dejaban maravillar hasta por el mas mínimo detalle y su nariz…bueno.. – Huele bien – murmuro mientras cerraba los ojos y respiraba profundamente  ¡qué bien olía! – Tienes razón, deberíamos comer algo – comento la sirena mientras que, soltándose del agarre del mayor se escabullía entre las personas, dejándose guiar por el agradable aroma del banquete. Pronto se vio frente a una enorme mesa y sobre esta un sinfín de delicias que estaba deseosa de probar  - ¡Sean, mira cuantas cosas deliciosas hay aquí! -  exclamo con emoción pero al no recibir respuesta alguna se dio vuelta y le busco con la mirada - ¿Sean? – quizás, separarse no había sido una buena idea…

Yurika se quedó allí, de pie, con el pequeño plato en manos mientras observaba como algunos se acercaban a la mesa y tomaban un poco de cada cosa. Ya estando ahí reparo en que, sus prendas no eran las más adecuadas para la ocasión “demasiado sencillas y normales” eso pensó, mientras continuaba observando a las personas a su alrededor intentando hallar a Sean.